Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre;
limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina
mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y
devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia
de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
DOMINGO DE LA SEMANA XXVII
De la Feria. Salterio III
6 de octubre
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca
que nos salva. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: LAS SOMBRAS OSCURAS HUYEN.
Las sombras oscuras huyen,
ya va pasando la noche;
y el sol, con su luz de fuego,
nos disipa los temores.
Ya se apagan las estrellas
y se han encendido soles;
el rocío cae de los cielos
en el cáliz de las flores.
Las criaturas van vistiendo
sus galas y sus colores,
porque al nacer nuevo día
hacen nuevas las canciones.
¡Lucero, Cristo, del alba,
que paces entre esplendores,
apacienta nuestras vidas
ya sin sombras y sin noches!
¡Hermoso Cristo, el Cordero,
entre collados y montes! Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Salmo 92 - GLORIA DEL DIOS CREADOR
El Señor reina vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es
admirable en el cielo. Aleluya.
Ant 2. Tú, Señor, eres
alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn
3,57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Tú, Señor, eres
alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Ant 3. Alabad al Señor en
el cielo. Aleluya.
Salmo 148 - ALABANZA DEL DIOS CREADOR
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles,
alabadlo todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar.
Rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes.
Montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros.
Fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo.
Los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor en
el cielo. Aleluya.
LECTURA BREVE Ez 37, 12b-14
Así dice el Señor. «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de
vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando
abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis
que yo soy el Señor: os infundiré mi espíritu y viviréis, os colocaré en
vuestra tierra y sabréis que yo el Señor lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de
Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V. Tú que estás
sentado a la derecha del Padre.
R. Ten piedad de
nosotros.
V. Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de
Dios vivo, ten piedad de nosotros.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 22, 1-14
ORÁCULO CONTRA LA FALSA SEGURIDAD DEL PUEBLO DE DIOS
Oráculo del Valle de la Visión: Pero ¿qué te pasa que te subes en masa a las azoteas?
Llena de ruido, urbe estridente, ciudad divertida. Tus caídos no han caído a
espada, no han muerto en combate. Tus jefes desertaron en bloque, sin disparar
el arco cayeron prisioneros; tus tropas fueron copadas cuando se alejaban
huyendo.
Por eso digo: «Apartaos de mí, lloraré amargamente; no porfiéis en consolarme
de la derrota de mi pueblo.» Porque era un día de pánico, de humillación, de
desconcierto, que enviaba el Señor de los ejércitos. En el Valle de la Visión
socavaban los muros, y subían gritos hacia el monte. Elam se cargaba la aljaba,
los jinetes aparejaban los caballos, Quir desnudaba el escudo. Tus valles
mejores se llenaban de carros, los soldados cargaban contra la puerta, quedaba
al descubierto Judá.
Aquel día, inspeccionasteis el arsenal en la Casa del bosque, y descubristeis
cuántas brechas tenía la ciudad de David; recogisteis el agua del aljibe de
abajo, hicisteis recuento de las casas de Jerusalén y demolisteis algunas de
ellas para reforzar la muralla; entre los dos muros hicisteis un depósito para
el agua del aljibe viejo. Pero no volvisteis los ojos al Autor de todo esto, ni
mirasteis al que desde antiguo lo formó.
El Señor de los ejércitos os invitaba aquel día al llanto y al luto, a raparos
y a ceñiros de saco; mas lo que hubo fue alegría y fiesta, matanza de vacas y
degüello de corderos, comer carne y beber vino, según aquello de «a comer y a
beber, que mañana moriremos». Entonces el Señor de los ejércitos me reveló esto
al oído:
«Juro que no se expiará este pecado hasta que muráis -lo ha dicho el Señor de
los ejércitos-.»
RESPONSORIO Jl 2, 12-13
R. Convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. *
Rasgad vuestros corazones y no vuestras vestiduras.
V. Convertíos al Señor, vuestro Dios, porque es compasivo y
misericordioso.
R. Rasgad vuestros corazones y no vuestras vestiduras.
SEGUNDA LECTURA
De la Regla pastoral de san Gregorio Magno, papa
(Libro 2, 4: PL 77, 30-31)
EL PASTOR DEBE SABER GUARDAR SILENCIO CON DISCRECIÓN Y HABLAR CUANDO
ES ÚTIL
El pastor debe saber guardar silencio con discreción y hablar cuando es útil,
de tal modo que nunca diga lo que se debe callar ni deje de decir aquello que
hay que manifestar. Porque así como el hablar indiscreto lleva al error, así el
silencio imprudente deja en su error a quienes pudieran haber sido
adoctrinados. Porque con frecuencia acontece que hay algunos prelados poco
prudentes, que no se atreven a hablar con libertad por miedo de perder la
estima de sus súbditos; con ello, como lo dice la Verdad, no cuidan a su grey
con el interés de un verdadero pastor, sino a la manera de un mercenario, pues
callar y disimular los defectos es lo mismo que huir cuando se acerca el lobo.
Por eso el Señor reprende a estos prelados, llamándoles, por boca del profeta:
Perros mudos, incapaces de ladrar. Y también dice de ellos en otro lugar: No
acudieron a la brecha ni levantaron cerco en torno a la casa de Israel, para
que resistiera en la batalla, en el día del Señor. Acudir a la brecha significa
aquí oponerse a los grandes de este mundo, hablando con entera libertad para
defender a la grey; y resistir en la batalla en el día del Señor es lo mismo
que luchar por amor a la justicia contra los malos que acechan.
¿Y qué otra cosa significa no atreverse el pastor a predicar la verdad, sino
huir, volviendo la espalda, cuando se presenta el enemigo? Porque si el pastor
sale en defensa de la grey es como si en realidad levantara cerco en torno a la
casa de Israel. Por eso, en otro lugar, se dice al pueblo delincuente: Tus
profetas te predicaron cosas falsas y vanas, y no revelaron tu culpa para
invitarte a penitencia. Pues hay que tener presente que en la Escritura se da
algunas veces el nombre de profeta a aquellos que, al recordar al pueblo cuán
caducas son las cosas presentes, le anuncian ya las realidades futuras.
Aquellos, en cambio, a quienes la palabra de Dios acusa de predicar cosas
falsas y vanas son los que, temiendo denunciar los pecados, halagan a los
culpables con falsas seguridades y, en lugar de manifestarles sus culpas,
enmudecen ante ellos.
Porque la reprensión es la llave con que se abren semejantes postemas: ella
hace que se descubran muchas culpas que desconocen a veces incluso los mismos
que las cometieron. Por eso san Pablo dice que el obispo debe ser capaz de exhortar
y animar con sana instrucción y rebatir a los contradictores. Y, de manera
semejante, afirma Malaquías: De la boca del sacerdote se espera instrucción, en
sus labios se busca enseñanza, porque es mensajero del Señor. Y también dice el
Señor por boca de Isaías: Grita a voz en cuello, sin cejar, alza la voz como
una trompeta.
Quienquiera pues que se llega al sacerdocio recibe el oficio de pregonero, para
ir dando voces antes de la venida del riguroso juez que ya se acerca. Pero, si
el sacerdote no predica, ¿por ventura no será semejante a un pregonero mudo?
Por esta razón el Espíritu Santo quiso asentarse, ya desde el principio, en
forma de lenguas sobre los pastores; así daba a entender que de inmediato hacía
predicadores de sí mismo a aquellos sobre los cuales había descendido.
RESPONSORIO Sal 50, 15. 16-17
R. Enseñaré a los malvados tus caminos y los pecadores volverán a ti.
* Y mi lengua cantará tu justicia.
V. Señor, abrirás mis labios: mi boca proclamará tu alabanza.
R. Y mi lengua cantará tu justicia.
Domingo, 6
de octubre de 2019
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,5-10):
En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe».
El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
“Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando
vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y
bebo, y después comerás y beberás tú”?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo
mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:
“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Conserva el precioso depósito de la fe, bajo la
acción del Espíritu Santo que mora en nosotros. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1,
68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Conserva el
precioso depósito de la fe, bajo la acción del Espíritu Santo que mora en
nosotros. Aleluya.
PRECES
Invoquemos a Dios Padre que envió al Espíritu
Santo, para que con su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y
digámosle:
Ilumina, Señor, a tu pueblo.
Te bendecimos, Señor, luz nuestra,
porque a gloria de tu nombre nos has hecho llegar a este nuevo día.
Tú que por la resurrección de tu Hijo quisiste iluminar el mundo,
haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.
Tú que por el Espíritu de la verdad adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo,
envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti.
Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las
tinieblas
y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que con la
magnificencia de tu amor sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te
suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra
conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a
pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos
lleve a la vida eterna.
R. Amén.
El sabio y devoto cardenal Bona, hablando de los monjes Cartujos,
cuya orden fue fundada por San Bruno, y cuyo instituto religioso está por
encima de todos los demás, los llama "el gran milagro del mundo: viven en
el mundo como si estuviesen fuera de él; son ángeles en la tierra, como Juan
Bautista en el desierto".
San Bruno fue profesor de filosofía y teología en la escuela de
Reims, donde mantuvo durante 18 años, un alto nivel en los estudios. Después
fue nombrado canciller en la diócesis por el arzobispo Manasés, quien era un
personaje indigno de llevar ese alto cargo.
La Iglesia considera la vida de los Cartujos como el modelo
perfecto del estado de contemplación y penitencia. Sin embargo, cuando se
estableció en Chartreuse, no tenía la menor intención de fundar una orden
religiosa. Si sus monjes se extendieron, seis años más tarde por el Delfinado,
ello se debió, después de la voluntad de Dios, a una invitación que se les
formuló. El conde Rogelio, hermano de Roberto Guiscardo, regaló al santo el
fértil valle de La Torre, en la diócesis de Squillace. Ahí se estableció San
Bruno con algunos discípulos.
El santo expiró el domingo 6 de octubre de 1101. Luego, los monjes
de La Torre enviaron un relato de su muerte a las principales iglesias y
monasterios de Italia, Francia, Alemania, Inglaterra e Irlanda, pues era
entonces costumbre pedir oraciones por las almas de los que habían fallecido.
Ese documento junto con los "elogia" escritos por los 178 que
recibieron el relato de su muerte, es uno de los más completos y valiosos que
existen.
San Bruno no ha sido canonizado formalmente, pues los Cartujos
rehuyen todas las manifestaciones públicas. Sin embargo, en 1514 obtuvieron del
Papa León X el permiso de celebrar la fiesta de su fundador, y Clemente X la
extendió a toda la Iglesia de occidente en 1674. El santo es particularmente
popular en Calabria, y el culto que se le tributa refleja en cierto modo el
doble aspecto activo y contemplativo de su vida.
Bartolo Longo nació en Latiano, en las cercanías de
Brindisi, ubicada en el tacón de Italia, el 10 de Febrero de 1841. Sus padres
fueron Bartolomé (médico) y Antonia Luparelli (hija de un magistrado). Desde
niño se manifiesta muy ingenioso, vivo y de carácter ardiente. A los seis años
fue llevado a un internado de los Padres Escolapios, en Francavilla Fontana.
Allí hizo toda su primaria y secundaria (11 años). El resto de sus estudios lo
realizó en Lecce y Nápoles. Aquí termina sus estudios de derecho en 1864, a los
23 años. Era de temperamento apasionado, su estructura o lo conducía al cielo o
al infierno; jamás a un lugar intermedio. Era elegante, buen mozo e
inteligente.
En la Universidad se enreda en la moda
anticristiana de la época y se dedica a la política, a las supersticiones y al
espiritismo: llegó a ser “medium” de primer rango y sacerdote espiritista. Fue
su tiempo de alienación juvenil, de búsqueda desenfrenada. El estudio, las
diversiones, la música (tocaba piano) y los amigos llenaban su días. No sobraba
tiempo para la oración. Y Dios fue desapareciendo de día en día. Por otro lado,
la filosofía de Hegel y el racionalismo de Renán lo tenían totalmente atrapado.
Empezó a odiar a la Iglesia, organizando conferencias contra ella y alabando a
los que criticaban al clero.
Esta experiencia paradójicamente le sirvió de
peldaño para redescubrir la fe definitivamente. En este proceso, fueron
instrumentos de Dios especialmente dos personas: un profesor amigo (Vincenzo
Pepe) y un sacerdote dominico (el Padre Alberto Radente).
Su conversión, acaecida el día del Sagrado Corazón
de Jesús de 1865, en la Iglesia del Rosario de Nápoles, le llevó a tomar
decisiones radicales: abandonó la vida forense y se dedicó a obras de caridad y
al estudio de la religión. Incluso renunció a propuestas muy ventajosas para la
vida matrimonial.
Dios quiso elegir a este hombre pecador como
instrumento para propagar su gloria con la construcción de un santuario
dedicado a la Santísima Virgen María, que más tarde se llamaría Santuario de
Nuestra Señora del Rosario de Pompeya. Allí, otros pecadores irían a encontrar
perdón y paz.
En 1872 se radica en Pompeya por motivos
profesionales: la condesa De Fusco le confió la administración de sus
propiedades. Le impactó profundamente la miseria humana y religiosa de los
pobres campesinos. A raíz de una inspiración especial decide dedicarse al
catecismo y a la difusión del Santo Rosario.
En 1876, bajo sugerencia del Obispo de Nola, inicia
la “campaña de un 'sueldo mensual'” para construir un templo en Pompeya. Como
resultado de la cooperación humana y la intercesión prodigiosa de María surge
un hermoso Santuario. Y en torno a esta construcción nace una ciudad mariana,
enriquecida con numerosos institutos de caridad.
El “milagro de Pompeya” es producto de cincuenta
años de trabajo incansable, ardiente e inteligente. Miles de niños abandonados
recibieron ayuda, un hogar. Miles de personas se dieron a la oración, gracias a
los escritos de San Bartolo Longo. Millones de peregrinos visitaron a la Virgen
en su nuevo Santuario.
En 1885, siguiendo los consejos de amigos y
superiores, San Bartolo Longo contrae matrimonio con la condesa De Fusco, que
así se convierte en su colaboradora fiel y generosa. El 9 de Febrero de 1924
muere Mariana De Fusco a los 88 años de edad, siguiéndola el santo italiano,
dos años después, el 5 Octubre de 1926.
En 1934 se inicia el proceso canónico para la
beatificación; en 1947 Roma emite el decreto de introducción de la causa del
Siervo de Dios; y el 26 de Octubre de 1980 Juan Pablo II lo proclama Beato.
“Sobre todo puede decirse de él sin exagerar –afirma el Papa en esa
oportunidad– que toda su vida fue un servicio permanente a la Iglesia, en nombre
de María y por amor a Ella... El Rosario en sus manos, nos dice también a
nosotros cristianos del S. XX: "¡Ojalá vuelva a despertarse tu confianza
en la Santísima. Virgen del Rosario... Santa, venerada Madre, te traigo todas
mis preocupaciones, en ti deposito toda mi confianza, toda mi esperanza!”.
Su espíritu
Gabriel de Rosa, Profesor de la Universidad de Roma
y Director del Centro de estudios de historia del “Mezzogiorno”, considera que
San Bartolo Longo fue un verdadero precursor de la influencia de los laicos en
la Iglesia. “Su construcción –Santuario, Confraternidad, nueva ciudad– fue la
respuesta más robusta y solemne que un laico católico podía dar a la cultura
filantrópico de la época ...”. “Figura indudablemente excepcional de laico
católico, que no se dejó distraer por la grandiosidad de sus empresas, por el
clamor, el consenso y el disenso que éstas suscitaban; y cuyas resistencias a
las insidias y a los ricos del mundo alimentó constantemente con ejemplos
nacidos de su propia espiritualidad”.
Un rasgo resaltante de su personalidad fue su
profundo amor filial a la Madre de Dios. Quizá pueda considerarse este aspecto
como punto de partida y fuente de su fecundidad apostólica. Por las
innumerables gracias recibidas, que él atribuye todas a María, siente el
irresistible deseo de corresponder “amándola y alabándola, y hacer que otros la
amen y alaben”.
Consagró toda su vida a su servicio y a la difusión
de su culto, especialmente el Santo Rosario. Empezó fundando una Confraternidad
del Rosario, erigiendo un simple altar donde reunía a los campesinos, los
instruía y les habituaba al rezo del Rosario. Como vio que Dios bendecía el
lugar en abundancia, le surgió la idea de construir allí un templo a la
Santísima Virgen, que atrajera a muchos fieles. "Ni yo podía obstaculizar
los designios del Señor, cuando me ví en medio de tantos prodigios insólitos,
que no sabía ni podía explicar racionalmente... No vi mejor camino que seguir y
secundar lo que la Providencia por sí sola estaba obrando".
El santo italiano llega a Pompeya el 10 de Octubre
de 1872. Ese mismo mes tuvo una experiencia espiritual extraordinaria: salió a
pasear por los alrededores, y en un lugar denominado Arpaia (donde actualmente
existe un pequeño monolito recordatorio), envuelto en una profunda quietud,
absolutamente solo, recuerda las palabras de su confesor, el P. Alberto
Radente: “Si quieres salvarte, propaga el Rosario. Es promesa de María”.
San Bartolo Longo, transportado interiormente,
levanta el rostro y las manos hacia el cielo y grita a María: "Si es
verdad que tú has prometido a Santo Domingo que quien propaga el Rosario se
salva, yo me salvaré, porque no saldré de esta tierra de Pompeya sin haber
propagado aquí tu Rosario”. En ese momento sonó a lo lejos una campana, era la
hora del Angelus del medio día. El santo se postró, oró y lloró. Ese saludo fue
para él la respuesta esperada.
Pompeya era entonces un lugar abandonado e
ignorado. Aún no se habían hecho excavaciones realmente científicas de las
ruinas de la Pompeya pagana. La zona era temida por los viandantes, dado que
allí se guarecían ladrones y malvivientes.
Cuando San Bartolo llegó por primera vez, fue
escoltado desde la estación hasta la casa por dos hombres armados con fusil. No
había comisaría en el lugar. Lo único importante era una pequeña iglesia
parroquial en muy mal estado. Conociendo lo que posteriormente surgió allí,
cabe la frase latina “Opera Dei ex nihilo”. Dios crea siempre de la nada. El
simple altar se iría a convertir posteriormente en un Santuario célebre, que pronto
adquirió carácter internacional; puesto bajo la inmediata jurisdicción del
Papa, se torna Basílica Pontificia (a fines del S. XIX).
San Bartolo Longo organiza la primera fiesta del
Rosario en el Valle de Pompeya, al año siguiente de su llegada a esas tierras
(Oct. 1873). Había visto la pobreza en que vivían los pobladores de la zona y
quiso hacer algo por ellos. Por eso, empezó a visitarlos, así se percató de su
profunda piedad y respeto a los muertos (su fe en la inmortalidad), vio que
éstos eran enterrados sin oraciones y miserablemente. Entonces, pensó que debía
comenzar por allí y se le ocurrió hacer una gran rifa de ochocientos premios:
rosarios, medallas, estampas de la Virgen del Rosario y centenares de
crucifijos. A través de estos premios entraron María y Jesús en esas pobres
casas.
Además, con una Confraternidad del Rosario, se
ocuparía de prestar asistencia y medicina a los enfermos, ayudar a casarse a
jóvenes pobres y dar sepultura a los muertos, acompañándolos y recitando el
Rosario. Se consiguió en Nápoles todo lo necesario (de unas damas pías),
preparó fuegos artificiales, juegos y una banda de músicos; elementos muy
típicos de una fiesta patronal.
Lo central debía ser una misa cantada por el
Párroco, y una prédica sobre el Santo Rosario, a cargo de su amigo y confesor,
el dominico Padre Alberto Radente.
Como en el pueblo no se veneraba ninguna imagen,
expuso una de la Virgen del Rosario a la veneración pública y así esperó la
mañana del 3er. domingo de Octubre.
Llegó el domingo tan anhelado, pero cargado de una
lluvia torrencial. No hubo fiesta. “Comenzamos mal –pensó san Bartolo–, parece
no le agrada a la Señora lo que hago”. Pero luego recapacitó: “De parte mía no
debo hacer otra cosa que propagar el Rosario. Veremos si la Señora de parte
suya mantiene la promesa hecha a Santo Domingo...”.
Es sabido que el santo italiano no escribió ningún
tratado sistemático de mariología. No existe una “mariología de B. Longo”, pero
sí toda una catequesis, una devoción y espiritualidad de índole popular. Allí
María es presentada no como un simple personaje del pasado, sino como una
persona actualmente activa, viva, dotada de sentimientos, fuerte y maternal a
la vez: “La Súplica le dice 'augusta, bendita, buena, querida, coronada,
omnipotente por gracia' y la invoca como “Reina de la paz y del perdón, Madre
de los pecadores, nuestra abogada y nuestra esperanza...”. María es para B.
Longo lo que él ha experimentado en su vida: una fuerza salvífica, una
protagonista en el plan de Dios, una realidad que obra en la historia. En
sintonía con la piedad popular, san Bartolo exprime esta realidad viviente de
María describiendo los miembros de su cuerpo... las manos, los ojos, los
brazos, el corazón... Como persona “viva María actúa, salva, ilumina, perdona”.
Con extraordinaria visión pastoral, san Bartolo se
percató al año siguiente (la fiesta había resultado) que, fiesta, prédica,
rifa, etc. eran como humareda que pasaba... Pero, ¿cómo inducir a la gente al
amor y a la fraternidad? Se le ocurrió hacer una misión. Y la misión se hizo a
fines de 1875: “todos se reconciliaron con Dios y entre sí, y se adhirieron a
la Confraternidad del Rosario” (fundada propiamente el 13.11. 1876).
En una página de “I Quindici Sabati” (Quince
Sábados) exprime san Bartolo Longo con simplicidad un método de pastoral
popular, de la llamada mariología tipológica: “... como dos amigos que andan
juntos frecuentemente llegan a asemejarse incluso en sus costumbres, así
nosotros, conversando familiarmente con Jesucristo y con la Virgen, al meditar
los misterios del Rosario y formando juntos una misma vida en la comunión,
podemos llegar a asemejarnos a ellos, en cuanto la bajeza humana nos permita, y
aprender... el vivir humilde, pobre,... paciente y perfecto”. El pueblo imita a
la persona que ama.
Ese mismo año llega a Pompeya por primera vez el
Obispo de Nola, para suministrar la Confirmación al término de la misión. B.
Longo le expresa su deseo de construir un pequeño altar en honor de la Virgen
del Rosario, a lo que el Obispo respondió: “Yo propongo que hagamos, en vez de
un altar, una iglesia”. Y desde un balcón del primer piso de la casa de la
Condesa de Fusco, señaló: “Aquél es el lugar donde debe ser edificando el
templo en Pompeya”. Quince años después el templo estaba construido, inconcluso
aún, pero ya consagrado. Posteriormente el Papa León XIII lo declara patrimonio
pontificio (1894).
Longo afirma que Pompeya es obra de Dios y no del
hombre. El personalmente jamás hubiera edificado tal Santuario sin la palabra
autorizada del Obispo y el apoyo incesante de María Santísima.
¿Y la imagen de gracia?
Fue un obsequio del Padre Alberto Radente, que se
la compró a un revendedor callejero por sólo 3,40 Liras. Estaba abandonada en
un convento de monjas de la Tercera Orden de Santo Domingo, en Nápoles. Cuando
Bartolo Longo llegó en la mañana del 13 de Noviembre de 1875 casi desesperado
(porque al día siguiente concluía la misión y debía presentarse la imagen al
pueblo), en busca de un cuadro pintado al óleo, la Providencia le salió al
paso: estaba a punto de comprar un pequeño por 400 Liras, cuando
inesperadamente se topa con el Padre Radente en la plaza, que al enterarse de
la búsqueda, le ofrece el suyo.
A pesar de no ser del gusto de San Bartolo Longo,
pero presionado por las circunstancias y por insistencia de la religiosa que lo
guardaba, sin saber qué hacer con él, lo puso en un carro de abono y lo envió a
Pompeya (esto nos recuerda muchas de las historias y leyendas sudamericanas de
imágenes de María transportadas en carros a sus actuales centros de
veneración).
La sencillez de este comienzo humilde contrasta con
la magnitud de los frutos sobrenaturales del lugar santo, habiendo atravesado
inmensas dificultades hasta llegar a su desarrollo pleno.
Esto puede ser signo de una correcta interpretación
de la voluntad de Dios, que de esa manera quiso “besar esa tierra” para
consagrarla al servicio de los hombres. Dios renueva así originalmente su pacto
salvifico con los hombres en un lugar y en un tiempo determinado, a través de
instrumentos simples escogidos por El. Ya en época de Bartolo Longo esta imagen
atrajo a miles de peregrinos de todas partes: Madrid, Liverpool, Coblenza,
Bruselas, Varsovia, Viena, Suiza, Africa, Oceanía, y toda Italia.
La primera gracia sucede en Nápoles, en el palacio
de la calle Tribunali n° 62. Una joven sufría de epilepsia central con
fortísimas convulsiones, que se repetían cada tres o cuatro días. A través de
la Condesa de Fusco llegaron a enterarse los familiares de la iglesia en
construcción, dedicada a la Virgen del Rosario y de lo que Dios ya venía
obrando en el Valle. La tía de la joven promete una peregrinación a Pompeya y
su colaboración en la obra, si sanaba la sobrina. La niña sanó totalmente y
quedó libre para siempre del mal que la aquejaba, a partir del 13 de Febrero de
1876. Dos médicos, que asistían a la joven, fueron testigos del hecho.
A este primer acontecimiento de gracia sucedieron
varios otros con el correr del tiempo. El 18 Julio de 1914 acontece en Alemania
un hecho, que sumado a otros, daría origen a un gran Movimiento Internacional
Schönstatt. Su Fundador, el P. José Kentenich (1885-1968) lee ese día un
artículo de Cyprian Froehlich publicado en Die allgemeine Rundschau (núm. 19,
521 ss) sobre san Bartolo Longo y su creación predilecta: el Santuario de
Pompeya. J. Kentenich interpretó este hecho como una señal de la Providencia y
meditó largamente sobre él: ¿No podría suceder algo semejante también en
Schönstatt (Vallendar)? El quería depositar toda la responsabilidad de la
formación de los jóvenes seminaristas en manos de María. Era entonces Director
Espiritual del Seminario Menor de los PP. Palotinos. Los signos del tiempo,
especialmente la segunda guerra mundial, exigían de ellos (seminaristas y
superiores) el máximo: la santidad. ¿No estaría en los planes de Dios –se
preguntaba– que María, tal como había sucedido en Pompeya, fuese atraída a la
pequeña capilla abandonada de San Miguel, del valle de Schönstatt, para
establecer allí su trono de gracia y mostrarse como educadora, obrando milagros
de transformación interior? Tres meses después nace Schönstatt, hoy difundido
en Europa, Asia, África, América y Australia. Es norma de la Providencia Divina
valerse de lo pequeño e insignificante para realizar grandes obras en la
historia de la salvación. La experiencia de Pompeya sirvió de inspiración y una
capilla abandonada llegaría luego a convertirse en un lugar de peregrinación.
El 15 de Agosto de 1877 sale a luz el primer
devocionario “I Quindici Sabati” (Los Quince Sábados). A un siglo de distancia
(1981) se publica la 75a. edición, con 745.000 ejemplares. Bartolo Longo no se
imaginaba que esta obra suya tendría tanta penetración popular.
La “devoción de los Quince Sábados” consiste en
prometerle a Dios un rezo por 15 sábados consecutivos, en memoria de los 15
misterios del Rosario, con el fin de honrar a la Santísima Virgen y obtener por
su mediación alguna gracia especial.
Esta devoción se basa en una experiencia francesa
semejante; tiene una dinámica propia muy acertada: a) la perfecta devoción a
María es la imitación de sus virtudes; b) para ello se medita su vida, por
orden, un misterio cada sábado; c) se procura conformar la propia acción al
contenido de cada misterio, y así; d) se busca santificar todo el día. Con esta
práctica san Bartolo buscó unir contemplación con acción. El punto clave radica
en la meditación de los misterios. Se pretende evitar así la repetición
mecánica de las Avemarías. Puede rezarse en cualquier tiempo, pero especialmente
antes de la fiesta del Rosario (1er. domingo de Oct.) y antes del 8 de Mayo,
fiesta de la Virgen de Pompeya.
Se aplica el siguiente esquema: una meditación (que
siempre consta de tres partes) sobre el misterio correspondiente (ej. primer
misterio gozoso, la Anunciación a María, Lc 1,26-55); se resalta una virtud de
María (ej. la humildad); se recomienda un propósito en la misma línea; sigue
luego una jaculatoria para repetirla durante el día y poder así recordar el
propósito. Luego se proponen algunas oraciones a la Virgen de Pompeya y a
Jesús, para antes y después de la comunión. Se incluyen algunos ejemplos de
santos que encarnaban especialmente la virtud meditada en el día. Finalmente se
narran breves historias de gracias concedidas por la Virgen del Rosario de
Pompeya.
El devocionario “Los quince sábados” contiene
además un apéndice con varias oraciones (Misa con María Santísima, el Rosario
en forma breve, Novena a la V. del Rosario, oraciones a Santo Domingo y a Santa
Catalina de Siena, Súplica a la Reina del Santo Rosario de Pompeya y una
oración final dedicada a san Bartolo Longo).
Como todos los fundadores de la Iglesia, Bartolo
Longo no pudo eximirse de las pruebas, que Dios quiso enviarle para forjar en
él un verdadero espíritu de fundador y para purificarlo de criterios muy
humanos en su actuar.
En una primera época de la construcción del templo,
dada la necesidad material para cubrir los costos, B. Longo se vio obligado a
recurrir a la nobleza napolitana. La dependencia era considerable, por ser prácticamente
la única fuente de entrada.
En Mayo de 1877 se dio un primer hecho purificador,
que le ocasionó muchos dolores de cabeza: aparece en el escenario de Pompeya un
fenómeno, la “Virgen Liberadora de las plagas” (Madonna liberatrice dai
flagelli), simplemente conocida por “Madonna dei Flagelli”, abandonada en una
capillita de un villorrio denominado Boscoreale, de la Diócesis de Nola, a 4
Km. de Pompeya. Supuestamente esta Madonna, según comentarios del pueblo,
habría hecho un estrepitoso milagro. La noticia corrió de boca en boca, come es
costumbre a nivel popular. Y pronto empezaron a caer miles y miles de
peregrinos portando velas y dinero para la “Madonna dei Flagelli”. Estas
caravanas de peregrinos pasaban por Pompeya sin interesarse del nuevo templo en
construcción y ante los ojos de Bartolo Longo, completamente confundido.
Como si esto fuera poco, cuando iba a hacer su
colecta acostumbrada golpeando las puertas de los nobles de Nápoles, algunos le
preguntaban: ¿Va Ud. ahora a Pompeya? Llévese por favor esto (y se sacaban sus
joyas: pendientes, brazaletes, anillos, etc.) a la “Madonna dei Flagelli”; me
ha hecho una gracia especial.
Como si esto aún fuera poco todavía, el Obispo de
Nola (Mons. Formisano) protestó que hubiera más salidas que entradas en la
construcción, se desentendió de la obra dejando solo a san Bartolo, y... para
colmo, escribe una carta pastoral al clero y al pueblo de su Diócesis para
motivarlos a hacer donaciones para una nueva iglesia dedicada a la “Madonna dei
Flagelli” de Boscoreale.
Estocada profunda en el corazón de Bartolo Longo,
que no decae en su espíritu de fundador. Como hombre de Dios saca provecho de
esas pruebas. Años después escribe estas recomendaciones a todas aquellas
personas llamadas por Dios a salvar almas, a construir iglesias, a fundar
órdenes, comunidades religiosas y obras de beneficencia: “No se desanimen ante
las primeras contradicciones y no dejen la obra de Dios a causa de
mortificaciones y contrariedades que, con toda certeza, vendrán de parte de los
hombres y del demonio. Continúen mas bien confiando siempre en el socorro
divino, teniendo como lema, que cuanto más aceptada sea la obra de Dios, tanto
mayor serán las oposiciones y las tentaciones que han de soportarse, pero que
al final el Señor triunfará”.
Las obras de Pompeya
Los institutos pompeyanos son, por así decir, la
corona del Santuario de Pompeya. El amor a María se expresa en amor a los
hombres. La fe se proyecta en obras. “La Virgen no quiere en ustedes, la fe sin
la obra de caridad... En este sentido pensamos completar cada acto de fe
nuestra con una obra de caridad... Es esto, podemos decir, el pálpito más
íntimo de nuestro corazón”.
Fe y caridad se integran y se iluminan; son para
Bartolo Longo un binomio indisoluble: “Las obras de la fe han sido siempre una
inspiración para obras de caridad, y las obras de caridad, a su vez, han sido
siempre preludio de nuevas manifestaciones de religión y de culto”.
El objeto predilecto de las obras de Pompeya son
los niños y jóvenes, huérfanos e hijos de encarcelados. No hay límite de
permanencia en los Institutos. Una administración central que distribuye
equitativamente las ofrendas del Santuario (única fuente de entrada) se encarga
del mantenimiento.
Antes de entrar a enumerar las obras de Pompeya, sintetizamos
los puntos resaltantes del proyecto de promoción humana de Bartolo Longo:
§ La fuente: “La caridad de Cristo, que es fuego
vivo, busca expandirse sobre la tierra y no tiene horizontes”. § La Mediadora:
“La Reina de la Misericordia... que introdujo en mi corazón la santa resolución
de unir al culto la beneficencia”. § Humilde realismo: “Un voto secreto del
alma, que hacía tiempo guardábamos celosamente en el corazón con una
perplejidad, a veces dolorosa, la cual nace del deseo ardiente de realizarlo, y
de la evidente insuficiencia, y, diría casi, imposibilidad de los medios ...”.
§ Los destinatarios: “Los niños más abandonados (hijos de encarcelados)... que
viven en condiciones peores que los huérfanos... que llevan sin culpa la marca
de la infamia... sin educación y sin freno... que de a poco se darán al vicio y
luego al delito”. § La finalidad: “La educación moral y civil de los hijos de
encarcelados”. § La idea central: Los positivistas afirman que estos niños
nacen y están fatalmente destinados a recorrer (como sus padres) el camino de
la delincuencia, que ninguna prevención, ninguna educación puede sustraerles de
ese trágico fin. A esto contesta san Bartolo Longo: “Nosotros no creíamos en la
omnipotencia del mal; creíamos más bien en la fuerza redentora del bien y en la
eficacia renovadora de la educación”. § La novedad: “Esta es una obra cristiana
totalmente nueva... que no existe en Francia, ni en Bélgica ni en otras
naciones católicas. Italia sería la primera en poseerla”.
San Bartolo Longo resalta cuatro medios pedagógicos
en la formación de la niñez y la juventud, que se encuadran hacia un fin moral
y espiritual:
§ El trabajo: “El trabajo, según nuestra escuela,
es esencialmente educador: refrena el instinto del bagabundeo, educa a la
paciencia, a la obediencia, al respeto a los superiores y a la autoridad;
emancipa al hombre de la esclavitud y del servilismo; hace que el hombre sea
verdaderamente libre”. “Concuerdo con que el mero trabajo no es medio que pueda
educar: yo asocio el trabajo con la oración; elevo el trabajo a oración”.
“Además, el trabajo es fuente de bienestar social: suprime la plaga social de
la mendicidad; la familia del hombre que trabaja es honesta; en cambio el
hombre que no trabaja se apoltrona en el ocio, y el ocio es el padre de los
vicios. El trabajo es causa de economía doméstica; es fuente de paz y de unión
en el hogar. El trabajo ennoblece al hombre”. § El estudio: no tanto como
adorno intelectual, “para instruir mentalmente, sino para armonizar la cultura
de la mente con la del corazón, el sentimiento del deber y la ley del trabajo;
todo sostenido y vivificado por la religión ...”. § La música: “En mi método
educativo es momento muy importante coordinar la fatiga..., o el ejercicio del
arte mecánica con el estudio de la música, o con el aprendizaje de instrumentos
musicales... En general la música es para mí un elemento de los más relevantes
para la educación de esta clase de niños”. § La educación física: coordinada
con las otras actividades.
Esto constituye el núcleo de toda su concepción
educativa. Pero como elemento esencial de su pedagogía permanece la caridad, el
amor noble, puro, divino. Como en toda la tradición cristiana, insiste en el
encuentro de dos voluntades libres, unidad en un amor recíproco y en un amor
común a Cristo: "Ama a tu educador, porque al educarte te ama, y porque
representa a la persona de Jesucristo. Ama, instruye y salva al pobre y al
abandonado, porque representa la persona de Jesucristo ".
Bajo esta perspectiva han de ser contempladas las
obras de Pompeya, que pasamos a enumerarlas en orden de aparición.
1 - La revista “Il Rosario e la Nuova Pompei”,
fundada por B. Longo en 1884. En la primera página se afirma lo siguiente: Es
un obsequio de B. Longo a los devotos de la Virgen del Rosario de Pompeya, a
los amigos y sostenedores de sus obras. Es el órgano formativo e informativo
del Santuario.
2 - El Orfanato Femenino. Es el primero de los
institutos de beneficencia surgido a la sombra del Santuario. Su fecha de
fundación (8.V.1887) coincide con la primera coronación de la Virgen del
Rosario. Por una inspiración sobrenatural, B. Longo decidió crear al lado del
monumento a la fe (el Santuario) un monumento a la caridad: ese día acogió a la
primera huérfana.
3 - El Instituto Masculino de B. Longo. Acoge a
unos 300 jóvenes, bajo la orientación de los Hnos. de la Escuela Cristiana. Su
origen se remota al año 1891.
4 - Las “Hermanas. Hijas del Rosario de Pompeya”.
Fundadas por B. Longo en 1897, según las reglas de la Tercera Orden de Sto.
Domingo, para dedicarse al cuidado de los niños y las jóvenes. Es uno de los
pocos casos en la historia de la Iglesia, donde un laico deviene fundador de
una comunidad religiosa. Son actualmente más de 100.
5 - El Instituto Femenino “Sagrado Corazón”. Es la
última promesa del Beato B. Longo convertida en realidad. Data del año 1922.
6 - El Seminario “Bartolo Longo”. Allí se forman
los futuros sacerdotes para la asistencia religiosa de millones de peregrinos y
la formación cristiana de los alumnos de los diversos Institutos. Surgió en
1949.
7 - La Fundación “Mariana De Fusco-Longo”. Lleva el
nombre de la esposa de B. Longo y fue inaugurada en 1965. Su objetivo es acoger
a mujeres solas que deciden vivir en Pompeya los últimos años de su existencia.
Carisma de Pompeya
Sin lugar a dudas tiene una doble vertiente: el
culto a María y las obras de misericordia, íntimamente unidos.
Lo primero se expresa, por sobre todo, en la
devoción del Rosario, no como oración cualquiera, sin como fundamento de la
búsqueda particular del hombre de la intercesión de la Madre de Dios. Ello trae
consigo la conversión, el espíritu de oración y las obras de caridad.
Respecto a las obras de misericordia, parecieran
ser lo más típico de Pompeya. No existe prácticamente algo semejante en otros
centros europeos de peregrinación. El binomio fe y caridad, culto y
misericordia, es carisma específico transmitido por san Bartolo Longo y que,
para bien de tantos hombres, perdura en Pompeya.