Musica Para el Alma
lunes, 4 de enero de 2021
EVANGELIO DE JUAN 1,43-51 CICLO B
Lecturas del 5 de Enero. Feria de
Navidad
Martes, 5
de enero de 2021
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Juan (1,43-51):
43 Al día siguiente, Jesús quiso
partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice: «Sígueme.»
44
Felipe era de Bestsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro.
45 Felipe se encuentra con Natanael y le
dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos
encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.»
46 Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede
haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.»
47 Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo
de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
48 Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?»
Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de
la higuera, te vi.»
49 Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el
Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
50 Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho
que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»
51 Y le añadió: «En verdad, en verdad os
digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el
Hijo del hombre.»
Palabra del Señor
(Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño)
*Esta expresión de del Señor sobre Natanael “Ahí tenéis
a un israelita de verdad, en quien no hay engaño” a mí me derrite, como
el fuego al hielo, y me da una Santa Envidia de Natanael. Porque a mí en lo
personal, me gustaría, enredarme y apegarme como la hiedra a la pared y
enamorarme tan profundamente de la Palabra del Señor, y llegar a un punto tal
que el Señor diga eso mismo de mí, y que yo también pueda decir, con entera
seguridad las tres palabras que le regalaron una promesa del Señor a Natanael
que “Tendría el poder de ver el Cielo abierto y ver los ángeles de Dios subir y
bajar sobre el Hijo del hombre” estas palabras fueron: (Rabí) (Tú eres el Hijo
Dios) (Tú eres el Rey de Israel), Cuanto me gustaría llegar a reconocer al
Señor como mi gran maestro (Rabí). Que yo pueda tener mis ojos y mis oídos bien
despiertos y tener una seguridad absoluta de poder decir (Tu ere el Hijo de
Dios)*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
EL ÁNGELUS
El Ángelus
V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…
V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…
V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…
V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.
*El que Desea y Quiere amar, con el corazón según El Señor: llegará a ser, Santo*
EL SANTO ROSARIO
.Misterios Gloriosos (MIERCOLES Y DOMINGOS)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Resurrección del Señor (MATEO 28,1-10)
.2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (HECHOS 1,3-11)
.3º La Venida del Espíritu Santo (HECHOS 2,1-13)
4º La Asunción de Nuestra Señora (De la Constitución Apostólica Deus del papa Pío XXII )
.5º La Coronación de Nuestra Señora, como Reina de cielo y tierra. (Constitución Dogmática Sobre la Iglesia. Lumen Gentium 59)
.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Misterios Gozosos (LUNES Y SABADOS)
.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Encarnación del Hijo de Dios. (Lc 1, 26-38)
2º La Visitación de María a su prima Isabel. (Lc 1, 39-56)
3º El Nacimiento del niño Dios. (Lc 2, 1-20)
4º Presentación del Niño en el Templo. (Lc 2,21-35)
5º El niño perdido y hallado en el templo. (Lc 2,41-52)
.Oremos:
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
.Misterios Dolorosos (MARTES Y VIERNES)
.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La oración del huerto. (LUCAS 22,39-46)
.2º La Flagelación de nuestro Señor. (Jn 18,33-19,1)
.3º La Coronación de espinas. (MARCOS 15,16-20)
.4º Jesús con la Cruz a cuestas. (LUCAS 23,26-32)
.5º La Crucifixión y muerte. (MARCOS 15,22-39)
Oremos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
.Misterios Luminosos (JUEVES)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º El Bautismo del Señor (MATEO 3, 13-17)
.2º La Boda de Caná (JUAN 2,1-11)
.3º La Proclamación del Reino de Dios (MARCOS 1, 14-15)
.4º La Transfiguración (MATEO 17,1-5)
.5º La Institución de la Eucaristía (MATEO 26, 26-28)
.
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
LAS LAUDES DEL MARTES 5. SAN JUAN NEUMANN
*LAS LAUDES. San Juan Neumann*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE
NAVIDAD
MARTES DE LA SEMANA II
Del Propio - Salterio II
5 de enero
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. A Cristo, que por nosotros ha nacido, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: VER A DIOS EN LA CRIATURA
Ver a Dios en la criatura,
ver a Dios hecho mortal,
ver en humano portal
la celestial hermosura.
¡Gran merced y gran ventura
a quien verlo mereció!
¡Quién lo viera y fuera yo!
Ver llorar a la alegría,
ver tan pobre a la riqueza,
ver tan baja a la grandeza
y ver que Dios lo quería.
¡Gran merced fue en aquel día
la que el hombre recibió!
¡Quién lo viera y fuera yo!
Poner paz en tanta guerra,
calor donde hay tanto frío,
ser de todos lo que es mío,
plantar un cielo en la tierra.
¡Qué misión de escalofrío
la que Dios nos confió!
¡Quién lo hiciera y fuera yo! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Salmo 42 - DESEO DEL TEMPLO
Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.
Tú eres mi Dios y protector,
¿por qué me rechazas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Señor, Dios mío.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Ant 2. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Cántico: ANGUSTIA DE UN MORIBUNDO Y ALEGRÍA DE LA
CURACIÓN Is 38, 10-14. 17-20
Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.»
Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.
Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.»
Día y noche me estás acabando,
sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos como un león,
día y noche me estas acabando.
Estoy piando como una golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo se consumen:
¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
Me has curado, me has hecho revivir,
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados.
El abismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Los vivos, los vivos son quienes te alaban:
como yo ahora.
El Padre enseña a sus hijos tu fidelidad.
Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días en la casa del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Ant 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
Salmo 64 - SOLEMNE ACCIÓN DE GRACIAS.
¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,
y a ti se te cumplen los votos,
porque tú escuchas las súplicas.
A ti acude todo mortal
a causa de sus culpas;
nuestros delitos nos abruman,
pero tú los perdonas.
Dichoso el que tú eliges y acercas
para que viva en tus atrios:
que nos saciemos de los bienes de tu casa,
de los dones sagrados de tu templo.
Con portentos de justicia nos respondes,
Dios, salvador nuestro;
tú, esperanza del confín de la tierra
y del océano remoto;
Tú que afianzas los montes con tu fuerza,
ceñido de poder;
tú que reprimes el estruendo del mar,
el estruendo de las olas
y el tumulto de los pueblos.
Los habitantes del extremo del orbe
se sobrecogen ante tus signos,
y a las puertas de la aurora y del ocaso
las llenas de júbilo.
Tú cuidas de la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales;
riegas los surcos, igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes;
coronas el año con tus bienes,
las rodadas de tu carro rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría;
las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
LECTURA BREVE Sb 7, 26-27
La Sabiduría es un reflejo de la luz eterna, un
espejo sin mancha de la actividad de Dios, una imagen de su bondad. Aun siendo
sola, lo puede todo; sin salir de sí misma, todo lo renueva; en todas las
edades entra en las almas santas y forma en ellas amigos de Dios y profetas.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor revela su salvación. Aleluya, aleluya.
R. El Señor revela su salvación. Aleluya, aleluya.
V. Los confines de la tierra la han contemplado.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor revela su salvación. Aleluya, aleluya.
V. La
Palabra era la luz verdadera.
R. Que ilumina a todos los hombres
PRIMERA LECTURA
De la carta a los Colosenses 4, 2-18
CONCLUSIÓN DE LA CARTA
Hermanos: Sed perseverantes en la oración, velando
en ella con acción de gracias. Rogad también incesantemente por nosotros, para
que Dios nos abra una puerta para la predicación de la palabra. Que pueda yo
anunciar el misterio de Cristo -por él me encuentro encadenado- y que lo dé a
conocer, como debo hacerlo.
Proceded con toda discreción con los de fuera, aprovechando la ocasión para
ganarlos. Vuestra palabra sea siempre agradable, sazonada con gracia, de modo
que sepáis dar a cada uno la respuesta apropiada.
De todo lo referente a mi situación os informará Tíquico, mi amado hermano,
fiel ministro y esclavo del mismo amo que yo. Os lo envío con este fin, para
que tengáis noticias nuestras y para que infunda ánimo en vuestros corazones.
Os envío también a Onésimo, el fiel y querido hermano, que es de vuestra
comunidad. Ellos os pondrán al corriente de lo que pasa por aquí.
Os saluda Aristarco, mi compañero de cautividad, y Marcos, primo de Bernabé,
acerca del cual ya os han dado instrucciones; cuando vaya por ahí, acogedlo
benignamente. Os saluda también Jesús, el llamado Justo. Éstos son los únicos
judíos colaboradores míos en la propagación del reino de Dios. Son para mí un
verdadero consuelo.
Saludos de vuestro compatriota Epafras, esclavo de Cristo Jesús, que no cesa de
luchar por vosotros con sus oraciones, para que os mantengáis bien fundados en
Cristo y dispuestos a cumplir siempre la voluntad de Dios. Os aseguro que se
toma él mucho interés por vosotros y por los de Laodicea y por los de Hierápolis.
Saludos de Lucas, el querido médico, y de Demas.
Saludad a los hermanos de Laodicea, así como a Ninfa y a la Iglesia que se
congrega en su casa. Cuando hayáis leído esta carta, haced que la lea también
la Iglesia de Laodicea. Y vosotros procurad leer también la que dirigí a los
laodicenses. Decid a Arquipo: «Considera bien el ministerio que recibiste en el
servicio del Señor, para cumplirlo debidamente.»
Aquí va el saludo de mi propia mano: Pablo. Acordaos de mis cadenas. La gracia
sea con vosotros.
RESPONSORIO Cf. Col 4, 3; cf.
Sal 50, 17
R. Oremos unos por otros, para que
Dios nos abra una puerta para la predicación de la palabra, * para
que podamos anunciar el misterio de Cristo.
V. El Señor abra nuestros labios, y proclame nuestra boca su
alabanza.
R. Para que podamos anunciar el misterio de Cristo.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 194, 3-4: PL 38, 1016-1017)
NOS SACIAREMOS CON LA VISIÓN DEL VERBO
¿Quién puede conocer los tesoros de sabiduría y
ciencia ocultos en Cristo y escondidos en la pobreza de su carne? Él, siendo
rico, se hizo pobre por nosotros, para que nos enriqueciéramos con su pobreza.
Al asumir nuestra condición mortal, destruyendo así la muerte, se mostró en
pobreza; pero con ello nos garantizó las riquezas futuras, sin perder las que
había dejado.
¡Cuán grande es la bondad que ha reservado para sus fieles, y que comunica a
los que esperan en él!
Ahora nuestro conocimiento es parcial, hasta que llegue lo perfecto. Para
hacernos capaces de esta perfección futura, él, igual al Padre por su condición
de Dios, se hizo semejante a nosotros, tomando la condición de esclavo, para
restituirnos nuestra semejanza con Dios; él, Hijo único de Dios, se hizo Hijo
del hombre, para convertir en hijos de Dios a todos los hijos de los hombres;
tomando la condición visible de esclavo, abolió nuestra condición de esclavos,
haciéndonos libres y capaces de contemplar la naturaleza de Dios.
Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos
que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual
es. Aquellos tesoros de sabiduría y ciencia, aquellas riquezas divinas, son
llamados así porque ellos nos bastarán. Y aquella gran bondad es llamada así
porque nos saciará. Muéstranos, pues, al Padre, y eso nos bastará.
Y, en uno de los salmos, uno de nosotros, en nosotros y por nosotros, le dice
al Señor: Me saciaré cuando aparezca tu gloria. Él y el Padre son una misma
cosa, y el que lo ve a él ve también al Padre. Por tanto, el Señor, Dios de los
ejércitos, es el Rey de la gloria. Cuando se vuelva a nosotros, nos mostrará su
rostro; y seremos salvados y quedaremos saciados, y eso nos bastará.
Hasta que llegue este momento, hasta que nos muestre aquello que ha de
bastarnos, hasta que podamos beber y saciarnos de aquella fuente de vida que es
él mismo, mientras caminamos por la vía de la fe y vivimos en el destierro,
lejos de él, mientras tenemos hambre y sed de perfección y santidad y deseamos
con ardor inefable contemplar la belleza de Dios, celebremos con humilde
devoción su nacimiento en condición de esclavo.
No podemos aún contemplar cómo es engendrado por el Padre antes de la aurora;
festejemos su nacimiento de la Virgen en plena noche. Aún no percibimos cómo su
nombre es eterno y su fama dura como el sol; reconozcamos que su tienda ha sido
puesta en el sol.
Aún no vemos al Unigénito que permanece en el Padre; recordemos al Esposo que
sale de su alcoba. Aún no ha llegado el momento de sentarnos a la mesa de
nuestro Padre; veneremos el pesebre de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO 1Jn 1, 2; 5, 20
R. La vida se ha manifestado, y
nosotros hemos visto y os anunciamos esta vida eterna, * que
estaba con el Padre y se nos ha manifestado.
V. Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia,
para que conozcamos al Dios verdadero y para que estemos en él, su verdadero
Hijo, el cual es Dios verdadero y es vida eterna.
R. Que estaba con el Padre y se nos ha manifestado.
Lecturas del 5 de Enero. Feria de
Navidad
Martes, 5 de enero de 2021
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según
san Juan (1,43-51):
43 Al día siguiente, Jesús quiso partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y
le dice: «Sígueme.»
44 Felipe era de Bestsaida, de
la ciudad de Andrés y Pedro.
45 Felipe se encuentra con
Natanael y le dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los
profetas, lo hemos encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.»
46 Le respondió Natanael: «¿De
Nazaret puede haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.»
47 Vio Jesús que se acercaba
Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay
engaño.»
48 Le dice Natanael: «¿De qué
me conoces?» Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando
estabas debajo de la higuera, te vi.»
49 Le respondió Natanael:
«Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
50 Jesús le contestó: «¿Por
haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»
51 Y le añadió: «En verdad, en
verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar
sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Alabemos a Cristo, que se ha hecho para nosotros sabiduría,
justicia, santificación y redención, y supliquémosle confiados, diciendo:
Que tu nacimiento, Señor, nos salve.
Rey del universo, a quien los pastores encontraron envuelto en pañales,
ayúdanos a imitar siempre tu pobreza y tu sencillez.
Señor del cielo, que desde tu solio real bajaste a lo más humilde de la tierra,
enséñanos a honrar siempre a nuestros hermanos de condición más humilde.
Oh Cristo, luz eterna, que al asumir nuestra carne no fuiste contaminado por
nuestro pecado,
haz que tus fieles, al usar de los bienes de este mundo, no se vean manchados
por ellos.
Esposo divino de la Iglesia, que eres para ella torre de fortaleza,
haz que todos tus fieles perseveren unidos a ella y en ella encuentren la
salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que somos la familia de Dios, digamos con grande confianza a nuestro Padre
del cielo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que iniciaste admirablemente la obra de la redención
con el nacimiento de tu Hijo, fortalece en nosotros la fe, para que, siguiendo
sus enseñanzas, podamos alcanzar la prometida recompensa de la gloria. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Juan Neumann*
Dos de años después, pasó a la universidad de Charles Ferdinand en
Praga donde estudió teología. Cuando su preparación para el sacerdocio se
completó en 1835, deseaba ordenarse pero el obispo decidió que no habría allí
más ordenaciones. Nos resulta difícil imaginar hoy que Bohemia tuviera entonces
demasiados sacerdotes. Juan escribió a los obispos del mundo, pero en todas
partes la misma historia: ninguno quería ahora sacerdotes. Juan estaba seguro
de su vocación al sacerdocio, pero todas las puertas parecían cerrársele.
Pero Juan no se arredró. Aprendió el inglés trabajando en una
fábrica con obreros de lengua inglesa. De esta forma, pudo escribir a los
obispos de Estados Unidos.
Finalmente, el obispo de Nueva York aceptó ordenarlo. Para
responder a la llamada de Dios de ser sacerdote, Juan debió abandonar su
familia para siempre y atravesar el océano para adentrarse en una tierra lejana
y difícil.
En Nueva York, Juan fue uno de los 36 sacerdotes para 200.000
católicos. Su parroquia, al oeste de Nueva York, se extendía desde Ontario
hasta Pensilvania. Su iglesia no tenía ni campanario ni estaba pavimentada,
pero esto no importaba en absoluto ya que Juan pasaba la mayor parte de su
tiempo visitando poblado tras poblado, escalando montañas, para visitar a los
enfermos, para detenerse en las cabañas y en las tabernas a fin de enseñar y
celebrar la misa en la mesa de la cocina.
Debido a su trabajo y a lo lejano de la parroquia, Juan soñaba con
una comunidad: entró con los redentoristas, una Congregación de sacerdotes y
hermanos que se dedicaban a ayudar a los pobres y a los más abandonados. Fue el
primer sacerdote que entraba en la Congregación en América, profesó en
Baltimore el 16 de enero de 1842. Desde el principio destacó por ser una
persona altamente piadosa, por su evidente santidad, por su celo y por su
amabilidad. Su conocimiento de seis idiomas modernos lo hizo particularmente
apto para el trabajo en la sociedad Estadounidense de múltiples idiomas en el
siglo diecinueve.
Después de trabajar en Baltimore y Pittsburgh, en 1847 fue
nombrado Visitador o Superior Mayor de los redentoristas en los Estados Unidos.
El Padre Frederick von Held, superior de la Provincia Belga, a la que
pertenecían las casas Estadounidenses, dijo de él: "Es un gran hombre que
combina la piedad con una personalidad fuerte y prudente". Necesitó estas
que calidades durante los dos de años en que desempeñó el cargo, cuando la
fundación estadounidense pasaba por un difícil período de ajuste.
Cuando dejó el cargo al Padre Bernard Hafkenscheid, los
redentoristas de Estados Unidos estaban mejor preparados para llegar a ser una
provincia autónoma, cosa que sucedió en 1850. El Padre Neumann fue nombrado
Obispo de Filadelfia y consagrado en Baltimore el 2 de marzo de 1852. Su
diócesis era muy grande y pasaba por un período de considerable desarrollo.
Como obispo, fue el primero en organizar un sistema diocesano de
escuelas católicas.
Fundador de la educación católica en el país, las escuelas de su
diócesis aumentaron de 2 un 100. Fundó las Hermanas de la Tercera Orden de San
Francisco para enseñar en las escuelas.
Entre las más de ochenta iglesias que construyó durante su
episcopado, debe mencionarse la catedral de los Santos Pedro y Pablo que él
comenzó. San Juan Neumann era de estatura pequeña, nunca tuvo una salud
robusta, pero en su corta vida tuvo una gran actividad. Encontró tiempo para
una considerable actividad literaria además de sus obligaciones pastorales.
Escribió asimismo numerosos artículos en revistas y periódicos católicos;
publicó dos catecismos y, en 1849, una historia de la Biblia para escuelas. Continuó
esta actividad justamente hasta el final de su vida.
El 5 de enero de 1860 (con 48 años de edad) se desplomó en la
calle, en su ciudad episcopal y murió antes de que pudieran administrársele los
últimos Sacramentos. Fue beatificado por el Papa Pablo VI el 13 de octubre de
1963 y canonizado por el mismo Papa sobre el 17 de junio de 1977. Su fiesta es
cada 5 de enero.
LAS LECTURAS DEL MARTES 5 DE ENERO 2021
Lecturas del 5 de Enero. Feria de
Navidad
Martes, 5 de enero de 2021
Primera lectura
Lectura de
la primera carta del apóstol san Juan (3,11-21):
Éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a
otros. No seamos como Caín, que procedía del Maligno y asesinó a su hermano. ¿Y
por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano
eran buenas. No os sorprenda, hermanos, que el mundo os odie; nosotros hemos
pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que
no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y
sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el
amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra
vida por los hermanos. Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en
necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?
Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto
conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante
él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que
nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena,
tenemos plena confianza ante Dios.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 99
R/. Aclama al Señor, tierra entera
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.
R/. Aclama al Señor, tierra entera
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
R/. Aclama al Señor, tierra entera
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.
R/. Aclama al Señor, tierra entera
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R/.
R/. Aclama
al Señor, tierra entera
Lecturas del 5 de Enero. Feria de
Navidad
Martes, 5
de enero de 2021
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Juan (1,43-51):
43 Al día siguiente, Jesús quiso
partir para Galilea. Se encuentra con Felipe y le dice: «Sígueme.»
44
Felipe era de Bestsaida, de la ciudad de Andrés y Pedro.
45 Felipe se encuentra con Natanael y le
dice: «Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos
encontrado: Jesús el hijo de José, el de Nazaret.»
46 Le respondió Natanael: «¿De Nazaret puede
haber cosa buena?» Le dice Felipe: «Ven y lo verás.»
47 Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo
de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
48 Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?»
Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de
la higuera, te vi.»
49 Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el
Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
50 Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho
que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»
51 Y le añadió: «En verdad, en verdad os
digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el
Hijo del hombre.»
Palabra del Señor
(Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño)
*Esta expresión de del Señor sobre Natanael “Ahí tenéis
a un israelita de verdad, en quien no hay engaño” a mí me derrite, como
el fuego al hielo, y me da una Santa Envidia de Natanael. Porque a mí en lo
personal, me gustaría, enredarme y apegarme como la hiedra a la pared y
enamorarme tan profundamente de la Palabra del Señor, y llegar a un punto tal
que el Señor diga eso mismo de mí, y que yo también pueda decir, con entera
seguridad las tres palabras que le regalaron una promesa del Señor a Natanael
que “Tendría el poder de ver el Cielo abierto y ver los ángeles de Dios subir y
bajar sobre el Hijo del hombre” estas palabras fueron: (Rabí) (Tú eres el Hijo
Dios) (Tú eres el Rey de Israel), Cuanto me gustaría llegar a reconocer al
Señor como mi gran maestro (Rabí). Que yo pueda tener mis ojos y mis oídos bien
despiertos y tener una seguridad absoluta de poder decir (Tu ere el Hijo de
Dios)*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.