Musica Para el Alma

jueves, 25 de abril de 2024

GOTAS DE MISERICORDIA


JUAN 14,1-6 CICLO B


 

*Lecturas de la 4ª Semana del Tiempo Pascua Ciclo B*

Viernes, 26 de abril de 2024

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-6)*

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

 

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

*(«Os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros.»)*.

*El Señor quiere ser todo para mí. Él quiere que mis pies, estén en la tierra, pero que mi cabeza este firme en el cielo. Para eso, tengo que poner mi corazón a su disposición. Me invita a no darle oportunidad a la desesperanza. Cuando un profesor me dejaba tareas para hacerla en la casa, no era para ocuparme el tiempo libre, ni para molestarme, era para que pueda ampliar mis conocimientos. Así quiere el Señor, que me mantenga practicando la obediencia, llenando cada lugar donde él me manda de esperanza, en lo que él, prepara un lugar especial para mí. Y me hace una invitación para que pueda ayudar en esta construcción, mandándoles los materiales, para la decoración de ese lugar, para que luzca hermoso, estos materiales se consiguen de la siguiente manera: siendo misericordioso, no juzgar, no condenar, perdonar y dar sin esperar nada, esto medara la gracia de disfrutar en esta tierra de amor, alegría, paz*

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 26


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

 

 

*VIERNES SEMANA IV DE PASCUA*

 

LAUDES

(Oración de la mañana)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

INVITATORIO

 

Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Himno: TU CUERPO ES LAZO DE AMORES

 

Tu cuerpo es lazo de amores,

de Dios y el hombre atadura;

amor que a tu cuerpo acude

como tu cuerpo perdura.

 

Tu cuerpo, surco de penas,

hoy es de luz y rocío;

que lo vean los que lloran

con ojos enrojecidos.

 

Tu cuerpo espiritual

es la Iglesia congregada;

tan fuerte como tu cruz,

tan bella como tu Pascua.

 

Tu cuerpo sacramental

es de tu carne y tu sangre,

y la Iglesia, que es tu Esposa,

se acerca para abrazarte. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Cristo se ha entregado como oblación y víctima por nosotros. Aleluya.

 

Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO

 

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;

por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado.

 

Pues yo reconozco mi culpa,

tengo siempre presente mi pecado:

contra ti, contra ti solo pequé,

cometí la maldad que aborreces.

 

En la sentencia tendrás razón,

en el juicio brillará tu rectitud.

Mira, que en la culpa nací,

pecador me concibió mi madre.

 

Te gusta un corazón sincero,

y en mi interior me inculcas sabiduría.

Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;

lávame: quedaré más blanco que la nieve.

 

Hazme oír el gozo y la alegría,

que se alegren los huesos quebrantados.

Aparta de mi pecado tu vista,

borra en mí toda culpa.

 

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;

no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu.

 

Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso:

enseñaré a los malvados tus caminos,

los pecadores volverán a ti.

 

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,

Dios, Salvador mío!,

y cantará mi lengua tu justicia.

Señor, me abrirás los labios,

y mi boca proclamará tu alabanza.

 

Los sacrificios no te satisfacen;

si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.

Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:

un corazón quebrantado y humillado

tú no lo desprecias.

 

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,

reconstruye las murallas de Jerusalén:

entonces aceptarás los sacrificios rituales,

ofrendas y holocaustos,

sobre tu altar se inmolarán novillos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Cristo se ha entregado como oblación y víctima por nosotros. Aleluya.

 

Ant 2. Jerusalén, ciudad de Dios, brillarás con zafiros y esmeraldas. Aleluya.

 

Cántico: ACCIÓN DE GRACIAS POR LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO - Tb 13, 10-15. 17-19

 

Anuncien todos los pueblos sus maravillas

y alábenle sus elegidos en Jerusalén,

la ciudad del Santo;

por las obras de tus hijos te azotará,

pero de nuevo se compadecerá

de los hijos de los justos.

 

Confiesa dignamente al Señor

y bendice al Rey de los siglos,

para que de nuevo sea en ti

edificado su tabernáculo con alegría,

para que alegre en ti a los cautivos

y muestre en ti su amor hacia los desdichados,

por todas las generaciones y generaciones.

 

Brillarás cual luz de lámpara

y todos los confines de la tierra vendrán a ti.

Pueblos numerosos vendrán de lejos

al nombre del Señor, nuestro Dios,

trayendo ofrendas en sus manos,

ofrendas para el rey del cielo.

 

Las generaciones de las generaciones

exultarán en ti.

Y benditos para siempre todos los que te aman.

 

Alégrate y salta de gozo por los hijos de los justos,

que serán congregados,

y al Señor de los justos bendecirán.

 

Dichosos los que te aman;

en tu paz se alegrarán.

Dichosos cuantos se entristecieron por tus azotes,

pues en ti se alegrarán

contemplando toda tu gloria,

y se regocijarán para siempre.

 

Bendice, alma mía, a Dios, rey grande,

porque Jerusalén con zafiros y esmeraldas

será reedificada,

con piedras preciosas sus muros

y con oro puro sus torres y sus almenas.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Jerusalén, ciudad de Dios, brillarás con zafiros y esmeraldas. Aleluya.

 

Ant 3. Vi la nueva Jerusalén que descendía del cielo. Aleluya.

 

Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.

 

Glorifica al Señor, Jerusalén;

alaba a tu Dios, Sión:

que ha reforzado los cerrojos de tus puertas

y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;

ha puesto paz en tus fronteras,

te sacia con flor de harina.

 

Él envía su mensaje a la tierra,

y su palabra corre veloz;

manda la nieve como lana,

esparce la escarcha como ceniza;

 

hace caer el hielo como migajas

y con el frío congela las aguas;

envía una orden, y se derriten;

sopla su aliento, y corren.

 

Anuncia su palabra a Jacob,

sus decretos y mandatos a Israel;

con ninguna nación obró así,

ni les dio a conocer sus mandatos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Vi la nueva Jerusalén que descendía del cielo. Aleluya.

 

LECTURA BREVE   Hch 5, 30-32

 

El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.

R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.

 

V. El que por nosotros colgó del madero.

R. Aleluya, aleluya.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.

 

 

PRIMERA LECTURA

 

De los Hechos de los apóstoles 15, 5-35

 

CONTROVERSIAS EN LA COMUNIDAD. CONCILIO DE JERUSALÉN

 

En aquellos días, algunos fieles que habían pertenecido a la secta de los fariseos intervinieron para decir:

 

«Es preciso hacer circuncidar a los gentiles y mandarles guardar la ley de Moisés.»

 

Se reunieron entonces los apóstoles y presbíteros para estudiar la cuestión. Después de una larga discusión, se levantó Pedro y dijo:

 

«Hermanos, vosotros mismos sabéis cómo ya, desde los primeros días, Dios determinó aquí mismo, entre nosotros, que por mi boca escuchasen los gentiles la doctrina del Evangelio y llegasen a la fe. Dios, que conoce los corazones, se ha declarado en favor de ellos, al darles el Espíritu Santo igual que a nosotros; y no ha establecido diferencia alguna entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones por la fe. Ahora bien, ¿cómo tentáis a Dios, queriendo imponer sobre el cuello de los discípulos un yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido soportar? Más bien, por la gracia de Jesús, el Señor, creemos alcanzar la salvación nosotros lo mismo que ellos.»

 

Toda la asamblea guardó silencio y escucharon a Pablo y a Bernabé, que contaban todas las señales y prodigios que por su medio había obrado Dios entre los gentiles. Después que terminaron de hablar, tomó Santiago la palabra y dijo:

 

«Hermanos, escuchadme. Simón nos ha contado cómo Dios, desde un principio, intervino para procurarse entre los gentiles un pueblo para su nombre. Y con ello están conformes las palabras de los profetas, según dice la Escritura: "Después de esto volveré y reconstruiré la tienda de David que está caída; reedificaré sus ruinas y la levantaré, para que busquen al Señor todos los hombres y todas las naciones que invocan mi nombre. Así habla el Señor, que lleva a cabo estas cosas, conocidas por él desde siempre." Por esto, mi opinión es que no se inquiete más a los gentiles que se convierten a Dios. Sólo debemos hacerles saber por escrito que se abstengan de las viandas ofrecidas a los ídolos, de la fornicación, de comer carne de animales ahogados y de comer sangre. Porque la ley de Moisés tiene, desde antiguo, en cada ciudad sus propios expositores, y la leemos un sábado tras otro en las sinagogas.»

 

Entonces los apóstoles y presbíteros, con toda la Iglesia, decidieron elegir algunos de entre ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y con Bernabé. Los señalados fueron: Judas, llamado Barsabás, y Silas, personas de autoridad entre los hermanos. Y enviaron con ellos una carta, redactada en los siguientes términos:

 

«A los hermanos de la gentilidad de Antioquía, Siria y Cilicia, sus hermanos, los apóstoles y presbíteros: Salud. Habiendo sabido que algunos de los nuestros, salidos de aquí sin comisión alguna de nuestra parte, os han puesto en confusión con sus palabras, revolviendo vuestras conciencias, hemos decidido de común acuerdo elegir y enviaros varones de nuestra confianza, en compañía de nuestros amados hermanos Bernabé y Pablo, hombres éstos que han consagrado sus vidas al servicio de nuestro Señor Jesucristo. Os enviamos, por tanto, a Judas y a Silas, quienes os transmitirán de palabra el mismo mensaje. El Espíritu Santo y nosotros hemos tenido a bien no imponeros otra carga que éstas indispensables: que os abstengáis de las viandas ofrecidas a los ídolos, de comer sangre, de comer carne de animales ahogados y de la fornicación. Haréis muy bien en absteneros de todo esto. Salud.»

 

Los enviados bajaron a Antioquía y, reuniendo a la comunidad, les entregaron la carta. A su lectura se llenaron de gozo y de consuelo. Judas y Silas, que tenían también el don de hablar bajo la inspiración de Dios, dirigieron una larga exhortación a los hermanos, fortaleciéndolos en su fe. Después que se detuvieron allí algún tiempo, fueron despedidos con saludos de paz por los hermanos, y se volvieron a los apóstoles y presbíteros que los habían enviado. Pablo y Bernabé se quedaron en Antioquía, enseñando y evangelizando, en unión con otros muchos, la palabra del Señor.

 

RESPONSORIO    Ga 3, 6. 7. 8

 

R. Abraham creyó a Dios, y Dios estimó su fe como justificación. * Hijos de Abraham son sólo aquéllos que viven según la fe. Aleluya.

V. Dios predijo a Abraham: «En ti serán bendecidas todas las naciones.»

R. Hijos de Abraham son sólo aquellos que viven según la fe. Aleluya.

 

SEGUNDA LECTURA

 

De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios

(Cap. 36, 1-2; 37-38: Funk 1, 145-149)

 

MUCHOS SON LOS SENDEROS, PERO UNO SOLO ES EL CAMINO

 

Éste es, amados hermanos, el camino por el que llegamos a la salvación, Jesucristo, el sumo sacerdote de nuestras oblaciones, sostén y ayuda de nuestra debilidad.

 

Por él, podemos elevar nuestra mirada hasta lo alto de los cielos; por él, vemos como en un espejo el rostro inmaculado y excelso de Dios; por él, se abrieron los ojos de nuestro corazón; por él, nuestra mente, insensata y entenebrecida, se abre al resplandor de la luz; por él, quiso el Señor que gustásemos el conocimiento inmortal, ya que él es el resplandor de su gloria y ha llegado a ser tanto mayor que los ángeles, cuanto es más augusto que el de ellos el nombre que ha recibido en herencia.

 

Militemos, pues, hermanos, con todas nuestras fuerzas, bajo sus órdenes irreprochables.

 

Fijémonos en los soldados que prestan servicio bajo las órdenes de nuestros gobernantes: su disciplina, su obediencia, su sometimiento en cumplir las órdenes que reciben. No todos son generales ni comandantes ni centuriones ni oficiales ni todos tienen alguna graduación; sin embargo, cada cual, en el sitio que le corresponde, cumple lo que le manda el rey o cualquiera de sus jefes. Ni los grandes podrían hacer nada sin los pequeños, ni los pequeños sin los grandes; la efectividad depende precisamente de la conjunción de todos.

 

Tomemos como ejemplo a nuestro cuerpo. La cabeza sin los pies no es nada, como tampoco los pies sin la cabeza; los miembros más ínfimos de nuestro cuerpo son necesarios y útiles a la totalidad del cuerpo; más aún, todos ellos se coordinan entre sí para el bien de todo el cuerpo. Procuremos, pues, conservar la integridad de este cuerpo que formamos en Cristo Jesús, y que cada uno se ponga al servicio de su prójimo según la gracia que le ha sido asignada por donación de Dios.

 

El fuerte sea protector del débil, el débil respete al fuerte; el rico dé al pobre, el pobre dé gracias a Dios por haberle deparado quien remedie su necesidad. El sabio manifieste su sabiduría no con palabras, sino con buenas obras; el humilde no dé testimonio de sí mismo, sino deje que sean los demás quienes lo hagan. El que es casto en su cuerpo no se gloríe de ello, sabiendo que es otro quien le otorga el don de la continencia.

 

Consideremos, pues, hermanos, de qué materia fuimos hechos, cuáles éramos al entrar en este mundo; de qué sepulcro y tinieblas nos sacó nuestro Creador, para introducirnos en su mundo, donde ya de antemano, antes de nuestra existencia, nos tenía preparados sus dones.

 

Por esto debemos dar gracias a aquel de quien nos vienen todos estos bienes, al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

 

RESPONSORIO    Col 1, 18; 2, 12b. 9-10. 12a

 

R. Él es la cabeza del cuerpo de la Iglesia; él es el principio, el primogénito de entre los muertos; * con él resucitasteis mediante la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.

V. En él, en su cuerpo glorificado, habita toda la plenitud de la divinidad e, incorporados a él, alcanzáis también vosotros esa plenitud en él, al ser sepultados con él en el bautismo.

R. Con él resucitasteis mediante la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.

 

 

 *Lecturas de la 4ª Semana del Tiempo Pascua Ciclo B*

Viernes, 26 de abril de 2024

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-6)*

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

 

Palabra del Señor

 

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. Voy a prepararos un lugar, pero volveré otra vez, para tomaros y llevaros conmigo, para que donde yo esté, estéis también vosotros. Aleluya.

 

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

 

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo.

suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas:

 

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

 

Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.

 

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,

porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,

anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.

 

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tiniebla

y en sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Voy a prepararos un lugar, pero volveré otra vez, para tomaros y llevaros conmigo, para que donde yo esté, estéis también vosotros. Aleluya.

 

PRECES

 

Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por el Espíritu resucitó a Jesús de entre los muertos y vivificará también nuestros cuerpos mortales; digámosle:

 

Vivifícanos, Señor, con tu Espíritu Santo.

 

Padre santo, tú que al resucitar a tu Hijo de entre los muertos manifestaste que habías aceptado su sacrificio,

acepta también la ofrenda de nuestro día y condúcenos a la plenitud de la vida.

 

Bendice; Señor, las acciones de nuestro día

y ayúdanos a buscar en ellas tu gloria y el bien de nuestros hermanos.

 

Que el trabajo de hoy sirva para la edificación de un mundo nuevo

y nos conduzca también a tu reino eterno.

 

Te pedimos, Señor, que nos hagas ser siempre solícitos del bien de los hombres

y que nos ayudes a amarnos mutuamente.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Dirijamos ahora al Padre nuestra oración con las mismas palabras que Cristo nos enseñó:

 

Padre nuestro...

 

ORACION

 

Dios, autor de nuestra salvación y de nuestra liberación, escucha nuestras súplicas, y a quienes redimiste por la sangre de tu Hijo concédeles poder vivir para ti, y en ti gozar de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

 

HORA NONA

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: SALVADOR DEL MUNDO

 

Salvador del mundo,

Señor de los ángeles:

por tu cruz gloriosa

la muerte venciste.

 

Oh Señor, consérvanos

los dones amables

que, con sufrimientos,

tú nos mereciste.

 

Y a quienes a precio

de dolor salvaste,

llévalos al cielo

para que te alaben.

 

Llévanos a todos,

Señor, suplicámoste,

pues que nos hiciste

reino de tu Padre. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.

 

Salmo 118, 161-168

 

Los nobles me perseguían sin motivo,

pero mi corazón respetaba tus palabras;

yo me alegraba con tu promesa,

como el que encuentra un rico botín;

detesto y aborrezco la mentira,

y amo tu voluntad.

 

Siete veces al día te alabo

por tus justos mandamientos;

mucha paz tienen los que aman tus leyes,

y nada los hace tropezar;

aguardo tu salvación, Señor,

y cumplo tus mandatos.

 

Mi alma guarda tus preceptos

y los ama intensamente;

guardo tus decretos,

y tú tienes presente mis caminos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Salmo 132 - FELICIDAD DE LA CONCORDIA FRATERNA

 

Ved qué paz y qué alegría,

convivir los hermanos unidos.

 

Es ungüento precioso en la cabeza,

que va bajando por la barba,

que baja por la barba de Aarón,

hasta la franja de su ornamento.

 

Es rocío del Hermón, que va bajando

sobre el monte Sión.

Porque allí manda el Señor la bendición:

la vida para siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Salmo 139, 1-9. 13-14 - TÚ ERES MI REFUGIO

 

Líbrame, Señor, del malvado,

guárdame del hombre violento,

que planean maldades en su corazón

y todo el día provocan contiendas;

afilan sus lenguas como serpientes,

con veneno de víboras en los labios.

 

Defiéndeme, Señor, de la mano perversa,

guárdame de los hombres violentos,

que preparan zancadillas a mis pasos.

Los soberbios me esconden trampas;

los perversos me tienden una red

y por el camino me colocan lazos.

 

Pero yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios»;

Señor, atiende a mis gritos de socorro;

Señor Dios, mi fuerte salvador,

que cubres mi cabeza el día de la batalla.

 

Señor, no le concedas sus deseos al malvado,

no des éxito a sus proyectos.

 

Yo sé que el Señor hace justicia al afligido

y defiende el derecho del pobre.

Los justos alabarán tu nombre,

los honrados habitarán en tu presencia.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

 

LECTURA BREVE   1Co 5, 7-8

 

Tirad fuera la levadura vieja para que seáis una masa nueva, ya que ahora sois panes ázimos, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. Así, pues, celebremos nuestra fiesta no con la vieja levadura ni con levadura de malicia y perversidad, sino con los panes ázimos de pureza y verdad.

 

V. Quédate con nosotros, Señor. Aleluya.

R. Porque ya es tarde. Aleluya.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Dios, autor de nuestra salvación y de nuestra liberación, escucha nuestras súplicas, y a quienes redimiste por la sangre de tu Hijo concédeles poder vivir para ti, y en ti gozar de la felicidad eterna. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

VÍSPERAS

(Oración de la tarde)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: TU CUERPO ES PRECIOSA LÁMPARA

 

Tu cuerpo es preciosa lámpara,

llagado y resucitado,

tu rostro es la luz del mundo,

nuestra casa, tu costado.

 

Tu cuerpo es ramo de abril

y blanca flor del espino,

y el fruto que nadie sabe

tras la flor eres tú mismo.

 

Tu cuerpo es salud sin fin,

joven, sin daño de días;

para el que busca vivir

es la raíz de la vida. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único. Aleluya.

 

Salmo 144 I - HIMNO A LA GRANDEZA DE DIOS.

 

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;

bendeciré tu nombre por siempre jamás.

 

Día tras día te bendeciré

y alabaré tu nombre por siempre jamás.

 

Grande es el Señor, merece toda alabanza,

es incalculable su grandeza;

una generación pondera tus obras a la otra,

y le cuenta tus hazañas.

 

Alaban ellos la gloria de tu majestad,

y yo repito tus maravillas;

encarecen ellos tus temibles proezas,

y yo narro tus grandes acciones;

difunden la memoria de tu inmensa bondad,

y aclaman tus victorias.

 

El Señor es clemente y misericordioso,

lento a la cólera y rico en piedad;

el Señor es bueno con todos,

es cariñoso con todas sus creaturas.

 

Que todas tus creaturas te den gracias, Señor,

que te bendigan tus fieles;

que proclamen la gloria de tu reinado,

que hablen de tus hazañas;

 

explicando tus proezas a los hombres,

la gloria y majestad de tu reinado.

Tu reinado es un reinado perpetuo,

tu gobierno va de edad en edad.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único. Aleluya.

 

Ant 2. Al Rey de los siglos, inmortal e invisible, todo honor y toda gloria. Aleluya.

 

Salmo 144 II

 

El Señor es fiel a sus palabras,

bondadoso en todas sus acciones.

El Señor sostiene a los que van a caer,

endereza a los que ya se doblan.

 

Los ojos de todos te están aguardando,

tú les das la comida a su tiempo;

abres tú la mano,

y sacias de favores a todo viviente.

 

El Señor es justo en todos sus caminos,

es bondadoso en todas sus acciones;

cerca está el Señor de los que lo invocan,

de los que lo invocan sinceramente.

 

Satisface los deseos de sus fieles,

escucha sus gritos, y los salva.

El Señor guarda a los que lo aman,

pero destruye a los malvados.

 

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,

todo viviente bendiga su santo nombre

por siempre jamás.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Al Rey de los siglos, inmortal e invisible, todo honor y toda gloria. Aleluya.

 

Ant 3. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Aleluya.

 

Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4

 

Grandes y maravillosas son tus obras,

Señor, Dios omnipotente,

justos y verdaderos tus caminos,

¡oh Rey de los siglos!

 

¿Quién no temerá, Señor,

y glorificará tu nombre?

Porque tú solo eres santo,

porque vendrán todas las naciones

y se postrarán en tu acatamiento,

porque tus juicios se hicieron manifiestos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Aleluya.

 

LECTURA BREVE   Hb 5, 8-10

 

Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

 

V. Al ver al Señor.

R. Aleluya, aleluya.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. El buen Pastor dio la vida por sus ovejas. Aleluya.

 

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El buen Pastor dio la vida por sus ovejas. Aleluya.

 

PRECES

 

Oremos a Cristo, fuente de toda vida y principio de todo bien, y digámosle confiadamente:

 

Instaura, Señor, tu reino en el mundo.

 

Jesús salvador, tú que, muerto en la carne, fuiste devuelto a la vida por el Espíritu,

haz que nosotros, muertos al pecado, vivamos también de tu Espíritu.

 

Tú que enviaste a tus discípulos al mundo entero para que proclamaran tu Evangelio a todos los pueblos,

haz que cuantos anuncian el Evangelio a los hombres vivan de tu Espíritu.

 

Tú que recibiste todo poder en el cielo y en la tierra para dar testimonio de la verdad,

guarda en tu verdad a quienes nos gobiernan.

 

Tú que todo lo renuevas y nos mandas esperar anhelantes la llegada de tu reino,

haz que, cuanto más esperemos el cielo nuevo y la tierra nueva que nos prometes, con tanto mayor empeño trabajemos por la edificación del mundo presente.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Tú que descendiste a la mansión de la muerte para anunciar el gozo del Evangelio a los difuntos,

sé tú mismo la eterna alegría de todos los que mueren.

 

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:

 

Padre nuestro...

 

ORACION

 

Dios, autor de nuestra salvación y de nuestra liberación, escucha nuestras súplicas, y a quienes redimiste por la sangre de tu Hijo concédeles poder vivir para ti, y en ti gozar de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

COMPLETAS

(Oración antes del descanso nocturno)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

EXAMEN DE CONCIENCIA

 

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

 

Yo confieso ante Dios todopoderoso

y ante vosotros, hermanos,

que he pecado mucho

de pensamiento, palabra, obra y omisión:

por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

 

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,

a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,

que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

 

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

Himno: EN TI, SEÑOR, REPOSAN NUESTRAS VIDAS

 

En ti, Señor, reposan nuestras vidas

en el descanso santo de la noche;

tú nos preparas para la alborada

y en el Espíritu Santo nos acoges.

 

En apartadas y lejanas tierras

el sol ha despertado las ciudades;

amigo de los hombres, ve sus penas

y ensancha de tu amor los manantiales.

 

Vencedor de la muerte y de las sombras,

Hijo eterno de Dios, resucitado,

líbranos del peligro de la noche

al dormirnos confiados en tus brazos. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.

 

Salmo 87 - ORACIÓN DE UN HOMBRE GRAVEMENTE ENFERMO

 

Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,

de noche grito en tu presencia;

llegue hasta ti mi súplica,

inclina tu oído a mi clamor.

 

Porque mi alma está colmada de desdichas,

y mi vida está al borde del abismo;

ya me cuentan con los que bajan a la fosa,

soy como un inválido.

 

Tengo mi cama entre los muertos,

como los caídos que yacen en el sepulcro,

de los cuales ya no guardas memoria,

porque fueron arrancados de tu mano.

 

Me has colocado en lo hondo de la fosa,

en las tinieblas del fondo;

tu cólera pesa sobre mí,

me echas encima todas tus olas.

 

Has alejado de mí a mis conocidos,

me has hecho repugnante para ellos:

encerrado, no puedo salir,

y los ojos se me nublan de pesar.

 

Todo el día te estoy invocando,

tendiendo las manos hacia ti.

¿Harás tú maravillas por los muertos?

¿Se alzarán las sombras para darte gracias?

 

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,

o tu fidelidad en el reino de la muerte?

¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla

o tu justicia en el país del olvido?

 

Pero yo te pido auxilio,

por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.

¿Por qué, Señor, me rechazas

y me escondes tu rostro?

 

Desde niño fui desgraciado y enfermo,

me doblo bajo el peso de tus terrores,

pasó sobre mí tu incendio,

tus espantos me han consumido:

 

me rodean como las aguas todo el día,

me envuelven todos a una;

alejaste de mí amigos y compañeros:

mi compañía son las tinieblas.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

 

LECTURA BREVE   Jr 14, 9

 

Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

 

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.

R. Aleluya, aleluya.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.

 

CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32

 

Ahora, Señor, según tu promesa,

puedes dejar a tu siervo irse en paz,

 

porque mis ojos han visto a tu Salvador,

a quien has presentado ante todos los pueblos

 

luz para alumbrar a las naciones

y gloria de tu pueblo Israel.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.

 

ORACION

 

OREMOS,

Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

BENDICIÓN

 

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.

R. Amén.

 

ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN

 

Reina del cielo, alégrate, aleluya,

porque Cristo,

a quien llevaste en tu seno, aleluya,

ha resucitado, según su palabra, aleluya.

Ruega al Señor por nosotros, aleluya.