Musica Para el Alma
viernes, 2 de junio de 2023
MARCOS 11,27-33 CICLO A
*Lecturas del Sábado de la
8ª semana del Tiempo Ordinario*
Sábado, 3
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos
(11,27-33)*
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras
paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los
ancianos y le preguntaron: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado
semejante autoridad?»
Jesús les respondió: «Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré
con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los
hombres? Contestadme.»
Se pusieron a deliberar: «Si decimos que es de Dios, dirá: "¿Y por qué no
le habéis creído?" Pero como digamos que es de los hombres...» (Temían a
la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.)
Y respondieron a Jesús: «No sabemos.»
Jesús les replicó: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
«¿Con
qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?»
*Jesús
retaba el liderazgo de las autoridades religiosas, y ellos se sintieron
amenazados, así que decidieron confrontarlo. ¿Bajo qué autoridad haces tú estas
cosas? ¿La manera de actuar y hablar de Jesús me retan, o he crecido ya
acostumbrado a ellas? ¿Siento que Él tiene autoridad sobre mi o me resisto a
Él? Jesús sabía que ellos no estaban realmente interesados en sus
respuestas, así que contestó a su reto al retarlos el mismo. Desafortunadamente
ellos no buscaban la verdad sino solamente retener su poder. Tal vez yo veo los
mismos mecanismos en mí, al buscar justificar y defender mis elecciones para mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL SABADO 3
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
SÁBADO DE LA SEMANA VIII
Del Común de varios mártires. Salterio IV
3 de junio
*SANTOS CARLOS LWANGA y COMPAÑEROS,
mártires. (MEMORIA)*
Durante los años 1885 a 1887, muchos cristianos sufrieron la muerte en Uganda,
por orden del rey Mwanga, en odio a su religión; algunos de ellos servían en la
misma corte real o eran adictos a la persona del rey. Entre ellos destacan
Carlos Lwanga y sus veintiún compañeros, los cuales, con una adhesión
inquebrantable a la fe católica, fueron decapitados unos, otros quemados, por
el hecho de no haber querido someterse a los impúdicos deseos del rey.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los mártires. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los mártires. Aleluya.
Himno: TESTIGOS DE LA SANGRE.
Testigos de la sangre
con sangre rubricada,
frutos de amor cortados
al golpe de la espada.
Testigos del amor
en sumisión callada,
canto y cielo en los labios
al golpe de la espada.
Testigos del dolor
de vida enamorada;
diario placer de muerte
al golpe de la espada.
Testigos del cansancio
de una vida inmolada
a golpe de Evangelio
y al golpe de la espada.
Demos gracias al Padre
por la sangre sagrada;
pidamos ser sus mártires,
y a cada madrugada
poder morir la vida
al golpe de la espada. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Es bueno tocar para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la
mañana tu misericordia.
Salmo 91 - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA
VIDA DE LOS HOMBRES.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Es bueno tocar para tu nombre, oh
altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Ant 2. Os daré un corazón nuevo y os
infundiré un espíritu nuevo.
Cántico: DIOS RENOVARÁ A SU PUEBLO - Ez 36, 24-28
Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países,
y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo,
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu,
y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo
y yo seré vuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os daré un corazón nuevo y os
infundiré un espíritu nuevo.
Ant 3. De la boca de los niños de pecho,
Señor, has sacado una alabanza.
Salmo 8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la boca de los niños de pecho,
Señor, has sacado una alabanza.
LECTURA BREVE 1Jn 5, 3-5
En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus
mandamientos no son pesados, pues todo el que ha nacido de Dios vence al mundo.
Y ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe; porque, ¿quién es el que
vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
RESPONSORIO BREVE
V. La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya.
R. La alegría eterna coronará a los santos.
Aleluya, aleluya.
V. Vivirán en el gozo y la exultación.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. La alegría eterna coronará a los santos.
Aleluya, aleluya.
V. No
dejamos de orar y pedir por vosotros.
R. Que lleguéis al pleno conocimiento de la
voluntad de Dios.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol Santiago 1, 19-27
LLEVAD A LA PRÁCTICA LA PALABRA Y NO OS LIMITÉIS A ESCUCHARLA
Ya lo sabéis, hermanos carísimos, sea todo hombre pronto para escuchar, tardo
para hablar, remiso para la cólera. El hombre encolerizado no obra lo que
agrada a Dios. Por lo cual, después de despojaros de toda impureza y de todo
resto de maldad, recibid con docilidad la palabra de Dios que ha sido sembrada
en vosotros, y que tiene poder para salvar vuestras almas.
Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla, engañándoos a
vosotros mismos; pues quien escucha la palabra y no la pone en práctica se
parece a aquel que se miraba la cara en el espejo y, apenas se miraba, daba
media vuelta y se olvidaba de cómo era.
Pero el que se concentra en el estudio de la ley perfecta (la que hace libre) y
es constante, no como oyente olvidadizo, sino para ponerla por obra, éste
encontrará la felicidad en practicarla.
Quien piensa que sirve a Dios y no refrena su lengua se engaña a sí mismo; no
vale nada su religión. La religión pura y sin mancha ante Dios, nuestro Padre,
consiste en esto: en visitar a los huérfanos y a las viudas en su aflicción, y
en conservarse limpio de toda mancha en este mundo.
RESPONSORIO St 1, 21; Flp 1, 27; 2, 15. 16
R. Después de despojaros de toda impureza y de
todo resto de maldad, recibid con docilidad la palabra de Dios que ha sido
sembrada en vosotros, * que
tiene poder para salvar vuestras almas.
V. Llevad una vida conforme al Evangelio de
Cristo, a fin de que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin
mancha; llevad bien en alto la palabra de vida.
R. Que tiene poder para salvar vuestras almas.
SEGUNDA LECTURA
De la Homilía del papa Pablo sexto, en la canonización de los
mártires de Uganda
(AAS 56 [1964], 905-906)
LA GLORIA DE LOS MÁRTIRES SIGNO DE RENOVACIÓN
Estos mártires africanos añaden una nueva página a aquella lista de vencedores
llamada Martirologio, página que contiene unos hechos a la vez siniestros y
magníficos; página digna de formar parte de aquellas ilustres narraciones de la
antigua África, que nosotros, los que vivimos en esta época, pensábamos, como
hombres de poca fe, que nunca tendrían una continuación adecuada.
¿Quién hubiera podido sospechar, por ejemplo, que aquellas actas, tan
conmovedoras, de los mártires escilitanos, de los mártires cartagineses, de los
mártires de la «blanca multitud» de Útica, recordados por san Agustín y
Prudencia, de los mártires de Egipto, ampliamente ensalzados en los escritos de
Juan Crisóstomo, de los mártires de la persecución de los vándalos, se verían
enriquecidas en nuestro tiempo con nuevas historias, en las que se narrarían
unas hazañas no inferiores en fortaleza y en brillantez?
¿Quién hubiera podido imaginar que a aquellos ilustres mártires y confesores
africanos, tan conocidos y recordados, como Cipriano, Felicidad y Perpetua, y
Agustín, aquel gran hombre, añadiríamos un día los nombres tan queridos de
Carlos Lwanga, de Matías Mulumba Kalemba y de sus veinte compañeros? Sin
olvidar aquellos otros, de confesión anglicana, que sufrieron la muerte por el
nombre de Cristo.
Estos mártires africanos significan, en verdad, el inicio de una nueva era. No
permita Dios que el pensamiento de los hombres retorne a las persecuciones y
conflictos de orden religioso, sino que tiendan a una renovación cristiana y
civil.
África, regada con la sangre de estos mártires, los primeros de esta nueva era
(y quiera Dios que los últimos, tratándose de un holocausto tan grande y de
tanto precio), África renace libre y dueña de sí misma.
Aquel crimen, del que ellos fueron víctima, es tan abominable y tan
significativo, que proporciona un motivo claro y suficiente para que este nuevo
pueblo adquiera una formación moral, para que prevalezcan nuevas costumbres
espirituales y sean transmitidas a los descendientes, para que sea como un símbolo
eficaz del paso de un estado de vida simple y primitivo, en el que no faltaban
unos valores humanos dignos de consideración, pero que era también corrompido y
débil y como esclavo de sí mismo, a una cultura más civilizada, que tienda a
unas más elevadas expresiones de la mente humana y a unas superiores
condiciones de vida social.
RESPONSORIO S. Cipriano, Carta 58
R. Dios nos contempla, Cristo y sus ángeles nos
miran, mientras luchamos por la fe. * Qué
dignidad tan grande, qué felicidad tan plena es luchar bajo la mirada de Dios y
ser coronados por Cristo. Aleluya.
V. Revistámonos de fuerza y preparémonos para la
lucha con un espíritu indoblegable, con una fe sincera, con una entrega total.
R. Qué dignidad tan grande, qué felicidad tan
plena es luchar bajo la mirada de Dios y ser coronados por Cristo. Aleluya.
*Lecturas del Sábado de la
8ª semana del Tiempo Ordinario*
Sábado, 3
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos
(11,27-33)*
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras
paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los
ancianos y le preguntaron: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado
semejante autoridad?»
Jesús les respondió: «Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré
con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los
hombres? Contestadme.»
Se pusieron a deliberar: «Si decimos que es de Dios, dirá: "¿Y por qué no
le habéis creído?" Pero como digamos que es de los hombres...» (Temían a
la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.)
Y respondieron a Jesús: «No sabemos.»
Jesús les replicó: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Estad alegres y contentos, santos de Dios, pues vuestra recompensa
es grande en el cielo. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Estad alegres y contentos, santos
de Dios, pues vuestra recompensa es grande en el cielo. Aleluya.
PRECES
Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al
recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios,
aclamémosle diciendo:
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida
como testimonio de la fe,
concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.
Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar
su sangre,
concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe.
Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron tus
pasos,
concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.
Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre
del Cordero,
concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que has querido que la sangre de los mártires sea
semilla de nuevos cristianos, haz que el campo de tu Iglesia, regado con la
sangre de san Carlos Lwanga y de sus compañeros mártires, produzca abundante
cosecha para tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS DE
LA SANTÍSIMA TRINIDAD
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CANTAD Y ALABAD AL SEÑOR.
Cantad y alabad al Señor,
él nos ha dicho su nombre:
Padre y Señor para el hombre.
Vida, esperanza y amor.
Cantad y alabad al Señor,
Hijo del Padre, hecho hombre:
Cristo Señor es su nombre.
Vida, esperanza y amor.
Cantad y alabad al Señor,
divino don para el hombre:
Santo Espíritu es su nombre.
Vida, esperanza y amor.
Cantad y alabad al Señor,
él es fiel y nos llama,
él nos espera y nos ama.
Vida, esperanza y amor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Gloria a ti, oh Dios único en tres personas iguales, antes de los
siglos, ahora y por toda la eternidad.
Salmo 112 - ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Gloria a ti, oh Dios único en tres
personas iguales, antes de los siglos, ahora y por toda la eternidad.
Ant 2. Bendita sea la Trinidad santa y la
Unidad indivisa; démosle gracias porque ha tenido misericordia de nosotros.
Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendita sea la Trinidad santa y la
Unidad indivisa; démosle gracias porque ha tenido misericordia de nosotros.
Ant 3. Gloria y honor por los siglos al
Dios uno en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Gloria y honor por los siglos al
Dios uno en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
LECTURA BREVE Rm 11, 33-36
¡Qué abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son
sus juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente
del Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él
le devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los
siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ensalcémoslo con
himnos por los siglos.
R. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.
V. Honor y gloria al único Dios.
R. Ensalcémoslo con himnos por los siglos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Gracias a ti, Señor Dios; gracias a ti, Trinidad única y
verdadera, Dios único y supremo, Unidad única y santa.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Gracias a ti, Señor Dios; gracias a
ti, Trinidad única y verdadera, Dios único y supremo, Unidad única y santa.
PRECES
Glorifiquemos a Dios Padre que, por el Espíritu Santo, vivificó el
cuerpo de su Hijo, para que su carne resucitada fuera fuente de vida para los
hombres, y aclamemos al Dios uno y trino, diciendo:
¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo!
Padre todopoderoso y eterno, envía tu Espíritu consolador en nombre de tu Hijo
sobre la Iglesia,
para que la conserve en la unidad de la caridad y de la verdad perfectas.
Manda, Señor, trabajadores a tu mies, para que hagan discípulos de entre todos
los pueblos
y, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, los
confirmen en la fe verdadera.
Ayuda, Señor, a los perseguidos por causa de tu Hijo,
que el Espíritu Santo hable por ellos, como Jesucristo nos prometió.
Que todos los hombres, Señor, te confiesen como único Dios en tres personas,
y que vivan en la fe, en la esperanza y en el amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Padre de todos los vivientes, tú que vives y reinas con el Hijo y el Espíritu
Santo,
recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino.
Digamos ahora al Padre, movidos por el Espíritu Santo que ora en nosotros, la
plegaria que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios Padre, que has enviado al mundo la Palabra de verdad y el
Espíritu de santificación para revelar a los hombres tu misterio admirable,
concédenos que, al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la
eterna Trinidad y adoremos la Unidad de tu majestad omnipotente. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL SABADO 3 DE JUNIO 2023
*Lecturas del Sábado de la
8ª semana del Tiempo Ordinario*
Sábado, 3 de junio de 2023
Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (51,12-20):
Doy gracias y alabo y bendigo el nombre del Señor, Siendo aún joven, antes de
torcerme, deseé la sabiduría con toda el alma, la busqué desde mi juventud y
hasta la muerte la perseguiré; crecía como racimo que madura, y mi corazón
gozaba con ella, mis pasos caminaban fielmente siguiendo sus huellas desde joven,
presté oído un poco para recibirla, y alcancé doctrina copiosa; su yugo me
resultó glorioso, daré gracias al que me enseñó; decidí seguirla fielmente,
cuando la alcance no me avergonzaré; mi alma se apegó a ella, y no apartaré de
ella el rostro; mi alma saboreó sus frutos, y jamás me apartaré de ella; mi
mano abrió sus puertas, la mimaré y la contemplaré; mi alma la siguió desde el
principio y la poseyó con pureza.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 18,8.9.10.11
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor
son verdaderos y enteramente justos. R/.
Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.
*Lecturas del Sábado de la
8ª semana del Tiempo Ordinario*
Sábado, 3
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos
(11,27-33)*
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras
paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los
ancianos y le preguntaron: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado
semejante autoridad?»
Jesús les respondió: «Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré
con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los
hombres? Contestadme.»
Se pusieron a deliberar: «Si decimos que es de Dios, dirá: "¿Y por qué no
le habéis creído?" Pero como digamos que es de los hombres...» (Temían a
la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.)
Y respondieron a Jesús: «No sabemos.»
Jesús les replicó: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
«¿Con
qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?»
*Jesús
retaba el liderazgo de las autoridades religiosas, y ellos se sintieron
amenazados, así que decidieron confrontarlo. ¿Bajo qué autoridad haces tú estas
cosas? ¿La manera de actuar y hablar de Jesús me retan, o he crecido ya
acostumbrado a ellas? ¿Siento que Él tiene autoridad sobre mi o me resisto a
Él? Jesús sabía que ellos no estaban realmente interesados en sus
respuestas, así que contestó a su reto al retarlos el mismo. Desafortunadamente
ellos no buscaban la verdad sino solamente retener su poder. Tal vez yo veo los
mismos mecanismos en mí, al buscar justificar y defender mis elecciones para mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.