Musica Para el Alma
lunes, 28 de junio de 2021
EVANGELIO DE MATEO 8,28-34 CICLO B
*Lecturas
de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 30 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (8,28-34)*
En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos.
Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan
furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a
atormentarnos antes de tiempo?»
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando.
Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les dijo: «Id.»
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado
abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron
todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a
donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.
Palabra del Señor
*(«¿Qué
tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos
antes de tiempo?»)*
*Entrando un poco en el interior de mi
vida, tengo que reconocer que hay lugares dentro de mí que las personas no se
pueden acercar, esos lugares son mis intereses. Me considero ser una persona,
muy buena, muy servicial, muy humanitaria (Hasta) que no tocan mis intereses,
¿Y porque me sucede esto? Porque todavía no ha desembarcado el Señor, porque no
le he entregado mi vida por completo. La buena noticia para mi es que el Señor
tiene todo el poder, toda autoridad sobre mí, y él tiene la misión de
desembarcar y llegar a aquellos lugares dentro de mí que todavía no conoce y
sacar, expulsar, las tinieblas, las oscuridades, que no me permiten ver la luz
de su palabra*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL MIÉRCOLES 30. SANTOS PROTOMARTIRES DE LA IGLESIA ROMANA
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Santos Protomártires de la Iglesia Romana*
MIERCOLES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Himno: SENTENCIA DE DIOS AL HOMBRE
Sentencia de Dios al hombre
antes que el día comience:
«Que el pan no venga a tu mesa
sin el sudor de tu frente.
Ni el sol se te da de balde,
ni el aire por ser quien eres:
las cosas son herramientas
y buscan quien las maneje.
El mar les pone corazas
de sal amarga a los peces;
el hondo sol campesino
madura a fuego las mieses.
La piedra, con ser la piedra,
guarda una chispa caliente;
y en el rumor de la nube
combaten el rayo y la nieve.
A ti te inventé las manos
y un corazón que no duerme;
puse en tu boca palabras
y pensamiento en tu frente.
No basta con dar las gracias
sin dar lo que las merece:
a fuerza de gratitudes
se vuelve la tierra estéril.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt
16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
El nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
El nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
LECTURA BREVE Tb 4, 16-17. 19-20
No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da de tu pan al hambriento y
da tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los prudentes. Bendice al Señor
en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a
buen fin todas tus sendas y proyectos.
RESPONSORIO BREVE
V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Todos
quedaban maravillados.
R. De las palabras que salían de la boca de Dios.
PRIMERA LECTURA
Del primer libro de Samuel 11, 1-15
SAÚL VENCE A LOS AMONITAS Y ES ACLAMADO REY POR EL PUEBLO
En aquellos días, el amonita Najás hizo una incursión y acampó ante Yabés de
Galaad. Los de Yabés le pidieron:
«Haz un pacto con nosotros, y seremos tus vasallos.» Pero Najás les dijo:
«Pactaré con vosotros a condición de sacaros el ojo derecho. Así afrentaré a
todo Israel.»
Los ancianos de Yabés le pidieron:
«Danos siete días para que podamos mandar emisarios por todo el territorio de
Israel. Si no hay quien nos salve, nos rendiremos.»
Los mensajeros llegaron a Loma de Saúl, comunicaron la noticia al pueblo, y
todos se echaron a llorar a gritos.
Pero, he aquí que llegaba Saúl del campo, tras los bueyes, y preguntó:
«¿Qué le pasa a la gente, que está llorando?»
Le contaron la noticia que habían traído los de Yabés y, al oírlo Saúl, lo
invadió el espíritu de Dios; enfurecido, cogió la pareja de bueyes, los
descuartizó y los repartió por todo Israel, aprovechando a los emisarios, con
este pregón:
«Así acabará el ganado del que no vaya a la guerra con Saúl y Samuel.»
El temor del Señor cayó sobre la gente, y fueron a la guerra como un solo
hombre. Saúl les pasó revista en Centella: los de Israel eran trescientos mil,
y treinta mil los de Judá. Y dijo a los emisarios que habían venido:
«Decid a los de Yabés de Galaad: "Mañana, cuando caliente el sol, os
llegará la salvación."»
Los emisarios marcharon a comunicárselo a los de Yábés, que se llenaron de alegría,
y dijeron a Najás:
«Mañana nos rendiremos, y haréis de nosotros lo que mejor os parezca.»
Al día siguiente, Saúl distribuyó la tropa en tres cuerpos; irrumpieron en el
campamento enemigo al relevo de la madrugada, y estuvieron matando amonitas hasta
que calentó el sol; los enemigos que quedaron vivos se dispersaron, de forma
que no iban dos juntos. Entonces, el pueblo dijo a Samuel:
« ¡A ver, los que decían que Saúl no reinaría! ¡Entregadlos, que los haremos
morir!»
Pero Saúl dijo:
«Hoy no ha de morir nadie, porque hoy el Señor ha salvado a Israel.»
Y Samuel dijo a toda la gente:
«Vamos todos a Guilgal a inaugurar allí la monarquía.»
Todos fueron a Guilgal y coronaron allí a Saúl ante el Señor; y Saúl y los
israelitas ofrecieron al Señor sacrificios de comunión y celebraron allí una
gran fiesta.
RESPONSORIO Sal 17, 47. 48b. 51
R. Viva el Señor, bendita sea mi roca, sea ensalzado mi Dios y
Salvador; * él me libró de mis enemigos.
V. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu
Ungido.
R. Él me libró de mis enemigos.
SEGUNDA LECTURA
Del libro de santa Teresa de Ávila sobre el Camino de perfección.
(Cap. 30, 1-5)
VENGA TU REINO
¿Quién hay, por disparatado que sea, que cuando pide a una persona grave no
lleva pensado cómo pedirla, para contentarle y no serle desabrido, y qué le ha
de pedir, y para qué ha menester lo que le ha de dar, en especial si pide cosa
señalada, como nos enseña que pidamos nuestro buen Jesús? Cosa me parece para
notar. ¿No pudierais, Señor mío, concluir con una palabra y decir: «Dadnos,
Padre, lo que nos conviene»? Pues a quien tan bien lo entiende todo, no parece
era menester más.
¡Oh Sabiduría eterna! Para entre vos y vuestro Padre esto bastaba, que así lo
pedisteis en el huerto: mostrasteis vuestra voluntad y temor, mas os dejasteis
en la suya. Mas a nosotros nos conocéis, Señor mío, que no estamos tan rendidos
como lo estabais vos a la voluntad de vuestro Padre, y que era menester pedir
cosas señaladas para que nos detuviésemos en mirar si nos está bien lo que
pedimos, y si no, que no lo pidamos. Porque, según somos, si no nos dan lo que
queremos (con este libre albedrío que tenemos), no admitiremos lo que el Señor
nos diere; porque, aunque sea lo mejor, como no vemos luego el dinero en la
mano, nunca nos pensamos ver ricos.
Pues dice el buen Jesús que digamos estas palabras en que pedimos que venga en
nosotros un tal reino:
Santificado sea tu nombre, venga en nosotros tu reino.
Ahora mirad, qué sabiduría tan grande de nuestro Maestro. Considero yo aquí y
es bien que entendamos, qué pedimos en este reino. Mas como vio su majestad que
no podíamos santificar, ni alabar, ni engrandecer, ni glorificar este nombre
santo del Padre eterno, conforme a lo poquito que podemos nosotros (de manera
que se hiciese como es razón), si no nos proveía su majestad con darnos acá su
reino, por ello lo puso el buen Jesús lo uno cabe lo otro. Porque entendamos
esto que pedimos, y lo que nos importa importunar por ello, y hacer cuanto
pudiéremos para contentar a quien nos lo ha de dar, os quiero decir aquí lo que
yo entiendo. El gran bien que me parece a mí hay en el reino del cielo, con
otros muchos, es ya no tener cuenta con cosa de la tierra, sino un sosiego y
gloria en sí mismos, un alegrarse que se alegren todos, una paz perpetua, una
satisfacción grande en sí mismos, que les viene de ver que todos santifican y
alaban al Señor, y bendicen su nombre y no le ofende nadie. Todos le aman, y la
misma alma no entiende en otra cosa sino en amarle, ni puede dejarle de amar,
porque le conoce. Y así le amaríamos acá, aunque no en esta perfección, ni en
un ser; mas muy de otra manera le amaríamos de lo que le amamos, si le
conociésemos.
RESPONSORIO
R. El que sabe dar buenos dones a sus hijos nos impulsa a pedir y a
buscar. * Recibiremos con más abundancia, si creemos con más
confianza, y esperamos con más firmeza, y deseamos con más ardor.
V. Con frecuencia la oración se expresa mejor con gemidos que con
palabras, más con el llanto que con los labios.
R. Recibiremos con más abundancia, si creemos con más confianza, y
esperamos con más firmeza, y deseamos con más ardor.
*Lecturas
de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 30 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (8,28-34)*
En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos.
Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan
furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a
atormentarnos antes de tiempo?»
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando.
Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les dijo: «Id.»
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado
abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron
todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a
donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa
alianza.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa
alianza.
PRECES
Demos gracias a Cristo y alabémoslo porque ha querido
santificarnos y llamarnos hermanos suyos; digámosle, pues, confiados:
Santifica, Señor, a tus hermanos.
Concédenos, Señor, consagrar el principio de este día en honor de tu
resurrección
y haz que todos los trabajos que realicemos durante esta jornada te sean
agradables.
Haz que sepamos descubrirte a ti en todos nuestros hermanos,
sobre todo en los tristes, en los más pobres y en los que son menos útiles a
los ojos del mundo.
Tú que para aumentar nuestra alegría y afianzar nuestra salvación nos das el
nuevo día, signo de tu amor,
renuévanos hoy y siempre para gloria de tu nombre.
Haz que durante este día estemos en paz con todo el mundo
y que a nadie devolvamos mal por mal.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tal como Cristo nos enseñó, terminemos nuestra oración diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, salvador nuestro, danos tu ayuda para que siempre
deseemos las obras de la luz y realicemos la verdad: así, los que de ti hemos
nacido en el bautismo, seremos tus testigos ante los hombres. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Santos Protomártires de la Iglesia Romana*
Tanto el historiador pagano
Tácito, en su obran Annales, como el Papa Clemente, en su Carta a los
Corintios, testifican que muchos cristianos sufrieron martirio en medio de
indecibles tormentos con la persecución desencadenada por el emperador Nerón
después del incendio de Roma, en el año 64.
Algunos de ellos fueron quemados
como antorchas humanas en los banquetes nocturnos, otros crucificados o echados
como alimento de animales salvajes. Estos mártires murieron antes que San Pablo
y San Pedro y son llamados "Los discípulos de los Apóstoles".
Otros Santos: Marcial (Marciano),
Beltrán, obispos; Cayo; Lucinia, Emiliana, Donato, mártires; Ostiano, Teobaldo,
Alrico, Alpiniano, Andrónico, Apolo, confesores; Cayo, presbítero; León,
subiácono; Agabo, profeta.
MIERCOLES SEMANA I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: HORA DE LA TARDE.
Hora de la tarde,
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
Al romper el día
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
Das al de la tarde
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Tú que eres la viña,
cuida los sarmientos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Salmo 26 I - CONFIANZA ANTE EL PELIGRO
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Ant 2. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.
Salmo 26 II
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.
Ant 3. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE St 1, 22. 25
Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla, engañándoos a
vosotros mismos. El que se concentra en el estudio de la ley perfecta (la que
hace libre) y es constante no como oyente olvidadizo, sino para ponerla por
obra, éste encontrará la felicidad en practicarla.
RESPONSORIO BREVE
V. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
V. No arrebates mi alma con los pecadores.
R. Ten misericordia de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
PRECES
Oremos, hermanos, a Dios Padre, que en su amor nos mira como
hijos, y digámosle:
Muéstranos, Señor, la abundancia de tu amor.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia: guárdala de todo mal
y haz que crezca en tu amor.
Que todos los pueblos, Señor, te reconozcan como al único Dios verdadero,
y a Jesucristo como al Salvador que tú has enviado.
A nuestros parientes y bienhechores concédeles tus bienes
y que tu bondad les dé la vida eterna.
Te pedimos, Señor, por los trabajadores que sufren: alivia sus dificultades
y haz que todos los hombres reconozcan su dignidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
En tu misericordia acoge a los que hoy han muerto
y dales posesión de tu reino.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos a nuestro
Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestras súplicas y protégenos durante el día y
durante la noche: tú que eres siempre inmutable, da firmeza a los que vivimos
sujetos a la sucesión de los tiempos y de las horas. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MIÉRCOLES 30 DE JUNIO 2021
*Lecturas
de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 30 de junio de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro del Génesis (21,5.8-20):
Abrahán tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac. El chico creció, y lo
destetaron. El día que destetaron a Isaac, Abrahán dio un gran banquete.
Pero Sara vio que el hijo que Abrahán había tenido de Hagar, la egipcia, jugaba
con Isaac, y dijo a Abrahán: «Expulsa a esa criada y a su hijo, porque el hijo
de esa criada no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac.»
Como al fin y al cabo era hijo suyo, Abrahán se llevó un gran disgusto.
Pero Dios dijo a Abrahán: «No te aflijas por el niño y la criada. Haz
exactamente lo que te dice Sara, porque es Isaac quien continúa tu
descendencia. Aunque también del hijo de la criada sacaré un gran pueblo, por
ser descendiente tuyo.»
Abrahán madrugó, cogió pan y un odre de agua, se lo cargó a hombros a Hagar y
la despidió con el niño. Ella se marchó y fue vagando por el desierto de
Berseba. Cuando se le acabó el agua del odre, colocó al niño debajo de unas
matas; se apartó y se sentó a solas, a la distancia de un tiro de arco,
diciéndose: «No puedo ver morir a mi hijo.» Y se sentó a distancia. El niño
rompió a llorar.
Dios oyó la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Hagar desde el cielo,
preguntándole: «¿Qué te pasa, Hagar? No temas, que Dios ha oído la voz del niño
que está ahí. Levántate, toma al niño y tenlo bien agarrado de la mano, porque
sacaré de él un gran pueblo.» Dios le abrió los ojos, y divisó un pozo de agua;
fue allá, llenó el odre y dio de beber al muchacho. Dios estaba con el
muchacho, que creció, habitó en el desierto y se hizo un experto arquero.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 33
R/. Si el afligido
invoca al Señor, él lo escucha
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege. R/.
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.
Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor;
¿hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad? R/.
*Lecturas
de la 13ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 30 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (8,28-34)*
En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos.
Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan
furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a
atormentarnos antes de tiempo?»
Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando.
Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.»
Jesús les dijo: «Id.»
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado
abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron
todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a
donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.
Palabra del Señor
*(«¿Qué
tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos
antes de tiempo?»)*
*Entrando un poco en el interior de mi
vida, tengo que reconocer que hay lugares dentro de mí que las personas no se
pueden acercar, esos lugares son mis intereses. Me considero ser una persona,
muy buena, muy servicial, muy humanitaria (Hasta) que no tocan mis intereses,
¿Y porque me sucede esto? Porque todavía no ha desembarcado el Señor, porque no
le he entregado mi vida por completo. La buena noticia para mi es que el Señor
tiene todo el poder, toda autoridad sobre mí, y él tiene la misión de
desembarcar y llegar a aquellos lugares dentro de mí que todavía no conoce y
sacar, expulsar, las tinieblas, las oscuridades, que no me permiten ver la luz
de su palabra*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
EVANGELIO DE MATEO 16,13-19 CICLO B
Lecturas del San Pedro y san Pablo,
apóstoles
Martes, 29 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según
san Mateo (16,13-19)*
13 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta
pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del
hombre?»
14 Ellos
dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o
uno de los profetas.»
15 Díceles
él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»
16 Simón
Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.»
17 Replicando
Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha
revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
18 Y yo a mi
vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19 A ti te
daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará
atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los
cielos.»
Palabra del Señor
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo»
*El Señor se presenta a mi vida para que
le conozca de una manera especial, me invita a formar parte de su cuerpo. Una
persona podrá decir del Señor, cosas buenas o cosas malas, dependiendo de mi
comportamiento, de mi forma de hablar, de mi forma de decir las cosas, de mi
forma de escuchar a los demás, mi vida debe ir ajustada a la palabra y a la
voluntad del Señor. El Señor me quiere usar de una manera especial para él
llegar a través de mi a las personas que están un poco distante de él, y mi
dice te estoy dejando que me conozca para que otros me conozcan a través de ti*
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor:
llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MARTES 29. SAN PEDRO Y SAN PABLO
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
Laudes - SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES 2021
SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES, 29 de junio de 2021.
Invitatorio
V. Señor,
ábreme los labios.
R. Y
mi boca proclamará tu alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Antifona: Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.
Salmo 94
Invitación a la alabanza divina
Animaos
los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy». (Hb 3,13)
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
(Se repite la antífona)
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
(Se repite la antífona)
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
(Se repite la antífona)
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
(Se repite la antífona)
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
“Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso.”»
(Se repite la antífona)
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Antifona: Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles
Laudes
Himno
Es domingo; una luz nueva
resucita la mañana
con su mirada inocente,
llena de gozo y de gracia.
Es domingo; la alegría
del mensaje de la Pascua
es la noticia que llega
siempre y que nunca se gasta.
Es domingo; la pureza
no sólo la tierra baña,
que ha penetrado
en la vida por las ventanas del alma.
Es domingo; la presencia
de Cristo llena la casa:
la Iglesia, misterio y fiesta,
por él y en él convocada.
Es domingo; «éste es el día
que hizo el Señor», es la Pascua,
día de la creación
nueva y siempre renovada.
Es domingo; de su hoguera
brilla toda la semana
y vence oscuras tinieblas
en jornadas de esperanza.
Es domingo; un canto nuevo
toda la tierra le canta
al Padre, al Hijo, al Espíritu,
único Dios que nos salva. Amén.
Salmodia
Antífona 1: Sé de quién me he fiado, y estoy firmemente
persuadido de que el justo Juez tiene poder para asegurar hasta el último día
el encargo que me dio.
Salmo 62, 2-9
El alma sedienta de Dios
Madruga
por Dios todo el que rechaza las obras de las tinieblas.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti
madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 1: Sé de quién me he fiado, y estoy firmemente
persuadido de que el justo Juez tiene poder para asegurar hasta el último día
el encargo que me dio
Antífona 2: La gracia de Dios no se ha frustrado en mí, su
gracia trabaja siempre conmigo.
Dn 3,57-88.56
Toda la creación alabe al Señor
Alabad
al Señor, sus siervos todos. (Ap 19,5)
Criaturas todas del Señor, bendecid al
Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor;
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Antífona 2: La gracia de Dios no se ha frustrado en mí, su
gracia trabaja siempre conmigo
Antífona 3: He combatido bien mi combate, he corrido hasta la
meta, he mantenido la fe.
Salmo 149
Alegría de los santos
Los
hijos de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, se alegran por su Rey, Cristo, el
Señor. (Hesiquio)
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 3: He combatido bien mi combate, he corrido hasta la
meta, he mantenido la fe
Lectura Breve
1 Pe 4, 13-14
Queridos hermanos: estad alegres cuando
compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su
gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos
vosotros: porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre
vosotros.
Responsorio Breve
V. Consagraron
sus vidas al servicio de nuestro Señor Jesucristo.
R. Consagraron
sus vidas al servicio de nuestro Señor Jesucristo.
V. Salieron
contentos de haber merecido aquel ultraje.
R. Al
servicio de nuestro Señor Jesucristo.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Consagraron
sus vidas al servicio de nuestro Señor Jesucristo.
V. La
palabra del Señor permanece eternamente.
R. Y
ésta es la Buena Noticia anunciada a vosotros.
Lecturas
Primera Lectura
De la carta del apóstol san Pablo a los
Gálatas 1, 15-2, 10
ETAPA DE CONVIVENCIA ENTRE PEDRO Y PABLO
Hermanos: Cuando aquel que me eligió
desde el seno de mi madre me llamó por su gracia y tuvo a bien revelarme a su
Hijo para que lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin pedir consejo a
hombre alguno y sin subir a Jerusalén para hablar con los que eran apóstoles
antes que yo, partí hacia Arabia, de donde luego volví a Damasco. Tres años más
tarde, subí a Jerusalén a visitar a Cefas, y estuve con él quince días. No vi a
ninguno otro de los apóstoles, fuera de Santiago, el hermano del Señor. Por el
Dios que me está
viendo, que no miento en lo que os escribo.
Después vine a las regiones de Siria y de Cilicia, pero las Iglesias de Judea,
que están en Cristo, no me conocían personalmente. Sólo oían decir: «El que
antaño nos perseguía ahora va anunciando la Buena Nueva de la fe, que en otro
tiempo quería destruir.» Y glorificaban a Dios, reconociendo su obra en mí.
Luego, al cabo de catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando
también a Tito. Y subí por motivo de una revelación. Les expuse el Evangelio
que predico entre los gentiles y traté en particular con los más calificados,
no fuera a ser que hubiese corrido en vano.
Pues bien, ni siquiera a Tito, mi compañero, con todo y que era griego, lo
obligaron a circuncidarse. Y esto a pesar de los intrusos, de los falsos
hermanos, que solapadamente se habían infiltrado, para espiar arteramente la
libertad de que gozamos en Cristo Jesús, y que querían esclavizarnos. Pero nosotros
ni por un momento cedimos terreno para someternos a ellos, a fin de
salvaguardar firmemente para vosotros la verdad del Evangelio.
Las personas de más consideración -nada me interesa lo que hubieran sido antes,
pues en Dios no hay acepción de personas- no me impusieron ninguna nueva
obligación.
Al contrario, reconocieron que yo había recibido la misión de predicar el
Evangelio a los gentiles, como Pedro la de predicarlo a los judíos; porque
aquel que dio poder a Pedro para ejercer el apostolado entre los judíos me lo
dio a mí para ejercerlo entre los gentiles.
De este modo reconocieron que Dios me había dado esa gracia. Y Santiago, Cefas
y Juan, los considerados como columnas, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en
señal de comunión y conformidad: nosotros nos dirigiríamos a los gentiles,
ellos a los judíos. Sólo nos pidieron que nos acordásemos de los pobres, cosa
que he procurado yo cumplir con toda solicitud.
Mt 16, 18-19
R. Tú
eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno
no la derrotarán; * yo
te daré las llaves del reino de los cielos.
V. Todo
lo que atares sobre la tierra será atado en el cielo, y todo lo que desatares
sobre la tierra será desatado en el cielo.
R. Yo
te daré las llaves del reino de los cielos.
Segunda Lectura
De los sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 295,1-2. 4. 7-8: PL 38,1348-1352)
ESTOS MÁRTIRES, EN SU PREDICACIÓN, DABAN
TESTIMONIO DE LO QUE HABÍAN VISTO
El día de hoy es para nosotros sagrado,
porque en él celebramos el martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo. No
nos referimos, ciertamente, a unos mártires desconocidos. A toda la tierra
alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto y,
con un desinterés absoluto, dieron a conocer la verdad hasta morir por ella.
San Pedro, el primero de los apóstoles, que amaba ardientemente a Cristo, y que
llegó a oír de él estas palabras: Ahora te digo yo "Tú eres Pedro".
Él había dicho antes: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Cristo le
replicó: "Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré
mi Iglesia. Sobre esta piedra edificaré esta misma fe que profesas. Sobre esta
afirmación que tú has hecho: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, edificaré
mi Iglesia. Porque tú eres Pedro. "Pedro", una palabra que se deriva
de piedra, y no al revés. "Pedro" viene de "piedra", del
mismo modo que "cristiano" viene de "Cristo,". El Señor
Jesús, antes de su pasión, como sabéis, eligió a sus discípulos, a los que dio
el nombre de apóstoles. Entre ellos, Pedro fue el único que representó la
totalidad de la Iglesia casi en todas partes. Por ello, en cuanto que él solo
representaba en su persona a la totalidad de la Iglesia, pudo escuchar estas
palabras: Te daré las llaves del reino de los cielos. Porque estas llaves las
recibió no un hombre único, sino la Iglesia única. De ahí la excelencia de la
persona de Pedro en cuanto que él representaba la universalidad y la unidad de
la Iglesia, cuando se le dijo: Yo te entrego, tratándose de algo que ha sido
entregado a todos. Pues sepáis que la Iglesia ha recibido las llaves del reino
de los cielos, escuchad lo que el Señor dice en otro lugar a todos sus
apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. Y a continuación: A quienes les perdonéis
los pecados les serán perdonados y a quienes se los retengáis les quedan
retenidos.
En este mismo sentido, el Señor, después de su resurrección, encomendó también
a Pedro sus ovejas para que las apacentara. No es que él fuera el único de los
discípulos que tuviera el encargo de apacentar las ovejas del Señor; es que
Cristo, por el hecho de referirse a uno solo, quiso significar con ello la
unidad de la Iglesia; y, si se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es
porque Pedro es el primero entre los apóstoles. No te entristezcas, apóstol;
responde una vez, responde dos, responde tres. Venza por tres veces tu
profesión de amor, ya que por tres veces el temor venció tu presunción. Tres
veces ha de ser desatado lo que por tres veces habías ligado. Desata por el
amor lo que habías ligado por el temor. A pesar de su debilidad, por primera,
por segunda y por tercera vez encomendó el Señor sus ovejas a Pedro. En un solo
día celebramos el martirio de los dos apóstoles. Es que ambos eran en realidad
una sola cosa, aunque fueran martirizados en días diversos. Primero lo fue
Pedro, luego Pablo. Celebramos la fiesta del día de hoy, sagrado para nosotros
por la sangre de los apóstoles. Procuremos imitar su fe, su vida, sus trabajos,
sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina.
Responsorio Breve
R. Apóstol
san Pablo, predicador de la verdad y maestro de los gentiles, * verdaderamente que eres digno de
ser glorificado.
V. Por
ti conocieron la gracia de Dios todas las naciones.
R. Verdaderamente
que eres digno de ser glorificado.
Lecturas
del San Pedro y san Pablo, apóstoles
Martes, 29 de junio
de 2021
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Mateo (16,13-19):
13 Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta
pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del
hombre?»
14
Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que
Jeremías o uno de los profetas.»
15
Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»
16
Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.»
17
Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no
te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los
cielos.
18
Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19
A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra
quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en
los cielos.»
Palabra del Señor
Canto Evangélico
Antifona: Dijo
Simón Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida
eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»
Aleluya.
Benedictus Lc 1, 68-79
El Mesías y su precursor
+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Oremos, hermanos, a Cristo, el Señor,
que quiso edificar su Iglesia sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y
digámosle confiados:
Señor, colma de bienes a tu Iglesia.
Tú que rogaste por Pedro para que no se apagara su fe, — da firmeza a la fe de
tu Iglesia.
Tú que, después de la resurrección, te apareciste a Simón Pedro y te revelaste
a Saulo, — ilumina nuestras mentes para que confesemos tu resurrección.
Tú que elegiste al apóstol Pablo para que anunciara tu nombre a los paganos, —
haz de nosotros verdaderos apóstoles de tu Evangelio.
Tú que misericordiosamente perdonaste las negaciones de Pedro,
— perdónanos también nuestras culpas y pecados.
Aquí se pueden añadir algunas intenciones
libres.
Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Oremos:
Señor, tú que nos llenas de alegría en
la celebración de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se
mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de
nuestra fe cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos.
Amén.
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Vísperas - SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES
Invitatorio
Vísperas
V. Dios
mío, ven en mi auxilio.
R. Señor,
date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
· Himno 1
Hora de la tarde,
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos de tus viñadores.
Al romper el día,
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
Das al vespertino
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Salmodia
Antífona 1: Yo he rogado por ti, Pedro, para que tu fe no
desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos.
Salmo 115
ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO
Tenía fe, aún cuando dije:
"¡Qué desgraciado soy!"
Yo decía en mi apuro:
"Los hombres son unos mentirosos".
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Antífona 2: Muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así
residirá en mí la fuerza de Cristo.
Salmo 125
DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA
Cuando el Señor cambió la suerte de
Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
"El Señor ha estado grande con ellos".
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
Antífona 3: Tú eres pastor de las ovejas, Príncipe de los
apóstoles; a ti te han sido entregadas las llaves del reino de los cielos.
Ef 1, 3-10
EL PLAN DIVINO DE LA SALVACIÓN
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Lectura Breve
1 Co 15, 3-5. 8
En primer lugar os comuniqué el mensaje
que yo mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, según las
Escrituras, y fue sepultado; resucitó al tercer día y vive, según lo anunciaron
también las Escrituras. Que se apareció a Cefas y luego a los Doce. Por último,
se apareció también a mí.
Responsorio Breve
V. Los
apóstoles anunciaban la palabra de Dios con valentía.
R. Los
apóstoles anunciaban la palabra de Dios con valentía.
V. Y
daban testimonio de la resurrección del Señor.
R. Con
valentía.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los
apóstoles anunciaban la palabra de Dios con valentía.
Canto Evangélico
Antifona: Pedro,
apóstol, y Pablo, maestro de los gentiles, nos han anunciado tu palabra, Señor.
MagnificatLc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Oremos, hermanos, a Cristo, el, Señor,
que quiso edificar su Iglesia sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y
digámosle confiados:
Socorre, Señor, a tu pueblo.
Tú que llamaste a Pedro para hacerlo pescador de hombres, — no dejes de llamar
obreros a tu mies para que el mundo se salve.
Tú que increpaste a los vientos y al mar para que la barca de los discípulos no
se hundiera, — protege a tu Iglesia de toda perturbación y fortalece al sucesor
de Pedro.
Tú que, después de la resurrección, congregaste en torno a Pedro tu grey
dispersa, — reúne a tu Iglesia en un solo aprisco.
Tú que enviaste a Pablo a evangelizar a los paganos, — haz que el anuncio de la
salvación llegue a todos los pueblos.
Aquí se pueden añadir algunas intenciones
libres.
Tú que diste a la Iglesia las llaves del reino de los cielos,
— abre las puertas de la felicidad a los que durante su vida confiaron en tu
misericordia.
Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Dios nuestro, que nos llenas de santa
alegría con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, haz que tu
Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos apóstoles, de
quienes recibió el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos.
Amén.
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.