Musica Para el Alma
lunes, 19 de junio de 2023
MATEO 5,43-48 CICLO A
*Lecturas del Martes de la
11ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 20
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Amarás
a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a
vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de
vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos,
y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué
premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo
a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también
los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es
perfecto.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Por
tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.)
*Las
enseñanzas del Señor continúan hoy y se vuelven más desafiantes. Debemos amar a
nuestros enemigos, y más que eso, debemos ser perfectos, como es nuestro Padre
Celestial. Este pasaje del evangelio nos dice algo muy importante sobre el
Señor, que trata a todos de la misma manera, sean amigos o enemigos. El Señor
nos ama a todos, y no se venga ni castiga. Reflexiono sobre esto. ¿Me sorprende
la imagen del Señor? Le pido a Jesús que abra mi mente a la verdad de quién es
mi Padre Celestial, para que yo pueda parecerme a Él*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MARTES 20
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO MARTES DE LA SEMANA
XI*
De la Feria. Salterio III
20 de junio
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Himno: GRACIAS, SEÑOR POR EL DÍA
Gracias, Señor, por el día,
por tu mensaje de amor
que nos das en cada flor;
por esta luz de alegría,
te doy las gracias, Señor.
Gracias, Señor, por la espina
que encontraré en el sendero,
donde marcho pregonero
de tu esperanza divina;
gracias, por ser compañero.
Gracias, Señor, porque dejas
que abrase tu amor mi ser,
porque haces aparecer
tus flores a mis abejas,
tan sedientas de beber.
Gracias por este camino,
donde caigo y me levanto,
donde te entrego mi canto
mientras marcho peregrino,
Señor, a tu monte santo.
Gracias, Señor, por la luz
que ilumina mi existir;
por este dulce dormir
que me devuelve a tu cruz.
¡Gracias, Señor, por vivir! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu
pueblo.
Salmo 84 - NUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, has sido bueno con tu
tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Ant 2. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi
espíritu madruga por ti.
Cántico: HIMNO DESPUÉS DE LA VICTORIA SOBRE EL ENEMIGO Is 26, 1-4.
7-9. 12
Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:
La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.
Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor;
mi espíritu madruga por ti.
Ant 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
LECTURA BREVE 1Jn 4, 14-15
Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para
ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en él y él en Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Voy
a escuchar lo que dice el Señor.
R. Dios anuncia la paz a su pueblo.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Jueces 4, 1-24
DÉBORA Y BARAQ
En aquellos días, después que murió Ehud, los hijos de Israel volvieron a hacer
lo que desagradaba al Señor, y el Señor los dejó a merced de Yabín, rey de
Canaán, que reinaba en Jasor. El jefe de su ejército era Sísara, que habitaba
en Jaróshet Jag Goyim. Entonces los hijos de Israel clamaron al Señor, porque
Yabín tenía novecientos carros de hierro y había oprimido duramente a los
israelitas durante veinte años.
En aquel tiempo, Débora, una profetisa, mujer de Lappidot, era juez en Israel.
Se sentaba bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de
Efraím, y los hijos de Israel subían hacia ella para resolver sus litigios.
Esta mandó llamar a Baraq, hijo de Abinoam, de Quédesh de Neftalí, y le dijo:
«¿Acaso no te ordena esto el Señor Dios de Israel?: "Ve hacía el monte
Tabor y recluta diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de
Zabulón. Yo atraeré hacia ti, hacia el torrente Quisón, a Sísara, el jefe del
ejército de Yabín, con sus carros y sus tropas, y los pondré en tus
manos."»
Baraq le respondió:
«Si vienes conmigo, iré. Pero, si no vienes conmigo, no iré, porque no sé en
qué día me dará la victoria el ángel del Señor.»
Dijo ella:
«Iré contigo, pero entonces no será tuya la gloria del camino que emprendas,
porque el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer.»
Débora se levantó y marchó con Baraq a Quédesh, y Baraq convocó allí a Zabulón
y a Neftalí. Subieron tras él diez mil hombres, y Débora subió con él.
Jéber, el quenita, se había separado de la tribu de Caín y del clan de los
hijos de Jobab, el suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la
encina de Saananim, cerca de Quédesh.
Le comunicaron a Sísara que Baraq, hijo de Abinoam, había subido al monte
Tabor. Sísara reunió todos sus carros, novecientos carros de hierro, y todas
las tropas que tenía y las llevó de Jaróshet Jag Goyim al torrente Quisón.
Débora dijo a Baraq:
«Levántate, porque éste es el día en que el Señor ha entregado a Sísara en tus
manos. ¿No va acaso el Señor delante de ti?»
Y Baraq descendió del monte Tabor con sus diez mil hombres. Y el Señor sembró
el pánico en Sísara, en todos sus carros y en todo su ejército ante Baraq.
Sísara bajó de su carro y huyó a pie. Baraq persiguió a los carros y al
ejército hasta Jaróshet Jag Goyim. Todo el ejército de Sísara cayó a filo de
espada; ni uno solo quedó.
Pero Sísara huyó a pie hacia la tienda de Yael, mujer de Jéber, el quenita, porque
reinaba la paz entre Yabín, rey de Jasor, y la casa de Jéber, el quenita. Yael
salió al encuentro de Sísara y le dijo:
«Ven, señor mío, ven hacia mí. No temas.»
Él se detuvo en su tienda y ella lo tapó con un cobertor. Él le dijo:
«Por favor, dame de beber un poco de agua, porque tengo sed.»
Ella abrió el odre de la leche, le dio de beber y lo volvió a cubrir. Él le
dijo:
«Estate a la entrada de la tienda y si alguno viene y te pregunta: "¿Hay
alguien aquí", respóndele que no.»
Pero Yael, mujer de Jéber, cogió un clavo de la tienda, tomó un martillo en su
mano, se le acercó silenciosamente y le hundió el clavo en la sien hasta
clavarlo en tierra. Él estaba profundamente dormido, agotado de cansancio, y
murió. Cuando llegó Baraq persiguiendo a Sísara, Yael salió a su encuentro y le
dijo:
«Ven, que te voy a enseñar al hombre que buscas.»
Entró con ella: Sísara yacía muerto con el clavo en la sien.
Así humilló Dios aquel día a Yabín, rey de Canaán,
ante los hijos de Israel. La mano de los israelitas fue haciéndose cada vez más
pesada sobre Yabín, rey de Canaán, hasta que llegaron a acabar con él.
RESPONSORIO 1Co 1, 27. 29; cf. 2Co 12, 9; 1Co 1,
28
R. Lo débil del mundo lo ha escogido Dios para
humillar el poder, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del
Señor; * que en la debilidad se muestra perfecto el poder de Dios.
V. Dios ha escogido lo que no cuenta, para anular
a lo que cuenta.
R. Que en la debilidad se muestra perfecto el
poder de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la oración del
Señor.
(Cap. 11-12: CSEL 3, 274-275)
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE
Cuán grande es la benignidad del Señor, cuán abundante la riqueza de su
condescendencia y de su bondad para con nosotros, pues ha querido que, cuando nos
pongamos en su presencia para orar, lo llamemos con el nombre de Padre y seamos
nosotros llamados hijos de Dios, a imitación de Cristo, su Hijo; ninguno de
nosotros se hubiera nunca atrevido a pronunciar este nombre en la oración, si
él no nos lo hubiese permitido. Por tanto, hermanos muy amados, debemos
recordar y saber que, pues llamamos Padre a Dios, tenemos que obrar como hijos
suyos, a fin de que él se complazca en nosotros, como nosotros nos complacemos
de tenerlo por Padre.
Sea nuestra conducta cual conviene a nuestra condición de templos de Dios, para
que se vea de verdad que Dios habita en nosotros. Que nuestras acciones no
desdigan del Espíritu: hemos comenzado a ser espirituales y celestiales y, por
consiguiente, hemos de pensar y obrar cosas espirituales y celestiales, ya que
el mismo Señor Dios ha dicho: Yo honro a los que me honran, y serán humillados
los que me desprecian. Asimismo el Apóstol dice en una de sus cartas: No os
pertenecéis a vosotros mismos; habéis sido comprados a precio; en verdad
glorificad y llevad a Dios en vuestro cuerpo.
A continuación añadimos: Santificado sea tu nombre, no en el sentido de que
Dios pueda ser santificado por nuestras oraciones, sino en el sentido de que
pedimos a Dios que su nombre sea santificado en nosotros. Por lo demás, ¿por
quién podría Dios ser santificado, si es él mismo quien santifica? Mas, como
sea que él ha dicho: Sed santos, porque yo soy santo, por esto pedimos y
rogamos que nosotros, que fuimos santificados en el bautismo, perseveremos en esta
santificación inicial. Y esto lo pedimos cada día. Necesitamos, en efecto, de
esta santificación cotidiana, ya que todos los días delinquimos, y por esto
necesitamos ser purificados mediante esta continua y renovada santificación.
El Apóstol nos enseña en qué consiste esta santificación que Dios se digna
concedernos, cuando dice: Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros,
ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los
borrachos, ni los calumniadores, ni los rapaces poseerán el reino de Dios. Y en
verdad que eso erais algunos; pero fuisteis lavados, fuisteis santificados,
fuisteis justificados en el nombre de Jesucristo, el Señor, por el Espíritu de
nuestro Dios. Afirma que hemos sido santificados en el nombre de Jesucristo, el
Señor, por el Espíritu de nuestro Dios. Lo que pedimos, pues, es que permanezca
en nosotros esta santificación y —acordándonos de que nuestro juez y Señor
conminó a aquel hombre que él había curado y vivificado a que no volviera a
pecar más, no fuera que le sucediese algo peor— no dejamos de pedir a Dios, de
día y de noche, que la santificación y vivificación que nos viene de su gracia
sea conservada en nosotros con ayuda de esta misma gracia.
RESPONSORIO Ez 36, 23. 25. 26. 27; Lv 11, 44
R. Mostraré la santidad de mi nombre ilustre;
derramaré sobre vosotros un agua pura, os daré un corazón nuevo y os infundiré
mi Espíritu; * para que caminéis según mis
preceptos y guardéis y cumpláis mis mandatos.
V. Sed santos, porque yo soy santo.
R. Para que caminéis según mis preceptos y
guardéis y cumpláis mis mandatos.
*Lecturas del Martes de la
11ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 20
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Amarás
a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a
vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de
vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos,
y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué
premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo
a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también
los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es
perfecto.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había
predicho por boca de sus santos profetas.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nos ha suscitado el Señor una
fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.
PRECES
Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la
nueva alianza, y digámosle suplicantes:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.
Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el
comienzo de este día,
y haz que no deje nunca de glorificarte.
Que nunca, Señor, quedemos confundidos
los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.
Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra,
ya que sin ti nada podemos hacer.
Acuérdate de los pobres y desvalidos;
que este día que comienza les traiga solaz y alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al
Padre que a todos llegue el reino de su Hijo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo
lo creado; haz que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos
nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: COMO EL NIÑO QUE NO SABE DORMIRSE
Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos, al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura
sabiendo que eres tú quien nos aguarda.
Tú endulzarás mi última amargura,
tú aliviarás el último cansancio,
tú cuidarás los sueños de la noche,
tú borrarás las huellas de mi llanto.
Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor rodea a su pueblo.
Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor rodea a su pueblo.
Ant 2. Si no volvéis a ser como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN LOS BRAZOS DE DIOS
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si no volvéis a ser como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA BREVE Rm 12, 9-12
Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto
a caridad fraterna, amaos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua
estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo,
sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres;
estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador.
PRECES
Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo:
Escúchanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu
Hijo;
haz que por él crezcamos en todo conocimiento.
En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan;
dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y
obrar.
Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti
procede,
haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.
Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas,
da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que nos has prometido la resurrección en el último día,
no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre
común:
Padre nuestro...
ORACION
Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y
descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda seremos salvados ahora
y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 20 DE JUNIO 2023
*Lecturas del Martes de la
11ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 20 de junio de 2023
Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a
los Corintios (8,1-9):
Queremos que conozcáis, hermanos, la gracia que Dios ha dado a las Iglesias de
Macedonia: En las pruebas y desgracias creció su alegría; y su pobreza extrema
se desbordó en un derroche de generosidad. Con todas sus fuerzas y aún por
encima de sus fuerzas, os lo aseguro, con toda espontaneidad e insistencia nos
pidieron como un favor que aceptara su aportación en la colecta a favor de los
santos. Y dieron más de lo que esperábamos: se dieron a sí mismos, primero al
Señor y luego, como Dios quería, también a nosotros. En vista de eso, como fue
Tito quien empezó la cosa, le hemos pedido que dé el último toque entre
vosotros a esta obra de caridad. Ya que sobresalís en todo: en la fe, en la
palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el cariño que nos tenéis,
distinguíos también ahora por vuestra generosidad. No es que os lo mande; os
hablo del empeño que ponen otros para comprobar si vuestro amor es genuino.
Porque ya sabéis lo generoso que fue nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, se
hizo pobre por vosotros, para enriqueceros con su pobreza.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 145,2.5-6.7.8-9a
R/. Alaba, alma mía, al Señor
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente. R/.
Que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.
*Lecturas del Martes de la
11ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 20
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Amarás
a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a
vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de
vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos,
y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué
premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo
a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también
los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es
perfecto.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Por
tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.)
*Las
enseñanzas del Señor continúan hoy y se vuelven más desafiantes. Debemos amar a
nuestros enemigos, y más que eso, debemos ser perfectos, como es nuestro Padre
Celestial. Este pasaje del evangelio nos dice algo muy importante sobre el
Señor, que trata a todos de la misma manera, sean amigos o enemigos. El Señor
nos ama a todos, y no se venga ni castiga. Reflexiono sobre esto. ¿Me sorprende
la imagen del Señor? Le pido a Jesús que abra mi mente a la verdad de quién es
mi Padre Celestial, para que yo pueda parecerme a Él*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.