Musica Para el Alma
jueves, 4 de septiembre de 2025
LUCAS 5,33-39 CICLO C
Lecturas
del Viernes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario
05 Sep 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (5,33-39)*
En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y
los escribas: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los
fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber.»
Jesús les contestó: «¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio
está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.»
Y añadió esta parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para
ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega
al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta
los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: «Está bueno el añejo.»»
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
《Nadie
echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se
pierden el vino y los odres》
*Cuando una situación desgarra o aleja de mí, la
palabra de Dios, es porque mi cuerpo que es un odre del Señor, está muy débil
por estar cargando en mi interior cosas que me hacen mucho daño y con el tiempo
están desgastando, mi vida interiormente: Cadenas que arrastro desde pequeño,
ataduras que me esclavizan y no me permiten avanzar, heridas viejas que no sierran,
que no cicatrizan y me duelen y sangran todavía como el primer día; en ese odre
viejo no se puede echar el vino nuevo fermentado por amor y misericordia que
viene de nuestro Padre Dios. El Señor viene en mi ayuda porque él, quiere hacer
de mi un odre nuevo cada día, para que su palabra llena de amor y misericordia estén
dentro de mí y nunca se derramen y caiga por tierra, sino que permanezcan muy
dentro de mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAUDES Y VISPERAS DEL VIERNES 5
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
VIERENES
SEMANA II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. El Señor es bueno, bendecid su
nombre.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es bueno, bendecid su
nombre.
Himno: TE DOY GRACIAS SEÑOR.
Te doy gracias, Señor.
¡Tanto estabas enojado conmigo!
Tú eres un Dios de amor,
y ahora soy tu amigo,
te busco a cada instante y te persigo.
Eres tú mi consuelo,
tú eres el Dios que salva y da la vida;
eres todo el anhelo
de esta alma que va herida,
ansiándote sin tasa ni medida.
En mi tierra desierta,
tú de la salvación eres la fuente;
eres el agua cierta
que se vuelve torrente,
y el corazón arrasa dulcemente.
¡Quiero escuchar tu canto!
¡Que tu Palabra abrase mi basura
con alegría y llanto!
¡Que mi vida futura
espejo sea sin fin de tu hermosura! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias, Señor.
Ant 2. En Tu juicio, Señor, acuérdate de
la misericordia.
Cántico: JUICIO DE DIOS - Ha 3, 2-4. 13a. 15-19
¡Señor, he oído tu fama,
me ha impresionado tu obra!
En medio de los años, realízala;
en medio de los años, manifiéstala;
en el terremoto acuérdate de la misericordia.
El Señor viene de Temán;
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su poder.
Sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido;
pisas el mar con tus caballos,
revolviendo las aguas del océano.
Lo escuché y temblaron mis entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios;
me entró un escalofrío por los huesos,
vacilaban mis piernas al andar.
Tranquilo espero el día de la angustia
que sobreviene al pueblo que nos oprime.
Aunque la higuera no echa yemas
y las viñas no tienen fruto,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios mi salvador.
El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. En Tu juicio, Señor, acuérdate de
la misericordia.
Ant 3. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Glorifica al Señor, Jerusalén.
LECTURA BREVE Ef 2,13-16
Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los
que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos,
judíos y gentiles, una sola cosa, derribando con su cuerpo el muro que los
separaba: el odio. Él ha abolido la ley con sus mandamientos y reglas, haciendo
las paces, para crear en él un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos
pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte en él al
odio.
RESPONSORIO BREVE
V. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
R. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto
por mí.
V. Desde el cielo me enviará la salvación.
R. El Dios que hace tanto por mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto
por mí.
V. Mis ojos
se consumen aguardando tu salvación.
R. Y tu
promesa de justicia.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Amós 5, 1-17
LAMENTACIONES Y EXHORTACIONES
Escuchad esta palabra, esta elegía que entono contra vosotros, casa de Israel.
Cayó y no se alzará la doncella de Israel, está arrojada en el suelo y nadie la
levanta. Pues así dice el Señor a la casa de Israel: «En la ciudad de donde
partieron mil, quedarán cien; de donde partieron cien, quedarán diez.»
Así dice el Señor a la casa de Israel: «Buscadme y viviréis: no consultéis a
Betel, no vayáis a Guilgal, no paséis a Berseba; que Guilgal irá cautiva y
Betel será reducida a la nada. Buscad al Señor y viviréis. No sea que arda como
fuego la casa de José, y devore inextinguible a Betel.»
El Señor creó las Pléyades y Orión, convierte la sombra en aurora, oscurece el
día en noche; convoca las aguas del mar y las derrama sobre la superficie de la
tierra. Su nombre es el Señor. Él lanza la destrucción sobre la fortaleza, y la
devastación llega a la plaza fuerte.
¡Ay de los que convierten la justicia en amargura y arrojan por tierra el
derecho, los que odian a los acusadores en los tribunales y detestan al que
habla con franqueza! Por haber despreciado al pobre, por haberle tomado el
tributo de trigo, cuando construyáis casas de sillares, no las habitaréis,
cuando plantéis cepas escogidas, no beberéis de su vino. Pues conozco vuestros
muchos crímenes, vuestros innumerables pecados: oprimís al justo, recibís
soborno, hacéis injusticia al pobre en el tribunal. Por eso calla el hombre
sensato en esa hora, porque es mala hora.
Buscad el bien, no el mal, y viviréis, y así estará con vosotros el Señor, Dios
de los ejércitos, como deseáis. Odiad el mal, amad el bien, defended la
justicia en el tribunal; quizá se apiade el Señor, Dios de los ejércitos, de
los supervivientes de José.
Por eso, así dice el Señor, Dios de los ejércitos: «En todas las plazas hay
duelo, en todas las calles gritan: "¡Ay, ay!"; llaman al cantor para
el duelo, y, para el llanto, al maestro de las lamentaciones. Habrá llanto en
todos los huertos, cuando pasen por medio de ti», dice el Señor.
RESPONSORIO Am 9, 7. 8; 5, 14
R. ¿No hice subir a Israel del país de Egipto?
—dice el Señor—. Los ojos del Señor se vuelven contra el reino pecador; * pero
no aniquilaré a la casa de Jacob.
V. Buscad el bien, no el mal, y viviréis, y así
estará con vosotros el Señor, vuestro Dios.
R. Pero no aniquilaré a la casa de Jacob.
SEGUNDA
LECTURA
Del Sermón de
san León Magno, papa, Sobre las bienaventuranzas
(Sermón 95,
2-3: PL 54, 462)
DICHOSOS LOS
POBRES DE ESPÍRITU
No puede dudarse de que los pobres consiguen
con más facilidad que los ricos el don de la humildad, ya que los pobres en su
indigencia se familiarizan fácilmente con la mansedumbre y, en cambio, los
ricos se habitúan fácilmente a la soberbia. Sin embargo, no faltan tampoco
ricos adornados de esta humildad y que de tal modo usan de sus riquezas que no
se ensoberbecen con ellas, sino que se sirven más bien de ellas para obras de
caridad, considerando que su mejor ganancia es emplear los bienes que poseen en
aliviar la miseria de sus prójimos.
El don de esta pobreza se da, pues, en toda
clase de hombres y en todas las condiciones en las que el hombre puede vivir,
pues pueden ser iguales por el deseo incluso aquellos que por la fortuna son
desiguales, y poco importan las diferencias en los bienes terrenos si hay
igualdad en las riquezas del espíritu. Bienaventurada es, pues, aquella pobreza
que no se siente cautivada por el amor de bienes terrenos ni pone su ambición
en acrecentar las riquezas de este mundo, sino que desea más bien los bienes
del cielo.
Después del Señor, los apóstoles fueron los
primeros que nos dieron ejemplo de esta magnánima pobreza, pues, al oír la voz
del divino Maestro, dejando absolutamente todas las cosas, en un momento
pasaron de pescadores de peces a pescadores de hombres y lograron además que
muchos otros, imitando su fe, siguieran esta misma senda. En efecto, muchos de
los primeros hijos de la Iglesia al convertirse a la fe, no teniendo más que un
solo corazón y una sola alma, dejaron sus bienes y posesiones y, abrazando la
pobreza, se enriquecieron con bienes eternos y encontraban su alegría en seguir
las enseñanzas de los apóstoles, no poseyendo nada en este mundo y teniéndolo
todo en Cristo.
Por eso el bienaventurado apóstol Pedro, cuando
al subir al templo se encontró con aquel cojo que le pedía limosna, le dijo: No
tengo oro ni plata; pero lo que tengo te lo doy: En el nombre de Jesús Mesías,
el Nazareno, camina. ¿Qué cosa más sublime podría encontrarse que esta
humildad? ¿Qué más rico que esta pobreza? No tiene la ayuda del dinero, pero
posee los dones de la naturaleza. Al que su madre dio a luz deforme, la palabra
de Pedro lo hace sano; y el que no pudo dar la imagen del César grabada en una
moneda a aquel hombre que le pedía limosna, le dio, en cambio, la imagen de
Cristo al devolverle la salud.
Y este tesoro enriqueció no sólo al que recobró
la facultad de andar, sino también a aquellos cinco mil hombres que, ante esta
curación milagrosa, creyeron en la predicación de Pedro. Así aquel pobre
apóstol, que no tenía nada que dar al que le pedía limosna, distribuyó tan
abundantemente la gracia de Dios que dio no sólo el vigor a las piernas del
cojo, sino también la salud del alma a aquella ingente multitud de creyentes, a
los cuales había encontrado sin fuerzas y que ahora podían ya andar ligeros
siguiendo a Cristo.
RESPONSORIO
Mt 5, 1-3; Is 66, 2
R. Se acercaron a Jesús sus discípulos y él,
tomando la palabra, los instruía, diciendo: * «Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.»
V. En ése pondré mis ojos: en el humilde y el
abatido que se estremece ante mis palabras.
R. Dichosos los pobres de espíritu, porque de
ellos es el reino de los cielos.
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (5,33-39)*
En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: «Los discípulos
de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los
tuyos, a comer y a beber.»
Jesús les contestó: «¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio
está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.»
Y añadió esta parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para
ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega
al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta
los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: "Está bueno el
añejo."»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el
sol que nace de lo alto.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la entrañable misericordia de
nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto.
PRECES
Adoremos a Cristo, que se ofreció a Dios como sacrificio sin
mancha para purificar nuestras conciencias de las obras muertas, y digámosle
con fe:
En tu voluntad, Señor, encontramos nuestra paz.
Tú que nos has dado la luz del nuevo día,
concédenos también caminar durante sus horas por sendas de vida nueva.
Tú que todo lo has creado con tu poder y con tu providencia lo conservas,
ayúdanos a descubrirte presente en todas tus creaturas.
Tú que has sellado con tu sangre una alianza nueva y eterna,
haz que, obedeciendo siempre tus mandatos, permanezcamos fieles a esa alianza.
Tú que colgado en la cruz quisiste que de tu costado manara sangre y agua,
purifica con esta agua nuestros pecados y alegra con este manantial a la ciudad
de Dios.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que Dios nos ha adoptado como hijos, oremos al Padre como nos enseñó
Jesucristo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, te pedimos nos concedas que del mismo
modo que hemos cantado tus alabanzas en esta celebración matutina así también
las podamos cantar plenamente en la asamblea de tus santos por toda la
eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VIERENES
SEMANA II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: OH CRISTO, TÚ NO TIENES.
Oh Cristo, tú no tienes
la lóbrega mirada de la muerte;
tus ojos no se cierran:
son agua limpia donde puedo verme.
Oh Cristo, tú no puedes
cicatrizar la llaga del costado:
un corazón tras ella
noches y días me estará esperando.
Oh Cristo, tú conoces
la intimidad oculta de mi vida;
tú sabes mis secretos:
te los voy confesando día a día.
Oh Cristo, tú aleteas
con los brazos unidos al madero;
¡oh valor que convida
a levantarse puro sobre el suelo!
Oh Cristo, tú sonríes
cuando te hieren sordas las espinas;
si mi cabeza hierve,
haz, Señor, que te mire y te sonría.
Oh Cristo, tú que esperas
mi último beso darte ante la tumba,
también mi joven beso
descansa en ti de la incesante lucha. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Arranca, Señor, mi vida de la muerte, mis pies de la caída.
Salmo 114 - ACCIÓN DE GRACIAS
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Arranca, Señor, mi vida de la
muerte, mis pies de la caída.
Ant 2. El auxilio me viene del Señor, que
hizo el cielo y la tierra.
Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El auxilio me viene del Señor, que
hizo el cielo y la tierra.
Ant 3. Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos!
LECTURA BREVE 1Co 2, 7-10a
Enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios
antes de los siglos para nuestra gloria, que no conoció ninguno de los
príncipes de este siglo; pues si la hubieran conocido, nunca hubieran
crucificado al Señor de la gloria. Pero, según está escrito: «Ni el ojo vio, ni
el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los que
le aman.» Pero a nosotros nos lo ha revelado por su Espíritu.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios.
R. Cristo murió por nuestros pecados, para
llevarnos a Dios.
V. Muerto en la carne, pero vivificado en el
espíritu.
R. Para llevarnos a Dios.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Cristo murió por nuestros pecados, para
llevarnos a Dios.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Acuérdate, Señor, de tu misericordia como lo habías prometido a
nuestros padres.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Acuérdate, Señor, de tu
misericordia como lo habías prometido a nuestros padres.
PRECES
Bendigamos ahora al Señor Jesús, que en su vida mortal escuchó siempre
con bondad las súplicas de los que acudían a él y enjugaba con amor las
lágrimas de los que lloraban, y digámosle también nosotros:
Señor, ten piedad.
Señor Jesucristo, tú que consolaste a los tristes y desconsolados, pon ahora
tus ojos en los sufrimientos de los pobres
y consuela a los deprimidos.
Escucha los gemidos de los agonizantes
y envíales tus ángeles para que los consuelen y conforten.
Que los emigrantes sientan el consuelo de tu amor en el destierro, que puedan
regresar a su patria
y que un día alcancen también la patria eterna.
Que los pecadores escuchando tu voz se conviertan,
y encuentren en tu Iglesia el perdón y la paz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Perdona las faltas de los que han muerto
y dales la plenitud de tu salvación.
Con el gozo que nos da el saber que somos hijos de Dios, digamos con plena
confianza:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que con el escándalo de la cruz has manifestado de
una manera admirable tu sabiduría escondida, concédenos contemplar, con tal
plenitud de fe, la gloria de la pasión de tu Hijo, que encontremos siempre
nuestra gloria en su cruz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 5 DE SEPTIEMBRE 2025
Lecturas
del Viernes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario
05 Sep 2025
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses
(1,15-20):
Cristo Jesús es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las
cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones,
Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a
todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la
Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el
primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por
él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 99,2.3.4.5
R/. Entrad en la presencia del
Señor con vítores
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias
y bendiciendo su nombre. R/.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R/.
Lecturas
del Viernes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario
05 Sep 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (5,33-39)*
En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y
los escribas: «Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los
fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber.»
Jesús les contestó: «¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio
está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán.»
Y añadió esta parábola: «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para
ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega
al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta
los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: «Está bueno el añejo.»»
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
《Nadie
echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se
pierden el vino y los odres》
*Cuando una situación desgarra o aleja de mí, la
palabra de Dios, es porque mi cuerpo que es un odre del Señor, está muy débil
por estar cargando en mi interior cosas que me hacen mucho daño y con el tiempo
están desgastando, mi vida interiormente: Cadenas que arrastro desde pequeño,
ataduras que me esclavizan y no me permiten avanzar, heridas viejas que no sierran,
que no cicatrizan y me duelen y sangran todavía como el primer día; en ese odre
viejo no se puede echar el vino nuevo fermentado por amor y misericordia que
viene de nuestro Padre Dios. El Señor viene en mi ayuda porque él, quiere hacer
de mi un odre nuevo cada día, para que su palabra llena de amor y misericordia estén
dentro de mí y nunca se derramen y caiga por tierra, sino que permanezcan muy
dentro de mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.