Musica Para el Alma
jueves, 18 de noviembre de 2021
EVANGELIO DE LUCAS 19,45-48 CICLO B
*Lecturas del Viernes de la 33ª semana del Tiempo
Ordinario*
Viernes, 19 de noviembre de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (19,45-48)*
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores,
diciéndoles: «Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero
vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos."»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los
notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de
que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus
labios.
Palabra del Señor
«Mi Casa será Casa de oración. = ¡Pero vosotros la habéis hecho = una
cueva de bandidos!»
*Cada día necesito reconocer más lo
que hay dentro de mí. Es cierto que hago negocios con la casa del Señor, porque
mi cuerpo, es Templo del Espíritu Santo. El Señor me quiere que vista mi cuerpo
de manera correcta, que no sea un motivo de escándalo para otros, me invita a
cuidar mi cuerpo. Porque mi cuerpo está hecho a imagen y semejanza del Señor. Es
por eso que el Señor tan bien de una manera sabia quiere proteger mi corazón
del: odio, la envidia, el rencor, la ira, la soberbia, los malos pensamientos y
a cuidar mi boca y mis labios de las malas palabras y las mentiras. El Señor
quiere entra en mi vida y sacar todas las cosas que a él no le agradan y que a
mí, me hacen daño*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a
ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 19
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
VIERNES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y
mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Dad
gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad
gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Himno: EDIFICASTE UNA TORRE
Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.
Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.
Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas.
Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y está herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.
¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pise,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y
holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR
ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aceptarás
los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Ant 2. Con
el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE
CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25
Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen
nunca jamás.
Así dice el Señor, creador del cielo
- él es Dios -,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro.»
No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío.»
Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
- No hay otro Dios fuera de mí -.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder.»
A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con
el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Ant 3. Entrad
en la presencia del Señor con aclamaciones.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL
TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad
en la presencia del Señor con aclamaciones.
LECTURA BREVE Ef 4, 29-32
No salga de vuestra boca palabra desedificante, sino la que sirva para la
necesaria edificación, comunicando la gracia a los oyentes. Y no provoquéis más
al santo Espíritu de Dios, con el cual fuisteis marcados para el día de la
redención. Desterrad de entre vosotros todo exacerbamiento, animosidad, ira,
pendencia, insulto y toda clase de maldad. Sed, por el contrario, bondadosos y
compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha
perdonado en Cristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En
la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Indícame
el camino que he de seguir.
R. Hazme
escuchar tu gracia.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En
la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Hijo mío,
conserva mis palabras.
R. Conserva mis mandatos y vivirás.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Ezequiel 28, 1-19
ORÁCULO CONTRA TIRO, CIUDAD ORGULLOSA
En aquellos días, el Señor me dirigió la palabra y me dijo:
«Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Esto dice el Señor: Se hinchó tu
corazón y dijiste: "Soy Dios, entronizado en solio de dioses en el corazón
del mar", tú que eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses.
¡Si eres más sabio que Daniel!, ningún enigma se te resiste. Con tu talento,
con tu habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste oro y plata en tus
tesoros. Con agudo talento de mercader, ibas acrecentando tu fortuna, y tu
fortuna te llenó de presunción.
Por eso, así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, por eso,
traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; desenvainarán la espada contra tu
belleza y tu sabiduría, profanando tu esplendor. Te hundirán en la fosa,
morirás con muerte ignominiosa en el corazón del mar. Tú que eres hombre y no
dios, ¿osarás decir: "Soy Dios", delante de tus asesinos, en poder de
los que te apuñalen? Morirás con muerte de incircunciso, a manos de bárbaros.
Yo lo he dicho —oráculo del Señor—.»
Me vino esta palabra del Señor:
«Hijo de hombre, entona una elegía al rey de Tiro. Así dice el Señor: Eras cuño
de perfección, colmo de la sabiduría, de acabada belleza; estabas en un jardín
de dioses, revestido de piedras preciosas: cornalina, topacio y aguamarina,
crisolito, malaquita y jaspe, zafiro, rubí y esmeralda; de oro afiligranado tus
zarcillos y dijes, preparados el día de tu creación.
Te puse junto a un querube protector de alas extendidas. Estabas en la montaña
sagrada de los dioses, entre piedras de fuego te paseabas. Era irreprensible tu
conducta desde el día de tu creación hasta que se descubrió tu culpa. A fuerza
de hacer tratos, te ibas llenando de atropellos, y pecabas. Te desterré
entonces de la montaña de los dioses y te expulsó el querube protector de entre
las piedras de fuego. Te llenó de presunción tu belleza y tu esplendor te
trastornó el sentido; te arrojé por tierra, te hice espectáculo para los reyes.
Con tus muchas culpas, con tus sucios negocios, profanaste tu santuario; hice
brotar de tus entrañas fuego que te devoró; te convertí en ceniza sobre el
suelo, a la vista de todos. Tus conocidos de todos los pueblos se espantaron de
ti; ¡siniestro desenlace!, para siempre dejaste de existir.»
RESPONSORIO Cf. Ez 28, 6. 7. 16. 17. 18
R. Así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, * por
eso, traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; te desterraré de la montaña de
los dioses y te convertiré en ceniza.
V. Tu esplendor te trastornó el sentido; con tus muchas culpas,
profanaste tu santuario.
R. Por eso, traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; te desterraré
de la montaña de los dioses y te convertiré en ceniza.
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado de san Juan Eudes, presbítero, Sobre el reino de Jesús
(Parte 3, 4: Opera omnia 1, 310-312)
EL MISTERIO DE CRISTO EN NOSOTROS Y EN LA IGLESIA
Debemos continuar y completar en nosotros los estados y misterios de la vida de
Cristo, y suplicarle con frecuencia que los consume y complete en nosotros y en
toda su Iglesia.
Porque los misterios de Jesús no han llegado todavía a su total perfección y
plenitud. Han llegado ciertamente a su perfección y plenitud en la persona de
Jesús, pero no en nosotros, que somos sus miembros, ni en su Iglesia, que es su
cuerpo místico. El Hijo de Dios quiere comunicar y extender en cierto modo y
continuar sus misterios en nosotros y en toda su Iglesia, ya sea mediante las
gracias que ha determinado otorgarnos, ya mediante los efectos que quiere
producir en nosotros a través de estos misterios. En este sentido quiere
completarlos en nosotros.
Por esto san Pablo dice que Cristo halla su plenitud en la Iglesia y que todos
nosotros contribuimos a su edificación y a la edad de Cristo en su plenitud, es
decir, a aquella edad mística que él tiene en su cuerpo místico, y que no
llegará a su plenitud hasta el día del juicio. El mismo Apóstol dice, en otro
lugar, que él va completando las tribulaciones que aún le quedan por sufrir con
Cristo en su carne mortal.
De éste modo el Hijo de Dios ha determinado consumar y completar en nosotros
todos los estados y misterios de su vida. Quiere llevar a término en nosotros
los misterios de su encarnación, de su nacimiento, de su vida oculta,
formándose en nosotros y volviendo a nacer en nuestras almas por los santos
sacramentos del bautismo y de la sagrada eucaristía, y haciendo que llevemos
una vida espiritual e interior, oculta con él en Dios.
Quiere completar en nosotros el misterio de su pasión, muerte y resurrección,
haciendo que suframos, muramos y resucitemos con él y en él. Finalmente,
completará en nosotros su estado de vida gloriosa e inmortal cuando haga que
vivamos con él y en él una vida gloriosa y eterna en el cielo. Del mismo modo
quiere consumar y completar los demás estados y misterios de su vida en
nosotros y en su Iglesia, haciendo que nosotros los compartamos y participemos
de ellos, y que en nosotros sean continuados y prolongados.
Según esto, los misterios de Cristo no estarán completos hasta el final de
aquel tiempo que él ha destinado para la plena realización de sus misterios en
nosotros y en la Iglesia, es decir, hasta el fin del mundo.
RESPONSORIO Col 1, 24. 29
R. Ahora me alegro de los padecimientos que he sufrido por
vosotros, * y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la
Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne
mortal.
V. Con este fin me esfuerzo y lucho, contando con la eficacia de
Cristo, que actúa poderosamente en mí.
R. Y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la
Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne
mortal.
*Lecturas
del Viernes de la 33ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 19 de noviembre de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (19,45-48)*
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores,
diciéndoles: «Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero
vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos."»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los
notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de
que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus
labios.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su
pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El
Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Adoremos a Cristo, que salvó al mundo
con su cruz, y supliquémosle diciendo:
Señor, ten misericordia de nosotros.
Señor Jesucristo, cuya claridad es nuestro sol y nuestro día,
haz que, desde el amanecer, desaparezca de nosotros todo sentimiento malo.
Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos, palabras y obras,
a fin de que nuestro día sea agradable ante tus ojos.
Aparta de nuestros pecados tu vista,
y borra en nosotros toda culpa.
Por tu cruz y tu resurrección,
llénanos del gozo del Espíritu Santo.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Ya que somos hijos de Dios, oremos a nuestro Padre como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, que has iluminado
las tinieblas de nuestra ignorancia con la luz de tu palabra: acrecienta en
nosotros la fe que tú mismo nos has dado; que ninguna tentación pueda nunca
destruir el ardor de la fe y de la caridad que tu gracia ha encendido en
nuestro Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi
auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CALOR DE DIOS EN
SANGRE REDENTORA.
Calor de Dios en sangre redentora,
y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.
Conózcate, oh Cristo, en esta hora
de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.
Conózcame en tu vía dolorosa
y conozca, Señor, en los fulgores
de tus siete palabras, mi caída;
que en esta cruz pujante y misteriosa
pongo, sobre el amor de mis amores,
el amor entrañable de mi vida. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sáname, Señor, porque
he pecado contra ti.
Salmo 40 - ORACIÓN DE UN
ENFERMO.
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»
Mis enemigos me desean lo peor;
«A ver si se muere y se acaba su apellido.»
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»
Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sáname, Señor, porque he pecado
contra ti.
Ant 2. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Salmo 45 - DIOS, REFUGIO
Y FORTALEZA DE SU PUEBLO
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se postrarán
en tu acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS
VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE Rm 15, 1-3
Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos
a nosotros mismos. Cada uno cuide de complacer al prójimo para su bien, para su
edificación; que Cristo no buscó su propia complacencia, según está escrito:
«sobre mí cayeron los ultrajes de quienes te ultrajaron».
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo nos ama y nos ha
absuelto por la virtud de su sangre.R. Cristo nos ama y nos ha
absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros reino y
sacerdotes para el Dios y Padre suyo.R. Por la virtud de su
sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.R. Cristo nos ama y nos ha absuelto
por la virtud de su sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor nos auxilia a
nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.
Cántico de María. ALEGRÍA
DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor nos auxilia a nosotros,
sus siervos, acordándose de su misericordia.
PRECES
Bendigamos a Dios que
escucha con amor la oración de los humildes y a los hambrientos los colma de
bienes; digámosle confiados:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Señor, Padre lleno de amor, te pedimos por todos los miembros de la iglesia que
sufren:
acuérdate que por ellos, Cristo, cabeza de la iglesia, ofreció en la cruz el
verdadero sacrificio vespertino.
Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas, sé la ayuda de
las viudas y de los huérfanos,
y haz que todos nos preocupemos de los que sufren.
Concede a tus hijos la fuerza necesaria
para resistir las tentaciones del Maligno.
Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de nuestra muerte:
que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz.
Se pueden añadir algunas
intenciones libres
Conduce a los difuntos a la luz donde tu habitas
para que puedan contemplarte eternamente.
Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor, que
los que hemos sido aleccionados con los ejemplos de la pasión de tu Hijo
estemos siempre dispuestos a cargar con su yugo llevadero y con su carga
ligera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 19 DE NOVIEMBRE 2021
*Lecturas del Viernes de la 33ª semana del
Tiempo Ordinario*
Viernes, 19 de noviembre de 2021
Primera
lectura
Lectura del
primer libro de los Macabeos (4,36-37.52-59):
En aquellos días, Judas y sus hermanos propusieron: «Ahora que tenemos
derrotado al enemigo, subamos a purificar y consagrar el templo.»
Se reunió toda la tropa, y subieron al monte Sión. El año ciento cuarenta y
ocho, el día veinticinco del mes noveno, que es el de Casleu, madrugaron para
ofrecer un sacrificio, según la ley, en el nuevo altar de los holocaustos
recién construido. En el aniversario del día en que lo habían profanado los
paganos, lo volvieron a consagrar, cantando himnos y tocando cítaras, laúdes y
platillos. Todo el pueblo se postró en tierra, adorando y alabando a Dios, que
les había dado éxito. Durante ocho días, celebraron la consagración, ofreciendo
con júbilo holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza. Decoraron la
fachada del templo con coronas de oro y rodelas. Consagraron también el portal
y las dependencias, poniéndoles puertas. El pueblo entero celebró una gran
fiesta, que canceló la afrenta de los paganos. Judas, con sus hermanos y toda
la asamblea de Israel, determinó que se conmemorara anualmente la nueva
consagración del altar, con solemnes festejos, durante ocho días, a partir del
veinticinco del mes de Casleu.
Palabra de Dios
Salmo
1Cro 29,10.11abc.11d-12a.12bed
R/. Alabamos, Señor, tu
nombre glorioso
Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R/.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R/.
Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R/.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R/.
*Lecturas del Viernes de la 33ª semana del Tiempo
Ordinario*
Viernes, 19 de noviembre de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (19,45-48)*
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores,
diciéndoles: «Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero
vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos."»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los
notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de
que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus
labios.
Palabra del Señor
«Mi Casa será Casa de oración. = ¡Pero vosotros la habéis hecho = una
cueva de bandidos!»
*Cada día necesito reconocer más lo
que hay dentro de mí. Es cierto que hago negocios con la casa del Señor, porque
mi cuerpo, es Templo del Espíritu Santo. El Señor me quiere que vista mi cuerpo
de manera correcta, que no sea un motivo de escándalo para otros, me invita a
cuidar mi cuerpo. Porque mi cuerpo está hecho a imagen y semejanza del Señor. Es
por eso que el Señor tan bien de una manera sabia quiere proteger mi corazón
del: odio, la envidia, el rencor, la ira, la soberbia, los malos pensamientos y
a cuidar mi boca y mis labios de las malas palabras y las mentiras. El Señor
quiere entra en mi vida y sacar todas las cosas que a él no le agradan y que a
mí, me hacen daño*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a
ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.