Musica Para el Alma

lunes, 16 de noviembre de 2020

GOTAS DE MISERICORDIA


 

EVANGELIO DE LUCAS 19,1-10 CICLO A

Martes, 17 de noviembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):

   1 Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad.

   2 Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico.

   3 Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura.

   4 Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí.

   5 Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.»

   6 Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.

   7 Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.»

   8 Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.»

   9 Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham,

   10 pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.»


Palabra del Señor

 

« Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí».  

 

*Subirme a un sicómoro, es signo de entrar en la realidad de reconocer mis errores, defecto y saber que necesito que el Señor me encuentre, pero tengo que ponerme donde él me pueda ver. Para cuando el Señor cruce y levante sus ojos, lleno de amor, cargado de misericordia, me hable y me diga; que baje pronto (Que desea ir a mi casa), que me dé prisa en bajar, que hoy él quiere entrar en mi corazón. El Señor quiere sanarme y sanar mi corazón, para que yo pueda dar respuesta a esta palabra. El Señor me invita al desprendimiento, a entrar en la pobreza y la indigencia de mi alma. Para tenerlo a él como el centro de mi vida. El Señor viene en ayuda de mi pobre corazón, lastimado muchas veces por el odio, por la ambición, por la terquedad, y sobre todo mi falta de sinceridad en todo. El Señor me invita a desear a tener un auténtico deseo de que él entre en mi vida*.  

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

 

ORACIÓN AL MEDIO DIA EL ANGELUS

 El Ángelus


V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…

V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re­su­rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

*El que Desea y Quiere amar, con el corazón según El Señor: llegará a ser, Santo*




EL SANTO ROSARIO
.Misterios Gloriosos (MIERCOLES Y DOMINGOS)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Resurrección del Señor (MATEO
.2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (HECHOS 1,3-11)
.3º La Venida del Espíritu Santo (HECHOS
4º La Asunción de Nuestra Señora (De la Constitución Apostólica Deus del papa Pío XXII )
.5º La Coronación de Nuestra Señora, como Reina de cielo y tierra. (Constitución Dogmática Sobre la Iglesia. Lumen Gentium 59)
.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Misterios Gozosos (LUNES Y SABADOS)

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Encarnación del Hijo de Dios. (Lc 1, 26-38)
 
 
 
 

.Oremos:
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén


.Misterios Dolorosos (MARTES Y VIERNES)

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La oración del huerto. (LUCAS
.2º La Flagelación de nuestro Señor. (Jn 18,33-19,1)
.3º La Coronación de espinas. (MARCOS 15,16-20)
.4º Jesús con la Cruz a cuestas. (LUCAS
.5º La Crucifixión y muerte. (MARCOS 15,22-39)

Oremos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

.Misterios Luminosos (JUEVES)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º El Bautismo del Señor (MATEO
.2º La Boda de Caná (JUAN
.3º La Proclamación del Reino de Dios (MARCOS
.4º La Transfiguración (MATEO
.5º La Institución de la Eucaristía (MATEO
.
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL MARTES 17. SANTA ISABEL DE HUNGRÍA (MEMORIA)

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

 

 

TIEMPO ORDINARIO
MARTES DE LA SEMANA XXXIII
Del Común de santas mujeres: para los santos que se distinguieron por el ejercicio de las obras de misericordia. Salterio I

17 de noviembre

SANTA ISABEL DE HUNGRÍA. (MEMORIA).

Era hija de Andrés, rey de Hungría, y nació el año 1207; siendo aún niña, fue dada en matrimonio a Luis, Landgrave de Turingia, del que tuvo tres hijos. Vivía entregada a la meditación de las cosas celestiales y, después de la muerte de su esposo, abrazó la pobreza y erigió un hospital en el que ella misma servía a los enfermos. Murió en Marburgo el año 1231.

 

 

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)


V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santos.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santos.

Himno: FINÍSIMO FUE EL LINO CON QUE ELLA.

Finísimo fue el lino con que ella
fue tejiendo, a lo largo de su vida,
esa historia de amor que la hace bella
a los ojos de Dios y bendecida.

Supo trenzar con tino los amores
del cielo y de la tierra, y santamente
hizo altar del telar de sus labores,
oración desgranada lentamente.

Flor virgen, florecida en amor santo,
llenó el hogar de paz y joven vida,
su dulce fortaleza fue su encanto,
la fuerza de su amor la fe vivida.

Una escuela de fe fue su regazo,
todos fueron dichosos a su vera,
su muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su vida será eterna primavera. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor.

Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
El la fundó sobre los mares,
El la afianzó sobre los ríos.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?

El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.

Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.

¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor.

Ant 2. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.

Cántico: ESPERANZA DE ISRAEL EN BABILONIA Tb 13, 1-10

Bendito sea Dios, que vive eternamente,
y cuyo reino dura por los siglos:
él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano.

Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro Padre por todos los siglos.

Él nos azota por nuestros delitos,
pero se compadecerá de nuevo,
y os congregará de entre todas las naciones
por donde estáis dispersados.

Si volvéis a él de todo corazón
y con toda el alma,
siendo sinceros con él,
él volverá a vosotros
y no os ocultará su rostro.

Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos.

Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.

Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizá os mostrará benevolencia
y tendrá compasión.

Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.

Ant 3. El Señor merece la alabanza de los buenos.

Salmo 32 - HIMNO AL PODER Y A LA PROVIDENCIA DE DIOS

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando vuestra música con aclamaciones:

que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales,
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.

Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió;
él lo mandó, y surgió.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.

El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.

No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo,
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor merece la alabanza de los buenos.

LECTURA BREVE   Rm 12, 1-2

Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Dios la socorre al despuntar la aurora.
R. Dios la socorre al despuntar la aurora.

V. Teniendo a Dios en medio no vacila.
R. Al despuntar la aurora.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Dios la socorre al despuntar la aurora.

 

 

V. El Señor hace caminar a los humildes con rectitud.
R. Enseña su camino a los humildes.

PRIMERA LECTURA

Del primer libro de los Macabeos 6, 1.17

EL FIN DE ANTÍOCO

En aquellos días, el rey Antíoco recorría las provincias del norte cuando se enteró de que en Persia había una ciudad llamada Elimaida, famosa por su riqueza en plata y oro, con un templo lleno de tesoros: escudos dorados, lorigas y armas dejadas allí por Alejandro, el de Filipo, rey de Macedonia, que había sido el primer rey de Grecia. Antíoco fue allá e intentó apoderarse de la ciudad y saquearla; pero no pudo, porque los de la ciudad, dándose cuenta de lo que pretendía, salieron a atacarle. Antíoco tuvo que huir, y emprendió el viaje de vuelta a Babilonia, apesadumbrado.

Entonces, llegó a Persia un mensajero con la noticia de que la expedición militar contra Judá había fracasado: Lisias, que había ido como caudillo de un ejército poderoso, había huido ante el enemigo; los judíos, sintiéndose fuertes con las armas y pertrechos y el enorme botín de los campamentos saqueados, habían derribado el ara sacrílega construida sobre el altar de Jerusalén, habían levantado en torno al santuario una muralla alta como la de antes, y lo mismo en Betsur, ciudad que pertenecía al rey. Al oír este informe, el rey se asustó y se impresionó, de tal forma que cayó en cama con una gran depresión, porque no le habían salido las cosas como quería. Allí pasó muchos días, cada vez más deprimido. Pensó que se moría, llamó a todos sus grandes y les dijo:

«El sueño ha huido de mis ojos. Me siento abrumado de pena y me digo: "¡A qué tribulación he llegado, en qué violento oleaje estoy metido, yo, feliz y querido cuando era poderoso!" Pero ahora me viene a la memoria el daño que hice en Jerusalén, robando el ajuar de plata y oro ,que había allí y enviando gente que exterminase a los habitantes de Judá sin motivo. Reconozco que por eso me han venido estas desgracias. Ya veis, muero de tristeza en tierra extranjera.»

Llamó a Filipo, un grande del reino, y lo puso al frente de todo el Imperio. Le dio su corona, su manto real y el anillo, encargándole la educación de su hijo Antíoco y de prepararlo para reinar. El rey Antíoco murió allí, el año ciento cuarenta y nueve. Cuando Lisias se enteró de la muerte del rey, alzó por rey a su hijo Antíoco, criado por él de pequeño, y le dio el sobrenombre de Eupátor.

RESPONSORIO    Lc 1, 51-52; 14, 11

R. Hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón. * El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
V. Porque todo aquel que se exalta será humillado, y el que se humilla será exaltado.
R. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

SEGUNDA LECTURA

De una Carta escrita por Conrado de Marburgo, director espiritual de santa Isabel
(Al Sumo pontífice, año 1232: A. Wyss, «Hessisches Urkundenbuch» 1, Leipzig 1879, 31-35)

ISABEL RECONOCIÓ Y AMÓ A CRISTO EN LA PERSONA DE LOS POBRES

Pronto Isabel comenzó a destacar por sus virtudes, y, así como durante toda su vida había sido consuelo de los pobres, comenzó luego a ser plenamente remedio de los hambrientos. Mandó construir un hospital cerca de uno de sus castillos y acogió en él gran cantidad de enfermos e inválidos; a todos los que allí acudían en demanda de limosna les otorgaba ampliamente el beneficio de su caridad, y no sólo allí, sino también en todos los lugares sujetos a la jurisdicción de su marido, llegando a agotar de tal modo todas las rentas provenientes de los cuatro principados de éste, que se vio obligada finalmente a vender en favor de los pobres todas las joyas y vestidos lujosos.

Tenía la costumbre de visitar personalmente a todos sus enfermos, dos veces al día, por la mañana y por la tarde, curando también personalmente a los más repugnantes, a los cuales daba de comer, les hacia la cama, los cargaba sobre sí y ejercía con ellos muchos otros deberes de humanidad; y su esposo, de grata memoria, no veía con malos ojos todas estas cosas. Finalmente, al morir su esposo, ella, aspirando a la máxima perfección, me pidió con lágrimas abundantes que le permitiese ir a mendigar de puerta en puerta.

En el mismo día del Viernes santo, mientras estaban denudados los altares, puestas las manos sobre el altar de una capilla de su ciudad, en la que había establecido frailes menores, estando presentes algunas personas, renunció a su propia voluntad, a todas las pompas del mundo y a todas las cosas que el Salvador, en el Evangelio, aconsejó abandonar. Después de esto, viendo que podía ser absorbida por la agitación del mundo y por lá gloria mundana de aquel territorio en el que, en vida de su marido, había vivido rodeada de boato, me siguió hasta Marburgo, aun en contra de mi voluntad; allí, en la ciudad, hizo edificar un hospital, en el que dio acogida a enfermos e inválidos, sentando a su mesa a los más míseros y despreciados.

Afirmo ante Dios que raramente he visto una mujer que a una actividad tan intensa juntara una vida tan contemplativa, ya que algunos religiosos y religiosas vieron más de una vez como, al volver de la intimidad de la oración, su rostro resplandecía de un modo admirable y de sus ojos salían como unos rayos de sol.

Antes de su muerte la oí en confesión, y, al preguntarle cómo había de disponer de sus bienes y de su ajuar, respondió que hacía ya mucho tiempo que pertenecía a los pobres todo lo que figuraba como suyo, y me pidió que se lo repartiera todo, a excepción de la pobre túnica que vestía y con la que quería ser sepultada. Recibió luego el cuerpo del Señor y después estuvo hablando, hasta la tarde, de las cosas buenas que había oído en la predicación; finalmente, habiendo encomendado a Dios con gran devoción a todos los que la asistían, expiró como quien se duerme plácidamente.

RESPONSORIO    Jdt 15, 11; Hch 10, 4

R. Actuaste con valor, y tu corazón tuvo fortaleza porque amaste la castidad: * por eso serás por siempre bendita.
V. Tus oraciones y tus obras de caridad han subido hasta Dios como el sacrificio del memorial.
R. Por eso serás por siempre bendita.


Martes, 17 de noviembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):

   1 Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad.

   2 Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico.

   3 Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura.

   4 Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí.

   5 Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.»

   6 Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.

   7 Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.»

   8 Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.»

   9 Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham,

   10 pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.»


Palabra del Señor

 

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os améis unos a otros.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os améis unos a otros.

PRECES

Unidos, hermanos, a las mujeres santas, aclamemos a Jesús, nuestro Salvador, y supliquémosle diciendo:

Ven, Señor Jesús.

Señor Jesús, que perdonaste a la mujer pecadora sus muchos pecados porque tenía mucho amor,
perdónanos también a nosotros porque hemos pecado mucho.

Señor Jesús, que fuiste asistido en tu misión evangélica por mujeres piadosas,
haz que también nosotros seamos fieles en nuestra misión apostólica.

Señor Jesús, a quien María escuchaba y Marta servía,
concédenos servirte siempre con fe y amor.

Señor Jesús, que llamaste hermano, hermana y madre a todos los que cumplen tu voluntad,
haz que todos nosotros la cumplamos siempre de palabra y de obra.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Fieles a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:

Padre nuestro...

ORACION

Dios nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de reconocer y venerar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, que sirvamos siempre a los necesitados y afligidos con una incansable caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

 

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: UN AMOR CASTO Y PURO

Un amor casto y puro
calladamente:
más grande que la vida
y que la muerte.
Dulce su casa,
y su marido en ella
se contemplaba.

Era su amor de madre
como una rosa:
pétalos de fragancia
y espinas rojas.
Y era su seno
un arrullo de lirios
y de silencios.

Olor a roja viña
y a tierna hogaza:
y su mano prudente
acariciaba.
Sus dedos limpios
iban tejiendo lana
para sus hijos.

Y Dios desde su cielo
se sonreía,
por la casta frescura
de fuente limpia.
Amor callado
que vestía al Cordero
de rojo y blanco. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
El Señor da la victoria a su Ungido.

Salmo 19 - ORACIÓN POR LA VICTORIA DEL REY.

Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
que te envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sión;

que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.

Que podamos celebrar tu victoria
y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;
que el Señor te conceda todo lo que pides.

Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.

Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro.

Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.

Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor da la victoria a su Ungido.

Ant 2. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Salmo 20, 2-8. 14 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.

Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.

Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

LECTURA BREVE   Rm 8, 28-30

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Dios la eligió y la predestinó.
R. Dios la eligió y la predestinó.

V. La hizo morar en su templo santo.
R. Y la predestinó.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Dios la eligió y la predestinó.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Os aseguro que lo que hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Os aseguro que lo que hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

PRECES

Supliquemos a Dios en bien de su Iglesia por intercesión de las santas mujeres y digámosle:

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

Por intercesión de las santas mártires, que con la fuerza del espíritu superaron la muerte del cuerpo,
concede, Señor, a tu Iglesia ser fuerte en la tentación.

Por intercesión de las santas esposas, que por medio del matrimonio crecieron en tu amor,
concede, Señor, a tu Iglesia la fecundidad apostólica.

Por intercesión de las santas viudas, que por la hospitalidad y la oración superaron la soledad,
concede, Señor, a tu Iglesia ser para el mundo signo manifiesto de tu amor a los hombres.

Por intercesión de las santas madres, que engendraron sus hijos no sólo para la vida del mundo, sino también para la salvación eterna,
concede, Señor, a tu Iglesia engendrar para tu reino a todos los pueblos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Por intercesión de todas las mujeres santas, que han sido ya admitidas a contemplar la belleza de tu rostro,
concede, Señor, a los difuntos de la Iglesia gozar también de la luz eterna de tu presencia.

Fieles a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:

Padre nuestro...

ORACION

Dios nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de reconocer y venerar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, que sirvamos siempre a los necesitados y afligidos con una incansable caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

LAS LECTURAS DEL MARTES 17 DE NOVIEMBRE 2020


 

Lecturas de la 33º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Martes, 17 de noviembre de 2020

Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (3,1-6.14-22):

Yo, Juan, escuché al Señor que me decía:
«Escribe al ángel de la Iglesia en Sardes:
“Esto dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas. Conozco tus obras, tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Sé vigilante y reanima lo que te queda y que estaba a punto de morir, pues no he encontrado tus obras perfectas delante de mi Dios. Acuérdate de cómo has recibido y escuchado mi palabra, y guárdala y conviértete. Si no vigilas, vendré como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes en Sardes unas cuantas personas que no han manchado sus vestiduras, y pasearán conmigo en blancas vestiduras, porque son dignos.
El vencedor será vestido de blancas vestiduras, no borraré su nombre del libro de la vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
Escribe al ángel de la Iglesia en Laodicea:
“Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios. Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca. Porque dices: ‘Yo soy rico, me he enriquecido, y no tengo necesidad de nada’; y no sabes que tú eres desgraciado, digno de lástima, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez; y colirio para untarte los ojos a fin de que veas. Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; ten, pues, celo y conviértete. Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.
Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 14,2-3ab.3cd-4ab.5

R/.
 Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono.

V/. El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R/.


R/. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono


V/. El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino.
El que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R/.


R/. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono


V/. El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.

 

R/. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono

 

Martes, 17 de noviembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):

   1 Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad.

   2 Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico.

   3 Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura.

   4 Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí.

   5 Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa.»

   6 Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.

   7 Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.»

   8 Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo.»

   9 Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham,

   10 pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.»


Palabra del Señor

 

« Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí».  

 

*Subirme a un sicómoro, es signo de entrar en la realidad de reconocer mis errores, defecto y saber que necesito que el Señor me encuentre, pero tengo que ponerme donde él me pueda ver. Para cuando el Señor cruce y levante sus ojos, lleno de amor, cargado de misericordia, me hable y me diga; que baje pronto (Que desea ir a mi casa), que me dé prisa en bajar, que hoy él quiere entrar en mi corazón. El Señor quiere sanarme y sanar mi corazón, para que yo pueda dar respuesta a esta palabra. El Señor me invita al desprendimiento, a entrar en la pobreza y la indigencia de mi alma. Para tenerlo a él como el centro de mi vida. El Señor viene en ayuda de mi pobre corazón, lastimado muchas veces por el odio, por la ambición, por la terquedad, y sobre todo mi falta de sinceridad en todo. El Señor me invita a desear a tener un auténtico deseo de que él entre en mi vida*.  

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.