Musica Para el Alma
domingo, 16 de agosto de 2020
EVANGELIO DE MATEO 19,16-22 CICLO A
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (19,16-22):
16 En esto se le acercó uno y le dijo:
«Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?»
17 El le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca
de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los
mandamientos.»
18 «¿Cuáles?» - le dice él. Y Jesús dijo: =
«No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso
testimonio, =
19 = honra a tu padre y a tu madre, y amarás
a tu prójimo como a ti mismo.» =
20 Dícele el joven: «Todo eso lo he
guardado; ¿qué más me falta?»
21 Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto,
anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los
cielos; luego ven, y sígueme.»
22 Al oír estas palabras, el joven se marchó
entristecido, porque tenía muchos bienes.
Palabra
del Señor
*(Si
quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y
tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme)*.
*Lo que tiene fin, no
pertenece a Dios. Lo que tiene fin aquí en esta tierra, me trae tristeza,
angustias y muchas veces impaciencia e intranquilidad. Pero el Señor me asegura
algo muy importante, el final en esta tierra es el inicio y el principio de la
verdadera felicidad que no tiene fin. Los bienes de lo que hoy disfruto serán
mis propios enemigos mañana y división de la familia. Cuando soy muy apegado a
algo esto me trae tristeza y sufrimiento. Esto lo he podido experimentar.
Cuanto he sufrido por ser apegado a las cosas materiales y al dinero. Hoy esta
palabra es fundamentalmente una buena noticia, el Señor me dice que me quiere
libre de toda atadura en esta tierra, no me quiere esclavo. Por eso me invita a
desprenderme de todo aquello que me ata, que me lleva al sufrimiento, que yo
soy pasajero, que no sea falto de juicio que no tenga miedo y que me acoja a lo
verdadero, a lo que sí vale. El Señor es el valor absoluto, él es, el camino,
la verdad y la vida*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
ORACION AL MEDIO DIA EL ANGELUS
LAS LAUDES Y LAS LECTURAS DEL LUNES 17 ORACIONES DEL DIA
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
LUNES SEMANA
IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo
con cantos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo
con cantos.
Himno: SEÑOR, COMO QUISIERA.
Señor, cómo quisiera
en cada aurora aprisionar el día,
y ser tu primavera
en gracia y alegría,
y crecer en tu amor más todavía.
En cada madrugada
abrir mi pobre casa, abrir la puerta,
el alma enamorada,
el corazón alerta,
y conmigo tu mano siempre abierta.
Ya despierta la vida
con su canción de ruidos inhumanos;
y tu amor me convida
a levantar mis manos
y a acariciarte en todos mis hermanos.
Hoy elevo mi canto
con toda la ternura de mi boca,
al que es tres veces santo,
a ti que eres mi Roca
y en quien mi vida toda desemboca. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Por la mañana, sácianos de tu misericordia, Señor.
Salmo 89 - BAJE A NOSOTROS LA BONDAD DEL SEÑOR
Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vigilia nocturna.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.
Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.
¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la mañana, sácianos de tu
misericordia, Señor.
Ant 2. Llegue la alabanza del Señor hasta
el confín de la tierra.
Cántico: CÁNTICO NUEVO AL DIOS VENCEDOR Y SALVADOR Is 42, 10-16
Cantad al Señor un cántico nuevo,
llegue su alabanza hasta el confín de la tierra;
muja el mar y lo que contiene,
las islas y sus habitantes;
alégrese el desierto con sus tiendas,
los cercados que habita Cadar;
exulten los habitantes de Petra,
clamen desde la cumbre de las montañas;
den gloria al Señor,
anuncien su alabanza en las islas.
El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido,
mostrándose valiente frente al enemigo.
«Desde antiguo guardé silencio,
me callaba y aguantaba;
mas ahora grito como la mujer cuando da a luz,
jadeo y resuello.
Agostaré montes y collados,
secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen,
los guiaré por senderos que ignoran.
Ante ellos convertiré la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llegue la alabanza del Señor hasta
el confín de la tierra.
Ant 3. Alabad el nombre del Señor, los que
estáis en la casa del Señor.
Salmo 134, 1-12 - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad el nombre del Señor, los que
estáis en la casa del Señor.
LECTURA BREVE Jdt 8, 21b-23
Recordad que Dios ha querido probarnos como a nuestros padres. Recordad lo que
hizo con Abraham, las pruebas por que hizo pasar a Isaac, lo que aconteció a
Jacob. Como les puso a ellos en el crisol para sondear sus corazones, así el
Señor nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a él, no para castigarnos,
sino para amonestarnos.
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la
alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la
alabanza de los buenos.
Primera Lectura
Del libro del Qohelet
2, 1-3. 12-26
VANIDAD DE LOS PLACERES
Y DE LA SABIDURÍA
Yo me dije en mí
corazón: «¡Adelante! ¡Voy a hacer probar el placer, a hacer que disfrutes del
bienestar!» Pero vi que también esto es vanidad. A la risa la llamé «¡Locura!»;
y del placer dije: «¿Para qué vale?» Traté de regalar mi cuerpo con el vino, mientras
guardaba mi corazón en la sabiduría, y entregarme al desvarío hasta ver en qué consistía
la felicidad de los humanos, lo que hacen bajo el cielo durante los contados
días de su vida. Dirigí luego mi reflexión sobre la sabiduría, la locura y el
desvarío. Porque ¿qué hará el hombre que suceda al rey, sino lo que ya otros
hicieron? Yo vi que la sabiduría aventaja al desvarío, como la luz a las
tinieblas.
El sabio tiene sus ojos en la cabeza, más el necio camina en las tinieblas.
Pero también yo sé que la misma suerte alcanza a ambos. Entonces me dije: «Como
la suerte del necio será la mía. ¿Para qué vale, pues, mi sabiduría?» Y pensé
que hasta eso mismo es vanidad. No hay recuerdo duradero ni del sabio ni del
necio; al correr de los días, todos son olvidados. Pues el sabio muere igual
que el necio.
He detestado la vida, porque me disgusta cuanto se hace bajo el sol, pues todo
es vanidad y atrapar vientos. Detesté todos mis fatigosos afanes bajo el sol, y
los dejo a mi sucesor. ¿Quién sabe si será sabio o necio? Y, sin embargo, él
será dueño de toda mi fatiga, la que realicé con afán y sabiduría bajo el sol.
También esto es vanidad. Entregué mi corazón al desaliento por todos mis
fatigosos afanes bajo el sol, al considerar cómo algún hombre que se ha afanado
con sabiduría, ciencia y destreza deja su bien a otro que en nada se afanó para
ello. También esto es vanidad y mal grave. Pues ¿qué le queda a aquel hombre de
toda su fatiga y esfuerzo con que se fatigó bajo el sol? ¿De todos sus días de
dolor, de penosas ocupaciones, de todas sus noches de insomnio? También esto es
vanidad.
No hay mayor felicidad humana que comer y beber y pasarlo bien en medio de los afanes.
Yo veo que también esto viene de la mano de Dios, pues quien come y goza lo tiene
de Dios. Porque a quien le agrada da él sabiduría, ciencia y alegría; más al
pecador da el trabajo de amontonar y atesorar para dejárselo a quien a él le
plazca. También esto es vanidad y atrapar vientos.
Responsorio Qo 2, 26; 1Tm 6, 10
R. Dios da a quien le agrada sabiduría, ciencia
y alegría; más al pecador da el trabajo de amontonar y atesorar para dejárselo
a quien a él le plazca. * También esto es vanidad y atrapar vientos.
V. Raíz de todos los males es el afán del dinero; y
algunos, por dejarse llevar de él, han quedado sumergidos en un mar de
tormentos.
R. También esto es vanidad y atrapar vientos.
Segunda Lectura
De los tratados morales de san Gregorio Magno, papa, sobre el libro de Job
(Libro 3, 39-40: PL. 75, 619-620)
ATAQUES POR FUERA Y
TEMORES POR DENTRO
Los santos varones,
al hallarse involucrados en el combate de las tribulaciones, teniendo que
soportar al mismo tiempo a los que atacan y a los que intentan seducirlos, se
defienden de los primeros con el escudo de su paciencia, atacan a los segundos arrojándoles
los dardos de su doctrina, y se ejercitan en una y otra clase de lucha con admirable
fortaleza de espíritu, en cuanto que por dentro oponen una sabia enseñanza a las
doctrinas desviadas, y por fuera desdeñan sin temor las cosas adversas; a unos corrigen
con su doctrina, a otros superan con su paciencia. Padeciendo, superan a los enemigos
que se alzan contra ellos; compadeciendo, retornan al camino de la salvación a los
débiles; a aquéllos les oponen resistencia, para que no arrastren a los demás;
a éstos les ofrecen su solicitud, para que no pierdan del todo el camino de la
rectitud.
Veamos cómo lucha contra unos y otros el soldado de la milicia de Dios. Dice
san Pablo: Ataques por fuera y temores por dentro. Y enumera estas dificultades
exteriores, diciendo: Con peligros de ríos, con peligros de bandoleros,
peligros entre mi gente, peligros entre gentiles, peligros en la ciudad,
peligros en despoblado, peligros en el mar, peligros con los falsos hermanos. Y
añade cuales son los dardos que asesta contra el adversario en semejante
batalla: Muerto de cansancio, sin dormir muchas noches, con hambre y sed, a menudo
en ayunas, con frío y sin ropa.
Pero en medio de tan fuertes batallas, nos dice cuánta es la vigilancia con que
protege el campamento, ya que añade a continuación: Y, aparte todo lo demás, la
carga de cada día, la preocupación por todas las Iglesias. Además de la fuerte
batalla que él ha de sostener, se dedica compasivamente a la defensa del
prójimo. Después de explicarnos los males que ha de sufrir, añade los bienes
que comunica a los otros.
Pensemos lo gravoso que ha de ser tolerar las adversidades, por fuera, y
proteger a los débiles, por dentro, todo ello al mismo tiempo. Por fuera sufre
ataques, porque es azotado, atado con cadenas; por dentro sufre por el temor de
que sus padecimientos sean un obstáculo no para él, sino para sus discípulos.
Por esto, les escribe también: Nadie vacile a causa de estas tribulaciones. Ya
sabéis que éste es nuestro destino. Él temía que sus propios padecimientos
fueran ocasión de caída para los demás, que los discípulos, sabiendo que él
había sido azotado por causa de la fe, se hicieran atrás en la profesión de su
fe.
¡Oh inmenso y entrañable amor! Desdeñando lo que él padece, se preocupa de que
los discípulos no padezcan en su interior desviación alguna. Menospreciando las
heridas de su cuerpo, cura las heridas internas de los demás. Es éste un
distintivo del hombre justo, que, aun en medio de sus dolores y tribulaciones,
no deja de preocuparse por los demás; sufre con paciencia sus propias
aflicciones, sin abandonar por ello la instrucción que prevé necesaria para los
demás, obrando, así como el médico magnánimo cuando está él mismo enfermo.
Mientras sufre las desgarraduras de su propia herida, no deja de proveer a los otros
el remedio saludable.
Responsorio Sal 122, 2; Jn 8, 12
R. Como están los ojos de los esclavos fijos en
las manos de sus señores, * así están nuestros ojos en el Señor, Dios
nuestro, esperando su misericordia.
V. Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no
camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
R. Así están nuestros ojos en el Señor, Dios
nuestro, esperando su misericordia.
Lunes, 17 de agosto de 2020
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (19,16-22):
16 En esto se le acercó uno y le dijo:
«Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?»
17 El le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca
de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los
mandamientos.»
18 «¿Cuáles?» - le dice él. Y Jesús dijo: =
«No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso
testimonio, =
19 = honra a tu padre y a tu madre, y amarás
a tu prójimo como a ti mismo.» =
20 Dícele el joven: «Todo eso lo he
guardado; ¿qué más me falta?»
21 Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto,
anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los
cielos; luego ven, y sígueme.»
22 Al oír estas palabras, el joven se marchó
entristecido, porque tenía muchos bienes.
Palabra
del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de
Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian,
acudamos a él diciendo:
Escúchanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste;
continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia.
Tú que con el Padre sigues actuando siempre en el mundo,
renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu.
Abre nuestros ojos y los de nuestros hermanos
para que podamos contemplar hoy tus maravillas.
Ya que nos llamas hoy a tu servicio,
haz que seamos buenos administradores de tu multiforme gracia en favor de
nuestros hermanos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de
la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio, concédenos hoy que, con tu
ayuda, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y para el bien de nuestro
prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: YA NO TEMO, SEÑOR, LA TRISTEZA
Ya no temo, Señor, la tristeza,
ya no temo, Señor, la soledad;
porque eres, Señor, mi alegría,
tengo siempre tu amistad.
Ya no temo, Señor, a la noche,
ya no temo, Señor, la oscuridad;
porque brilla tu luz en las sombras,
ya no hay noche, tú eres luz.
Ya no temo, Señor, los fracasos,
ya no temo, Señor, la ingratitud;
porque el triunfo, Señor, en la vida,
tú lo tienes, tú lo das.
Ya no temo, Señor, los abismos,
ya no temo, Señor, la inmensidad;
porque eres, Señor, el camino
y la vida, la verdad. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 135 I - HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y DEL
ÉXODO.
Dad gracias al Señor porque es bueno:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios de los dioses:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor de los señores:
porque es eterna su misericordia.
Sólo él hizo grandes maravillas:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo sabiamente los cielos:
porque es eterna su misericordia.
El afianzó sobre las aguas la tierra:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo lumbreras gigantes:
porque es eterna su misericordia.
El sol que gobierna el día:
porque es eterna su misericordia.
La luna que gobierna la noche:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad gracias al Señor, porque es
eterna su misericordia.
Ant 2. Grandes y maravillosas son tus
obras, Señor, Dios omnipotente.
Salmo 135 II
El hirió a Egipto en sus primogénitos:
porque es eterna su misericordia.
Y sacó a Israel de aquel país:
porque es eterna su misericordia.
Con mano poderosa, con brazo extendido:
porque es eterna su misericordia.
Él dividió en dos partes el mar Rojo:
porque es eterna su misericordia.
Y condujo por en medio a Israel:
porque es eterna su misericordia.
Arrojó en el mar Rojo al Faraón:
porque es eterna su misericordia.
Guió por el desierto a su pueblo:
porque es eterna su misericordia.
Él hirió a reyes famosos:
porque es eterna su misericordia.
Dio muerte a reyes poderosos:
porque es eterna su misericordia.
A Sijón, rey de los amorreos:
porque es eterna su misericordia.
Y a Hog, rey de Basán:
porque es eterna su misericordia.
Les dio su tierra en heredad:
porque es eterna su misericordia.
En heredad a Israel, su siervo:
porque es eterna su misericordia.
En nuestra humillación se acordó de nosotros:
porque es eterna su misericordia.
Y nos libró de nuestros opresores:
porque es eterna su misericordia.
Él da alimento a todo viviente:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios del cielo:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grandes y maravillosas son tus
obras, Señor, Dios omnipotente.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las
cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las
cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE 1Ts 3, 12-13
Que el Señor os haga aumentar y rebosar en amor de unos con otros y con todos,
así como os amamos nosotros, para que conservéis vuestros corazones intachables
en santidad ante Dios, Padre nuestro, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con
todos sus santos.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios
mío.
PRECES
Llenos de confianza en el Señor Jesús que no abandona nunca a los
que se acogen a él, invoquémosle diciendo:
Escúchanos, Señor, Dios nuestro.
Señor Jesucristo, tú eres nuestra luz; ilumina a tu Iglesia
para que proclame a todas las naciones el gran misterio de piedad manifestado
en tu encarnación.
Guarda a los sacerdotes y ministros de la Iglesia,
y haz que con su palabra y su ejemplo edifiquen tu pueblo santo.
Tú que, por tu sangre, pacificaste el mundo,
aparta de nosotros el pecado de discordia y el azote de la guerra.
Ayuda, Señor, a los que uniste con la gracia del matrimonio,
para que su unión sea efectivamente signo del misterio de la Iglesia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concede, por tu misericordia, a todos los difuntos el perdón de sus faltas,
para que sean contados entre tus elegidos.
Unidos a Jesucristo, supliquemos ahora al Padre con la oración de los hijos de
Dios:
Padre nuestro...
ORACION
Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque el día ya se acaba; sé
nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra
esperanza; así nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en
las Escrituras y en la fracción del pan. Tú que vives y reinas con el Padre en
la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL LUNES 17 DE AGOSTO 2020
Lecturas de la 20º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo
A
Lunes, 17 de agosto de 2020
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (24,15-24):
Me vino esta palabra del Señor: «Hijo de Adán, voy a arrebatarte repentinamente el encanto de tus ojos; no llores ni hagas duelo ni derrames lágrimas; aflígete en silencio como un muerto, sin hacer duelo; líate el turbante y cálzate las sandalias; no te emboces la cara ni comas el pan del duelo.»
Por la mañana, yo hablaba a la gente; por la tarde, se murió mi mujer; y, a la mañana siguiente, hice lo que se me había mandado.
Entonces me dijo la gente: «¿Quieres explicarnos qué nos anuncia lo que estás haciendo?»
Les respondí: «Me vino esta palabra del Señor: "Dile a la casa de Israel: 'Así dice el Señor: Mira, voy a profanar mi santuario, vuestro soberbio baluarte, el encanto de vuestros ojos, el tesoro de vuestras almas. Los hijos e hijas que dejasteis caerán a espada. Entonces haréis lo que yo he hecho: no os embozaréis la cara ni comeréis el pan del duelo; seguiréis con el turbante en la cabeza y las sandalias en los pies, no lloraréis ni haréis luto; os consumiréis por vuestra culpa y os lamentaréis unos con otros. Ezequiel os servirá de señal: haréis lo mismo que él ha hecho. Y, cuando suceda, sabréis que yo soy el Señor.»
Palabra de Dios
Salmo
Dt
32,18-19.20.21
R/. Despreciaste
a la Roca que te engendró
Despreciaste a la Roca que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz.
Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas. R/.
R/. Despreciaste a la Roca que te engendró
Pensando: «Les esconderé mi rostro
y veré en qué acaban,
porque son una generación depravada,
unos hijos desleales.» R/.
R/. Despreciaste a la Roca que te engendró
«Ellos me han dado celos con un dios ilusorio,
me han irritado con ídolos vacíos;
pues yo les daré celos con un pueblo, ilusorio
los irritaré con una nación fatua.» R/.
R/. Despreciaste
a la Roca que te engendró
Lunes, 17 de agosto de 2020
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (19,16-22):
16 En esto se le acercó uno y le dijo:
«Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?»
17 El le dijo: «¿Por qué me preguntas acerca
de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los
mandamientos.»
18 «¿Cuáles?» - le dice él. Y Jesús dijo: =
«No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso
testimonio, =
19 = honra a tu padre y a tu madre, y amarás
a tu prójimo como a ti mismo.» =
20 Dícele el joven: «Todo eso lo he
guardado; ¿qué más me falta?»
21 Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto,
anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los
cielos; luego ven, y sígueme.»
22 Al oír estas palabras, el joven se marchó
entristecido, porque tenía muchos bienes.
Palabra
del Señor
*(Si
quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y
tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme)*.
*Lo que tiene fin, no
pertenece a Dios. Lo que tiene fin aquí en esta tierra, me trae tristeza,
angustias y muchas veces impaciencia e intranquilidad. Pero el Señor me asegura
algo muy importante, el final en esta tierra es el inicio y el principio de la
verdadera felicidad que no tiene fin. Los bienes de lo que hoy disfruto serán
mis propios enemigos mañana y división de la familia. Cuando soy muy apegado a
algo esto me trae tristeza y sufrimiento. Esto lo he podido experimentar.
Cuanto he sufrido por ser apegado a las cosas materiales y al dinero. Hoy esta
palabra es fundamentalmente una buena noticia, el Señor me dice que me quiere
libre de toda atadura en esta tierra, no me quiere esclavo. Por eso me invita a
desprenderme de todo aquello que me ata, que me lleva al sufrimiento, que yo
soy pasajero, que no sea falto de juicio que no tenga miedo y que me acoja a lo
verdadero, a lo que sí vale. El Señor es el valor absoluto, él es, el camino,
la verdad y la vida*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.