Abre, Señor, mi boca para
bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos,
perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para
que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado
en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
VIERNES DE LA SEMANA X
De la Feria. Salterio II
14 de junio
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Ant. El Señor es bueno,
bendecid su nombre.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es bueno,
bendecid su nombre.
Himno: TE DOY GRACIAS SEÑOR.
Te doy gracias, Señor.
¡Tanto estabas enojado conmigo!
Tú eres un Dios de amor,
y ahora soy tu amigo,
te busco a cada instante y te persigo.
Eres tú mi consuelo,
tú eres el Dios que salva y da la vida;
eres todo el anhelo
de esta alma que va herida,
ansiándote sin tasa ni medida.
En mi tierra desierta,
tú de la salvación eres la fuente;
eres el agua cierta
que se vuelve torrente,
y el corazón arrasa dulcemente.
¡Quiero escuchar tu canto!
¡Que tu Palabra abrase mi basura
con alegría y llanto!
¡Que mi vida futura
espejo sea sin fin de tu hermosura! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo
desprecias, Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Un corazón
quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.
Ant 2. En Tu juicio,
Señor, acuérdate de la misericordia.
Cántico: JUICIO DE DIOS - Ha 3, 2-4. 13a. 15-19
¡Señor, he oído tu fama,
me ha impresionado tu obra!
En medio de los años, realízala;
en medio de los años, manifiéstala;
en el terremoto acuérdate de la misericordia.
El Señor viene de Temán;
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su poder.
Sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido;
pisas el mar con tus caballos,
revolviendo las aguas del océano.
Lo escuché y temblaron mis entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios;
me entró un escalofrío por los huesos,
vacilaban mis piernas al andar.
Tranquilo espero el día de la angustia
que sobreviene al pueblo que nos oprime.
Aunque la higuera no echa yemas
y las viñas no tienen fruto,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios mi salvador.
El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. En Tu juicio,
Señor, acuérdate de la misericordia.
Ant 3. Glorifica al
Señor, Jerusalén.
Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Glorifica al
Señor, Jerusalén.
LECTURA BREVE Ef 2,13-16
Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los
que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos,
judíos y gentiles, una sola cosa, derribando con su cuerpo el muro que los
separaba: el odio. Él ha abolido la ley con sus mandamientos y reglas, haciendo
las paces, para crear en él un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos
pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte en él al
odio.
RESPONSORIO BREVE
V. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por
mí.
R. Invoco al Dios
Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
V. Desde el cielo me
enviará la salvación.
R. El Dios que hace
tanto por mí.
V. Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Invoco al Dios
Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Josué 7, 4-26
DELITO Y CASTIGO DE ACÁN
En aquellos días, fueron hacia Ay unos tres mil del ejército, pero tuvieron que
huir ante los de Ay, que les hicieron unas treinta y seis bajas y los
persiguieron desde las puertas de la villa hasta Las Canteras, derrotándolos en
la cuesta. El valor del ejército se deshizo en agua. Josué se rasgó el manto,
cayó rostro a tierra ante el arca del Señor y estuvo así hasta el atardecer,
junto con los ancianos de Israel, echándose polvo a la cabeza. Josué oró:
«¡Ay, Señor mío! ¿Para qué hiciste pasar el Jordán a este pueblo, para
entregarnos después a los amorreos y exterminarnos? ¡Ojalá nos hubiéramos
quedado al otro lado del Jordán! ¡Perdón, Señor! ¿Qué voy a decir después que
Israel ha vuelto la espalda ante el enemigo? Lo oirán los cananeos y toda la
gente del país, nos cercarán y borrarán nuestro nombre de la tierra. ¿Y qué
harás tú con tu gran nombre?»
El Señor le respondió:
«Anda, levántate. ¿Qué haces ahí, caído rostro en tierra? Israel ha pecado, han
quebrantado el pacto que yo estipulé con ellos, han cogido de lo consagrado,
han robado, han disimulado escondiéndolo entre su ajuar. No podrán los
israelitas resistir a sus enemigos, les volverán la espalda, porque se han
hecho execrables.
No estaré más con vosotros mientras no extirpéis la execración de en medio de
vosotros. Levántate, purifica al pueblo, diles: "Purificaos para mañana,
porque así dice el Señor Dios de Israel: ¡Hay algo execrable dentro de ti,
Israel! No podréis resistir a vuestros enemigos mientras no extirpéis la
execración de en medio de vosotros." Por la mañana os acercaréis por
tribus. La tribu que el Señor indique por sorteo se acercará por clanes; el
clan que el Señor indique por sorteo se acercará por familias; la familia que
el Señor indique por sorteo se acercará por individuos. El que sea sorprendido
con algo consagrado será quemado con todos sus bienes, por haber quebrantado el
pacto del Señor y haber cometido una infamia en Israel.»
Josué madrugó y mandó a los israelitas acercarse por tribus. La suerte cayó en
la tribu de Judá. Se fue acercando la tribu de Judá por clanes, y la suerte
cayó en el clan de Zeraj. Se fue acercando el clan de Zeraj por familias, y la
suerte cayó en la familia de Zabdí. Se fue acercando la familia de Zabdí por
individuos, y la suerte cayó en Acán, hijo de Carmí, de Zabdí, de Zeraj, de la
tribu de Judá. Josué le dijo:
«Hijo mío, glorifica al Señor, Dios de Israel, haciendo tu confesión. Dime lo
que has hecho, no me ocultes nada.»
Acán respondió:
«Es verdad, he pecado contra el Señor, Dios de Israel. He hecho esto y esto: vi
entre los despojos un manto babilonio muy bueno, doscientas monedas de plata y
una barra de oro de medio kilo; se me fueron los ojos y lo cogí. Mira, está
todo escondido en un hoyo en medio de mi tienda, el dinero debajo.»
Josué mandó a unos que fueran corriendo a la tienda de Acán: todo estaba allí
escondido, el dinero debajo. Lo sacaron de la tienda, se lo llevaron a Josué y
a los israelitas y lo depositaron ante el Señor. Josué cogió a Acán, hijo de
Zeraj (con el dinero, el manto y la barra de oro), a sus hijos e hijas, sus
bueyes, burros y ovejas, y su tienda con todos sus bienes. En compañía de todo
Israel los subió al Valle de la Desgracia, y Josué dijo:
«¡El Señor te haga sufrir hoy mismo la desgracia que nos has acarreado!»
Todos los israelitas apedrearon a Acán. Luego los quemaron y los cubrieron de
piedras. Después levantaron encima un montón de piedras, que todavía hoy se
conserva. Y el Señor aplacó el incendio de su ira. Por eso, aquel sitio se
llama hasta hoy Valle de la Desgracia.
RESPONSORIO Cf. 1Co 5, 2. 3. 5. 7
R. Haced que desaparezca quien hizo esa mala acción. * Ese tal
sufrirá ruina material, a fin de que su espíritu sea salvo en el día de Jesús,
el Señor.
V. Tirad fuera la levadura vieja para que seáis una masa nueva, ya
que ahora sois panes ázimos.
R. Ese tal sufrirá ruina material, a fin de que su espíritu sea salvo
en el día de Jesús, el Señor.
SEGUNDA LECTURA
De los Comentarios de san Ambrosio, obispo, sobre los salmos.
(Salmo 1, 4. 7-8: CSEL 64, 4-7)
DULZURA DEL LIBRO DE LOS SALMOS
Aunque es verdad que toda la sagrada Escritura está impregnada de la gracia
divina, el libro de los salmos posee, con todo, una especial dulzura; el mismo
Moisés, que narra en un estilo llano las hazañas de los antepasados, después de
haber hecho que el pueblo atravesara el mar Rojo de un modo admirable y
glorioso, al contemplar cómo el Faraón y su ejército habían quedado sumergidos
en él, superando sus propias cualidades (como había superado con aquel hecho
sus propias fuerzas), cantó al Señor un cántico triunfal. También María, su
hermana, tomando en su mano el pandero, invitaba a las otras mujeres, diciendo:
Cantaré al Señor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el
mar.
La historia instruye, la ley enseña, la profecía anuncia, la reprensión
corrige, la enseñanza moral aconseja; pero el libro de los salmos es como un
compendio de todo ello y una medicina espiritual para todos. El que lo lee halla
en él un remedio específico para curar las heridas de sus propias pasiones. El
que sepa leer en él encontrará allí, como en un gimnasio público de las almas y
como en un estadio de las virtudes, toda la variedad posible de competiciones,
de manera que podrá elegir la que crea más adecuada para sí, con miras a
alcanzar el premio final. Aquel que desee recordar e imitar las hazañas de los
antepasados hallará compendiada en un solo salmo toda la historia de los padres
antiguos, y así, leyéndolo, podrá irla recorriendo de forma resumida. Aquel que
investiga el contenido de la ley, que se reduce toda ella al mandamiento del
amor (porque quien ama al prójimo ya ha cumplido la ley), hallará en los salmos
con cuánto amor uno solo se expuso a graves peligros para librar a todo el
pueblo de su oprobio; con lo cual se dará cuenta de que la gloria de la caridad
es superior al triunfo de la fuerza.
Y ¿qué decir de su contenido profético? Aquello que otros habían anunciado de
manera enigmática se promete clara y abiertamente a un personaje determinado, a
saber, que de su descendencia nacerá el Señor Jesús, como dice el Señor a
aquél: A uno de tu linaje pondré sobre tu trono. De este modo en los salmos
hallamos profetizado no sólo el nacimiento de Jesús, sino también su pasión
salvadora, su reposo en el sepulcro, su resurrección, su ascensión al cielo y
su glorificación a la derecha del Padre. El salmista anuncia lo que nadie se
hubiera atrevido a decir, aquello mismo que luego, en el Evangelio, proclamó el
Señor en persona.
RESPONSORIO Sal 56, 8-9
R. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. * Voy a
cantar y a tocar para ti.
V. Despierta, gloria mía; despertad, cítara y arpa; despertaré a la
aurora.
R. Voy a cantar y a tocar para ti.
Viernes, 14
de junio de 2019
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,27-32):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído el mandamiento
"no cometerás adulterio". Pues yo os digo: El que mira a una mujer
casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo
derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser
echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y
tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno.
Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de
repudio." Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso
de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete
adulterio.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos
visitará el sol que nace de lo alto.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto.
PRECES
Adoremos a Cristo, que se ofreció a Dios como
sacrificio sin mancha para purificar nuestras conciencias de las obras muertas,
y digámosle con fe:
En tu voluntad, Señor, encontramos nuestra paz.
Tú que nos has dado la luz del nuevo día,
concédenos también caminar durante sus horas por sendas de vida nueva.
Tú que todo lo has creado con tu poder y con tu providencia lo conservas,
ayúdanos a descubrirte presente en todas tus creaturas.
Tú que has sellado con tu sangre una alianza nueva y eterna,
haz que, obedeciendo siempre tus mandatos, permanezcamos fieles a esa alianza.
Tú que colgado en la cruz quisiste que de tu costado manara sangre y agua,
purifica con esta agua nuestros pecados y alegra con este manantial a la ciudad
de Dios.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que Dios nos ha adoptado como hijos, oremos al Padre como nos enseñó
Jesucristo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, te pedimos nos concedas
que del mismo modo que hemos cantado tus alabanzas en esta celebración matutina
así también las podamos cantar plenamente en la asamblea de tus santos por toda
la eternidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos
lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Los Mártires de Córdoba es como se conoce a un
grupo de cristianos mozárabes condenados a muerte por su fe bajo los reinados
de Abderramán II y Mohamed I en el Emirato de Córdoba.
Estos martirios se conocen gracias a una única
fuente, la hagiografía de Eulogio de Córdoba el cual registró la ejecución de
cuarenta y ocho cristianos que desafiaron la ley islámica. En su mayoría
hicieron declaraciones públicas de rechazo del islam y proclamación de su
cristianismo.
Las ejecuciones están recogidas en una única fuente
escrita por San Eulogio, que fue uno de los dos últimos ejecutados en morir. En
Oviedo se conservó un manuscrito de su Documentum martyriale tres libros del
Memoriale sanctorum y el Liber apologeticus martyrum, que son los únicos
escritos conservados de este santo, cuyos restos fueron trasladados a la
capital asturiana en 884.
Se recogen 48 ejecuciones entre 850 y 859, de
cristianos, 38 hombres y 10 mujeres. Veintidós eran naturales de Córdoba
capital, 4 de la provincia, 6 de la diócesis de Sevilla, 3 de la de Granada y uno
de los siguientes lugares: Martos, Badajoz, Toledo, Alcalá de Henares,
Portugal, Palestina y Siria, de uno se debate el lugar de origen (Álava o
Septimania) y no consta el origen de cuatro de ellos. Tres tienen nombres
griegos, posiblemente relacionados con la provincia de Spania, el asentamiento
que el Imperio bizantino había realizado en el sudeste peninsular durante el
reinado de Agila I. Treinta y cinco eran clérigos de distinto tipo, sobre todo
monjes pero también diáconos y sacerdotes, el resto eran seglares salvo de
Salomón, del que se ignora su condición. Todos salvo dos habitaban en Córdoba o
en monasterios de la sierra cercana a la ciudad como monjes o en zonas próximas
como eremitas. Cuatro eran conversos que provenían de familias completamente
musulmanas, cinco de matrimonios mixtos y tres eran antiguos cristianos
convertidos al islam que habían vuelto al seno de la Iglesia. Todos salvo
Sancho y Argimiro fueron decapitados.
Su fiesta se celebra el 14 de Junio.
·
ESTRIBILLO
·
·
Entonemos un himno de gloria,
·
de alegría, de triunfo y de honor,
·
que en el cielo resuenen los cantos
·
que hoy elevan la fe y el amor.
·
·
ESTROFA 1ª
·
·
Huesos puros, reliquias benditas
·
que exhaláis un aroma del cielo,
·
sois las perlas que tiene este suelo
·
de más grande y más rico valor;
·
sois pedazos de mártires santos
·
que esta tierra con sangre regaron.
·
que al morir en la lucha triunfaron
·
y subieron a unirse al Señor.
·
·
ESTROFA 2ª
·
·
Al miraros se enciende en el pecho
·
del amor más sublime la llama,
·
y la fe de esta patria se inflama
·
cuando os lleva creyente a besar.
·
Que no muera la fe cordobesa,
·
que sus hijos confiesen y crean
·
que estas santas reliquias hoy sean
·
las que digan cual lenguas amar.
·
·
ESTROFA 3ª
·
·
¡Oh, que gloria tener en su seno
·
esta tierra tan gratos despojos!
·
¡ Cordobeses, postrados de hinojos,
·
Acercaos con respeto al altar!
·
Y mirad las reliquias sagradas
·
de quien supo morir con nobleza,
·
inclinad. inclinad la cabeza
·
y pedid su virtud imitar.
·
Sagrados Mártires de Cristo,
·
ilustres héroes de su milicia,
·
ejemplares de toda virtud,
·
baluarte inexpugnable de la fe,
·
que con valerosa constancia
·
expusisteis vuestras vidas al rigor
·
de los martirios más severos
·
tolerando intensísimos tormentos
·
y derramando vuestra sangre preciosa
·
hasta dar la vida a los filos del cuchillo
·
por el amor de Cristo:
·
haced, gloriosos protectores míos,
·
que imitando vuestras virtudes,
·
practique yo la misma constancia
·
en vencer mis tres enemigos,
·
que con el mismo ímpetu que los tiranos
·
os querían quitar no sólo la vida del cuerpo
·
sino la del alma, con el mismo me invaden
ésta;
·
para que, conseguida su victoria,
·
pueda con mayor mérito rendirme a vuestros
pies,
·
y solicitar de vuestra poderosa intercesión,
·
consiga del Señor, que presentándole vuestros
méritos,
·
me conceda lo que por ellos le pido;
·
siendo para honra suya, accidental gloria
vuestra,
·
y utilidad de mi alma;
·
y si no me conviene su cumplimiento para mi
salvación eterna,
·
trocad mis ruegos, y pedid para mí a Dios
·
me conceda aquello que yo más necesito
·
para agradarle y gozarle en la feliz mansión de la
bienaventuranza.
·
Amén.