Musica Para el Alma
jueves, 3 de junio de 2021
EVANGELIO DE MARCOS 12,35-37 CICLO B
*Lecturas
de la 9ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Viernes, 4 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (12,35-37)*
En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: «¿Cómo dicen
los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el
Espíritu Santo, dice: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, y
haré de tus enemigos estrado de tus pies." Si el mismo David lo llama
Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?»
La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo.
Palabra del Señor
*(Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus
enemigos debajo de tus pies)*
*El
Señor, me quiere ayudar y me hace una invitación, para que pueda ver que
mis enemigo no están allá, mis enemigo están aquí cerca, muy cerca, tan cerca,
que están dentro de mí. Una forma de vencer esos enemigos que tengo dentro es,dejando
que la palabra penetre dentro de mí pero sin dejar que la palabra se desvalúe,
y aplicándome también aquellas palabras que no me gustan, que me resultan
incomoda porque, me hacen una invitación a entregarle mi ama al Señor, y
entregar mi alma, es dejar que sea el Señor, quien actúe no yo; esa es la mejor
manera de rompen con mis enemigos interiores*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 4. SAN FRANCISCO CARACCIOLO
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Francisco Caracciolo*
VIERNES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y
mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Dad
gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad
gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Himno: EDIFICASTE UNA TORRE
Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.
Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.
Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas.
Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y esta herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.
¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pise,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y
holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR
ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aceptarás
los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Ant 2. Con
el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE
CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25
Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen
nunca jamás.
Así dice el Señor, creador del cielo
- él es Dios -,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro.»
No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío.»
Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
- No hay otro Dios fuera de mí -.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder.»
A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con
el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Ant 3. Entrad
en la presencia del Señor con aclamaciones.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL
TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad
en la presencia del Señor con aclamaciones.
LECTURA BREVE Ef 4, 29-32
No salga de vuestra boca palabra desedificante, sino la que sirva para la
necesaria edificación, comunicando la gracia a los oyentes. Y no provoquéis más
al santo Espíritu de Dios, con el cual fuisteis marcados para el día de la redención.
Desterrad de entre vosotros todo exacerbamiento, animosidad, ira, pendencia,
insulto y toda clase de maldad. Sed, por el contrario, bondadosos y compasivos
unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha perdonado en
Cristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En
la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Indícame
el camino que he de seguir.
R. Hazme
escuchar tu gracia.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En
la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Hijo mío,
conserva mis palabras.
R. Conserva mis mandatos y vivirás.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol Santiago 4, 13b-5, 11
AGUARDAD CON PACIENCIA HASTA LA MANIFESTACIÓN DEL SEÑOR
Queridos hermanos: Escuchad, ahora, vosotros, los que decís: «Hoy o mañana
iremos a tal ciudad y pasaremos allí el año; nos dedicaremos al negocio y
lograremos pingües ganancias.» ¡Pero si no sabéis siquiera qué os va a suceder
mañana! ¿Qué es vuestra vida? Sois un poco de vapor que aparece un momento y al
punto se disipa. En vez de eso debíais decir: «Si el Señor quiere, viviremos y
haremos esto o aquello.» Ahora os jactáis de vuestras insolentes palabras. Toda
jactancia de esa clase es mala. En conclusión, quien sabe hacer el bien y no lo
hace comete un pecado.
Escuchad, ahora, vosotros, los ricos; y romped a llorar a gritos por las
calamidades que os van a venir. Vuestras riquezas están podridas, y vuestros
vestidos consumidos por la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están comidos
de la herrumbre. Su herrumbre será una acusación contra vosotros, y como fuego
consumirá vuestras carnes. Habéis acumulado tesoros para los últimos días.
Mirad que clama el jornal retenido de los obreros que han segado vuestros
campos; y los clamores de los segadores han llegado hasta los oídos del Señor
de los ejércitos. Habéis llevado una vida de delicias sobre la tierra: os
habéis entregado al placer y habéis cebado vuestros cuerpos para el día de la
matanza. Habéis condenado al justo y le habéis dado muerte, pues él no os opone
resistencia.
Aguardad, pues, con paciencia, hermanos, hasta la manifestación del Señor. Ved
cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra. Lo va aguardando
pacientemente, hasta que la tierra reciba las lluvias tempranas y las tardías.
Aguardad también vosotros con toda paciencia, fortaleced vuestros corazones,
porque la manifestación del Señor está ya cerca. No os quejéis, hermanos, unos
de otros, para no ser condenados. Mirad que el Juez está a las puertas. Tomad,
hermanos, como dechados de sufrimiento y de constante espera a los profetas que
hablaron en el nombre del Señor.
Ved cómo ahora proclamamos bienaventurados a los que perseveraron en el sufrir.
Habéis oído ponderar la paciencia de Job, y habéis visto el fin que le otorgó
el Señor; porque el Señor es compasivo y misericordioso en extremo.
RESPONSORIO St 5, 10. 9b; Mt 24, 44
R. Tomad, hermanos, como dechados de sufrimiento y de constante
espera a los profetas que hablaron en el nombre del Señor. * Mirad
que el Juez está a las puertas.
V. Estad preparados, porque, a la hora que menos penséis, vendrá el
Hijo del hombre.
R. Mirad que el Juez está a las puertas.
SEGUNDA LECTURA
De los Tratados de Balduino de Cantorbery, obispo.
(Tratado 6: PL 204, 466-467)
EL SEÑOR DISCIERNE LOS PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS DEL CORAZÓN
El Señor conoce, sin duda alguna, todos los pensamientos y sentimientos de
nuestro corazón; en cuanto a nosotros, sólo podemos discernirlos en la medida
en que el Señor nos lo concede. En efecto, el espíritu que está dentro del
hombre no conoce todo lo que hay en el hombre, y en cuanto a sus pensamientos,
voluntarios o no, no siempre juzga rectamente. Y, aunque los tiene ante los
ojos de su mente, tiene la vista interior demasiado nublada para poder
discernirlos con precisión.
Sucede, en efecto, muchas veces, que nuestro propio criterio u otra persona o
el tentador nos hacen ver como bueno lo que Dios no juzga como tal. Hay algunas
cosas que tienen una falsa apariencia de virtud, o también de vicio, que
engañan a los ojos del corazón y vienen a ser como una impostura que embota la
agudeza de la mente, hasta hacerle ver lo malo como bueno y viceversa; ello
forma parte de nuestra miseria e ignorancia, muy lamentable y muy temible.
Está escrito: Cree uno que su camino es recto, y va a parar a la muerte. Para
evitar este peligro nos advierte san Juan: Examinad los espíritus si provienen
de Dios. Pero ¿quién será capaz de examinar si los espíritus provienen de Dios,
si Dios no le da el discernimiento de espíritus, con el que pueda examinar con
agudeza y rectitud sus pensamientos, afectos e intenciones? Este discernimiento
es la madre de todas las virtudes, y a todos es necesario, ya sea para la
dirección espiritual de los demás, ya sea para corregir y ordenar la propia
vida.
La decisión en el obrar es recta cuando se rige por el beneplácito divino, la
intención es buena cuando tiende a Dios sin doblez. De este modo, todo el
cuerpo de nuestra vida y de cada una de nuestras acciones será luminoso, si
nuestro ojo está sano. Y el ojo sano es ojo y está sano cuando ve con claridad
lo que hay que hacer y cuando, con recta intención, hace con sencillez lo que
no hay que hacer con doblez. La recta decisión es incompatible con el error; la
buena intención excluye la ficción. En esto consiste el verdadero
discernimiento: en la unión de la recta decisión y de la buena intención.
Todo, por consiguiente, debemos hacerlo guiados por la luz del discernimiento,
pensando que obramos en Dios y ante su presencia.
RESPONSORIO Mi 6, 8; Sal 36, 3
R. Se te ha dado a conocer, oh hombre, lo que es bueno, lo que Dios
desea de ti: * simplemente que practiques la justicia, que ames la
misericordia, y que camines humildemente con tu Dios.
V. Confía en el Señor y haz el bien, y habitarás tu tierra si eres fiel
a lo que él desea de ti.
R. Simplemente que practiques la justicia, que ames la misericordia,
y que camines humildemente con tu Dios.
*Lecturas de la 9ª Semana del Tiempo
Ordinario Ciclo B*
Viernes, 4 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (12,35-37)*
En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: «¿Cómo dicen
los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el
Espíritu Santo, dice: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, y
haré de tus enemigos estrado de tus pies." Si el mismo David lo llama
Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?»
La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su
pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El
Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Adoremos a Cristo, que salvó al mundo
con su cruz, y supliquémosle diciendo:
Señor, ten misericordia de nosotros.
Señor Jesucristo, cuya claridad es nuestro sol y nuestro día,
haz que, desde el amanecer, desaparezca de nosotros todo sentimiento malo.
Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos, palabras y obras,
a fin de que nuestro día sea agradable ante tus ojos.
Aparta de nuestros pecados tu vista,
y borra en nosotros toda culpa.
Por tu cruz y tu resurrección,
llénanos del gozo del Espíritu Santo.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Ya que somos hijos de Dios, oremos a nuestro Padre como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, que has iluminado
las tinieblas de nuestra ignorancia con la luz de tu palabra: acrecienta en
nosotros la fe que tú mismo nos has dado; que ninguna tentación pueda nunca
destruir el ardor de la fe y de la caridad que tu gracia ha encendido en
nuestro Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
*San
Francisco Caracciolo*
Nació en la región de los
Abruzos, en Vila Santa María (Italia), el 13 de octubre de 1563 con el nombre
de Ascanio Caracciolo. Nació en el seno de una familia rica, su madre era
pariente de Santo Tomás de Aquino.
*Biografía de San Francisco
Caracciolo*
A los 22 años, le dio una
enfermedad terrible a la piel, semejante a la lepra, y todos creían que sería
incurable. Entonces Francisco le hizo a Dios esta promesa: "Si me curas de
esta enfermedad, dedicaré mi vida al sacerdocio y al apostolado". Así,
curado de milagro, decidió cumplir con su promesa y empezó a prepararse para el
sacerdocio. Se fue a Nápoles, y allá, apenas ordenado sacerdote se unió a un
grupo de apostolado que se dedicaba a atender a los presos de las cárceles.
En el año 1588 un gran apóstol
llamado Juan Adorno, dispuso fundar una comunidad religiosa que dedicara la
mitad del tiempo a la oración y la otra mitad al apostolado. Para esto mandó
una carta a un tal Ascanio Caracciolo, pidiéndole consejos acerca de este
proyecto y proponiendo su colaboración. Pero, sucedió que los que llevaban la
carta se equivocaron de destinatario y en vez de entregarla a Ascanio la
entregaron a san Francisco Caracciolo. El, al leerla encontró que esta
comunidad era lo que él había deseado por muchos años y junto con Juan Adorno
fundaron la nueva congregación luego de 40 días de retiro espiritual en un
monasterio de camaldulenses.
La nueva comunidad recibió el
nombre de "Clérigos regulares".
Entre las normas de su reglamento
se encontraban:
Cada día alguno de los religiosos
hará ayuno (por que Jesús dijo: "Ciertos espíritus malos no se alejan sino
con la oración y el ayuno").
Todo lo religioso pasará cada día
al menos una hora en el templo en oración ante el Santísimo Sacramento.
Los religiosos prometerán no
aspirar a cargos importantes ni a altos puestos.
El Papa Sixto V aprobó la nueva
Congregación, y les fue concedida una casa junto a la famosa Basílica Santa
María la Mayor. Pronto empezaron a llegarles muchos jóvenes con la aspiración
de pertenecer a la comunidad. Los fervorosos religiosos se dedicaban a predicar
misiones por pueblos y veredas y a hacer apostolados en las cárceles y
hospitales. Tenían ciertos sitios apartados y solitarios para dedicarse a la
oración y a la meditación.
Al morir su compañero a los 40
años, fue nombrado nuestro santo como superior general de la Congregación.
Poseía el don de curaciones.
Muchas veces con la señal de la cruz devolvía la salud a los enfermos. Fundó
una gran casa religiosa en Nápoles, que pronto se llenó de nuevos religiosos.
Fundó también casas en Madrid, Valladolid y Alcalá en España.
En 1607 renunció a todos sus
cargos y se dedicó a la oración y a la meditación. En su habitación, en Nápoles
lo encontraron varias veces en el suelo, con los brazos en cruz, en éxtasis,
orando y mirando al crucifijo absorto.
Las personas lo llamaban "El
predicador del amor de Dios" porque predicaba constantemente la
misericordia que Dios tiene con los pecadores. Además era fiel devoto de la
Santísima Virgen.
Comenzó a sentirse enfermo el 1
de Junio, esto hizo que le mandara una carta a sus hermanos pidiéndoles que
sean fieles a la regla. Luego de comulgar y recibir los sacramentos exclamaba
"Vámonos, vámonos". Uno de los presente le preguntó: - ¿A dónde
quieres ir Padre Francisco?" y él respondió: "¡Al cielo, al cielo!
Murió el 4 de junio del año 1608.
Tenía apenas 44 años. Su cuerpo, después de muerto despedía suaves fragancias
que por tres días llenaron aquel recinto.
Fue canonizado en 1807.
*VÍSPERAS*
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi
auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CALOR DE DIOS EN
SANGRE REDENTORA.
Calor de Dios en sangre redentora,
y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.
Conózcate, oh Cristo, en esta hora
de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.
Conózcame en tu vía dolorosa
y conozca, Señor, en los fulgores
de tus siete palabras, mi caída;
que en esta cruz pujante y misteriosa
pongo, sobre el amor de mis amores,
el amor entrañable de mi vida. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sáname, Señor, porque
he pecado contra ti.
Salmo 40 - ORACIÓN DE UN
ENFERMO.
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»
Mis enemigos me desean lo peor;
«A ver si se muere y se acaba su apellido.»
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»
Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sáname, Señor, porque he pecado
contra ti.
Ant 2. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Salmo 45 - DIOS, REFUGIO
Y FORTALEZA DE SU PUEBLO
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS
VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE Rm 15, 1-3
Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos
a nosotros mismos. Cada uno cuide de complacer al prójimo para su bien, para su
edificación; que Cristo no buscó su propia complacencia, según está escrito:
«sobre mí cayeron los ultrajes de quienes te ultrajaron».
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo nos ama y nos ha
absuelto por la virtud de su sangre.R. Cristo nos ama y nos ha
absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros reino y
sacerdotes para el Dios y Padre suyo.R. Por la virtud de su
sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.R. Cristo nos ama y nos ha absuelto
por la virtud de su sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor nos auxilia a
nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.
Cántico de María. ALEGRÍA
DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor nos auxilia a nosotros,
sus siervos, acordándose de su misericordia.
PRECES
Bendigamos a Dios que
escucha con amor la oración de los humildes y a los hambrientos los colma de
bienes; digámosle confiados:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Señor, Padre lleno de amor, te pedimos por todos los miembros de la iglesia que
sufren:
acuérdate que por ellos, Cristo, cabeza de la iglesia, ofreció en la cruz el
verdadero sacrificio vespertino.
Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas, sé la ayuda de
las viudas y de los huérfanos,
y haz que todos nos preocupemos de los que sufren.
Concede a tus hijos la fuerza necesaria
para resistir las tentaciones del Maligno.
Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de nuestra muerte:
que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz.
Se pueden añadir algunas
intenciones libres
Conduce a los difuntos a la luz donde tu habitas
para que puedan contemplarte eternamente.
Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor, que
los que hemos sido aleccionados con los ejemplos de la pasión de tu Hijo
estemos siempre dispuestos a cargar con su yugo llevadero y con su carga
ligera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 4 DE JUNIO 2021
*Lecturas
de la 9ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Viernes, 4 de junio de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro de Tobías (11,5-17):
En aquellos días, Ana estaba sentada, oteando el camino por donde tenía que
llegar su hijo.
Tuvo el presentimiento de que llegaba, y dijo al padre: «Mira, viene tu hijo
con su compañero.»
Rafael dijo a Tobías, antes de llegar a casa: «Estoy seguro de que tu padre
recuperará la vista. Úntale los ojos con la hiel del pez; el remedio hará que
las nubes de los ojos se contraigan y se le desprendan. Tu padre recobrará la
vista y verá la luz.»
Ana fue corriendo a arrojarse al cuello de su hijo, diciéndole: «Te veo, hijo,
ya puedo morirme.»
Y se echó a llorar. Tobit se puso en pie y, tropezando, salió por la puerta del
patio.
Tobías fue hacia él con la hiel del pez en la mano; le sopló en los ojos, le
agarró la mano y le dijo: «Ánimo, padre.»
Le echó el remedio, se lo aplicó y luego con las dos manos le quitó como una
piel de los lagrimales.
Tobit se le arrojó al cuello, llorando, mientras decía: «Te veo, hijo, luz de
mis ojos.»
Luego añadió: «Bendito sea Dios, bendito su gran nombre, benditos todos sus
santos ángeles. Que su nombre glorioso nos proteja, porque si antes me castigó,
ahora veo a mi hijo Tobías.»
Tobías entró en casa contento y bendiciendo a Dios a voz en cuello.
Luego le contó a su padre lo bien que les había salido el viaje: traía el
dinero y se había casado con Sara, la hija de Ragüel: «Está ya cerca, a las
puertas de Nínive.»
Tobit salió al encuentro de su nuera, hacia las puertas de Nínive. Iba contento
y bendiciendo a Dios, y los ninivitas, al verlo caminar con paso firme y sin
ningún lazarillo, se sorprendían. Tobit les confesaba abiertamente que Dios
había tenido misericordia y le había devuelto la vista.
Cuando llegó cerca de Sara, mujer de su hijo Tobías, le echó esta bendición:
«¡Bien venida, hija! Bendito sea tu Dios, que te ha traído aquí. Bendito sea tu
padre, bendito mi hijo Tobías, y bendita tú, hija. ¡Bien venida a ésta tu casa!
Que goces de alegría y bienestar. Entra, hija.»
Todos los judíos de Nínive celebraron aquel día una gran fiesta.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 145,
1-2. 6b-7. 8-9a. 9bc-10
R/. Alaba, alma mía, al
Señor
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista. R/.
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
*Lecturas
de la 9ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Viernes, 4 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (12,35-37)*
En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: «¿Cómo dicen
los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David, inspirado por el
Espíritu Santo, dice: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, y
haré de tus enemigos estrado de tus pies." Si el mismo David lo llama
Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?»
La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo.
Palabra del Señor
*(Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus
enemigos debajo de tus pies)*
*El
Señor, me quiere ayudar y me hace una invitación, para que pueda ver que
mis enemigo no están allá, mis enemigo están aquí cerca, muy cerca, tan cerca,
que están dentro de mí. Una forma de vencer esos enemigos que tengo dentro es,dejando
que la palabra penetre dentro de mí pero sin dejar que la palabra se desvalúe,
y aplicándome también aquellas palabras que no me gustan, que me resultan
incomoda porque, me hacen una invitación a entregarle mi ama al Señor, y
entregar mi alma, es dejar que sea el Señor, quien actúe no yo; esa es la mejor
manera de rompen con mis enemigos interiores*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.