Musica Para el Alma
domingo, 13 de marzo de 2022
MATEO 23,1-12 CICLO C
*Lecturas del Martes de la 2ª semana de Cuaresma*
Martes, 15 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (23,1-12)*
EN aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos,
diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y
cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos
dicen, pero no hacen.
Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no
están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y
agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes
y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las
plazas y que la gente los llame “rabbí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro
maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro
Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo
que ellos hacen)
*El Señor, me invita a escuchar
cuidadosamente todo consejo y ver lo bueno de los consejos. A mí nunca se me
hubiera ocurrido, que un alcohólico, una persona que se prostituye, pudieran
tener palabras que me pueden ayudar en la fe. He visto caso de padre
alcohólico, que les dicen a sus hijos con lágrimas en los ojos, que no beban.
Personas que viven una vida de prostitución que en medio de sus sufrimientos
hacen todo lo posible de que sus hijos no lleguen a esa vida. Madres abandonadas
por sus esposos que les dicen a los hijos, amen a su padre; aunque ella lo odia
profundamente*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MARTES 15
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE
CUARESMA
MARTES
DE LA SEMANA II
Propio del Tiempo. Salterio II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros
murió, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros
murió, venid, adorémosle.
Himno: EDIFICASTE UNA TORRE
Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.
Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.
Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas.
Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y esta herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.
¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pise,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Salmo 42 - DESEO DEL TEMPLO
Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.
Tú eres mi Dios y protector,
¿por qué me rechazas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Señor, Dios mío.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Ant 2. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Cántico: ANGUSTIA DE UN MORIBUNDO Y ALEGRÍA DE LA CURACIÓN Is 38,
10-14. 17-20
Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.»
Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.
Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.»
Día y noche me estás acabando,
sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos como un león,
día y noche me estas acabando.
Estoy piando como una golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo se consumen:
¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
Me has curado, me has hecho revivir,
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados.
El abismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Los vivos, los vivos son quienes te alaban:
como yo ahora.
El Padre enseña a sus hijos tu fidelidad.
Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días en la casa del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Ant 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
Salmo 64 - SOLEMNE ACCIÓN DE GRACIAS.
¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,
y a ti se te cumplen los votos,
porque tú escuchas las súplicas.
A ti acude todo mortal
a causa de sus culpas;
nuestros delitos nos abruman,
pero tú los perdonas.
Dichoso el que tú eliges y acercas
para que viva en tus atrios:
que nos saciemos de los bienes de tu casa,
de los dones sagrados de tu templo.
Con portentos de justicia nos respondes,
Dios, salvador nuestro;
tú, esperanza del confín de la tierra
y del océano remoto;
Tú que afianzas los montes con tu fuerza,
ceñido de poder;
tú que reprimes el estruendo del mar,
el estruendo de las olas
y el tumulto de los pueblos.
Los habitantes del extremo del orbe
se sobrecogen ante tus signos,
y a las puertas de la aurora y del ocaso
las llenas de júbilo.
Tú cuidas de la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales;
riegas los surcos, igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes;
coronas el año con tus bienes,
las rodadas de tu carro rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría;
las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
LECTURA BREVE Jl 2, 12-13
Convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad
vuestros corazones y no vuestras vestiduras, y convertíos al Señor, vuestro
Dios, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;
y se arrepiente de las amenazas.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Éxodo 16,
1-18. 35
EL MANÁ EN EL DESIERTO
Toda la comunidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre
Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de su salida de Egipto. La
comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto,
diciendo:
«¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos
junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a
este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad.»
El Señor dijo a Moisés:
«Yo os haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger diariamente la
ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. El día
sexto, cuando preparen lo que hayan de llevar, que recojan el doble de lo que
acostumbren recoger cada día.»
Moisés y Aarón dijeron a los israelitas:
«Esta tarde sabréis que es el Señor quien os ha sacado de Egipto, y mañana
veréis la gloria del Señor. Ha oído vuestras protestas contra él, pues
nosotros, ¿qué somos para que murmuréis de nosotros? Esta tarde os dará a comer
carne y mañana os saciará de pan; os ha oído murmurar de él; ¿nosotros qué
somos? No habéis murmurado contra nosotros, sino contra el Señor.» Moisés dijo
a Aarón:
«Di a la comunidad de los hijos de Israel: "Acercaos al Señor, que ha
escuchado vuestras murmuraciones."» Mientras Aarón hablaba a la asamblea,
ellos miraron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor que aparecía en
una nube. El Señor dijo a Moisés:
«He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: "Hacia el crepúsculo
comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan, para que sepáis que yo soy
el Señor, vuestro Dios."» Por la tarde una bandada de codornices cubrió
todo el campamento; por la mañana había una capa de rocío alrededor del
campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del
desierto un grano fino parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas decían:
«Man hu», (que significa «¿Qué es esto?»; pues no sabían lo que era).
Moisés les dijo:
«Es el pan que el Señor os da de comer. Éstas son las órdenes del Señor: que
cada uno recoja lo que pueda comer: un celemín por cabeza para todas las
personas que vivan en una tienda.»
Así lo hicieron los israelitas: unos recogieron más, otros menos. Y al medirlo
en el celemín, no sobraba al que había recogido más ni faltaba al que había
recogido menos: había recogido cada uno lo que necesitaba para su sustento.
Los hijos de Israel comieron el maná durante cuarenta años hasta que llegaron a
tierra habitada; lo comieron hasta que llegaron a la frontera de Canaán.
RESPONSORIO
Sb 16, 20; Jn 6, 32
R. Alimentaste a tu pueblo con manjar
de ángeles, les enviaste desde el cielo un pan ya preparado, * que podía brindar todas las delicias y satisfacer todos los gustos.
V. Moisés no os dio el pan del cielo;
es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo.
R. Que puede brindar todas las
delicias y satisfacer todos los gustos.
SEGUNDA LECTURA
De los Comentarios de
san Agustín, obispo, sobre los salmos
(Salmo 140, 4-6: CCL 40, 2028-2029)
LA PASIÓN DE TODO EL
CUERPO DE CRISTO
Señor, te he llamado, ven de prisa. Esto podemos decirlo todos. No lo digo yo
solo, sino el Cristo total. Pero es más bien el cuerpo quien habla aquí; pues
Cristo, cuando estaba en este mundo, oró en calidad de hombre, y oró al Padre
en nombre de todo el cuerpo, y al orar caían de todo su cuerpo gotas de sangre.
Así está escrito en el Evangelio: Jesús oraba con mayor intensidad, y sudó como
gruesas gotas de sangre. Esta efusión de sangre de todo su cuerpo no
significaba otra cosa que la pasión de los mártires de toda la Iglesia.
Señor, te he llamado, ven de prisa, escucha mi voz cuando te llamo. Al decir:
Te he llamado, no creas que ya ha cesado el motivo de llamar. Has llamado, pero
no por eso puedes estar ya seguro. Si hubiera terminado ya la tribulación, no
tendrías que llamar más; pero, como que la tribulación de la Iglesia y del
cuerpo de Cristo continúa hasta el fin de los siglos, no sólo hemos de decir:
Te he llamado, ven de prisa, sino también: Escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia, el alzar de mis manos como
ofrenda de la tarde. Todo cristiano sabe que estas palabras suelen entenderse
de la Cabeza en persona. Cuando, en efecto, declinaba el día, el Señor entregó
voluntariamente su vida en la cruz, para volver a recobrarla. Pero también
entonces estábamos nosotros allí representados. Pues lo que colgó del madero es
la misma naturaleza que tomó de nosotros. Si no, ¿cómo hubiera sido nunca
posible que el Padre abandonara a su Hijo único, siendo ambos un solo Dios? Y
sin embargo, clavando nuestra frágil condición en la cruz, en la cual, como
dice el Apóstol, nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, clamó en
nombre de este hombre viejo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Aquella ofrenda de la tarde fue, pues, la pasión del Señor, la cruz del Señor,
oblación de la víctima salvadora, holocausto agradable a Dios. Aquella ofrenda
de la tarde se convirtió, por la resurrección, en ofrenda matinal. Así, la
oración que sale con toda pureza de lo íntimo de la fe se eleva como el
incienso desde el altar sagrado. Ningún otro aroma es más agradable a Dios que
éste; este aroma debe ser ofrecido a él por los creyentes.
RESPONSORIO
Ga 2, 19-20
R. Estoy crucificado con Cristo; * vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.
V. Y mientras vivo en esta carne, vivo
de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.
R. Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo
quien vive en mí.
*Lecturas del Martes de la 2ª semana de Cuaresma*
Martes, 15 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (23,1-12)*
EN aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos,
diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y
cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos
dicen, pero no hacen.
Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están
dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y
agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes
y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las
plazas y que la gente los llame “rabbí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro
maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro
Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Uno solo es vuestro maestro, Cristo el Señor, que está en los
cielos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Uno solo es vuestro maestro, Cristo el Señor, que está en los
cielos.
PRECES
Demos gracias a Dios, nuestro Padre, que nos dio a su Hijo
unigénito, Palabra hecha carne, para que vivamos de ella, e invoquémosle,
diciendo:
Que la palabra de Cristo habite en nosotros con toda su riqueza.
Concédenos escuchar con más frecuencia tu palabra en este tiempo cuaresmal,
para que en la gran solemnidad que se avecina nos unamos con mayor fervor a
Cristo, nuestra Pascua.
Que tu Espíritu Santo nos asista,
para que seamos testigos de tu verdad y de tu bondad ante los vacilantes y
equivocados.
Concédenos vivir más profundamente el misterio de Cristo,
para que podamos dar testimonio de él con más fuerza y claridad.
En este tiempo de penitencia, Señor, renueva y purifica a tu Iglesia,
para que se manifieste con más claridad como signo de salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque sabemos que somos hijos de Dios, llenos de confianza nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, vela con amor constante sobre tu Iglesia, edificada en la
debilidad humana, y, pues sin ti la naturaleza mortal sucumbe, que tu
Protección la preserve siempre del mal y la encamine por las sendas de la
salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: NO ME PESA, SEÑOR, HABER FALTADO.
No me pesa, Señor, haber faltado
por el eterno mal que he merecido,
ni me pesa tampoco haber perdido
el cielo como pena a mi pecado.
Pésame haber tus voces despreciado
y tus justos mandatos infringido,
porque con mis errores he ofendido
tu corazón, Señor, por mí llagado.
Llorar quiero mis culpas humillado,
y buscar a mis males dulce olvido
en la herida de amor de tu costado.
Quiero tu amor pagar, agradecido,
amándote cual siempre me has amado
y viviendo contigo arrepentido. Amén.
SALMODIA
Ant 1. No podéis servir a Dios y al dinero.
Salmo 48 I - VANIDAD DE LAS RIQUEZAS
Oíd esto, todas las naciones,
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres;
mi boca hablará sabiamente,
y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio
y propondré mi problema al son de la cítara.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y me acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse
ni dar a Dios un rescate?
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa.
Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.
El sepulcro es su morada perpetua
y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a países.
El hombre no perdura en la opulencia,
sino que perece como los animales.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No podéis servir a Dios y al dinero.
Ant 2. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.
Salmo 48 II
Éste es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura
y el abismo es su casa.
Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo.
No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se felicitaba:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz.
El hombre rico e inconsciente
es como un animal que perece.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.
Ant 3. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
LECTURA BREVE St 2, 14. 17. 18b
Hermanos, ¿qué provecho saca uno con decir: «Yo tengo fe», si no tiene obras?
¿Podrá acaso salvarlo la fe? La fe, si no va acompañada de las obras, está
muerta en su soledad. Pruébame tu fe sin obras que yo por mis obras te probaré
mi fe.
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Todos vosotros sois hermanos; no déis entre vosotros a nadie el
título de padre, porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos;
ni os proclaméis maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todos vosotros sois hermanos; no déis entre vosotros a nadie el
título de padre, porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos;
ni os proclaméis maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
PRECES
Oremos a Jesús, el Señor, que levantado en la cruz atrae a todos
hacia él, y digámosle:
Atrae, Señor, a todos hacia ti.
Señor, que la luz con que resplandece el misterio de la cruz atraiga a todos
los hombres,
para que te reconozcan como camino, verdad y vida.
Da tu agua viva a todos los sedientos de verdad,
para que su sed quede eternamente saciada.
Ilumina a los científicos y a los artistas,
para que el progreso sea también camino de salvación.
Mueve los corazones de los que se apartaron de ti a causa del pecado o del
escándalo,
para que se conviertan a ti y permanezcan en tu amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Admite en tu reino a todos los difuntos,
para que se alegren eternamente con la Virgen María y con todos los santos.
Que el Espíritu que habita en nosotros y nos une en su amor nos ayude a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, vela con amor constante sobre tu Iglesia, edificada en la
debilidad humana, y, pues sin ti la naturaleza mortal sucumbe, que tu
Protección la preserve siempre del mal y la encamine por las sendas de la
salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 15 DE MARZO 2022
*Lecturas del Martes de la 2ª semana de Cuaresma*
Martes, 15 de marzo de 2022
Primera
lectura
Lectura del
libro de Isaías (1,10.16-20):
OÍD la palabra del Señor,
príncipes de Sodoma,
escucha la enseñanza de nuestro Dios,
pueblo de Gomorra.
«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista
vuestras malas acciones.
Dejad de hacer el mal,
aprended a hacer el bien.
Buscad la justicia,
socorred al oprimido,
proteged el derecho del huérfano,
defended a la viuda.
Venid entonces, y discutiremos
—dice el Señor—.
Aunque vuestros pecados sean como escarlata,
quedarán blancos como nieve;
aunque sean rojos como la púrpura,
quedarán como lana.
Si sabéis obedecer,
comeréis de los frutos de la tierra;
si rehusáis y os rebeláis,
os devorará la espada
—ha hablado la boca del Señor—».
Palabra de Dios
Salmo
Sal
49,8-9.16bc-17.21.23
R/. Al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios
V/. No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños. R/.
V/. ¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos? R/.
V/. Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios». R/.
*Lecturas del Martes de la 2ª semana de Cuaresma*
Martes, 15 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (23,1-12)*
EN aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos,
diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y
cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos
dicen, pero no hacen.
Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no
están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y
agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes
y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las
plazas y que la gente los llame “rabbí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro
maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro
Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo
que ellos hacen)
*El Señor, me invita a escuchar
cuidadosamente todo consejo y ver lo bueno de los consejos. A mí nunca se me
hubiera ocurrido, que un alcohólico, una persona que se prostituye, pudieran
tener palabras que me pueden ayudar en la fe. He visto caso de padre
alcohólico, que les dicen a sus hijos con lágrimas en los ojos, que no beban.
Personas que viven una vida de prostitución que en medio de sus sufrimientos
hacen todo lo posible de que sus hijos no lleguen a esa vida. Madres abandonadas
por sus esposos que les dicen a los hijos, amen a su padre; aunque ella lo odia
profundamente*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LUCAS 6,36-38 CICLO C
*Lecturas del Lunes de la 2ª semana de Cuaresma*
Lunes, 14 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (6,36-38)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no
seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis
perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada,
remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a
vosotros».
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(No juzguéis)
*La misión de esta lectura es
introducir dentro de mí un pequeño rayo de luz, que pueda llegar a mi razón,
(No juzgar) es una palabra que me viene ayudar para que yo pueda llegar al
conocimiento de lo que está bien y lo que está mal. El Señor quiere Señor
ayudarme para que yo pueda corregirme y no siga tomando el papel de juez sobre
las personas, que no sea yo el que defina el futuro y su destino. El Señor me
hace una invitación especial a que siempre piense antes de hablar*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 14
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE
CUARESMA
LUNES
DE LA SEMANA II
Propio del Tiempo. Salterio II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro
corazón.»
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro
corazón.»
Himno: CUÁNTAS VECES, SEÑOR, ME HABÉIS LLAMADO
¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!
Seguí mil veces vuestro pie sagrado,
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas atrevido,
al mismo precio que me habéis comprado.
Besos de paz os di para ofenderos,
pero si fugitivos de su dueño
yerran cuando los hallan los esclavos,
hoy que vuelvo con lágrimas a veros,
clavadme vos a vos en vuestro leño
y tendréisme seguro con tres clavos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR EL TEMPLO
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Ant 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Sir. 36,
1-7. 13-16
Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.
Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Ant 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
LECTURA BREVE Ex 19, 4-6a
Vosotros habéis visto cómo os saqué sobre alas de águila y os traje hacia mí;
ahora pues, si queréis obedecerme y guardar mi alianza, seréis mi especial
propiedad entre todos los pueblos, pues mía es toda la tierra. Seréis para mí
un reino de sacerdotes y una nación santa.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Éxodo 14,
10-31
PASO DEL MAR ROJO
En aquellos días, cuando se acercaba el Faraón al campamento de Fehirot, los
hijos de Israel levantaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban
detrás de ellos; el temor los invadió y clamaron al Señor. Dijeron a Moisés:
«¿No había suficientes sepulcros en Egipto para que nos trajeras a morir en el
desierto? ¿Para qué nos has sacado de Egipto? ¿No te lo decíamos allá
claramente: "Déjanos en paz y serviremos a los egipcios; más nos vale
servir a los egipcios que morir en el desierto"?»
Moisés respondió al pueblo:
«No tengáis miedo; estad firmes y veréis la victoria que el Señor os va a
conceder hoy: esos egipcios que estáis viendo hoy no los volveréis a ver jamás.
El Señor peleará por vosotros sin que vosotros tengáis que preocuparos.» El
Señor dijo a Moisés:
«¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Tú
alza tu cayado y extiende tu mano sobre el mar y se abrirá en dos, de modo que
los israelitas puedan atravesarlo como por tierra firme.
Yo haré que el Faraón se empeñe en entrar detrás de vosotros y mostraré mi
gloria derrotando al Faraón y a su ejército, a sus carros y jinetes; para que
sepa Egipto que yo soy el Señor, cuando muestre mi gloria derrotando al Faraón
con sus carros y jinetes.» El ángel de Dios que caminaba delante de las huestes
de Israel se levantó y pasó a su retaguardia; la columna de nubes que estaba
delante de ellos se puso detrás, colocándose entre el campamento egipcio y el
campamento israelí; la nube se oscureció y la noche quedó tenebrosa, de modo
que los egipcios no pudieron acercarse a los hijos de Israel en toda la noche.
Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la
noche un fuerte viento del este que secó el mar y las aguas se dividieron en
dos. Los hijos de Israel entraron por el mar como por tierra firme, y las aguas
les hacían de muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su
persecución y entraron detrás de ellos por el mar, con los caballos del Faraón,
sus carros y sus guerreros.
A la vigilia matutina, volvió Dios la mirada desde la columna de fuego y humo
hacia el ejército egipcio y sembró en él el pánico. Hizo que las ruedas de los
carros se trabasen unas con otras, de modo que sólo muy penosamente avanzaban.
Los egipcios exclamaron entonces:
«Huyamos de Israel, porque el Señor combate por él contra Egipto.» Pero Dios dijo
a Moisés:
«Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas se reunirán sobre los egipcios, sus
carros y sus jinetes.» y Moisés extendió su mano sobre el mar, y, al despuntar
el día, el mar recobró su estado ordinario y los egipcios en fuga se vieron
frente a las aguas, y así arrojó Dios a los egipcios en medio del mar, pues las
aguas, al reunirse, cubrieron carros, jinetes y todo el ejército del Faraón que
había entrado en el mar en seguimiento de Israel, y no escapó ni uno solo. Pero
los hijos de Israel caminaban sobre tierra seca por en medio del mar. Las aguas
les hacían de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día libró Dios a Israel de los egipcios, cuyos cadáveres vio Israel en
las orillas del mar. Israel vio la mano potente que mostró Dios contra Egipto,
y el pueblo temió al Señor, y creyó en él y en Moisés su siervo.
RESPONSORIO
Ex 15, 1. 2. 3
R. Cantaré al Señor, sublime es su
victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar; * mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
V. El Señor es un guerrero, su nombre
es «El Señor».
R. Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
SEGUNDA LECTURA
De las Catequesis de
san Juan Crisóstomo, obispo
(Catequesis 3, 24-27: SC 50, 165-167)
MOISÉS y CRISTO
Los judíos vieron maravillas; también tú las verás, y más grandes y
sorprendentes que cuando los judíos salieron de Egipto. Tú no viste sumergirse
al Faraón con su ejército, pero has visto al diablo con todo su poder cubierto
por las olas. Los judíos atravesaron el mar Rojo; tú has atravesado el dominio
de la muerte. Ellos fueron liberados de Egipto; tú has sido liberado de los
demonios. Los judíos escaparon de la esclavitud en país extranjero; tú has
escapado de la esclavitud, mucho más triste, del pecado.
¿Quieres aún más pruebas de que has sido honrado con dones mayores? Los judíos,
entonces, no pudieron contemplar el rostro glorificado de Moisés, a pesar de
que era consiervo y congénere suyo; tú, en cambio, has contemplado la gloria
del rostro de Cristo. Y el apóstol Pablo afirma: Todos nosotros reflejamos como
en un espejo en nuestro rostro descubierto la gloria del Señor.
Ellos tenían entonces a Cristo que los seguía; pero, de un modo mucho más real,
nos sigue ahora a nosotros. Pues entonces el Señor los acompañaba en atención a
Moisés, pero ahora os acompaña no sólo en atención a Moisés, sino por vuestra
obediencia. Ellos, al salir de Egipto, encontraron el desierto; tú, al salir de
este mundo, encontrarás el cielo. Ellos tuvieron como guía e ilustre caudillo a
Moisés; pero nosotros tenemos como guía y caudillo al otro Moisés, que es Dios
mismo.
¿Cuál fue la nota distintiva del primer Moisés? Moisés —dice la Escritura— era
el hombre más humilde del mundo. Esta característica se la podemos atribuir,
sin temor a equivocarnos, a nuestro Moisés, ya que en él moraba íntima y
consubstancialmente el Espíritu suavísimo. Entonces, Moisés, alzando las manos
al cielo, hacía caer el maná, pan de ángeles; nuestro Moisés alza las manos al
cielo y nos proporciona el alimento eterno. Aquél golpeó la roca e hizo salir
torrentes de agua; éste toca la mesa, golpea la mesa espiritual y hace manar
las fuentes del Espíritu. Por esto la mesa está situada en medio, cual una
fuente, para que los rebaños acudan a la fuente desde todo lugar y beban de sus
aguas salvadoras.
Disponiendo, pues, de una fuente tal, de una mesa abastecida con tal abundancia
de alimentos de toda clase, de tanta abundancia de bienes espirituales,
acerquémonos con un corazón sincero y una conciencia pura, para que alcancemos
gracia y misericordia en el tiempo oportuno: la gracia y la misericordia del
Hijo único, nuestro Señor y salvador Jesucristo, por el cual y con el cual sea
la gloria, el honor y el poder al Padre y al Espíritu dador de vida, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO
Hb 11, 24-27a
R. Por la fe Moisés, siendo ya adulto,
rehusó ser llamado hijo de una hija del Faraón, y prefirió sufrir males con el
pueblo de Dios a disfrutar de las ventajas pasajeras del pecado; * pues tenía la mirada puesta en la recompensa.
V. Tuvo por mayor riqueza el oprobio
de Cristo que los tesoros de Egipto, y así, por la fe, abandonó Egipto.
R. Pues tenía la mirada puesta en la
recompensa.
*Lecturas del Lunes de la 2ª semana de Cuaresma*
Lunes, 14 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (6,36-38)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no
seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis
perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada,
remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a
vosotros».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. «Sed misericordiosos, como es misericordioso vuestro Padre», dice
el Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Sed misericordiosos, como es misericordioso vuestro Padre», dice
el Señor.
PRECES
Alabemos a Dios, nuestro Padre, que nos concede ofrecerle el
sacrificio de alabanza cuaresmal, y supliquémosle, diciendo:
Ilumínanos, Señor, con tu palabra.
Dios todopoderoso y compasivo, concédenos el espíritu de oración y de
penitencia,
y danos un verdadero deseo de amarte a ti y a nuestros hermanos.
Concédenos ser constructores de tu reino, para que todas las cosas tengan a
Cristo por cabeza
y abunde la justicia y la paz en toda la tierra.
Haz que sepamos descubrir la bondad y hermosura de tu creación,
para que su belleza se haga alabanza en nuestros labios.
Perdónanos por haber ignorado la presencia de Cristo en los pobres, los
sencillos y los marginados,
y por no haber atendido a tu Hijo en estos hermanos nuestros.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Impulsados por el Espíritu que nos hace clamar: «¡Padre!», invoquemos a nuestro
Dios:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, tu que para nuestro progreso espiritual nos mandas dominar
nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a huir también de todo pecado y
a entregarnos, con amor filial, al cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: ÉSTA ES LA HORA PARA EL BUEN AMIGO.
Ésta es la hora para el buen amigo,
llena de intimidad y confidencia,
y en la que, al examinar nuestra conciencia,
igual que siente el rey, siente el mendigo.
Hora en que el corazón encuentra abrigo
para lograr alivio a su dolencia
y, al evocar la edad de la inocencia,
logra en el llanto bálsamo y castigo.
Hora en que arrullas, Cristo, nuestra vida
con tu amor y caricia inmensamente
y que a humildad y a llanto nos convida.
Hora en que un ángel roza nuestra frente
y en que el alma, como cierva herida,
sacia su sed en la escondida fuente. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la
gracia.
Salmo 44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la
gracia.
Ant 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Salmo 44 II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como
hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo
perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. «No juzguéis y no seréis juzgados; con la medida con que midais se
os medirá a vosotros», dice el Señór.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «No juzguéis y no seréis juzgados; con la medida con que midais se
os medirá a vosotros», dice el Señór.
PRECES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que por la palabra de su Hijo
prometió escuchar la oración de los que se reúnen en su nombre, y, confiados en
esta promesa, supliquémosle, diciendo:
Escucha a tu pueblo, Señor.
Señor, tú que en la montaña del Sinaí diste a conocer tu ley por medio de
Moisés y la perfeccionaste luego por Cristo,
haz que todos los hombres descubran que tienen esta ley inscrita en el corazón
y que la deben guardar para hacer efectiva la alianza que has hecho con ellos.
Concede a los superiores fraternal solicitud hacia los que les han sido
confiados,
y a los súbditos espíritu de obediente colaboración.
Fortalece el espíritu y el corazón de los misioneros
y suscita en todas partes colaboradores de su obra.
Que los niños crezcan en gracia y en edad,
y que los jóvenes se abran con sinceridad a tu amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acuérdate de nuestros hermanos que ya duermen el sueño de la paz
y dales parte en la vida eterna.
Digamos a nuestro Padre, juntamente con Jesús, la oración que él nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, tu que para nuestro progreso espiritual nos mandas dominar
nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a huir también de todo pecado y
a entregarnos, con amor filial, al cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.