Musica Para el Alma
jueves, 10 de marzo de 2022
MATEO 5,43-48 CICLO C
*Lecturas del Sábado de la 1ª semana de Cuaresma*
Sábado, 12 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,43-48)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen,
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo
también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Amad a vuestros enemigos y orad por los que os
persiguen. Vosotros sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto)
*Yo siento que el Señor es injusto. Como él me pide
que ame a una persona que me trata mal, mi insulta, me difama, habla horrores
de mí, siempre está buscando mi mal, no soy de su agrado, y dice cosas que no
son ciertas. La mentalidad humana que tengo me dice que tengo que vivir la vida
en el intercambio, tú me amas te amo, tú me quiere te quiero, tú me desea el
mal y yo también, como uso esa mentalidad, sabes que me sucede, el malo logró
su propósito, me hizo ser malo y si me hizo ser malo entonces no soy hijo de
Dios*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES DEL SABADO 12
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE
CUARESMA
SÁBADO
DE LA SEMANA I
Propio del Tiempo. Salterio I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro
corazón.»
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro
corazón.»
Himno: LOS HOMBROS TRAIGO CARGADOS.
Los hombros traigo cargados
de graves culpas, mi Dios;
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Yo soy quien ha de llorar,
por ser acto de flaqueza;
que no hay en naturaleza
más flaqueza que el pecar.
Y, pues andamos trocados,
que yo peco y lloráis vos,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Vos sois quien cargar se puede
estas mis culpas mortales,
que la menor destas tales
a cualquier peso excede;
y, pues que son tan pesados
aquestos yerros, mi Dios,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Al Padre, al Hijo, al Amor,
alegres cantad, criaturas,
y resuene en las alturas
toda gloria y todo honor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
Salmo 118, 145-152 TE INVOCO DE TODO CORAZÓN
Te invoco de todo corazón;
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.
Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
Ant 2. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
Cántico: HIMNO A DIOS, DESPUÉS DE LA VICTORIA DEL MAR ROJO Ex 15,
1-4. 8-13. 17-18
Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».
Los carros del faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar rojo a sus mejores capitanes.
Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,
las corrientes se alzaron como un dique,
las olas se cuajaron en el mar.
Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,
repartiré el botín, se saciará mi codicia,
empuñaré la espada, los agarrará mi mano.»
Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,
se hundieron como plomo en las aguas formidables.
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?
¿Quién como tú, terrible entre los santos,
temibles por tus proezas, autor de maravillas?
Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;
guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,
los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
Ant 3. Alabad al Señor, todas las naciones.
Salmo 116 - INVITACIÓN UNIVERSAL A LA ALABANZA DIVINA.
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor, todas las naciones.
LECTURA BREVE Is 1, 16-18
«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de
obrar mal, aprended a obrar bien; buscad lo que es justo, haced justicia al
oprimido, defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid, y litigaremos
—dice el Señor—. Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como
la nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán blancos como lana.»
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
PRIMERA
LECTURA
Del libro del Éxodo 12, 37-49; 13, 11-16
SALIDA DE LOS HEBREOS. LEYES SOBRE LA
PASCUA Y LOS PRIMOGÉNITOS
En aquellos días, cuando los israelitas salieron de Egipto, marcharon de la
ciudad de Ramsés hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar
los niños; salió también con ellos una gran muchedumbre de gente, con ovejas y
vacas y enorme cantidad de ganado. Cocieron la masa que habían sacado de
Egipto, e hicieron hogazas de pan ázimo, pues no había alcanzado a fermentar,
porque los egipcios los echaban y no los dejaban detenerse, y tampoco pudieron
tomar otras provisiones.
La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años. El
mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron de Egipto
las legiones del Señor. Noche de guardia fue ésta para el Señor, en que veló
para sacarlos de Egipto; y noche de guardia en honor del Señor será también
para los hijos de Israel, por todas las generaciones.
El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
«Éstas son las normas sobre la Pascua: Ningún extranjero la comerá. Los
esclavos que te hayas comprado circuncídalos y sólo entonces podrán comerla. Ni
el forastero ni el jornalero la comerán. La Pascua se ha de comer en una sola
casa: no sacarás fuera nada de la carne y no le romperéis ningún hueso. La
comunidad entera de Israel la celebrará. Y, si algún forastero que vive contigo
quiere celebrar la Pascua del Señor, hará circuncidar a todos los varones de su
casa y sólo entonces podrá tomar parte en ella, pues será como un natural del
país. Pero ningún incircunciso la comerá. La misma ley vale para el natural del
país y para el forastero que vive con vosotros.»
Y Moisés dijo al pueblo:
«Cuando el Señor te introduzca en la tierra de los cananeos, como juró a ti y a
tus padres, y te la haya entregado, dedicarás al Señor todos los primogénitos.
El primer parto de tus animales, si es macho, pertenece también al Señor. La
primera cría de asno la rescatarás con un cordero; si no la rescatas la
desnucarás. Pero los primogénitos de entre tus hijos los rescatarás siempre. Y
cuando mañana tu hijo te pregunte: "¿Qué significa esto?", le
responderás: "Con mano fuerte el Señor nos sacó de Egipto, de la
esclavitud. El Faraón se había obstinado en no dejarnos salir; entonces el
Señor dio muerte a todos los primogénitos de Egipto, lo mismo de hombres que de
animales. Por eso yo sacrifico al Señor todo primogénito macho de los animales.
Pero los primogénitos de los hombres los rescato."
Este rito será para ti como señal sobre tu brazo y como recordatorio ante tus
ojos, de que con mano fuerte te sacó de Egipto el Señor.»
RESPONSORIO Cf. Lc 2,
22b-23. 24
R. Los
padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, * como está mandado en la ley de
Dios: que todo varón primogénito sea consagrado al Señor.
V. y
para ofrecer por él en sacrificio un par de tórtolas o de pichones.
R. Como
está mandado en la ley de Dios: que todo varón primogénito sea consagrado al
Señor.
SEGUNDA LECTURA
De la Constitución pastoral Gáudium et
spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano segundo
(Núms.9-10)
LOS INTERROGANTES MAS PROFUNDOS DEL HOMBRE
El mundo moderno aparece a la vez poderoso y débil, capaz de lo mejor y de lo
peor, pues tiene abierto el camino para optar entre la libertad o la
esclavitud, entre el progreso o el retroceso, entre la fraternidad o el odio.
El hombre sabe muy bien que está en su mano el dirigir correctamente las
fuerzas que él ha desencadenado y que pueden aplastarlo o salvarlo. Por ello se
interroga a sí mismo.
En realidad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados
con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón
humano.
Son muchos los elementos que se combaten en el propio interior del hombre. A
fuer de creatura, el hombre experimenta múltiples limitaciones; se siente, sin
embargo, ilimitado en sus deseos y llamado a una vida superior.
Atraído por muchas solicitaciones, tiene que elegir y que renunciar. Más aún,
como enfermo y pecador, no es raro que haga lo que no quiere y deje de hacer lo
que querría llevar a cabo. Por ello siente en sí mismo la división, que tantas
y tan graves discordias provoca en la sociedad.
Son muchísimos los que, tarados en su vida por el materialismo práctico, no
quieren saber nada de la clara percepción de este dramático estado, o bien,
oprimidos por la miseria, no tienen tiempo para ponerse a considerarlo. Muchos
piensan hallar su descanso en una interpretación de la realidad, propuesta de
múltiples maneras.
Otros esperan del solo esfuerzo humano la verdadera y plena liberación de la
humanidad y abrigan el convencimiento de que el futuro reino del hombre sobre
la tierra saciará plenamente todos sus deseos.
Y no faltan, por otra parte, quienes, desesperando de poder dar a la vida un
sentido exacto, alaban la audacia de quienes piensan que la existencia carece
de toda significación propia y se esfuerzan por darle un sentido puramente
subjetivo.
Sin embargo, ante la actual evolución del mundo, son cada día más numerosos los
que se plantean o los que acometen con nueva penetración las cuestiones más fundamentales:
¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que, a
pesar de tantos progresos hechos, subsisten todavía? ¿Qué valor tienen las
victorias logradas a tan caro precio? ¿Qué puede dar el hombre a la sociedad?
¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal?
Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre su luz
y su fuerza por el Espíritu Santo, a fin de que pueda responder a su máxima
vocación, y que no ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el
que haya de encontrar la salvación.
Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se
hallan en su Señor y Maestro.
Afirma además la Iglesia que bajo la superficie de lo cambiante hay muchas
cosas permanentes, que tienen su último fundamento en Cristo, quien existe
ayer, hoy y para siempre.
RESPONSORIO 1Co 15,
55-56. 57; Lm 3, 25
R. ¿Dónde
está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la
muerte es el pecado. * ¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria
por nuestro Señor Jesucristo!
V. Bueno
es el Señor para el que en él espera, para el alma que lo busca.
R. ¡Demos
gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!
*Lecturas del Sábado de la 1ª semana
de Cuaresma*
Sábado, 12 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,43-48)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen,
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo
también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. «Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen; así
seréis hijos de vuestro Padre celestial», dice el Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen; así
seréis hijos de vuestro Padre celestial», dice el Señor.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, que para hacer de nosotros creaturas
nuevas ha instituido el baño del bautismo y nos alimenta con su palabra y su
carne, y supliquémosle, diciendo:
Renuévanos con tu gracia, Señor.
Señor Jesús, tú que eres manso y humilde de corazón, danos entrañas de
misericordia, bondad y humildad
y danos comprensión para con todos.
Que sepamos ayudar a los necesitados y consolar a los que sufren,
para imitarte a ti, el buen Samaritano.
Que María, la Virgen Madre, interceda por las vírgenes que se han consagrado a
tu servicio,
para que vivan su virginidad con un grande amor hacia ti, en bien de la
Iglesia.
Concédenos la abundancia de tu misericordia
y perdona la multitud de nuestros pecados y el castigo que por ellos merecemos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó y pidamos al Padre que nos
libre del mal:
Padre nuestro...
ORACION
Padre eterno, convierte hacia ti nuestros corazones, para que,
viviendo consagrados a tu servicio, te busquemos siempre a ti, que eres lo
único necesario, y practiquemos la caridad en todas nuestras acciones. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: INSIGNE DEFENSOR DE NUESTRA CAUSA.
Insigne defensor de nuestra causa,
Señor y Salvador del pueblo humano,
acoge nuestras súplicas humildes,
perdona nuestras culpas y pecados.
El día con sus gozos y sus penas
pasó dejando huellas en el alma,
igual que nuestros pies en su camino
dejaron en el polvo sus pisadas.
No dejes de mirarnos en la noche,
dormida nuestra vida en su regazo;
vigila el campamento de los hombres,
camino de tu reino ya cercano.
Ahuyenta de tu pueblo la zozobra,
sé nube luminosa en el desierto,
sé fuerza recobrada en el descanso,
mañana y horizonte siempre abierto.
Bendice, Padre santo, la tarea
del pueblo caminante en la promesa;
llegados a Emaús, tu Hijo amado
nos parta el pan y el vino de la cena. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los
llevó aparte a un alto monte, y se transfiguró en su presencia.
Salmo 118, 105-112 - HIMNO A LA LEY DIVINA
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.
Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los
llevó aparte a un alto monte, y se transfiguró en su presencia.
Ant 2. Su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se
volvieron blancos como la luz.
Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se
volvieron blancos como la luz.
Ant 3. Moisés y Elías hablaban de la muerte que Jesús iba a padecer en
Jerusalén.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2,
6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Moisés y Elías hablaban de la muerte que Jesús iba a padecer en
Jerusalén.
LECTURA BREVE 2Co 6, 1-4a
Os exhortamos a que deis pruebas de no haber recibido en vano la gracia de
Dios, pues dice él en la Escritura: «En el tiempo propicio te escuché, y te
ayudé en el día de salvación.» Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de
salvación. A nadie queremos dar nunca motivo de escándalo, a fin de no hacer
caer en descrédito nuestro ministerio, antes al contrario, queremos
acreditarnos siempre en todo como verdaderos servidores de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. De la nube salió una voz que dijo: «Éste es mi Hijo amado, en
quien tengo mis complacencias, escuchadlo.»
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la nube salió una voz que dijo: «Éste es mi Hijo amado, en
quien tengo mis complacencias, escuchadlo.»
PRECES
Bendigamos al Señor, solícito y providente para con todos los
hombres, e invoquémosle, diciendo:
Salva, Señor, a los que has redimido.
Señor, fuente de todo bien y origen de toda verdad, llena con tus dones a todos
los obispos
y conserva en la doctrina de los apóstoles a los fieles que les han sido
confiados.
Que aquellos que se nutren con el mismo pan de vida vivan unidos en la caridad,
para que todos seamos uno en el cuerpo de tu Hijo.
Que nos despojemos de nuestra vieja condición humana y de sus obras,
y nos renovemos a imagen de Cristo, tu Hijo.
Concede a tu pueblo que por la penitencia obtenga el Perdón de sus pecados
y tenga parte en los méritos de Jesucristo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Haz que nuestros hermanos difuntos puedan alabarte eternamente en el cielo,
y que nosotros esperemos confiadamente unirnos a ellos en tu reino.
Pidamos a nuestro Padre, con las palabras que Cristo nos enseñó, que nos dé la
fuerza que necesitamos para no caer en la tentación:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Padre Santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo,
aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella,
podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL SABADO 12 DE MARZO 2022
*Lecturas del Sábado de la 1ª semana de Cuaresma*
Sábado, 12 de marzo de 2022
Primera
lectura
Lectura del
libro del Deuteronomio (26,16-19):
MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos.
Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has elegido al Señor para que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos,
observes sus mandatos, preceptos y decretos, y escuches su voz. Y el Señor te
ha elegido para que seas su propio pueblo, como te prometió, y observes todos
sus preceptos.
Él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones
que ha hecho, y serás el pueblo santo del Señor, tu Dios, como prometió».
Palabra de Dios
Salmo
Sal
118,1-2.4-5.7-8
R/. Dichoso el que
camina en la voluntad del Señor
V/. Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R/.
V/. Tú promulgas tus mandatos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos. R/.
V/. Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus decretos exactamente,
tú no me abandones. R/.
*Lecturas del Sábado de la 1ª semana de Cuaresma*
Sábado, 12 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,43-48)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen,
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo
también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de
extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed
perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Amad a vuestros enemigos y orad por los que os
persiguen. Vosotros sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto)
*Yo siento que el Señor es injusto. Como él me pide
que ame a una persona que me trata mal, mi insulta, me difama, habla horrores
de mí, siempre está buscando mi mal, no soy de su agrado, y dice cosas que no
son ciertas. La mentalidad humana que tengo me dice que tengo que vivir la vida
en el intercambio, tú me amas te amo, tú me quiere te quiero, tú me desea el
mal y yo también, como uso esa mentalidad, sabes que me sucede, el malo logró
su propósito, me hizo ser malo y si me hizo ser malo entonces no soy hijo de
Dios*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
MATEO 5,20-26 CICLO C
*Lecturas del Viernes de la 1ª semana de Cuaresma*
Viernes, 11 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,20-26)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no
entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de
juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su
hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que
comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la
“gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas
allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante
el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a
presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía
de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en
la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el
último céntimo».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que
comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la
“gehena” del fuego)
*El Señor, con palabras un poco
fuerte, me quiere mostrar lo importante de tener un buen lenguaje tanto con mis
palabras, como también con mi lenguaje corporal. Me hace un llamado a sacar de
mi vida todas palabras y gesto que puedan causar heridas a los demás. Porque él,
me está enseñando que mis palabras deben de estar cargadas de sabiduría, de
respecto a todos, sin importar las edades. El Señor, quieres que mis palabras
no estén contaminadas por las mentiras, los insultos y los malos deseos. Quiere
en mi un vocabulario y un léxico totalmente saludable*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 11
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE
CUARESMA
VIERNES
DE LA SEMANA I
Propio del Tiempo. Salterio I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros
murió, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros
murió, venid, adorémosle.
Himno: DELANTE DE LA CRUZ LOS OJOS MÍOS
Delante de la cruz los ojos míos
quédenseme, Señor, así mirando,
y sin ellos quererlo estén llorando,
porque pecaron mucho y están fríos.
Y estos labios que dicen mis desvíos,
quédenseme, Señor, así cantando,
y sin ellos quererlo estén rezando,
porque pecaron mucho y son impíos.
Y así con la mirada en vos prendida,
y así con la palabra prisionera,
como la carne a vuestra cruz asida,
quédeseme, Señor, el alma entera;
y así clavada en vuestra cruz mi vida,
Señor, así, cuando queráis me muera. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar,
Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar,
Señor.
Ant 2. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25
Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen
nunca jamás.
Así dice el Señor, creador del cielo
—él es Dios;—,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro.»
No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío.»
Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
—No hay otro Dios fuera de mí—.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder.»
A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Ant 3. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
LECTURA BREVE Is 53, 11b-12
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó sobre sí los crímenes de ellos. Le
daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre, porque se
entregó a sí mismo a la muerte y fue contado entre los malhechores; él tomó
sobre sí el pecado de las multitudes e intercedió por los pecadores.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
PRIMERA
LECTURA
Del libro del Éxodo 12, 21-36
MUERTE DE LOS PRIMOGÉNITOS
En aquellos días, Moisés llamó a todos los ancianos de Israel y les dijo:
«Tomad una res menor por familia e inmolad la víctima de Pascua. Tomad un
manojo de hisopo, mojadlo en la sangre recogida en una
vasija y untad de sangre el dintel y las dos jambas; y ninguno de vosotros
salga por la puerta de casa hasta la mañana. El Señor va a pasar hiriendo a
Egipto, y, cuando vea la sangre en el dintel y las jambas, pasará de largo y no
permitirá al exterminador entrar en vuestras casas para herir. Cumplid este
mandato del Señor: es ley perpetua para vosotros y vuestros hijos, y cuando
entréis en la tierra que el Señor os va a dar, según lo ha prometido,
observaréis este rito.
Y, cuando os pregunten vuestros hijos que significa este rito, les
responderéis: "Es el sacrificio de la Pascua del Señor, que pasó de largo
junto a las casas de los hijos de Israel, hiriendo a los egipcios y protegiendo
nuestras casas."»
Entonces el pueblo se inclinó y se prosternó, y los hijos de Israel fueron y
pusieron por obra lo que el Señor había mandado a Moisés y a Aarón.
A medianoche, el Señor hirió de muerte a todos los primogénitos de Egipto:
desde el primogénito del Faraón, que se sienta en el trono, hasta el
primogénito del preso encerrado en el calabozo, y a los primogénitos de los
animales. Aquella noche se levantó el Faraón y su corte y todos los egipcios, y
se oyó un clamor inmenso en todo Egipto, pues no había casa en que no hubiera
un muerto. El Faraón hizo llamar a Moisés y a Aarón, de noche, y les dijo:
«Levantaos, salid de en medio de mi pueblo, vosotros con todos los israelitas,
id a ofrecer culto al Señor, como habéis pedido; llevaos también las ovejas y
las vacas, como decíais; marchaos e invocad también sobre mí la bendición.»
Los egipcios urgían al pueblo para que saliese cuanto antes del país, pues
decían:
«Vamos a morir todos.»
El pueblo sacó de las artesas la masa sin fermentar, la envolvió en mantas y se
la cargó al hombro. Además los israelitas habían hecho lo que Moisés les había
mandado: habían pedido a los egipcios objetos de plata y de oro y vestidos, y
el Señor había hecho que alcanzaran el favor de los egipcios, los cuales habían
accedido a darles lo que pedían. Así saquearon a Egipto.
RESPONSORIO Ex 12, 7.
13; 1Pe 1, 18. 19
R. Tomaréis
la sangre del cordero y rociaréis las dos jambas y el dintel de las
casas: * la
sangre será vuestra señal.
V. Os
rescataron a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha.
R. La
sangre será vuestra señal.
SEGUNDA LECTURA
Del Espejo de caridad, del beato Elredo,
abad
(Libro 3, cap. 5: PL 195, 582)
EL AMOR FRATERNO, A IMITACIÓN DE CRISTO
La perfección de la caridad consiste en el amor a los enemigos. A ello nada nos
anima tanto como la consideración de aquella admirable paciencia con que el más
bello de los hombres ofreció su rostro, lleno de hermosura, a los salivazos de
los malvados; sus ojos, cuya mirada gobierna el universo, al velo con que se
los taparon los inicuos; su espalda a los azotes; su cabeza, venerada por los
principados y potestades, a la crueldad de las espinas; toda su persona a los
oprobios e injurias; aquella admirable paciencia, finalmente, con que soportó
la cruz, los clavos, la lanzada, la hiel y el vinagre, todo ello con dulzura,
con mansedumbre, con serenidad. En resumen, como cordero llevado al matadero,
como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
¿Quién, al oír aquellas palabras, llenas de dulzura, de amor, de inmutable serenidad:
Padre, perdónalos, no se decide al momento a amar de corazón a sus enemigos?
Padre —dice—, perdónalos. ¿Puede haber una oración que exprese mayor
mansedumbre y amor?
Hizo más aún: le pareció poco orar; quiso también excusar. «Padre -dijo-, perdónalos,
porque no saben lo que hacen. Su pecado ciertamente es muy grande, pero su
conocimiento de causa muy pequeño; por eso, Padre, perdónalos. Me crucifican,
es verdad, pero no saben a quién crucifican, porque, si lo hubieran conocido,
nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria; por eso, Padre, perdónalos.
Ellos me creen un transgresor de la ley, un usurpador de la divinidad, un
seductor del pueblo. Les he ocultado mi faz, no han conocido mi majestad; por
eso, Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»
Por tanto, que el amor del hombre a sí mismo no se deje corromper por las
apetencias de la carne. Para no sucumbir a ellas, que tienda con todo su afecto
a la mansedumbre de la carne del Señor. Más aún, para que repose de un modo más
perfecto y suave en el gozo del amor fraterno, que estreche también a sus
enemigos con los brazos de un amor verdadero.
Y, para que este fuego divino no se enfríe por el impacto de las injurias, que
mire siempre, con los ojos de su espíritu, la serena paciencia de su amado
Señor y Salvador.
RESPONSORIO Is 53, 12;
Lc 23, 34
R. Se
entregó a sí mismo a la muerte y fue contado entre los malhechores; * él tomó sobre sí el pecado de las
multitudes e intercedió por los pecadores.
V. Jesús
decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»
R. El
tomó sobre sí el pecado de las multitudes e intercedió por los pecadores.
*Lecturas del Viernes de la 1ª
semana de Cuaresma*
Viernes, 11 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,20-26)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no
entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de
juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su
hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que
comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la
“gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas
allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante
el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a
presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía
de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en
la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el
último céntimo».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Si vuestra virtud no es superior a la de los escribas y fariseos,
no entraréis en el reino de los cielos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si vuestra virtud no es superior a la de los escribas y fariseos,
no entraréis en el reino de los cielos.
PRECES
Demos gracias a Cristo, el Señor, que al morir en cruz nos dio la
vida, y digámosle con fe:
Tú que por nosotros moriste, escúchanos, Señor.
Maestro y Salvador nuestro, tú que nos revelaste con tu palabra el designio de
Dios y nos renovaste con tu gloriosa pasión,
no permitas que nuestros días transcurran entre vicios y pecados.
Que sepamos, Señor, mortificarnos hoy al tomar los manjares del cuerpo,
para ayudar con nuestra abstinencia a los hambrientos y necesitados.
Que vivamos santamente este día de penitencia cuaresmal
y lo consagremos a tu servicio mediante obras de misericordia.
Sana, Señor, nuestras voluntades rebeldes
y llénanos de tu gracia y de tus dones.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Que el Espíritu que habita en nosotros y nos une en su amor nos ayude a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, haz que tu pueblo vaya penetrando debidamente el sentido de
la Cuaresma y se prepare así a las fiestas pascuales, para que la penitencia
corporal, propia de este tiempo, sirva para la renovación espiritual de todos
tus fieles. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: MUERE LA VIDA Y VIVO YO SIN VIDA.
Muere la vida y vivo yo sin vida
ofendiendo la vida de mi muerte;
sangre divina de las venas vierte
y mi diamante su dureza olvida.
Está la majestad de Dios tendida
en una dura cruz, y yo de suerte
que soy de sus dolores el más fuerte
y de su cuerpo la mayor herida.
¡Oh duro corazón de mármol frío!
¿Tiene tu Dios abierto el lado izquierdo
y no te vuelves un copioso río?
Morir por él será divino acuerdo,
mas eres tú mi vida, Cristo mío,
y, como no la tengo, no la pierdo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Salmo 40 - ORACIÓN DE UN ENFERMO
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»
Mis enemigos me desean lo peor;
«A ver si se muere y se acaba su apellido.»
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»
Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Ant 2. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el
Dios de Jacob.
Salmo 45 - DIOS, REFUGIO Y FORTALEZA DE SU PUEBLO
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el
Dios de Jacob.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento,
Señor.
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento,
Señor.
LECTURA BREVE St 5, 16. 19-20
Confesaos mutuamente vuestros pecados y rogad unos por otros, para alcanzar
vuestra curación, pues la oración ferviente del justo tiene gran eficacia.
Hermanos, si alguno de entre vosotros se desvía de la verdad y otro logra
convertirlo, sepa que quien convierte a un pecador de su camino equivocado
salvará su alma de la muerte y cubrirá la multitud de sus pecados.
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas que un hermano tuyo
tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar, y ve primero a reconciliarte
con tu hermano; vuelve luego y presenta tu ofrenda.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas que un hermano tuyo
tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar, y ve primero a
reconciliarte con tu hermano; vuelve luego y presenta tu ofrenda.
PRECES
Oremos a Jesús, el Señor, que santificó por su propia sangre al
pueblo, y digámosle:
Compadécete, Señor, de tu pueblo.
Redentor nuestro, por tu pasión, concede a tus fieles la fuerza necesaria para
mortificar sus cuerpos, ayúdalos en su lucha contra el mal y fortalece su
esperanza,
para que se dispongan a celebrar santamente tu resurrección.
Haz que los cristianos cumplan con su misión profética anunciando al mundo tu
Evangelio
y dando testimonio de él por su fe, esperanza y caridad.
Conforta, Señor, a los que están tristes,
y otórganos a nosotros el poder consolar a nuestros hermanos.
Haz que tus fieles aprendan a participar en tu pasión con sus propios
sufrimientos,
para que sus vidas manifiesten tu salvación a los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que eres autor de la vida, acuérdate de los difuntos
y dales parte en tu gloriosa resurrección.
Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, haz que tu pueblo vaya penetrando debidamente el sentido de
la Cuaresma y se prepare así a las fiestas pascuales, para que la penitencia
corporal, propia de este tiempo, sirva para la renovación espiritual de todos
tus fieles. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.