Musica Para el Alma

domingo, 31 de agosto de 2025

GOTAS DE MISERICORDIA


 

LUCAS 4,16-30 CICLO C


 

Lecturas del Lunes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario

01 Sep 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,16-30)*

 

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo» y’ «haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

 

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

Al oír esto, todos se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio, con intención de despeñarlo

*El Señor quiere sacarme de esta manera engañosa de amar; digo en mi interior y cómo es posible que el Señor, haga milagro, regale bendiciones y premios a personas que no están, ni van a la iglesia; y de mi lo que salen son pensamientos negativos de que esas personas, no se lo merecen, pero yo me justifico pienso que como estoy en la iglesia, tengo más derecho, y me creo buena persona, y me creo con derecho sobre el Señor, y si no hace las cosas como a mí me conviene, lo saco fuera, lo empujo. La buena noticia es que el Señor quiere abrir mis ojos, purifica mi alma y limpiar todo mi ser, para que aprenda hacer fiel a él, me deje amar y pueda amar al que es diferente mí*. 

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

LAUDES Y VISPERAS DEL LUNES 1


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

Laudes - LUNES XXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2025

El siguiente es el formulario que corresponde a laudes de la liturgia de las horas para el día, lunes, 1 de septiembre de 2025.

 

Invitatorio

 

V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.


Antifona: Aclamemos al Señor con cantos.


  • Salmo 94

Invitación a la alabanza divina

Animaos los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy». (Hb 3,13)

 

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

(Se repite la antífona)

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

(Se repite la antífona)

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

(Se repite la antífona)

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

(Se repite la antífona)

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
“Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso.”»

(Se repite la antífona)

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

(Se repite la antífona)

 

Himno

Hoy que sé que mi vida es un desierto,
en el que nunca nacerá una flor,
vengo a pedirte, Cristo jardinero,
por el desierto de mi corazón.
Para que nunca la amargura sea
en mi vida más fuerte que el amor,
pon, Señor, una fuente de alegría
en el desierto de mi corazón.
Para que nunca ahoguen los fracasos
mis ansias de seguir siempre tu voz,
pon, Señor, una fuente de esperanza
en el desierto de mi corazón.
Para que nunca busque recompensa
al dar mi mano o al pedir perdón,
pon, Señor, una fuente de amor puro
en el desierto de mi corazón.
Para que no me busque a mí cuando te busco
y no sea egoísta mi oración,
pon tu cuerpo, Señor, y tu palabra
en el desierto de mi corazón. Amén.

 

Salmodia

 

Antífona 1: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

 

Salmo 41

Deseo del Señor y ansias de contemplar el templo

El que tenga sed, y quiera, que venga a beber el agua viva. (Ap 22,17)

 

Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;

tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?

Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»

Recuerdo otros tiempos,
y desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»

Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.

Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.

De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.

Diré a Dios: «Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando, sombrío,
hostigado por mi enemigo?»

Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?”»

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.”»

 

Antífona 2: Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.

 

Si 36,1-7.13-16

Súplica en favor de la ciudad santa de Jerusalén

Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. (Jn 17,3)

 

Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.

Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.

Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.
Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.

Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel a quien nombraste tu primogénito;
ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.

Llena a Sión de tu majestad,
y al templo de tu gloria.

 

Antífona 3: Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

 

Salmo 18 A (2-7)

Alabanza al Dios creador del universo

Nos visitará el sol que nace de lo alto, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. (Lc 1,78.79)

 

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.

Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.

 

Lectura Breve

Jr 15,16

Cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor, Dios de los ejércitos.

 

Responsorio Breve

 

R. Aclamad, justos, al Señor, * Que merece la alabanza de los buenos. Aclamad.
V. Cantadle un cántico nuevo. * Que merece la alabanza de los buenos. Gloria al Padre. Aclamad.

 

Primera Lectura

Comienza el libro del profeta Amós 1, 1-2, 3

SENTENCIAS DEL SEÑOR SOBRE LAS NACIONES

 

Palabras de Amós, uno de los pastores de Técoa. Visión acerca de Israel, durante los
reinados de Ozías, rey de Judá, y de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes
del terremoto.
Dijo el profeta:
«El Señor ruge desde Sión, alza la voz desde Jerusalén, y se marchitan los pastizales de
los pastores, se seca la cumbre del Carmelo.
Así dice el Señor: "A Damasco, por tres pecados y por cuatro, no le perdonaré. Porque
trilló a Galaad con trillos de hierro. Enviaré fuego a la dinastía de Jazael, que devorará los
palacios de Benadad. Romperé los cerrojos de Damasco, aniquilaré a los habitantes del
Valle de Vanidad, al que lleva el cetro en la Casa de las Delicias, y el pueblo de Siria irá
desterrado a Quir." -Lo ha dicho el Señor-.
Así dice el Señor: "A Gaza, por tres pecados y por cuatro, no le perdonaré. Porque
hicieron prisioneros en masa y los vendieron a Edom. Enviaré fuego a las murallas de
Gaza, que devorará sus palacios. Aniquilaré a los habitantes de Asdod, al que lleva el cetro
en Ascalón, tenderé mi mano contra Acarón, perecerá el resto de los filisteos." -Lo ha
dicho el Señor-.
Así dice el Señor: "A Tiro, por tres pecados y por cuatro, no le perdonaré. Porque
vendió innumerables prisioneros a Edom, no recordó la alianza con sus hermanos. Enviaré
fuego a las murallas de Tiro, que devorará sus palacios."
Así dice el Señor: "A Edom, por tres pecados y por cuatro, no le perdonaré. Porque
persiguió con la espada a su hermano, ahogó la compasión, mantuvo siempre el rencor,
conservó siempre la cólera. Enviaré fuego a Temán, que devorará los palacios de Bosra."
Así dice el Señor: "A Ammón, por tres pecados y por cuatro, no le perdonaré. Porque
abrieron en canal a las preñadas de Galaad, para ensanchar su propio territorio.
Encenderé un fuego devorador en la muralla de Rabbá, que devorará sus palacios, entre
los alaridos del día de la batalla y el torbellino del día de la tormenta. Su rey marchará al
destierro en persona, junto con sus príncipes." -Lo ha dicho el Señor-.
Así dice el Señor: "A Moab, por tres pecados y por cuatro, no le perdonaré. Por haber
quemado los huesos del rey de Edom, hasta calcinarlos. Enviaré fuego a Moab, que
devorará los palacios de Queriot. Moab morirá en el tumulto bélico, entre los alaridos y el
son de la trompeta. Aniquilaré en medio de ella a sus gobernantes, mataré a sus
príncipes." -Lo ha dicho el Señor-.»

 

Responsorio Sal 9, S. 9; Am 1, 2

 

R. Dios está sentado por siempre en el trono que ha colocado para juzgar. * Él juzgará el
orbe con justicia y regirá las naciones con rectitud.
V. El Señor hace oír su trueno desde Sión, alza la voz desde Jerusalén.
R. Él juzgará el orbe con justicia y regirá las naciones con rectitud.

 

Segunda Lectura

Del libro de la Imitación de Cristo
(Libro 3; cap. 3)

YO INSTRUÍ A MIS PROFETAS

 

Escucha, hijo mío, mis palabras, palabras suavísimas, que trascienden toda la ciencia de
los filósofos y letrados de este mundo.
Mis palabras son espíritu y son vida, y no se pueden ponderar partiendo del criterio
humano.
No deben usarse con miras a satisfacer la vana complacencia, sino oírse en silencio, y
han de recibirse con humildad y gran afecto del corazón.
Y dije: Dichoso el hombre a quien tú educas, al que enseñas tu ley, dándole descanso
tras los años duros, para que no viva desolado aquí en la tierra.
Yo -dice el Señor-instruí a los profetas desde antiguo, y no ceso de hablar a todos
hasta hoy; pero muchos se hacen sordos a mi palabra y se endurecen en su corazón.
Los más oyen de mejor grado al mundo que a Dios, y más fácilmente siguen las
apetencias de la carne que el beneplácito divino.
Ofrece el mundo cosas temporales y efímeras, y, con todo, se le sirve con ardor. Yo
prometo lo sumo y eterno, y los corazones de los hombres languidecen presa de la inercia.
¿Quién me sirve y obedece a mí con tanto empeño y diligencia como se sirve al mundo
y a sus dueños?
Sonrójate, pues, siervo indolente y quejumbroso, de que aquéllos sean más solícitos
para la perdición que tú para la vida.
Más se gozan ellos en la vanidad que tú en la verdad. Y, ciertamente, a veces quedan
fallidas sus esperanzas; en cambio, mi promesa a nadie engaña ni deja frustrado al que
funda su confianza en mí.

Yo daré lo que tengo prometido, lo que he dicho lo cumpliré. Pero a condición de que
mi siervo se mantenga fiel hasta el fin.
Yo soy el remunerador de todos los buenos, así como el fuerte que somete a prueba a
todos los que llevan una vida de intimidad conmigo.
Graba mis palabras en tu corazón y medítalas una y otra vez con diligencia, porque
tendrás gran necesidad de ellas en el momento de la tentación.
Lo que no entiendas cuando leas lo comprenderás el día de mi visita. Porque de dos
medios suelo usar para visitar a mis elegidos: la tentación y la consolación.
Y dos lecciones les doy todos los días: una consiste en reprender sus vicios, otra en
exhortarles a progresar en la adquisición de las virtudes.
El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue en el último día.

 

Responsorio Pr 23, 26; 1, 9; 5, 1

 

R. Hijo mío, haz caso, acepta de buena gana mi camino, *pues será hermosa diadema en
tu cabeza.
V. Hijo mío, haz caso de mi sabiduría, presta oído a mi inteligencia.
R. Pues será hermosa diadema en tu cabeza.

 

Lecturas del Lunes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario

01 Sep 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,16-30)*

 

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo» y’ «haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

 

Palabra del Señor

 

Canto Evangélico

Antifona: Bendito sea el Señor, porque nos ha visitado y redimido.

Benedictus Lc 1, 68-79

El Mesías y su precursor

 

+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

 

Preces

 

Nuestro salvador ha hecho de nosotros un pueblo de reyes y sacerdotes, para que ofrezcamos sacrificios que Dios acepta. Invoquémosle, pues, diciendo:
'Consérvanos en tu servicio, Señor'.



Señor Jesús, sacerdote eterno, que has querido que tu pueblo participara de tu sacerdocio,
—haz que ofrezcamos siempre sacrificios espirituales, agradables a Dios.



Danos, Señor, la abundancia de los frutos del Espíritu
—la comprensión, la servicialidad, la amabilidad.



Haz que aprendamos a amarte y lleguemos a poseerte a ti, que eres el mismo amor,
—y que sepamos obrar siempre lo recto, para que también nuestras acciones te glorifiquen.



Haz que busquemos siempre el bien de nuestros hermanos
—y los ayudemos a progresar en su salvación.



Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios, digamos con confianza: Padre nuestro.

 

Padre Nuestro

 

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

 

Oración

 

Oremos:

Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día, sálvanos hoy con tu poder, para que no caigamos en ningún pecado, sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

Vísperas - LUNES XXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2025

Vísperas

Invocación

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.

Himno

  • Himno 1

Ahora que la noche es tan pura,
y que no hay nadie más que tú,
dime quién eres.
Dime quién eres y por qué me visitas,
por qué bajas a mí que estoy tan necesitado
y por qué te separas sin decirme tu nombre.
Dime quién eres tú que andas sobre la nieve;
tú que, al tocar las estrellas, las haces palidecer de hermosura.
Tú que mueves el mundo tan suavemente,
que parece que se me va a derramar el corazón.
Dime quién eres; ilumina quién eres;
dime quién soy también, y por qué la tristeza de ser hombre;
dímelo ahora que alzo hacia ti mi corazón,
tú que andas sobre la nieve.
Dímelo ahora que tiembla todo mi ser en libertad,
ahora que brota mi vida y te llamo como nunca.
Sostenme entre tus manos; sostenme en mi tristeza,
Tú que andas sobre la nieve.

Salmodia

Antífona 1: Eres el más bello de los hombres; en tus labios se derrama la gracia.

Salmo 44,2-10

Las nupcias del Rey

¡Que llega el Esposo, salid a recibirlo! (Mt 25,6)

Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.

Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.

Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.

Tu trono, oh Dios, permanece para siempre,
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo
entre todos tus compañeros.

A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir.

Antífona 2: ¡Que llega el Esposo, salid a recibirlo!

Salmo 44,11-18

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.

Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
la traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.

«A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»

Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.

Antífona 3: Cuando llegó el momento culminante, Dios recapituló todas las cosas en Cristo.

Ef 1,3-10

El Dios salvador

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Lectura Breve

1Ts 2,13

No cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes.

Responsorio Breve

R. Suba mi oración * Hasta ti, Señor. Suba.
V. Como incienso en tu presencia. * Hasta ti, Señor. Gloria al Padre. Suba.

Canto Evangélico

Antifona: Proclame siempre mi alma tu grandeza, oh Dios mío.

Magnificat Lc 1, 46-55

Alegría del alma en el Señor

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Preces

Glorifiquemos a Cristo, que ama a la Iglesia y le da alimento y calor, y digámosle suplicantes:
'Atiende, Señor, los deseos de tu pueblo'.

Señor Jesús, haz que todos los hombres se salven
—y lleguen al conocimiento de la verdad.

Guarda con tu protección al papa (…) y a nuestro obispo (…),
—ayúdalos con el poder de tu brazo.

Ten compasión de los que buscan trabajo,
—y haz que consigan un empleo digno y estable.

Sé, Señor, refugio del oprimido
—y su ayuda en los momentos de peligro.

Te pedimos por el eterno descanso de los que durante su vida ejercieron el ministerio para bien de tu Iglesia:
—que también te celebren eternamente en tu reino.

Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que has querido asistirnos en el trabajo que nosotros, tus pobres siervos, hemos realizado hoy, al llegar al término de este día, acoge nuestra ofrenda de la tarde, en la que te damos gracias por todos los beneficios que de ti hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

LAS LECTURAS DEL LUNES 1 DE SEPTIEMBRE 2025


 

Lecturas del Lunes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario

01 Sep 2025

Primera Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,13-18):

 

No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.

 

Palabra de Dios

 

Salmo

Salmo responsorial Sal 95,1.3.4-5.11-12a.12b-13

 

R/. El Señor llega a regir la tierra

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

 

Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.

 

Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar
y cuanto lo llena; vitoreen los campos
y cuanto hay en ellos. R/.

 

Aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega, ya llega
a regir la tierra: regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R/.

 

Lecturas del Lunes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario

01 Sep 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,16-30)*

 

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo» y’ «haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

 

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

Al oír esto, todos se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio, con intención de despeñarlo

*El Señor quiere sacarme de esta manera engañosa de amar; digo en mi interior y cómo es posible que el Señor, haga milagro, regale bendiciones y premios a personas que no están, ni van a la iglesia; y de mi lo que salen son pensamientos negativos de que esas personas, no se lo merecen, pero yo me justifico pienso que como estoy en la iglesia, tengo más derecho, y me creo buena persona, y me creo con derecho sobre el Señor, y si no hace las cosas como a mí me conviene, lo saco fuera, lo empujo. La buena noticia es que el Señor quiere abrir mis ojos, purifica mi alma y limpiar todo mi ser, para que aprenda hacer fiel a él, me deje amar y pueda amar al que es diferente mí*. 

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.