Abre, Señor, mi boca para
bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos,
perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para
que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado
en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
LUNES DE LA SEMANA XIV
De la Feria. Salterio II
8 de julio
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Ant. Demos vítores al
Señor, aclamándolo con cantos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Demos vítores al
Señor, aclamándolo con cantos.
Himno: ALFARERO DEL HOMBRE, MANO TRABAJADORA
Alfarero del hombre, mano trabajadora
que, de los hondos limos iniciales,
convocas a los pájaros a la primera aurora,
al pasto los primeros animales.
De mañana te busco, hecho de luz concreta,
de espacio puro y tierra amanecida.
De mañana te encuentro, vigor, origen, meta
de los profundos ríos de la vida.
El árbol toma cuerpo, y el agua melodía;
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.
No hay brisa si no alientas, monte si no estás dentro,
ni soledad en que no te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia; vivir es este encuentro:
tú, por la luz; el hombre, por la muerte.
¡Que se acabe el pecado! ¡Mira que es desdecirte
dejar tanta hermosura en tanta guerra!
Que el hombre no te obligue, Señor, a arrepentirte
de haberle dado un día las llaves de la tierra. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR
EL TEMPLO
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿Cuándo entraré a
ver el rostro de Dios?
Ant 2. Muéstranos, Señor,
tu gloria y tu compasión.
Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE
JERUSALÉN Sir. 36, 1-7. 13-16
Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.
Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Muéstranos, Señor,
tu gloria y tu compasión.
Ant 3. Bendito eres,
Señor, en la bóveda del cielo.
SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito eres,
Señor, en la bóveda del cielo.
LECTURA BREVE Jr 15, 16
Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la
alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, ¡Señor, Dios
de los ejércitos!
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza
de los buenos.
R. Aclamad, justos,
al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
V. Cantadle un
cántico nuevo.
R. Que merece la
alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Aclamad, justos,
al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
PRIMERA LECTURA
Del primer libro de Samuel 17, 57--18, 9. 20-30
ENVIDIA DE SAÚL HACIA DAVID
En aquellos días, cuando volvió David de matar al filisteo, lo tomó Abner y lo
llevó ante Saúl con la cabeza del filisteo en la mano. Saúl le preguntó:
«¿De quién eres hijo, muchacho?»
David respondió:
«De tu siervo Jesé, de Belén.»
En acabando de hablar David a Saúl, el alma de Jonatán se apegó al alma de
David, y lo amó Jonatán como a sí mismo. Lo retuvo Saúl aquel día y no le
permitió regresar a casa de su padre. Hizo Jonatán alianza con David, pues lo
amaba como a sí mismo. Se quitó Jonatán el manto que llevaba y se lo dio a
David, y también su vestido y su espada, su arco y su cinturón.
A su regreso, cuando volvió David de matar al filisteo, salían las mujeres de
todas las ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl, para cantar, danzando
al son de adufes y triángulos, con cantos de alegría. Las mujeres, danzando,
cantaban a coro:
«Saúl mató sus mil, y David sus diez mil.»
Irritóse mucho Saúl y le disgustó el suceso, pues decía:
«Dan miríadas a David, y a mí sólo millares; sólo le falta ser rey.»
Y, desde aquel día en adelante, miraba Saúl a David con ojos de envidia.
Mikal, hija de Saúl, se enamoró de David. Se lo dijeron a Saúl, y le agradó la
noticia. Dijo Saúl:
«Se la entregaré, pero será para él un lazo, pues caerá sobre él la mano de los
filisteos.» Dijo, pues, Saúl a David:
«Ahora serás mi yerno.»
Ordenó Saúl a sus servidores:
«Insinuad a David: "Mira que el rey te estima; también te estiman todos
sus servidores; procura, pues, ser yerno del rey."»
Los servidores del rey dijeron estas palabras a oídos de David, y éste replicó:
«¿Os parece sencillo ser yerno del rey? Yo soy un hombre pobre y ruín.»
Comunicaron a Saúl sus servidores:
«Estas palabras ha dicho David.»
Respondió Saúl:
«Decid así a David: "No quiere el rey dote, sino cien prepucios de
filisteos para vengarse de los enemigos del rey."»
Tramaba el rey hacer sucumbir a David en manos de los filisteos. Los servidores
comunicaron a David estas palabras y la cosa pareció bien a David para llegar a
ser yerno del rey. No se había cumplido el plazo, cuando se levantó David y
partió con sus hombres. Mató a los filisteos doscientos hombres y trajo sus
prepucios, que entregó cumplidamente al rey, para ser su yerno. Saúl le dio a
su hija Mikal por mujer.
David lograba éxito en todas las campañas que Saúl le encomendaba, y lo puso
Saúl al frente de hombres de guerra, y se hizo querer de todo el pueblo,
también de los servidores de Saúl.
Temió Saúl, pues sabía que el Señor estaba con David y que toda la casa de
Israel lo amaba. Aumentó el temor de Saúl hacia David y fue siempre hostil a
él. Salían los jefes de los filisteos, pero en todas sus incursiones obtenía
David más éxito que los demás servidores de Saúl, y su nombre se hizo muy
famoso.
RESPONSORIO Sal 55, 2. 4. 14
R. Misericordia, Dios mío, que me hostigan, me atacan y me acosan
todo el día: * Yo confío en ti.
V. Porque libraste mi alma de la muerte, mis pies de la caída.
R. Yo confío en ti.
SEGUNDA LECTURA
De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios.
(Cap. 46, 2--47, 4; 48, 1-6: Funk 1, 119-123)
BUSQUE CADA UNO NO SÓLO SU PROPIO INTERÉS, SINO TAMBIÉN EL DE LA
COMUNIDAD
Escrito está: Juntaos con los santos, porque los que se juntan con ellos se
santificarán. Y otra vez, en otro lugar, dice: Con el hombre inocente serás
inocente; con el elegido serás elegido, y con el perverso te pervertirás. Juntémonos,
pues, con los inocentes y justos, porque ellos son elegidos de Dios. ¿A qué
vienen entre vosotros contiendas y riñas, banderías, escisiones y guerras? ¿O
es que no tenemos un solo Dios y un solo Cristo y un solo Espíritu de gracia
que fue derramado sobre nosotros? ¿No es uno solo nuestro llamamiento en
Cristo? ¿A qué fin desgarramos y despedazamos los miembros de Cristo y nos
sublevamos contra nuestro propio cuerpo, llegando a tal punto de insensatez que
nos olvidamos de que somos los unos miembros de los otros?
Acordaos de las palabras de Jesús, nuestro Señor. El dijo, en efecto: ¡Ay de
aquel hombre! Más le valiera no haber nacido, que escandalizar a uno solo de
mis escogidos. Mejor le fuera que le colgaran una piedra de molino al cuello y
lo hundieran en el mar, que no extraviar a uno solo de mis escogidos. Vuestra
escisión extravió a muchos, desalentó a muchos, hizo dudar a muchos, nos sumió
en la tristeza a todos nosotros. Y, sin embargo, vuestra sedición es contumaz.
Tomad en vuestra mano la carta del bienaventurado Pablo apóstol. ¿Cómo os
escribió en los comienzos del Evangelio? A la verdad, divinamente inspirado, os
escribió acerca de sí mismo, de Cefas y de Apolo, como quiera que ya desde
entonces fomentabais las parcialidades. Mas aquella parcialidad fue menos
culpable que la actual, pues al cabo os inclinabais a apóstoles acreditados por
Dios y a un hombre acreditado por éstos.
Arranquemos, pues, con rapidez ese escándalo y postrémonos ante el Señor,
suplicándole con lágrimas sea propicio con nosotros, nos reconcilie consigo y
nos restablezca en el sagrado y puro comportamiento de nuestra fraternidad.
Porque ésta es la puerta de la justicia, abierta para la vida, conforme está
escrito: Abridme las puertas de la justicia, y entraré para dar gracias al
Señor. Ésta es la puerta del Señor: los justos entrarán por ella. Ahora bien,
siendo muchas las puertas que están abiertas, ésta es la puerta de la justicia,
a saber: la que se abre en Cristo. Bienaventurados todos los que por ella
entraren y enderezaren sus pasos en santidad y justicia, cumpliendo todas las
cosas sin perturbación. Enhorabuena que uno tenga carisma de fe, que otro sea
poderoso en explicar los conocimientos, otro sabio en el discernimiento de
discursos, otro casto en su conducta. El hecho es que cuanto mayor parezca uno
ser, tanto más debe humillarse y buscar no sólo su propio interés, sino también
el de la comunidad.
RESPONSORIO 1Co 9, 19. 22; Jb 29, 15-16
R. Siendo libre en todo, me he hecho esclavo de todos. Me he hecho
débil con los débiles. * Me he hecho todo para todos, para salvarlos a todos.
V. Yo era ojos para el ciego y pies para el cojo; yo era padre de los
pobres.
R. Me he hecho todo para todos, para salvarlos a todos.
Lunes, 8 de
julio de 2019
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,18-26):
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se
arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la
mano en la cabeza, y vivirá.»
Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de
sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del
manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo: « ¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.»
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la
gente, dijo: « ¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la
mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha
visitado y redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el
Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Demos gracias a nuestro salvador que ha hecho de nosotros
un pueblo de reyes y sacerdotes, y digámosle:
Consérvanos, Señor, en tu servicio.
Señor Jesús, sacerdote eterno, que has querido que tu pueblo participara de tu
sacerdocio:
haz que ofrezcamos siempre sacrificios espirituales, agradables al Padre.
Danos, Señor, la abundancia de los frutos del Espíritu Santo:
comprensión, bondad, amabilidad.
Que la luz de la fe ilumine este nuevo día
y que durante el mismo caminemos por las sendas del amor.
Haz que busquemos siempre el bien de nuestros hermanos
y les ayudemos a progresar en su salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar
al comienzo de este día: danos tu ayuda para que no caigamos hoy en pecado,
sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus
mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos
lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Isaías significa Dios salva.
Isaías fue para Israel un heroe nacional. Es un
poeta maravilloso. La elegancia de su estilo, la viveza de sus imagenes y la
belleza literaria de sus profecías lo convierte en un clásico de la literatura
de Israel.
Nació en Jerusalen en el año 765 antes de Cristo y
parece que era de familia de clase aristocratica. Todo su modo de hablar y
comportarse lo presentan como un hombre de cultura superior.
En el Capítulo 6 de sus profecías narra como Dios
lo llamo. Dice así : "Ví al Señor Dios , sentado en un trono excelso y
elevado y miles de serafines lo alababan cantando : "Santo, Santo es el
Señor Dios de los ejercitos, llenos estan el cielo y la tierra de Tu
Gloria." Yo me llene de espanto y exclame : "Ay de mí que soy un
hombre de labios impuros y vivo enmedio de un pueblo pecador y mis ojos ven al
Dios Todopoderoso". Entonces voló hacía mí uno de los serafines, y tomando
una brasa encendida del altar la coloco sobre mis labios y dijo : "Ahora
has quedado purificado de tus pecados."
Y oí la voz del Señor que me decía:"¿ A quién
enviaré ? ¿ Quién irá de mi parte a llevarles mis mensajes ?"
Yo le dije : "Aquí estoy Señor, envíame a
mí"
Isaías empezo entonces a llevar a las gentes
los mensajes de Dios, pidiendoles que se apartarán de su vida de pecado y
empezaran una vida agradable a Dios. Pero se cumplía lo que le había avisado el
Señor : "Teniendo oídos, no querrán escuchar". Aviso fuertemente que
si no convertían serían llevados presos al destierro. No le hicieron caso y la
nación de Israel fue llevada después presa a un país extraño.
El Emmanuel. Una de las más famosas profecías que
hizo ese gran vidente fue la de Emmanuel. Dijo así : "He aquí que la
Virgen concebirá y dará a luz a un niño al cual llamarán Dios con
nosotros" Así esta avisando con siete siglos de anticipación el nacimiento
de Jesús , de María Virgen.
Después de Cristo y de Moisés, el más grande
profeta de todos los siglos ha sido Isaías, es el profeta de la Confianza en
Dios. Quiere que aunque las situaciones de la vida sean terribles, jamás dejemos
de confiar en que Dios llegará con su gran poder a ayudarnos y defendernos.
Anuncia un Mesías o Salvador, de la familia de David, portador de paz y de
justicia, cuyo oficio es encender en la tierra el amor hacía Dios.
Fue un genio religioso que ejercío enorme
influencia en la verdadera religión y cuyos escritos los leen y meditan hoy en
todo el mundo los seguidores de Cristo.
Una antigua tradición judía, nos dice que a Isaías
lo hizo maritirizar el impío rey Manasés.
San
Antonio lo señala como a "uno de los Pontífices más grandes y que más
sufrieron". Nació en Montemagno, entre Pisa y Lucca. Después de ocupar un
cargo en la curia episcopal de Pisa, ingresó en 1135 al monasterio cisterciense
de Claraval. Tomó el nombre de Bernardo, y San Bernardo fue su superior en
aquel monasterio. Cuando el Papa Inocencio II pidió que algunos cisterciences
fuesen a Roma, San Bernardo envió a su homónimo como jefe de la expedición. Los
cistercienses se establecieron en el convento de San Anastasio (Tre
Fontane).
A la muerte del Papa Lucio II, en 1145, los
cardenales eligieron para sucederle a Bernardo, el abad de San Anastasio. El
nuevo Pontífice tomó el nombre de Eugenio y fue consagrado en la abadía de
Farfa. En enero de 1147, aceptó con gusto la invitación que le hizo Luis VII de
que fuese a predicar la cruzada en Francia. En la segunda cruzada no tuvieron
buenos resultados. El Papa permaneció en Francia hasta que el clamor popular
por el fracaso de la cruzada le hizo imposible permanecer más tiempo en ese
lugar. Durante su estancia en aquel país, presidió los sínodos de París, Tréveris
y Reims, que se ocuparon principalmente de promover la vida cristiana; también
hizo cuanto pudo por reorganizar las escuelas de filosofía y teología. En mayo
de 1148 el Pontífice volvió a Italia y excomulgó a Arnoldo de Brescia (quien en
sus peores momentos presagiaba a los demagogos doctrinarios de épocas
posteriores). San Bernardo dedicó al Sumo Pontífice su tratado ascético
"De Consideratione", donde afirmaba que el Papa tenía como principal
deber atender a las cosas espirituales y que no debía dejarse distraer
demasiado por asuntos que corresponden a otros.
Eugenio III partió de Roma en el verano de 1150
y permaneció dos años y medio en la Campania, procurando obtener el apoyo del
emperador Conrado III y de su sucesor, Federico Barbarroja.
El santo murió en Roma el 8 de julio de 1153. Su
culto fue aprobado en 1872.