Musica Para el Alma
jueves, 19 de octubre de 2023
LUCAS 12,1-7 CICLO A
*Lecturas del Viernes de la 28ª semana del Tiempo
Ordinario*
Viernes, 20 de octubre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,1-7)*
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a
otros.
Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuidado con la
levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no
llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo
que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el
sótano se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no
tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a
decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después
echar al infierno. A éste tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco
gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos
de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación
entre vosotros y los gorriones.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que
mis palabras*
(No temáis a los
que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más).
*Estas palabras vienen
para traerme a mi alma sanación interior, porque siempre he vivido con miedo.
En la escuela miedo a no pasar de curso, en la universidad miedo algunos
profesores, en el trabajo miedo a los jefes y a que me cancelen, en el
matrimonio miedo, miedo a la traición de algún amigo. El Señor me quiere sanar
de ese miedo y me invita a reconocerme interiormente. Él, me acoge como soy, no
para dejarme como soy sino para hacer de mí, alguien mucho mejor. El Señor sabe
que puedo con su ayuda superar esos miedos y él ha puesto todo lo necesario en
mi vida, él confía en mí, es por eso que me invita a confiar en él, y luego
tendré las herramientas para confiar en mí. A lo único que debo tener miedo es,
a no hacer la voluntad del Señor*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 20
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*VIERNES SEMANA IV LAUDES*
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Ant. El Señor es bueno,
bendecid su nombre.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es
bueno, bendecid su nombre.
Himno:
POR EL DOLOR CREYENTE QUE BROTA DEL PECADO.
Por el dolor creyente que brota del pecado,
por no haberte querido de todo corazón,
por haberte, Dios mío, tantas veces negado,
con súplicas te pido, de rodillas, perdón.
Por haberte perdido, por no haberte encontrado,
porque es como un desierto nevado mi oración;
porque es como una hiedra sobre el árbol cortado
el recuerdo que brota cargado de ilusión,
Porque es como la hiedra, déjame que te abrace,
primero amargamente, lleno de flor después,
y que a ti, viejo tronco, poco a poco me enlace,
y que mi vieja sombra se derrame a tus pies. Amén
SALMODIA
Ant 1. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con
Espíritu firme.
Salmo
50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh Dios, crea en
mí un corazón puro, renuévame por dentro con Espíritu firme.
Ant
2. Alégrate, Jerusalén, porque en ti serán congregados todos los
pueblos.
Cántico:
ACCIÓN DE GRACIAS POR LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO - Tb 13, 10-15. 17-19
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén,
la ciudad del Santo;
por las obras de tus hijos te azotará,
pero de nuevo se compadecerá
de los hijos de los justos.
Confiesa dignamente al Señor
y bendice al Rey de los siglos,
para que de nuevo sea en ti
edificado su tabernáculo con alegría,
para que alegre en ti a los cautivos
y muestre en ti su amor hacia los desdichados,
por todas las generaciones y generaciones.
Brillarás cual luz de lámpara
y todos los confines de la tierra vendrán a ti.
Pueblos numerosos vendrán de lejos
al nombre del Señor, nuestro Dios,
trayendo ofrendas en sus manos,
ofrendas para el rey del cielo.
Las generaciones de las generaciones
exultarán en ti.
Y benditos para siempre todos los que te aman.
Alégrate y salta de gozo por los hijos de los justos,
que serán congregados,
y al Señor de los justos bendecirán.
Dichosos los que te aman;
en tu paz se alegrarán.
Dichosos cuantos se entristecieron por tus azotes,
pues en ti se alegrarán
contemplando toda tu gloria,
y se regocijarán para siempre.
Bendice, alma mía, a Dios, rey grande,
porque Jerusalén con zafiros y esmeraldas
será reedificada,
con piedras preciosas sus muros
y con oro puro sus torres y sus almenas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alégrate,
Jerusalén, porque en ti serán congregados todos los pueblos.
Ant
3. Sión, alaba a tu Dios, que envía su mensaje a la tierra.
Salmo
147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sión, alaba a tu
Dios, que envía su mensaje a la tierra.
LECTURA
BREVE Ga 2, 19b-20
Estoy crucificado con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en
mi. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me
amó hasta entregarse por mí.
RESPONSORIO
BREVE
V. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
R. Invoco al Dios
Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
V. Desde el cielo me
enviará la salvación.
R. El Dios que hace
tanto por mí.
V. Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Invoco al Dios
Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
V. Hijo mío, haz
caso de mi sabiduría.
R. Presta oído a mi
inteligencia.
PRIMERA
LECTURA
Del libro del profeta Jeremías 7, 1-20
LA CONFIANZA EN EL TEMPLO ES VANA, SI NO HAY FIDELIDAD A DIOS
Y JUSTICIA CON EL PRÓJIMO
Palabra del Señor que recibió Jeremías:
«Ponte a la puerta del templo, y grita allí esta palabra: "¡Escucha, Judá,
la palabra del Señor, los que entráis por estas puertas para adorar al Señor!
Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Enmendad vuestra conducta y
vuestras acciones, y habitaré con vosotros en este lugar. No os creáis seguros
con palabras engañosas, repitiendo: 'Es el templo del Señor, el templo del
Señor, el templo del Señor.' Si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones,
si juzgáis rectamente entre un hombre y su prójimo, si no explotáis al
forastero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este
lugar, si no seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal, entonces habitaré
con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace
tanto tiempo y para siempre. Mirad: Vosotros os fiáis de palabras engañosas que
no sirven de nada. Vosotros robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso,
quemáis incienso a Baal, seguís a dioses extranjeros y desconocidos, ¡y después
entráis a presentaros ante mí en este templo, que lleva mi nombre, y os decís:
'Estamos salvos', para seguir cometiendo esas abominaciones! ¿Creéis acaso que
es una cueva de bandidos este templo que lleva mi nombre? Atención, que yo lo
he visto —oráculo del Señor—.
Id a mi templo de Silo, donde hice habitar mi nombre en otro tiempo, y mirad lo
que hice con él, por la maldad de Israel mi pueblo. Pues ahora, ya que habéis
cometido tales acciones —dice el Señor—, que os hablé sin cesar y no me
escuchasteis, que os llamé y no me respondisteis; por eso, con el templo que
lleva mi nombre, en el que confiáis, con el lugar que di a vuestros padres y a
vosotros, haré lo mismo que hice con Silo: os arrojaré de mi presencia, como
arrojé a vuestros hermanos, la estirpe de Efraím."
Y tú no intercedas por este pueblo, no alces por ellos súplicas ni clamores,
porque no te escucharé. ¿No ves lo que están haciendo en las ciudades de Judá,
en las calles de Jerusalén? Los hijos recogen leña, los padres encienden fuego,
las mujeres preparan la masa para hacer tortas en honor de la Reina del cielo;
y hacen libaciones a dioses extranjeros, para irritarme. ¿Es a mí a quien
hieren, o más bien a sí mismos, para su confusión? Por eso así dice el Señor:
Mirad, mi ira y mi cólera se derraman sobre este lugar, sobre el hombre y el
ganado, sobre el árbol del campo, sobre el fruto del suelo, ardiendo sin
cesar.»
RESPONSORIO Jr 7, 11; Is 56, 7; Jn 2, 16
R. ¿Creéis acaso que es una cueva de bandidos este templo que lleva
mi nombre? * Mi casa es casa de oración y así la llamarán todos los
pueblos.
V. No hagáis de la
casa de mi Padre un mercado.
R. Mi casa es casa
de oración y así la llamarán todos los pueblos.
SEGUNDA LECTURA
De la carta de san Agustín, obispo, a Proba
(Carta 130, 14, 27—15, 28: CSEL 44, 71-73)
EL ESPÍRITU INTERCEDE POR NOSOTROS
Quien pide al Señor aquella sola cosa que hemos
mencionado, es decir, la vida dichosa de la gloria, y esa sola cosa busca, éste
pide con seguridad y pide con certeza, y no puede temer que algo le sea
obstáculo para conseguir lo que pide, pues pide aquello sin lo cual de nada le
aprovecharía cualquiera otra cosa que hubiera pedido, orando como conviene.
Esta es la única vida verdadera, la única vida feliz: contemplar eternamente la
belleza del Señor, en la inmortalidad e incorruptibilidad del cuerpo y del
espíritu. En razón de esta sola cosa, nos son necesarias todas las demás cosas;
en razón de ella, pedimos oportunamente las demás cosas. Quien posea esta vida
poseerá todo lo que desee y allí nada podrá desear que no sea conveniente.
Allí está la fuente de la vida, cuya sed debemos avivar en la oración mientras
vivimos aún de esperanza. Pues ahora vivimos sin ver lo que esperamos, seguros
a la sombra de las alas de aquel ante cuya presencia están todas nuestras
ansias; pero tenemos la certeza de nutrirnos un día de lo sabroso de su casa y
de beber del torrente de sus delicias, porque en él está la fuente viva y su
luz nos hará ver la luz; aquel día en el cual todos nuestros deseos quedarán
saciados con sus bienes y ya nada tendremos que pedir gimiendo, pues todo lo
poseeremos gozando.
Pero como esta única cosa que pedimos consiste en aquella paz que sobrepasa
toda inteligencia, incluso cuando en la oración pedimos esta paz hemos de decir
que no sabemos pedir lo que nos conviene. Porque no podemos imaginar cómo sea
esta paz en sí misma y, por tanto, no sabemos pedir lo que nos conviene. Cuando
se nos presenta al pensamiento alguna imagen de ella, la rechazamos, la
reprobamos, reconocemos que está lejos de la realidad, aunque continuamos
ignorando lo que buscamos.
Pero hay en nosotros, para decirlo de algún modo, una docta ignorancia; docta,
sin duda, por el Espíritu de Dios, que viene en ayuda de nuestra debilidad. En
efecto, dice el Apóstol: Si esperamos lo que no vemos, lo aguardamos con anhelo
y constancia. Y añade a continuación: El Espíritu viene en ayuda de nuestra
debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y aquel que
escudriña los corazones sabe cómo son los deseos del Espíritu, es decir, que su
intercesión en favor de los fieles es según el querer de Dios.
No hemos de entender estas palabras como si dijeran que el Espíritu de Dios,
que en la Trinidad divina es Dios inmutable y un solo Dios con el Padre y el
Hijo, orase a Dios como alguien distinto de Dios, intercediendo por los santos;
si el texto dice que el Espíritu intercede en favor de los fieles es para
significar que incita a los fieles a interceder, del mismo modo que también se
dice: Os tienta el Señor vuestro Dios para ver si lo amáis, es decir, para que
vosotros conozcáis si lo amáis. El Espíritu, pues, incita a los fieles a que
intercedan con gemidos inefables, inspirándoles el deseo de aquella realidad
tan sublime que aún no conocemos, pero que esperamos ya con paciencia. Pero
¿cómo se puede hablar cuando se desea lo que ignoramos? Ciertamente que si lo
ignoráramos del todo no lo desearíamos; pero, por otro lado, si ya lo viéramos
no lo desearíamos ni lo pediríamos con gemidos inefables.
RESPONSORIO Rm 8, 26; Za 12, 10
R. Nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero * el Espíritu
mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
V. En aquel día
—dice el Señor— derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de
Jerusalén un espíritu de gracia y de oración.
R. El Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos inefables.
*Lecturas del Viernes de la 28ª semana del Tiempo
Ordinario*
Viernes, 20 de octubre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,1-7)*
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a
otros.
Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuidado con la
levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no
llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo
que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el
sótano se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no
tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a
decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después
echar al infierno. A éste tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco
gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos
de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación
entre vosotros y los gorriones.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el
sol que nace de lo alto.
Cántico
de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto.
PRECES
Confiados
en Dios, que cuida con solicitud de todos los que ha creado y redimido con la
sangre de su Hijo, invoquémosle diciendo:
Escucha, Señor, y ten piedad.
Dios misericordioso, asegura nuestros pasos en el camino de la verdadera santidad,
y haz que busquemos siempre cuanto hay de verdadero, noble y justo.
No nos abandones para siempre, por amor de tu nombre
no olvides tu alianza con nosotros.
Con alma contrita y espíritu humillado te seamos aceptos,
porque no hay confusión para los que en ti confían.
Tú que has querido que participáramos en la misión profética de Cristo,
haz que proclamemos ante el mundo tus maravillas.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijámonos al Padre, con las mismas palabras que Cristo nos enseñó:
Padre
nuestro...
ORACION
Te
pedimos, Señor, tu gracia abundante, para que nos ayude a seguir el camino de
tus mandatos, y así gocemos de tu consuelo en esta vida y alcancemos la
felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa
en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
ERES LA LUZ Y SIEMBRAS CLARIDADES.
Eres la luz y siembras claridades,
eres amor y siembras armonía
desde tu eternidad de eternidades.
Por tu roja frescura de alegría,
la tierra se estremece de rocío,
Hijo eterno del Padre y de María.
En el cielo del hombre, oscuro y frío,
eres la luz total, fuego del fuego,
que aplaca las pasiones y el hastío.
Entro en tus esplendores, Cristo, ciego;
mientras corre la vida paso a paso,
pongo mis horas grises en tu brazo,
y a ti, Señor, mi corazón entrego. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Día tras día te bendeciré, Señor, y explicaré tus proezas.
Salmo
144 I - HIMNO A LA GRANDEZA DE DIOS.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus creaturas.
Que todas tus creaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;
explicando tus proezas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Día tras día te
bendeciré, Señor, y explicaré tus proezas.
Ant
2. Los ojos de todos te están aguardando, Señor, tú estás cerca de
los que te invocan.
Salmo
144 II
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.
Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los ojos de todos
te están aguardando, Señor, tú estás cerca de los que te invocan.
Ant
3. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Cántico:
CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Justos y
verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
LECTURA
BREVE Rm 8, 1-2
No hay ya condenación alguna para los que están en Cristo Jesús, porque la ley
del espíritu de vida en Cristo Jesús me libró de la ley del pecado y de la
muerte.
RESPONSORIO
BREVE
V. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios.
R. Cristo murió por
nuestros pecados, para llevarnos a Dios.
V. Muerto en la
carne, pero vivificado en el espíritu.
R. Para llevarnos a
Dios.
V. Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo murió por
nuestros pecados, para llevarnos a Dios.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Acuérdate, Señor, de tu misericordia como lo habías prometido a
nuestros padres.
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Acuérdate, Señor,
de tu misericordia como lo habías prometido a nuestros padres.
PRECES
Invoquemos
a Cristo, en quien confían los que conocen su nombre, diciendo:
Confirma, Señor, lo que has realizado en nosotros.
Señor Jesucristo, consuelo de los humildes,
dígnate sostener con tu gracia nuestra fragilidad, siempre inclinada al pecado.
Que los que por nuestra debilidad estamos inclinados al mal,
por tu misericordia obtengamos el perdón.
Señor, a quien ofende el pecado y aplaca la penitencia,
aparta de nosotros el castigo merecido por nuestros pecados.
Tú que perdonaste a la mujer arrepentida y cargaste sobre los hombros la oveja
descarriada,
no apartes de nosotros tu misericordia.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que por nosotros aceptaste el suplicio de la cruz,
abre las puertas del cielo a todos los difuntos que en ti confiaron.
Siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, digamos al Padre celestial:
Padre
nuestro...
ORACION
Dios
todopoderoso y eterno, que quisiste que tu Hijo sufriese por la salvación de
todos, haz que, inflamados en tu amor, sepamos ofrecernos a ti como víctima
viva. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 20 DE OCTUBRE 2023
*Lecturas del Viernes de la 28ª semana del Tiempo
Ordinario*
Viernes, 20 de octubre de 2023
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (4,1-8):
Veamos el caso de Abrahán, nuestro progenitor según la carne. ¿Quedó Abrahán
justificado por sus obras? Si es así, tiene de qué estar orgulloso; pero, de
hecho, delante de Dios no tiene de qué. A ver, ¿qué dice la Escritura?:
«Abrahán creyó a Dios, y esto le valió la justificación.» Pues bien, a uno que
hace un trabajo el jornal no se le cuenta como un favor, sino como algo debido;
en cambio, a éste que no hace ningún trabajo, pero tiene fe en que Dios hace
justo al impío, esa fe se le cuenta en su haber. También David llama dichoso al
hombre a quien Dios otorga la justificación, prescindiendo de sus obras:
«Dichoso el hombre que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su
pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le cuenta el pecado.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 31,1-2.5.11
R/. Tú
eres mi refugio,
me rodeas de cantos de liberación
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito. R/.
Habla pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mí culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero. R/.
*Lecturas del Viernes de la 28ª semana del Tiempo
Ordinario*
Viernes, 20 de octubre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,1-7)*
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a
otros.
Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuidado con la
levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no
llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo
que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el
sótano se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no
tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a
decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después
echar al infierno. A éste tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco
gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos
de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación
entre vosotros y los gorriones.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que
mis palabras*
(No temáis a los
que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más).
*Estas palabras vienen
para traerme a mi alma sanación interior, porque siempre he vivido con miedo.
En la escuela miedo a no pasar de curso, en la universidad miedo algunos
profesores, en el trabajo miedo a los jefes y a que me cancelen, en el
matrimonio miedo, miedo a la traición de algún amigo. El Señor me quiere sanar
de ese miedo y me invita a reconocerme interiormente. Él, me acoge como soy, no
para dejarme como soy sino para hacer de mí, alguien mucho mejor. El Señor sabe
que puedo con su ayuda superar esos miedos y él ha puesto todo lo necesario en
mi vida, él confía en mí, es por eso que me invita a confiar en él, y luego
tendré las herramientas para confiar en mí. A lo único que debo tener miedo es,
a no hacer la voluntad del Señor*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.