Musica Para el Alma
viernes, 9 de agosto de 2024
JUAN 12,24-26 CICLO B
*Lecturas del San Lorenzo,
diácono y mártir*
10 Agosto 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Juan (12,24-26)*
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os aseguro que si el grano de trigo no
cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que
se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se
guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté
yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Os
aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo;
pero si muere, da mucho fruto).
*El Sembrador toma el grano de trigo en sus manos,
chequea que este bueno y que está listo y preparado para ir a la misión. Dos
cosas importantes tienen que suceder “caer en tierra buena y morir para dar
fruto”. Puedo ver algo muy importante y es que el Señor me hace ver que es él,
el que elige el lugar donde debo ir, y donde debo morir, para dar vida, para
que puedan brotar los frutos necesarios que otros están necesitando. Dar frutos
produce alegría y deseo de estar al servicio del amor, con amor y por
amor*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL SABADO 10
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO SÁBADO
DE LA SEMANA XVIII*
Del Común de un mártir.
10 de agosto
*SAN LORENZO, diácono y mártir. (FIESTA)*
Era diácono de la Iglesia de Roma y murió mártir en la persecución de
Valeriano, cuatro días después de Sixto II, papa, y sus compañeros, los cuatro
diáconos romanos. Su sepulcro se halla junto a la vía Tiburtina, en el «ager
Veranus»; Constantino Magno erigió una basílica en aquel lugar. Su culto se
había difundido en la Iglesia ya en el siglo IV.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los mártires.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los mártires.
Himno: PALABRA DEL SEÑOR YA RUBRICADA
Palabra del Señor ya rubricada
es la vida del mártir ofrecida
como prueba fiel de que la espada
no puede ya truncar la fe vivida.
Fuente de fe y de luz es su memoria,
coraje para el justo en la batalla
del bien, de la verdad, siempre victoria
que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla.
Martirio es el dolor de cada día,
si en Cristo y con amor es aceptado,
fuego lento de amor que, en la alegría
de servir al Señor, es consumado.
Concédenos, oh Padre, sin medida,
y tú, Señor Jesús crucificado,
el fuego del Espíritu de vida
para vivir el don que nos has dado. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi alma está unida a ti, ya que por ti, Dios mío, ha sido quemada
mi carne con el fuego.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi alma está unida a ti, ya que por
ti, Dios mío, ha sido quemada mi carne con el fuego.
Ant 2. El Señor ha enviado a su ángel y me
ha librado del fuego; así no he sentido el ardor.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. El Señor ha enviado a su ángel y me
ha librado del fuego; así no he sentido el ardor.
Ant 3. El bienaventurado Lorenzo oraba,
diciendo: «Te doy gracias, Señor, porque he merecido entrar en tu reino.»
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El bienaventurado Lorenzo oraba,
diciendo: «Te doy gracias, Señor, porque he merecido entrar en tu reino.»
LECTURA BREVE 2Co 1, 3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y
Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder
nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con
que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto que los
sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa
nuestro consuelo.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor es mi fuerza y mi energía.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.
V. Él es mi salvación.
R. Y mi energía.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.
V. Me
asaltaban angustias y aprietos.
R. Tus mandatos son mi delicia.
PRIMERA LECTURA
De los Hechos de los apóstoles 6, 1-6; 8, 1. 4-8
LOS APÓSTOLES ELIGEN SIETE AYUDANTES
Por aquellos días, habiendo aumentado el número de
los discípulos, se levantaron quejas de los helenistas contra los hebreos,
porque se atendía mal a sus viudas en la asistencia diaria. Los Doce convocaron
entonces a la asamblea de los discípulos y dijeron:
«No está bien que nosotros descuidemos la palabra de Dios por atender al
servicio de las mesas. Elegid, pues, hermanos, de entre vosotros, a siete
hombres llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes podamos encomendar
este servicio. Nosotros, por nuestra parte, nos dedicaremos a la oración en
común y al ministerio de la palabra.»
Y pareció bien esta proposición a toda la comunidad. Y eligieron a Esteban,
hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón,
Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Los presentaron a los apóstoles,
quienes, después de orar, les impusieron las manos.
Sucedió que una violenta persecución se desencadenó contra la Iglesia de
Jerusalén, y todos, a excepción de los apóstoles, se dispersaron por las
regiones de Judea y Samaría. Y, así, los que se habían dispersado fueron
anunciando por todas partes la Buena Nueva de la palabra de Dios. Tal fue el
caso de Felipe, que bajó a la ciudad de Samaría y predicó a Cristo. La gente,
con asentimiento general, al oír y ver los prodigios que obraba Felipe, ponía
mucha atención a sus palabras. De muchos posesos salían los espíritus inmundos,
dando grandes alaridos; y muchos paralíticos y cojos quedaron curados. Con esto
reinaba un gran júbilo en aquella ciudad.
RESPONSORIO Mt 10, 32; Jn 12, 26
R. A todo
aquel que me reconozca ante los hombres —dice el Señor— * lo
reconoceré yo también ante mi Padre que está en los cielos.
V. Si alguno quiere ponerse a mi servicio, que me
siga; y donde yo esté, allí estará también mi servidor.
R. Lo reconoceré yo también ante mi Padre que está
en los cielos.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 304, 1-4: PL 38, 1395-1397)
ADMINISTRÓ LA SANGRE SAGRADA DE CRISTO
La Iglesia de Roma nos invita hoy a celebrar el
triunfo de san Lorenzo, que superó las amenazas y seducciones del mundo,
venciendo así la persecución diabólica. Él, como ya se os ha explicado más de
una vez, era diácono de aquella Iglesia. En ella administró la sangre sagrada
de Cristo, en ella también derramó su propia sangre por el nombre de Cristo. El
apóstol san Juan expuso claramente el significado de la Cena del Señor, con
aquellas palabras: Como Cristo dio su vida por nosotros, también
nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Así lo entendió
san Lorenzo; así lo entendió y así lo practicó; lo mismo que había tomado de la
mesa del Señor, eso mismo preparó. Amó a Cristo durante su vida, lo imitó en su
muerte.
También nosotros, hermanos, si lo amamos de verdad, debemos imitarlo. La mejor
prueba que podemos dar de nuestro amor es imitar su ejemplo, porque Cristo
padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Según
estas palabras de san Pedro, parece como si Cristo sólo hubiera padecido por
los que siguen sus huellas, y que la pasión de Cristo sólo aprovechara a los
que siguen sus huellas. Lo han imitado los santos mártires hasta el
derramamiento de su sangre, hasta la semejanza con su pasión; lo han imitado
los mártires, pero no sólo ellos. El puente no se ha derrumbado después de haber
pasado ellos; la fuente no se ha secado después de haber bebido ellos.
Tenedlo presente, hermanos: en el huerto del Señor no sólo hay las rosas de los
mártires, sino también los lirios de las vírgenes y las yedras de los casados,
así como las violetas de las viudas. Ningún hombre, cualquiera que sea su
género de vida, ha de desesperar de su vocación: Cristo ha sufrido por todos.
Con toda verdad está escrito de él: Nuestro Salvador quiere que todos
los hombres se salven y lleguen al pleno conocimiento de la verdad.
Entendamos, pues, de qué modo el cristiano ha de seguir a Cristo, además del
derramamiento de sangre, además del martirio. El Apóstol, refiriéndose a
Cristo, dice: A pesar de su condición divina, no hizo alarde de su
categoría de Dios. ¡Qué gran majestad! Al contrario, se
anonadó a sí mismo, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. ¡Qué
gran humildad!
Cristo se rebajó: esto es, cristiano, lo que debes tú
procurar. Cristo se sometió: ¿cómo vas tú a enorgullecerte?
Finalmente, después de haber pasado por semejante humillación y haber vencido
la muerte, Cristo subió al cielo: sigámoslo. Oigamos lo que dice el
Apóstol: Si habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas de
arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios.
RESPONSORIO
R. San Lorenzo
exclamó: «Yo adoro a mi Dios y sólo a él le sirvo; * por
eso no temo tus tormentos.»
V. El Señor es mi roca en que me amparo.
R. Por eso no temo tus tormentos.
*Lecturas del San Lorenzo,
diácono y mártir*
10 Agosto 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Juan (12,24-26)*
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os aseguro que si el grano de trigo no
cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que
se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se
guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté
yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Hijo mío, no temas, que contigo estoy yo; cuando pases por el
fuego, no te quemarás, la llama no te abrasará.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Hijo mío, no temas, que contigo
estoy yo; cuando pases por el fuego, no te quemarás, la llama no te abrasará.
PRECES
Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al
recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios,
aclamémosle diciendo:
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida
como testimonio de la fe,
concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.
Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar
su sangre,
concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe.
Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron tus
pasos,
concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.
Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre
del Cordero,
concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que inflamaste con el fuego de tu amor a san Lorenzo,
para que brillara por la fidelidad a su servicio diaconal y por la gloria de un
heroico martirio, haz que nosotros te amemos siempre como él te amó y
practiquemos lo que él enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: LUZ MENSAJERA DE GOZO.
Luz mensajera de gozo,
hermosura de la tarde,
llama de la santa gloria,
Jesús, luz de los mortales.
Te saludamos, Señor,
oh luz del mundo que traes
en tu rostro sin pecado
pura la divina imagen.
Cuando el día se oscurece,
buscando la luz amable
nuestras miradas te siguen
a ti, lumbre inapagable.
Salve, Cristo venturoso,
Hijo y Verbo en nuestra carne,
brilla en tu frente el Espíritu,
das el corazón del Padre.
Es justo juntar las voces
en el descanso del viaje,
y el himno del universo
a ti, Dios nuestro, cantarte.
Oh Cristo que glorificas
con tu vida nuestra sangre,
acepta la sinfonía
de nuestras voces filiales. Amén.
SALMODIA
Ant 1. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
Salmo 112 - ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la salida del sol hasta su
ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
Ant 2. Alzaré la copa de la salvación,
invocando tu nombre, Señor.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alzaré la copa de la salvación,
invocando tu nombre, Señor.
Ant 3. El Señor Jesús se rebajó; por eso
Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO
PASCUAL - Flp 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor Jesús se rebajó; por eso
Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.
LECTURA BREVE Hb 13, 20-21
El Dios de la paz, que sacó de entre los muertos,
por la sangre de la alianza eterna, al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor
Jesús, os haga perfectos en todo bien, para hacer su voluntad, cumpliendo en
vosotros lo que es grato en su presencia por Jesucristo, a quien sea la gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
V. Cuántas son tus obras, Señor.
R. Cuántas son tus obras, Señor.
V. Y todas las hiciste con sabiduría.
R. Tus obras, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Cuántas son tus obras, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Con la fuerza de aquella comida, Elías caminó cuarenta días y
cuarenta noches hasta el monte de Dios.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con la fuerza de aquella comida,
Elías caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios.
PRECES
Recordando la bondad de Cristo, que se compadeció del pueblo
hambriento y obró en favor suyo los prodigios de su amor, digámosle con fe:
Escúchanos, Señor.
Reconocemos, Señor, que todos los beneficios que hoy hemos recibido proceden de
tu bondad;
haz que no sean estériles, sino que den fruto, encontrando un corazón noble de
nuestra parte.
Dios nuestro, luz y salvación de todos los pueblos, protege a los que dan
testimonio de ti en el mundo,
y enciende en ellos el fuego de tu Espíritu.
Haz, Señor, que todos los hombres respeten la dignidad de sus hermanos,
y que todos juntos edifiquemos un mundo cada vez más humano.
A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos,
te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes,
visitándolos con tu bondad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dígnate agregar a los difuntos al número de tus escogidos,
cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, a quien confiadamente invocamos con el
nombre de Padre, intensifica en nosotros el espíritu de hijos adoptivos tuyos,
para que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL SABADO 10 DE AGOSTO 2024
*Lecturas del San Lorenzo,
diácono y mártir*
10 Agosto 2024
Primera Lectura
Lectura
de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (9,6-10):
El
que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra generosamente,
generosamente cosechará. Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a
disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios. Tiene
Dios poder para colmaros de toda clase de favores, de modo que, teniendo
siempre lo suficiente, os sobre para obras buenas. Como dice la Escritura:
«Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta.» El que
proporciona semilla para sembrar y pan para comer os proporcionará y aumentará
la semilla, y multiplicará la cosecha de vuestra justicia.
Palabra
de Dios
Salmo
Sal
111,1-2.5-6.7-8.9
R/. Dichoso el que se apiada y
presta
Dichoso
quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R/.
Dichoso
el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo. R/.
No temerá
las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos. R/.
Reparte
limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R/.
*Lecturas del San Lorenzo,
diácono y mártir*
10 Agosto 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Juan (12,24-26)*
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os aseguro que si el grano de trigo no
cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que
se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se
guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté
yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Os
aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo;
pero si muere, da mucho fruto).
*El Sembrador toma el grano de trigo en sus manos,
chequea que este bueno y que está listo y preparado para ir a la misión. Dos
cosas importantes tienen que suceder “caer en tierra buena y morir para dar
fruto”. Puedo ver algo muy importante y es que el Señor me hace ver que es él,
el que elige el lugar donde debo ir, y donde debo morir, para dar vida, para
que puedan brotar los frutos necesarios que otros están necesitando. Dar frutos
produce alegría y deseo de estar al servicio del amor, con amor y por
amor*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.