Musica Para el Alma

jueves, 24 de septiembre de 2020

GOTAS DE MISERICORDIA


 

EVANGELIO DE LUCAS 9,18-22 CICLO A


 

Viernes, 25 de septiembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,18-22):

   18 Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»

   19 Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.»

   20 Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.»

   21 Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie.

   22 Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.»


Palabra del Señor

 

(«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»).  

 

*¿Quién dice la gente que soy yo? Salieron diversas respuestas. Puedo sentir que Pedro estaba en oración y recordando los acontecimiento del Señor en su vida, por eso su respuesta, tan cierta, tan verdadera. Ahora puedo entender cuanto desacierto hay en mí, mientras estoy en la oración, porque todo mi ser está distribuido en distintos lugares, me pasa en muchas ocasiones que mientras estoy orando, estoy pensando que voy a desayunar, o preparando mi agenda del día, o paro de orar y dejo al Señor con la palabra en la boca y salgo a mis afanes. Pedro supo dar respuesta a la pregunta del Señor porque estaba conectado en la oración. No tengo respuesta para decir quién es el Señor, de mi lo que sale son puras poesía, (el Señor es bueno, él es el todo poderoso, el salvador, él es la esperanza, sin él, no soy nada) Todo puras poesías. El Señor por las mañanas desea que mis oraciones sean como una conversación con un amigo muy querido y lo único que hago es pedir, y pido porque en el fondo no quiero sufrir. Esta pregunta es para darle repuesta con mí testimonio de vida*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

ORACIÓN AL MEDIO DÍA EL ÁNGELUS

  El Ángelus


V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…

V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re­su­rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

*El que Desea y Quiere amar, con el corazón según El Señor: llegará a ser, Santo*




EL SANTO ROSARIO
.Misterios Gloriosos (MIERCOLES Y DOMINGOS)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Resurrección del Señor (MATEO
.2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (HECHOS 1,3-11)
.3º La Venida del Espíritu Santo (HECHOS
4º La Asunción de Nuestra Señora (De la Constitución Apostólica Deus del papa Pío XXII )
.5º La Coronación de Nuestra Señora, como Reina de cielo y tierra. (Constitución Dogmática Sobre la Iglesia. Lumen Gentium 59)
.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Misterios Gozosos (LUNES Y SABADOS)

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Encarnación del Hijo de Dios. (Lc 1, 26-38)
 
 
 
 

.Oremos:
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén


.Misterios Dolorosos (MARTES Y VIERNES)

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La oración del huerto. (LUCAS
.2º La Flagelación de nuestro Señor. (Jn 18,33-19,1)
.3º La Coronación de espinas. (MARCOS 15,16-20)
.4º Jesús con la Cruz a cuestas. (LUCAS
.5º La Crucifixión y muerte. (MARCOS 15,22-39)

Oremos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

.Misterios Luminosos (JUEVES)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º El Bautismo del Señor (MATEO
.2º La Boda de Caná (JUAN
.3º La Proclamación del Reino de Dios (MARCOS
.4º La Transfiguración (MATEO
.5º La Institución de la Eucaristía (MATEO
.
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén  

LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL VIERNES 25. ORACIONES DEL DÍA


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

 

VIERNES SEMANA I

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO

V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.

Himno: EDIFICASTE UNA TORRE

Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.

Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.

Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas.

Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y esta herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.

¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pise,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.

Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.

Ant 2. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25

Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen
nunca jamás.

Así dice el Señor, creador del cielo
- él es Dios -,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro.»

No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío.»

Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.

Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
- No hay otro Dios fuera de mí -.

Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.

Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.

Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder.»

A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

Ant 3. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

LECTURA BREVE   Ef 4, 29-32

No salga de vuestra boca palabra desedificante, sino la que sirva para la necesaria edificación, comunicando la gracia a los oyentes. Y no provoquéis más al santo Espíritu de Dios, con el cual fuisteis marcados para el día de la redención. Desterrad de entre vosotros todo exacerbamiento, animosidad, ira, pendencia, insulto y toda clase de maldad. Sed, por el contrario, bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha perdonado en Cristo.

RESPONSORIO BREVE

V. 
En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.

V. Indícame el camino que he de seguir.
R. Hazme escuchar tu gracia.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.

 

Viernes, 25 de septiembre de 2020

 

PRIMERA LECTURA

Del libro de Tobit 7, 1. 9-20; 8, 4-16

MATRIMONIO DE TOBÍAS Y SARA

Al llegar a Ecbatana, Tobías dijo al ángel:

«Amigo Azarías, llévame derecho a casa de nuestro pariente Ragüel.»

El ángel lo llevó a casa de Ragüel. Lo encontraron sentado a la puerta del patio; se adelantaron a saludarlo, y él les contestó:

«Tanto gusto, amigos; bienvenidos.»

Ragüel los acogió cordialmente y mandó matar un carnero. Después de lavarse y bañarse, se pusieron a la mesa. Tobías dijo a Rafael:

«Amigo Azarías, dile a Ragüel que me dé a mi pariente Sara.»

Ragüel, lo oyó y dijo al muchacho:

«Tú, come, y bebe y disfruta a gusto esta noche. Porque, amigo, sólo tú tienes derecho a casarte con mi hija Sara, y yo tampoco puedo dársela a otro, porque tú eres el pariente más cercano. Pero, hijo, te voy a hablar con toda franqueza. Ya se la he dado en matrimonio a siete de mi familia, y todos murieron la noche en que iban a acercarse a ella. Pero bueno, hijo, tú come y bebe, que el Señor cuidará de vosotros.»

Tobías replicó:

«No comeré ni beberé mientras no dejes decidido este asunto mío.»

Ragüel le dijo:

«Lo haré. Y te la daré como prescribe la ley de Moisés. Dios mismo manda que te la entregue, y yo te la confío. A partir de hoy, para siempre, sois marido y mujer. Es tuya desde hoy para siempre. ¡El Señor del cielo os ayude esta noche, hijo, y os dé su gracia y su paz!»

Llamó a su hija, Sara. Cuando se presentó, Ragüel le tomó la mano y se la entregó a Tobías, con estas palabras:

«Recíbela conforme al derecho y a lo prescrito en la ley de Moisés, que manda que se te dé por esposa. Tómala y llévala enhorabuena a casa de tu padre. Que el Dios del cielo os dé paz y bienestar.»

Luego, llamó a la madre, mandó traer papel y escribió el acta del matrimonio, según la cual la entregaba como esposa conforme a lo prescrito en la ley de Moisés. Después, empezaron a cenar.

Ragüel llamó a su mujer, Edna, y le dijo:

«Mujer, prepara la otra habitación, y llévala allí.»

Edna se fue a arreglar la habitación que le había dicho su marido. Llevó allí a su hija y lloró por ella. Luego, enjugándose las lágrimas, le dijo:

«Ánimo, hija. Que el Dios del cielo cambie tu tristeza en gozo. Ánimo, hija.»

Y salió. Ragüel y Edna cerraron la puerta de la habitación. Tobías, entonces, se levantó de la cama y dijo a Sara:

«Mujer, levántate, vamos a rezar pidiendo a nuestro Señor que tenga misericordia de nosotros y nos proteja.» Se levantó, y empezaron a rezar pidiendo a Dios que los protegiera. Rezó así:

«Bendito eres, Dios de nuestros padres, y bendito tu nombre por los siglos de los siglos. Que te bendigan el cielo y todas tus creaturas por los siglos. Tú creaste a Adán, y como ayuda y apoyo creaste a su mujer, Eva: de los dos nació la raza humana. Tú dijiste: "No está bien que el hombre esté solo, voy a hacerle alguien como él que lo ayude." Si yo me caso con esta prima mía no busco satisfacer mi pasión, sino que procedo lealmente. Dígnate apiadarte de ella y de mí, y haznos llegar juntos a la vejez.»

Los dos dijeron:

«Amén, amén.»

Y durmieron aquella noche. Ragüel se levantó, llamó a los criados y fueron a cavar una fosa; pues se dijo: «No sea que haya muerto, y luego se rían y se burlen de nosotros.»

Cuando terminaron la fosa, Ragüel marchó a casa, llamó a su mujer y le dijo:

«Manda una criada que entre a ver si está vivo; porque, si está muerto, lo enterramos, y así nadie se entera.»

Encendieron el candil, abrieron la puerta y mandaron dentro a la criada. Entró y encontró a los dos juntos, profundamente dormidos, y salió a decir:

«Está vivo, no ha ocurrido nada.»

Entonces Ragüel alabó al Dios del cielo:

«Bendito eres, Dios, digno de toda bendición sincera. Seas bendito por siempre. Bendito eres por el gozo que me has dado: no pasó lo que me temía, sino que nos has tratado según tu gran misericordia.»

RESPONSORIO    Tb 12, 6. 18. 20

R. Bendecid a Dios y proclamad ante todos los vivientes los beneficios que os ha hecho, * pues él os ha mostrado su misericordia.
V. A él debéis bendecir y cantar todos los días, y narrar todas sus maravillas.
R. Pues él os ha mostrado su misericordia.

SEGUNDA LECTURA

Del Sermón de san Agustín, obispo, Sobre los pastores
(Sermón 46, 29-30: CCL 41, 555-557)

TODOS LOS BUENOS PASTORES SON COMO LOS MIEMBROS DEL ÚNICO PASTOR

Cristo, pues, te apacienta con justicia, distinguiendo entre quienes son ovejas suyas y quienes no lo son. Mis ovejas —dice— me siguen, porque conocen mi voz.

Aquí, en estas palabras, me parece descubrir que todos los buenos pastores son como los miembros del único pastor. No es que falten buenos pastores, pero todos son como los miembros del único pastor. Si hubiera muchos pastores habría división, y, porque aquí se recomienda la unidad, se habla de un único pastor. Si se silencian los diversos pastores y se habla de un único pastor, no es porque el Señor no encontrara a quien encomendar el cuidado de sus ovejas, pues cuando encontró a Pedro las puso bajo su cuidado. Pero incluso en el mismo Pedro el Señor recomendó la unidad. Eran muchos los apóstoles, pero sólo a Pedro se le dice: Apacienta mis ovejas. Dios no quiera que falten nunca buenos pastores, Dios no quiera que lleguemos a vernos faltos de ellos; ojalá no deje el Señor de suscitarlos y consagrarlos.

Ciertamente que si existen buenas ovejas habrá también buenos pastores, pues de entre las buenas ovejas salen los buenos pastores. Pero hay que decir que todos los buenos pastores son, en realidad, como miembros del único pastor y forman una sola cosa con él. Cuando ellos apacientan es Cristo quien apacienta. Los amigos del esposo no pretenden hacer oír su propia voz, sino que se complacen en que se oiga la voz del esposo. Por esto, cuando ellos apacientan es el Señor quien apacienta; aquel Señor que puede decir por esta razón: «Yo mismo apaciento», porque la voz y la caridad de los pastores son la voz y la caridad del mismo Señor. Ésta es la razón por la que quiso que también Pedro, a quien encomendó sus propias ovejas como a un semejante, fuera una sola cosa con él: así pudo entregarle el cuidado de su propio rebaño, siendo Cristo la cabeza y Pedro como el símbolo de la Iglesia que es su cuerpo; de esta manera fueron dos en una sola carne, a semejanza de lo que son el esposo y la esposa.

Así pues, para poder encomendar a Pedro sus ovejas, sin que con ello pareciera que las ovejas quedaban encomendadas a otro pastor distinto de sí mismo, el Señor le pregunta: «Pedro, ¿me amas?» Él respondió: «Te amo.» Y le dice por segunda vez: «¿Me amas?» Y respondió: «Te amo.» Y le pregunta aun por tercera vez: «¿Me amas?» Y respondió: «Te amo.» Quería fortalecer el amor para forzar así la unidad. De este modo el que es único apacienta a través de muchos, y los que son muchos apacientan formando parte del que es único.

Por tanto, en realidad, puede decirse que al mismo tiempo se habla de muchos pastores y se afirma que hay un solo pastor. Que se gloríen, pues, los pastores de ser pastores, pero el que se gloría, que se gloríe en el Señor. Apacentar a Cristo, apacentar para Cristo, apacentar en Cristo significa, pues, no querer apacentarse a sí mismo, sino a Cristo solamente. No fue por falta de pastores -como anunció el profeta que ocurriría en futuros tiempos de desgracia- que el Señor dijo: Yo mismo apacentaré a mis ovejas, como si dijera: «No tengo a quien encomendarlas.» Porque, cuando todavía Pedro y los demás apóstoles vivían en este mundo, aquel que era el único pastor, en el que todos los otros pastores eran uno, dijo: Tengo otras ovejas que no son de este redil; es necesario que las recoja, para que se forme un solo rebaño y un solo pastor.

Que todos los pastores, pues, formen parte del único pastor y que a través de todos ellos resuene solamente la voz del único pastor; al oír esta voz las ovejas seguirán no a éste o aquél, sino a su único pastor. Que todos los pastores hagan, pues, resonar en él una única voz, que no dejen oír voces diversas. Os exhorto, hermanos, a que tengáis todos unión y concordia; no haya disensiones entre vosotros. Que las ovejas oigan siempre esta voz, limpia de toda disensión, purificada de toda herejía, y puedan, así, seguir a su propio pastor que les dice: Mis ovejas me siguen, porque conocen mi voz.

RESPONSORIO    

R. No abandones, Señor, tu rebaño, * Buen Pastor, que velas constantemente.
V. Que tu amor vele siempre sobre nosotros, para que no se nos acerque el tentador astuto y hostil.
R. Buen Pastor, que velas constantemente.

 

 

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,18-22):

   18 Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»

   19 Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.»

   20 Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.»

   21 Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie.

   22 Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.»


Palabra del Señor



CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.

PRECES

Adoremos a Cristo, que salvó al mundo con su cruz, y supliquémosle diciendo:

Señor, ten misericordia de nosotros.

Señor Jesucristo, cuya claridad es nuestro sol y nuestro día,
haz que, desde el amanecer, desaparezca de nosotros todo sentimiento malo.

Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos, palabras y obras,
a fin de que nuestro día sea agradable ante tus ojos.

Aparta de nuestros pecados tu vista,
y borra en nosotros toda culpa.

Por tu cruz y tu resurrección,
llénanos del gozo del Espíritu Santo.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Ya que somos hijos de Dios, oremos a nuestro Padre como Cristo nos enseñó:

Padre nuestro...

ORACION

Dios misericordioso, que has iluminado las tinieblas de nuestra ignorancia con la luz de tu palabra: acrecienta en nosotros la fe que tú mismo nos has dado; que ninguna tentación pueda nunca destruir el ardor de la fe y de la caridad que tu gracia ha encendido en nuestro Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

 

 

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


Himno: CALOR DE DIOS EN SANGRE REDENTORA.


Calor de Dios en sangre redentora,
y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.

Conózcate, oh Cristo, en esta hora
de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.

Conózcame en tu vía dolorosa
y conozca, Señor, en los fulgores
de tus siete palabras, mi caída;

que en esta cruz pujante y misteriosa
pongo, sobre el amor de mis amores,
el amor entrañable de mi vida. Amén.


SALMODIA

Ant 1. 
Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.


Salmo 40 - ORACIÓN DE UN ENFERMO.
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.

El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.

El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.

Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»

Mis enemigos me desean lo peor;
«A ver si se muere y se acaba su apellido.»

El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.

Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»

Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.

Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.

En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.

A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.

Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.


Ant 2. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.


Salmo 45 - DIOS, REFUGIO Y FORTALEZA DE SU PUEBLO
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.

Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.

Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.

Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.

Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:

Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.

«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.


Ant 3. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.


Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.


LECTURA BREVE Rm 15, 1-3
Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos a nosotros mismos. Cada uno cuide de complacer al prójimo para su bien, para su edificación; que Cristo no buscó su propia complacencia, según está escrito: «sobre mí cayeron los ultrajes de quienes te ultrajaron».


RESPONSORIO BREVE

V. 
Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.


V. Y ha hecho de nosotros reino y sacerdotes para el Dios y Padre suyo.R. Por la virtud de su sangre.


V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.


Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55


Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.
PRECES
Bendigamos a Dios que escucha con amor la oración de los humildes y a los hambrientos los colma de bienes; digámosle confiados:

Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Señor, Padre lleno de amor, te pedimos por todos los miembros de la iglesia que sufren:
acuérdate que por ellos, Cristo, cabeza de la iglesia, ofreció en la cruz el verdadero sacrificio vespertino.

Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas, sé la ayuda de las viudas y de los huérfanos,
y haz que todos nos preocupemos de los que sufren.

Concede a tus hijos la fuerza necesaria
para resistir las tentaciones del Maligno.

Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de nuestra muerte:
que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Conduce a los difuntos a la luz donde tu habitas
para que puedan contemplarte eternamente.

Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...

ORACION
Te pedimos, Señor, que los que hemos sido aleccionados con los ejemplos de la pasión de tu Hijo estemos siempre dispuestos a cargar con su yugo llevadero y con su carga ligera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.

LAS LECTURAS DEL VIERNES 25 DE SEPTIEMBRE 2020


 

Lecturas de la 25º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Viernes, 25 de septiembre de 2020

Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiastés (3,1-11):

   1 Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:

   2 Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado.

   3 Su tiempo el matar, y su tiempo el sanar; su tiempo el destruir, y su tiempo el edificar.

   4 Su tiempo el llorar, y su tiempo el reír; su tiempo el lamentarse, y su tiempo el danzar.

   5 Su tiempo el lanzar piedras, y su tiempo el recogerlas; su tiempo el abrazarse, y su tiempo el separarse.

   6 Su tiempo el buscar, y su tiempo el perder; su tiempo el guardar, y su tiempo el tirar.

   7 Su tiempo el rasgar, y su tiempo el coser; su tiempo el callar, y su tiempo el hablar.

   8 Su tiempo el amar, y su tiempo el odiar; su tiempo la guerra, y su tiempo la paz.

   9 ¿Qué gana el que trabaja con fatiga?

   10 He considerado la tarea que Dios ha puesto a los humanos para que en ella se ocupen.

   11 El ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo; también ha puesto el mundo en sus corazones, sin que el hombre llegue a descubrir la obra que Dios ha hecho de principio a fin.


Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 143,1a.2abc.3-4

R/.
 Bendito el Señor, mi Roca

Bendito el Señor, mi Roca,
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio. R/.


R/. Bendito el Señor, mi Roca


Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?;
¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa. R/.

 

R/. Bendito el Señor, mi Roca

 

Viernes, 25 de septiembre de 2020

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,18-22):

   18 Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»

   19 Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.»

   20 Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.»

   21 Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie.

   22 Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.»


Palabra del Señor

 

(«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»).  

 

*¿Quién dice la gente que soy yo? Salieron diversas respuestas. Puedo sentir que Pedro estaba en oración y recordando los acontecimiento del Señor en su vida, por eso su respuesta, tan cierta, tan verdadera. Ahora puedo entender cuanto desacierto hay en mí, mientras estoy en la oración, porque todo mi ser está distribuido en distintos lugares, me pasa en muchas ocasiones que mientras estoy orando, estoy pensando que voy a desayunar, o preparando mi agenda del día, o paro de orar y dejo al Señor con la palabra en la boca y salgo a mis afanes. Pedro supo dar respuesta a la pregunta del Señor porque estaba conectado en la oración. No tengo respuesta para decir quién es el Señor, de mi lo que sale son puras poesía, (el Señor es bueno, él es el todo poderoso, el salvador, él es la esperanza, sin él, no soy nada) Todo puras poesías. El Señor por las mañanas desea que mis oraciones sean como una conversación con un amigo muy querido y lo único que hago es pedir, y pido porque en el fondo no quiero sufrir. Esta pregunta es para darle repuesta con mí testimonio de vida*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.