Musica Para el Alma
viernes, 3 de marzo de 2023
MATEO 5,43-48 CICLO A
*Lecturas del Sábado de la
1ª semana de Cuaresma*
Sábado, 4
de marzo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(5,43-48)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen,
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo
también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
Pero
yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen.
*Las enseñanzas de Jesús sobre el Reino de Dios continúan hoy y
se vuelven más desafiantes. Debemos amar a nuestros enemigos, y más que eso,
debemos ser perfectos, como es nuestro Padre Celestial. Este pasaje del
evangelio nos dice algo muy importante sobre Dios, que trata a todos de la
misma manera, sean amigos o enemigos. Dios nos ama a todos, y no se venga ni
castiga. Reflexiono sobre esto. ¿Me sorprende la imagen de Dios? ¿Mi
imagen de Dios ha sido la de un Dios castigador? Le pido a Jesús que abra mi
mente a la verdad de quién es mi Padre Celestial, para que yo pueda parecerme a
Él*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL SABADO 4
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO DE CUARESMA
SÁBADO
DE LA SEMANA I
Propio del Tiempo. Salterio I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del
Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del
Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Himno: LOS HOMBROS TRAIGO CARGADOS.
Los hombros traigo cargados
de graves culpas, mi Dios;
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Yo soy quien ha de llorar,
por ser acto de flaqueza;
que no hay en naturaleza
más flaqueza que el pecar.
Y, pues andamos trocados,
que yo peco y lloráis vos,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Vos sois quien cargar se puede
estas mis culpas mortales,
que la menor destas tales
a cualquier peso excede;
y, pues que son tan pesados
aquestos yerros, mi Dios,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Al Padre, al Hijo, al Amor,
alegres cantad, criaturas,
y resuene en las alturas
toda gloria y todo honor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
Salmo 118, 145-152 TE INVOCO DE TODO CORAZÓN
Te invoco de todo corazón;
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.
Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me adelanto a la aurora pidiendo
auxilio.
Ant 2. Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Cántico: HIMNO A DIOS, DESPUÉS DE LA VICTORIA DEL MAR ROJO Ex 15,
1-4. 8-13. 17-18
Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».
Los carros del faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar rojo a sus mejores capitanes.
Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,
las corrientes se alzaron como un dique,
las olas se cuajaron en el mar.
Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,
repartiré el botín, se saciará mi codicia,
empuñaré la espada, los agarrará mi mano.»
Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,
se hundieron como plomo en las aguas formidables.
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?
¿Quién como tú, terrible entre los santos,
temibles por tus proezas, autor de maravillas?
Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;
guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,
los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Ant 3. Alabad al Señor, todas las
naciones.
Salmo 116 - INVITACIÓN UNIVERSAL A LA ALABANZA DIVINA.
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor, todas las
naciones.
LECTURA BREVE Is 1, 16-18
«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de
obrar mal, aprended a obrar bien; buscad lo que es justo, haced justicia al
oprimido, defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid, y litigaremos
—dice el Señor—. Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como
la nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán blancos como lana.»
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. El
que obra la verdad viene a la luz.
R. Y sus obras quedan de manifiesto.
PRIMERA LECTURA
AÑO (I)
Del libro del Deuteronomio 16, 1-17
LAS TRES GRANDES FIESTAS DE ISRAEL
En aquellos días, dio Moisés al pueblo estas normas:
«Guarda el mes de Abib, celebrando en él la Pascua del Señor, tu Dios, porque
en el mes de Abib te sacó de Egipto el Señor, tu Dios. Sacrificarás la Pascua
al Señor, tu Dios: ovejas o reses en el lugar que el Señor, tu Dios, elija para
sí por morada de su nombre.
No acompañarás la comida con pan fermentado. Durante siete días comerás panes
ázimos (pan de aflicción), porque saliste de Egipto apresuradamente; así
recordarás toda tu vida tu salida de Egipto. En siete días no ha de aparecer
levadura en todo tu territorio; de la carne sacrificada la noche del primer día
no quedará nada para el día siguiente. No puedes sacrificar la Pascua en
cualquiera de las ciudades que el Señor va a darte. Sólo en el lugar que elija
el Señor por morada de su nombre. Allí, al atardecer, sacrificarás la Pascua, a
la caída del sol, hora en que saliste de Egipto. La cocerás y la comerás en el
lugar que elija el Señor, y a la mañana siguiente emprenderás el regreso a tu
casa. Durante seis días comerás panes ázimos, y el séptimo habrá asamblea en
honor del Señor, tu Dios. No harás trabajo alguno.
Contarás siete semanas, a partir del día en que comiences a meter la hoz en la
mies. Entonces celebrarás la fiesta de las Semanas en honor del Señor, tu Dios.
La oferta voluntaria que hagas será en proporción a lo que te haya bendecido el
Señor. Te regocijarás en presencia del Señor, tu Dios, tú, tu hijo y tu hija,
tu esclavo y tu esclava, el levita que viva en tu ciudad, el forastero, el
huérfano y la viuda que vivan entre los tuyos, en el lugar que elija el Señor,
tu Dios, por morada de su nombre. Recuerda que fuiste esclavo en Egipto: guarda
y cumple todos estos preceptos.
La fiesta de los Tabernáculos la celebrarás durante siete días, cuando hayas
recogido la cosecha de tu era y tu lagar. Te regocijarás en tu fiesta, tú, tu
hijo y tu hija, tu esclavo y tu esclava, el levita, el forastero, el huérfano y
la viuda que vivan en tu vecindad. Harás fiesta siete días en honor del Señor,
tu Dios, en el lugar que elija para sí el Señor, pues el Señor, tu Dios, te
bendecirá en tus cosechas y en todos los trabajos de tus manos, para que seas
plenamente feliz.
Tres veces al año se presentará todo varón ante el Señor, tu Dios, al lugar que
él elija: por la fiesta de los Azimos, por la fiesta de las Semanas y por la
fiesta de los Tabernáculos. No se presente al Señor con las manos vacías; cada
uno ofrecerá su tributo según la bendición que el Señor le haya otorgado.»
RESPONSORIO Dt 16, 14. 15; Na 1, 15
R. Te regocijarás en tu fiesta, tú, tu hijo y tu
hija, tu esclavo y tu esclava, el levita, el forastero, el huérfano y la
viuda; * el Señor te bendecirá, para que seas plenamente feliz.
V. ¡He ahí por los montes los pies del mensajero
de la Buena Nueva, el que anuncia la paz! ¡Celebra tus fiestas, Judá!
R. El Señor te bendecirá, para que seas plenamente
feliz.
PRIMERA
LECTURA AÑO (II)
Del libro del Éxodo 12, 37-49; 13, 11-16
SALIDA DE LOS HEBREOS. LEYES SOBRE LA
PASCUA Y LOS PRIMOGÉNITOS
En aquellos días, cuando los israelitas salieron de Egipto, marcharon de la
ciudad de Ramsés hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar
los niños; salió también con ellos una gran muchedumbre de gente, con ovejas y
vacas y enorme cantidad de ganado. Cocieron la masa que habían sacado de
Egipto, e hicieron hogazas de pan ázimo, pues no había alcanzado a fermentar,
porque los egipcios los echaban y no los dejaban detenerse, y tampoco pudieron
tomar otras provisiones.
La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años. El
mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron de Egipto
las legiones del Señor. Noche de guardia fue ésta para el Señor, en que veló
para sacarlos de Egipto; y noche de guardia en honor del Señor será también
para los hijos de Israel, por todas las generaciones.
El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
«Éstas son las normas sobre la Pascua: Ningún extranjero la comerá. Los
esclavos que te hayas comprado circuncídalos y sólo entonces podrán comerla. Ni
el forastero ni el jornalero la comerán. La Pascua se ha de comer en una sola
casa: no sacarás fuera nada de la carne y no le romperéis ningún hueso. La comunidad
entera de Israel la celebrará. Y, si algún forastero que vive contigo quiere
celebrar la Pascua del Señor, hará circuncidar a todos los varones de su casa y
sólo entonces podrá tomar parte en ella, pues será como un natural del país.
Pero ningún incircunciso la comerá. La misma ley vale para el natural del país
y para el forastero que vive con vosotros.»
Y Moisés dijo al pueblo:
«Cuando el Señor te introduzca en la tierra de los cananeos, como juró a ti y a
tus padres, y te la haya entregado, dedicarás al Señor todos los primogénitos.
El primer parto de tus animales, si es macho, pertenece también al Señor. La
primera cría de asno la rescatarás con un cordero; si no la rescatas la
desnucarás. Pero los primogénitos de entre tus hijos los rescatarás siempre. Y
cuando mañana tu hijo te pregunte: "¿Qué significa esto?", le
responderás: "Con mano fuerte el Señor nos sacó de Egipto, de la
esclavitud. El Faraón se había obstinado en no dejarnos salir; entonces el
Señor dio muerte a todos los primogénitos de Egipto, lo mismo de hombres que de
animales. Por eso yo sacrifico al Señor todo primogénito macho de los animales.
Pero los primogénitos de los hombres los rescato."
Este rito será para ti como señal sobre tu brazo y como recordatorio ante tus
ojos, de que con mano fuerte te sacó de Egipto el Señor.»
RESPONSORIO Cf. Lc 2,
22b-23. 24
R. Los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al
Señor, * como
está mandado en la ley de Dios: que todo varón primogénito sea consagrado al
Señor.
V. y para ofrecer por él en sacrificio un par de tórtolas o de pichones.
R. Como está mandado en la ley de Dios: que todo varón primogénito sea
consagrado al Señor.
SEGUNDA LECTURA
De la Constitución pastoral Gáudium et
spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano segundo
(Núms.9-10)
LOS INTERROGANTES MAS PROFUNDOS DEL HOMBRE
El mundo moderno aparece a la vez poderoso y débil, capaz de lo mejor y de lo
peor, pues tiene abierto el camino para optar entre la libertad o la
esclavitud, entre el progreso o el retroceso, entre la fraternidad o el odio.
El hombre sabe muy bien que está en su mano el dirigir correctamente las
fuerzas que él ha desencadenado y que pueden aplastarlo o salvarlo. Por ello se
interroga a sí mismo.
En realidad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados
con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón
humano.
Son muchos los elementos que se combaten en el propio interior del hombre. A
fuer de creatura, el hombre experimenta múltiples limitaciones; se siente, sin
embargo, ilimitado en sus deseos y llamado a una vida superior.
Atraído por muchas solicitaciones, tiene que elegir y que renunciar. Más aún,
como enfermo y pecador, no es raro que haga lo que no quiere y deje de hacer lo
que querría llevar a cabo. Por ello siente en sí mismo la división, que tantas
y tan graves discordias provoca en la sociedad.
Son muchísimos los que, tarados en su vida por el materialismo práctico, no
quieren saber nada de la clara percepción de este dramático estado, o bien,
oprimidos por la miseria, no tienen tiempo para ponerse a considerarlo. Muchos
piensan hallar su descanso en una interpretación de la realidad, propuesta de
múltiples maneras.
Otros esperan del solo esfuerzo humano la verdadera y plena liberación de la
humanidad y abrigan el convencimiento de que el futuro reino del hombre sobre
la tierra saciará plenamente todos sus deseos.
Y no faltan, por otra parte, quienes, desesperando de poder dar a la vida un
sentido exacto, alaban la audacia de quienes piensan que la existencia carece
de toda significación propia y se esfuerzan por darle un sentido puramente
subjetivo.
Sin embargo, ante la actual evolución del mundo, son cada día más numerosos los
que se plantean o los que acometen con nueva penetración las cuestiones más
fundamentales: ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la
muerte, que, a pesar de tantos progresos hechos, subsisten todavía? ¿Qué valor
tienen las victorias logradas a tan caro precio? ¿Qué puede dar el hombre a la
sociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal?
Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz
y su fuerza por el Espíritu Santo, a fin de que pueda responder a su máxima
vocación, y que no ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el
que haya de encontrar la salvación.
Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se
hallan en su Señor y Maestro.
Afirma además la Iglesia que bajo la superficie de lo cambiante hay muchas
cosas permanentes, que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe
ayer, hoy y para siempre.
RESPONSORIO 1Co 15,
55-56. 57; Lm 3, 25
R. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El
aguijón de la muerte es el pecado. * ¡Demos gracias a Dios, que nos da
la victoria por nuestro Señor Jesucristo!
V. Bueno es el Señor para el que en él espera, para el alma que lo busca.
R. ¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor
Jesucristo!
*Lecturas del Sábado de la
1ª semana de Cuaresma*
Sábado, 4
de marzo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(5,43-48)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen,
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo
también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. «Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen; así
seréis hijos de vuestro Padre celestial», dice el Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Amad a vuestros enemigos y rogad
por los que os persiguen; así seréis hijos de vuestro Padre celestial», dice el
Señor.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, que para hacer de nosotros creaturas
nuevas ha instituido el baño del bautismo y nos alimenta con su palabra y su
carne, y supliquémosle, diciendo:
Renuévanos con tu gracia, Señor.
Señor Jesús, tú que eres manso y humilde de corazón, danos entrañas de
misericordia, bondad y humildad
y danos comprensión para con todos.
Que sepamos ayudar a los necesitados y consolar a los que sufren,
para imitarte a ti, el buen Samaritano.
Que María, la Virgen Madre, interceda por las vírgenes que se han consagrado a
tu servicio,
para que vivan su virginidad con un grande amor hacia ti, en bien de la
Iglesia.
Concédenos la abundancia de tu misericordia
y perdona la multitud de nuestros pecados y el castigo que por ellos merecemos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó y pidamos al Padre que nos
libre del mal:
Padre nuestro...
ORACION
Padre eterno, convierte hacia ti nuestros corazones, para que,
viviendo consagrados a tu servicio, te busquemos siempre a ti, que eres lo
único necesario, y practiquemos la caridad en todas nuestras acciones. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: INSIGNE DEFENSOR DE NUESTRA CAUSA.
Insigne defensor de nuestra causa,
Señor y Salvador del pueblo humano,
acoge nuestras súplicas humildes,
perdona nuestras culpas y pecados.
El día con sus gozos y sus penas
pasó dejando huellas en el alma,
igual que nuestros pies en su camino
dejaron en el polvo sus pisadas.
No dejes de mirarnos en la noche,
dormida nuestra vida en su regazo;
vigila el campamento de los hombres,
camino de tu reino ya cercano.
Ahuyenta de tu pueblo la zozobra,
sé nube luminosa en el desierto,
sé fuerza recobrada en el descanso,
mañana y horizonte siempre abierto.
Bendice, Padre santo, la tarea
del pueblo caminante en la promesa;
llegados a Emaús, tu Hijo amado
nos parta el pan y el vino de la cena. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los
llevó aparte a un alto monte, y se transfiguró en su presencia.
Salmo 118, 105-112 - HIMNO A LA LEY DIVINA
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.
Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Jesús tomó consigo a Pedro, a
Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un alto monte, y se
transfiguró en su presencia.
Ant 2. Su rostro se puso brillante como el
sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Su rostro se puso brillante como el
sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
Ant 3. Moisés y Elías hablaban de la
muerte que Jesús iba a padecer en Jerusalén.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2,
6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Moisés y Elías hablaban de la
muerte que Jesús iba a padecer en Jerusalén.
LECTURA BREVE 2Co 6, 1-4a
Os exhortamos a que deis pruebas de no haber recibido en vano la gracia de
Dios, pues dice él en la Escritura: «En el tiempo propicio te escuché, y te
ayudé en el día de salvación.» Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de
salvación. A nadie queremos dar nunca motivo de escándalo, a fin de no hacer
caer en descrédito nuestro ministerio, antes al contrario, queremos
acreditarnos siempre en todo como verdaderos servidores de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos
pecado contra ti.
V. Cristo, oye los ruegos de los que te
suplicamos.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos
pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. De la nube salió una voz que dijo: «Éste es mi Hijo amado, en
quien tengo mis complacencias, escuchadlo.»
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la nube salió una voz que dijo:
«Éste es mi Hijo amado, en quien tengo mis complacencias, escuchadlo.»
PRECES
Bendigamos al Señor, solícito y providente para con todos los
hombres, e invoquémosle, diciendo:
Salva, Señor, a los que has redimido.
Señor, fuente de todo bien y origen de toda verdad, llena con tus dones a todos
los obispos
y conserva en la doctrina de los apóstoles a los fieles que les han sido
confiados.
Que aquellos que se nutren con el mismo pan de vida vivan unidos en la caridad,
para que todos seamos uno en el cuerpo de tu Hijo.
Que nos despojemos de nuestra vieja condición humana y de sus obras,
y nos renovemos a imagen de Cristo, tu Hijo.
Concede a tu pueblo que por la penitencia obtenga el Perdón de sus pecados
y tenga parte en los méritos de Jesucristo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Haz que nuestros hermanos difuntos puedan alabarte eternamente en el cielo,
y que nosotros esperemos confiadamente unirnos a ellos en tu reino.
Pidamos a nuestro Padre, con las palabras que Cristo nos enseñó, que nos dé la
fuerza que necesitamos para no caer en la tentación:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Padre Santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo,
aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella,
podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL SABADO 4 DE MARZO 2023
*Lecturas del Sábado de la
1ª semana de Cuaresma*
Sábado, 4 de marzo de 2023
Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (26,16-19):
Moisés habló al pueblo, diciendo:
«Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos.
Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has elegido al Señor para que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos,
observes sus mandatos, preceptos y decretos, y escuches su voz. Y el Señor te
ha elegido para que seas su propio pueblo, como te prometió, y observes todos
sus preceptos.
Él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones
que ha hecho, y serás el pueblo santo del Señor, tu Dios, como prometió».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 118,1-2.4-5.7-8
R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor
V/. Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R/.
V/. Tú promulgas tus mandatos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos. R/.
V/. Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus decretos exactamente,
tú no me abandones. R/.
*Lecturas del Sábado de la
1ª semana de Cuaresma*
Sábado, 4
de marzo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(5,43-48)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen,
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo
también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
Pero
yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen.
*Las enseñanzas de Jesús sobre el Reino de Dios continúan hoy y
se vuelven más desafiantes. Debemos amar a nuestros enemigos, y más que eso,
debemos ser perfectos, como es nuestro Padre Celestial. Este pasaje del
evangelio nos dice algo muy importante sobre Dios, que trata a todos de la
misma manera, sean amigos o enemigos. Dios nos ama a todos, y no se venga ni
castiga. Reflexiono sobre esto. ¿Me sorprende la imagen de Dios? ¿Mi
imagen de Dios ha sido la de un Dios castigador? Le pido a Jesús que abra mi
mente a la verdad de quién es mi Padre Celestial, para que yo pueda parecerme a
Él*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.