Musica Para el Alma

miércoles, 19 de febrero de 2020

LAS VÍSPERAS JUEVES 20 ORACIÓN AL FINAL DEL DIA

TIEMPO ORDINARIO
JUEVES DE LA SEMANA VI
De la Feria. Salterio II

20 de febrero

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: CUANDO LA LUZ SE HACE VAGA
Cuando la luz se hace vaga
y está cayendo la tarde,
venimos a ti, Señor,
para cantar tus bondades.

Los pájaros se despiden
piadosamente en los árboles,
y buscan calor de nido
y blandura de plumajes.

Así vuelven fatigados
los hombres a sus hogares,
cargando sus ilusiones
o escondiendo sus maldades.

Quieren olvidar la máquina,
olvidar sus vanidades;
descansar de tanto ruido
y morir a sus pesares.

Ya todo pide silencio,
se anuncia la noche amable:
convierte, Padre, sus penas
en abundancia de panes.

Alivie tu mano pródiga,
tu mano buena de Padre,
el cansancio de sus cuerpos,
sus codicias y sus males. Amén.
SALMODIA

Ant 1. 
Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.
Salmo 71 I - PODER REAL DEL MESÍAS
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.

Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna.

Que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.

Que en su presencia se inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.

Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.
Ant 2. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
Salmo 71 II
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;

él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.

Que viva y que le traigan el oro de Saba;
él intercederá por el pobre
y lo bendecirá.

Que haya trigo abundante en los campos,
y ondee en lo alto de los montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como hierba del campo.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso,
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
Ant 3. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap. 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 22-23
Por la obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas para un amor fraternal no fingido; amaos, pues, con intensidad y muy cordialmente unos a otros, como quienes han sido engendrados no de semilla corruptible, sino incorruptible, por la palabra viva y permanente de Dios.
RESPONSORIO BREVE

V. 
El Señor es mi pastor, nada me falta.R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
V. En verdes praderas me hace recostar.R. Nada me falta.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
A los que tienen hambre de ser justos el Señor les colma de bienes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A los que tienen hambre de ser justos el Señor les colma de bienes.
PRECES
Elevemos a Dios nuestros corazones agradecidos porque ha bendecido a su pueblo con toda clase de bienes espirituales y digámosle con fe:

Bendice, Señor, a tu pueblo.

Dios todopoderoso y lleno de misericordia, protege al Papa Francisco y a nuestro obispo N.,
que tú mismo has elegido para guiar a la Iglesia.

Protege, Señor, a nuestros pueblos y ciudades
y aleja de ellos todo mal.

Multiplica como renuevos de olivo alrededor de tu mesa hijos que se consagren a tu reino,
siguiendo a Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia.

Conserva el propósito de aquellas de tus hijas que han consagrado a ti su virginidad, para que, en la integridad de su cuerpo y de su espíritu, sigan al cordero donde quiera que vaya.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Da la paz a los difuntos
y permítenos encontrarlos nuevamente un día en tu reino.

Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, acudamos con confianza a nuestro Padre:
Padre nuestro...

ORACION
Al ofrecerte, Señor, nuestro sacrificio vespertino de alabanza, te pedimos humildemente que, meditando día y noche en tu palabra, consigamos un día la luz y el premio de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.

EL ÁNGELUS


El Ángelus

V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…

V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re­su­rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

*El que Desea y Quiere amar, con el corazón según El Señor: llegará a ser, Santo*


GOTAS DE MISERICORDIA


MARCOS 8,27-33 CICLO A. LO QUE ME DICE EL EVANGELIO


Jueves, 20 de febrero de 2020
Lo que me dice el Evangelio de Marcos 8,27-33 Ciclo A (Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»)  *El Señor quiere que salga lo que hay en lo más profundo de mi corazón. Esta pregunta «Y vosotros, ¿quién decís que soy?» no se contesta con palabras, sino con mi forma de vivir. Yo puedo decir “Si” con palabras pronunciadas por mis labios y al mismo tiempo de sir “No” con gesto moviendo toda mi cabezas. La buena noticia para mi es que el Señor quiere que yo responda esta pregunta con mi forma de comportarme, con mi forma de vivir entre las personas y que sean ellos quien puedan decir quién eres tú para mi Señor* 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

EVANGELIO DE MARCOS

Jueves, 20 de febrero de 2020
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según San Marcos (8,27-33):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos: « ¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días. Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo.
Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: « ¡Quítate de mí vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»

Palabra del Señor

LAS LAUDES DEL JUEVES 20 ORACIÓN PARA INICIAR EL DIA


Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

TIEMPO ORDINARIO
JUEVES DE LA SEMANA VI
De la Feria. Salterio II

20 de febrero

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)


V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

INVITATORIO

Ant. 
Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno: SEÑOR, TÚ ME LLAMASTE.

Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la buena nueva,
para sanar las almas.

Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.

Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.

Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras,
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.

Salmo 79 - VEN A VISITAR TU VIÑA

Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a un rebaño;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos.

¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.

Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?

Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.

Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.

Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y echó raíces
hasta llenar el país;

su sombra cubría las montañas,
y sus pámpanos, los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río.

¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas?

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.

La han talado y le han prendido fuego:
con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.

Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.

Ant 2. Anunciad a toda la tierra que el señor hizo proezas.

Cántico: ACCION DE GRACIAS DEL PUEBLO SALVADO - Is 12, 1-6

Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.

Él es mi Dios y salvador:
confiare y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.

Aquel día, diréis:
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.

Tañed para el Señor, que hizo proezas;
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«¡Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel!».

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Anunciad a toda la tierra que el señor hizo proezas.

Ant 3. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

Salmo 80 - SOLEMNE RENOVACIÓN DE LA ALIANZA

Aclamad a Dios, nuestra fuerza;
dad vítores al Dios de Jacob:

acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta;

porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto.

Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.

Clamaste en la aflicción, y te libré,
te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.

Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!

No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto;
abre tu boca y yo la saciaré.

Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios;

los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

LECTURA BREVE Rm 14, 17-19

El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo, pues el que en esto sirve a Cristo es grato a Dios y acepto a los hombres. Por tanto, trabajemos por la paz y por nuestra mutua edificación.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Velando medito en ti, Señor.
R. Velando medito en ti, Señor.

V. Porque fuiste mi auxilio.
R. Medito en ti, Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Velando medito en ti, Señor.

PRIMERA LECTURA

Comienza la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 1-12

SALUDO Y ACCIÓN DE GRACIAS

Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de Tesalónica, convocada en el nombre de Dios, nuestro Padre, y en el de Jesucristo, el Señor: gracia a vosotros y paz de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor.

Como es justo, debemos dar gracias a Dios en todo momento por vosotros, hermanos, por lo mucho que va prosperando vuestra fe y por los progresos que va haciendo vuestra mutua caridad, en todos y cada uno de vosotros. Nosotros mismos, ante las Iglesias de Dios, vamos poniendo en vosotros nuestro legítimo orgullo por vuestra constancia y por vuestra fe en todas las persecuciones y tribulaciones que vais sufriendo. Ésta es una señal cierta del justo juicio de Dios. El mostrará que sois dignos del reino de Dios, por el que sufrís vosotros también.

Es justo a los ojos de Dios que reciban tribulaciones los que os afligen, y que a vosotros, los atribulados, os pague con descanso eterno, descanso que será en nuestra compañía. Esto sucederá el día de la revelación de Jesús, el Señor, cuando venga del cielo con los ángeles ejecutores de su poder, rodeado de fuego y llamas, para tomar venganza de los que no quieren conocer a Dios y rechazan la sumisión al Evangelio de Jesús, nuestro Señor. Estos tales sufrirán el castigo de la pérdida eterna, lejos de la faz del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga aquel día para ser glorificado en sus santos y para ser la admiración de los que han tenido fe. Vosotros, por vuestra parte, ya habéis creído nuestro mensaje de salvación.

Con la mirada fija en los sucesos de ese día, rogamos sin cesar por vosotros. Que nuestro Dios os haga dignos de vuestra vocación y, con su omnipotencia, dé cumplimiento a todos vuestros deseos de hacer bien y a la actividad de vuestra fe. Así el nombre de nuestro Señor Jesús será glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor.

RESPONSORIO Cf. 2Ts 1, 10; Sal 144, 13

R. Vendrá el Señor para ser glorificado en sus santos, * él será la admiración de los que han tenido fe en él.
V. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones.
R. Él será la admiración de los que han tenido fe en él.

SEGUNDA LECTURA

De los Comentarios de san Ambrosio, obispo, sobre los salmos.
(Salmo 36, 65-66: CSEL 64, 123-125)

ABRE TU BOCA A LA PALABRA DE DIOS

En todo momento tu corazón y tu boca deben meditar la sabiduría, y tu lengua proclamar la justicia, siempre debes llevar en el corazón la ley de tu Dios. Por esto te dice la Escritura: Hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado. Hablemos, pues, del Señor Jesús, porque él es la sabiduría, él es la palabra, y Palabra de Dios.

Porque también está escrito: Abre tu boca a la palabra de Dios. Por él anhela quien repite sus palabras y las medita en su interior. Hablemos siempre de él. Si hablamos de sabiduría, él es la sabiduría; si de virtud, él es la virtud; si de justicia, él es la justicia; si de paz, él es la paz; si de la verdad, de la vida, de la redención, él es todo esto.

Está escrito: Abre tu boca a la palabra de Dios. Tú ábrela, que él habla. En este sentido dijo el salmista: Voy a escuchar lo que dice el Señor, y el mismo Hijo de Dios dice: Abre tu boca y yo la saciaré. Pero no todos pueden percibir la sabiduría en toda su perfección, como Salomón o Daniel; a todos sin embargo se les infunde, según su capacidad, el espíritu de sabiduría, con tal de que tengan fe. Si crees, posees el espíritu de sabiduría.

Por esto, medita y habla siempre las cosas de Dios, estando en casa. Por la palabra casa podemos entender la iglesia o, también, nuestro interior, de modo que hablemos en nuestro interior con nosotros mismos. Habla con prudencia, para evitar el pecado, no sea que caigas por tu mucho hablar. Habla en tu interior contigo mismo como quien juzga. Habla cuando vayas de camino, para que nunca dejes de hacerlo. Hablas por el camino si hablas en Cristo, porque Cristo es el camino. Por el camino, háblate a ti mismo, habla a Cristo. Atiende cómo tienes que hablarle: Quiero -dice- que los hombres oren en todo lugar levantando al cielo las manos purificadas, limpias de ira y de altercados. Habla, oh hombre, cuando te acuestes, no sea que te sorprenda el sueño de la muerte. Atiende cómo debes hablar al acostarte: No daré sueño a mis ojos, ni reposo a mis párpados, hasta que encuentre un lugar para el Señor, una morada para el Fuerte de Jacob. Cuando te levantes, habla también de él, y cumplirás así lo que se te manda. Fíjate cómo te despierta Cristo. Tu alma dice: Oigo a mi amado que me llama, y Cristo responde: Ábreme, amada mía. Ahora ve cómo despiertas tú a Cristo. El alma dice: ¡Muchachas de Jerusalén, os conjuro a que no vayáis a molestar, a que no despertéis al amor! El amor es Cristo.

RESPONSORIO 1Co 1, 30-31; Jn 1. 16

R. Cristo Jesús ha sido hecho por Dios para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención; * y así -como dice la Escritura- «el que se gloria, que se gloríe en el Señor».
V. De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia.
R. Y así -como dice la Escritura- «el que se gloría, que se gloríe en el Señor».

Jueves, 20 de febrero de 2020
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según San Marcos (8,27-33):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos: « ¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días. Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo.
Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: « ¡Quítate de mí vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»

Palabra del Señor


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros pecados.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros pecados.

PRECES

Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que mira siempre con amor a sus hijos y nunca desatiende sus súplicas, y digámosle con humildad:

Ilumínanos, Señor.

Te damos gracias, Señor, porque nos has iluminado con la luz de Jesucristo;
que esta claridad ilumine hoy todos nuestros actos.

Que tu sabiduría nos dirija en nuestra jornada;
así andaremos por sendas de vida nueva.

Ayúdanos a superar con fortaleza las adversidades
y haz que te sirvamos con generosidad de espíritu.

Dirige y santifica los pensamientos, palabras y obras de nuestro día
y danos un espíritu dócil a tus inspiraciones.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Dirijamos ahora, todos juntos, nuestra oración al Padre y digámosle:

Padre nuestro...

ORACION

A ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, te pedimos humildemente que meditando fielmente tu palabra vivamos siempre en la claridad de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

La Iglesia conmemora también el día de San Tiranio, obispo de Tiro, que había presenciado el triunfo de los mártires y los había alentado, pero seis años después, lo tomaron preso y lo condujeron junto con San Cenobio de Tiro a Antioquía. Cenobio era médico y sacerdote de la ciudad de Sidón. Tiranio fue arrojado al río Orantes, tras haber sufrido crueles torturas, mientras que Cenobio murió en el potro. Asimismo, varios cristianos egipcios que se habían establecido en Palestina y otros en Tiro, dieron pruebas de su paciencia y de su constancia en la fe. Después de haber sido golpeados innumerables veces, cosa que soportaron con gran paciencia, fueron arrojados a los leopardos, osos salvajes, jabalíes y toros.

Pero cuando las fieras aparecieron en la arena, en vez de devorar o destrozar a los mártires, se mantuvieron a distancia de ellos, sin tocarlos, y se volvieron contra los domadores y cuantos se hallaban cerca. El hecho se repitió varias veces, pese a que los verdugos reemplazaron dos veces a las fieras y obligaron a los cristianos a agitar a los brazos para provocar a las fieras. Después de varios intentos inútiles con diferentes animales, los santos fueron finalmente decapitados y sus cuerpos arrojados al mar. Otros que se negaron a ofrecer sacrificios a los dioses, murieron apaleados, quemados y también ejecutados en distintas formas.

En Aljustrel, pequeño pueblo situado a unos ochocientos metros de Fátima, Portugal, nacieron los pastorcitos que vieron a la Virgen María: Francisco y Jacinta, hijos de Manuel Pedro Marto y de Olimpia de Jesús Marto. También nació allí la mayor de los videntes, Lucía, de la que hablaremos más tarde.
-Francisco nació el día 11 de junio, de 1908.
-Jacinta nació el día 11 de marzo, de 1910.
Desde muy temprana edad, Jacinta y Francisco aprendieron a cuidarse de las malas relaciones, y por tanto preferían la compañía de Lucía, prima de ellos, quien les hablaba de Jesucristo. Los tres pasaban el día juntos, cuidando de las ovejas, rezando y jugando.
Entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, a Jacinta, Francisco y Lucía, les fue concedido el privilegio de ver a la Virgen María en el Cova de Iría. A partir de esta experiencia sobrenatural, los tres se vieron cada vez más inflamados por el amor de Dios y de las almas, que llegaron a tener una sola aspiración: rezar y sufrir de acuerdo con la petición de la Virgen María. Si fue extraordinaria la medida de la benevolencia divina para con ellos, extraordinario fue también la manera como ellos quisieron corresponder a la gracia divina.
Los niños no se limitaron únicamente a ser mensajeros del anuncio de la penitencia y de la oración, sino que dedicaron todas sus fuerzas para ser de sus vidas un anuncio, mas con sus obras que con sus palabras. Durante las apariciones, soportaron con espíritu inalterable y con admirable fortaleza las calumnias, las malas interpretaciones, las injurias, las persecuciones y hasta algunos días de prisión. Durante aquel momento tan angustioso en que fue amenazado de muerte por las autoridades de gobierno si no declaraban falsas las apariciones, Francisco se mantuvo firme por no traicionar a la Virgen, infundiendo este valor a su prima y a su hermana. Cuantas veces les amenazaban con la muerte ellos respondían: "Si nos matan no importa; vamos al cielo." Por su parte, cuando a Jacinta se la llevaban supuestamente para matarla, con espíritu de mártir, les indicó a sus compañeros, "No se preocupen, no les diré nada; prefiero morir antes que eso."
Eleuterio, Santo
Abad
Martirologio Romano: En Spoleto, región de la Umbría, san Eleuterio, abad, cuya sencillez y compunción de espíritu alabó el papa san Gregorio Magno († s. VI).
Breve Biografía

Fue un santo abad del monasterio de San Marcos Evangelista en Espoleto. Debió ser un hombre de grandes y probadas virtudes por los relatos que se conocen de su vida a través del gran Papa Gregorio Magno que fue contemporáneo, conocido personal, amigo y hasta una de las personas que salió beneficiada del trato con el santo abad. De hecho, cuenta San Gregorio de su amigo que, un buen día y con una sola bendición, el abad Eleuterio consiguió curarlo de un vehemente deseo de ingerir alimentos que él sufría. Además, refiere el mismo Papa, su santidad era tan grande que hasta llegó a resucitar un muerto.

Pero lo que llama la atención al relator de la vida del santo es un acontecimiento que tiene valor de ejemplaridad y estímulo para los hombres que, llenos de dificultades, limitaciones y pecados, viven soportando sus faltas de virtud y sufriendo los propios fracasos. Por eso la figura de este santo es más cercana, al ser víctima de su propio desmoronamiento.

Unas monjas habían confiado al santo abad la custodia de un niño atormentado por el Diablo. Como pasaran varios días sin notarse fenómenos extraños, el abad comentó a sus monjes que Satanás tenía asustadas a las pobres monjas, pero que ahora estaba con miedo y por eso no se manifestaba.

Al punto, el mal espíritu se apoderó del niño y de inmediato comenzó a maltratarlo.

Eleuterio cayó en la cuenta de que su expresión fue de soberbia y presunción. Lloró dolorido su pecado y pidió a los monjes oraciones y penitencias para que cesaran los embates del Demonio.

Una simple frase con un poco de vanidad hizo que Satanás se sintiese en terreno propio y se necesitase la oración y mortificación de todos para expulsarlo.

LAS LECTURAS DEL JUEVES 20 DE FEBRERO 2020


Tiempo Ordinario. Ciclo A
Jueves, 20 de febrero de 2020
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (2,1-9):

No juntéis la fe en Nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas. Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso. Veis al bien vestido y le decís: Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado. Al otro, en cambio: Estate ahí de pie o siéntate en el suelo. Si hacéis eso ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos? Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que le aman? Vosotros, en cambio, habéis afrentado al pobre. Y sin embargo, ¿no son los ricos los que os tratan con despotismo y los que os arrastran a los tribunales? ¿No son ellos los que denigran ese nombre tan hermoso que lleváis como apellido? ¿Cumplís la ley soberana que enuncia la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo?» Perfectamente. Pero si mostráis favoritismos, cometéis un pecado y la Escritura prueba vuestro delito.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 33,2-3.4-5.6-7

R/.
 Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha v lo salva de sus angustias. R/.

R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

Jueves, 20 de febrero de 2020
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según San Marcos (8,27-33):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos: « ¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días. Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo.
Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: « ¡Quítate de mí vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»

Palabra del Señor