Musica Para el Alma
domingo, 2 de octubre de 2022
LUCAS 10,38-42 CICLO C
*Lecturas del Martes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 4 de octubre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,
38-42)*
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió
en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del
Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el
servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me
haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas
cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la
quitarán.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(En
aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en
su casa).
*Me hago una pregunta ¿se sentirá a gusto el Señor
en mi casa? Pienso que el Señor ya se enteró que paso mucho tiempo afanándome,
por cosas que no tienen nada que ver con él. Él quiere que elija la parte que
no mesera quitada, esa partes es, escuchar su palabra, porque su palabra me une
al Padre y a él. Y atreves de la escucha de la palabra puedo ser liberado
de todas esclavitudes. El Señor, quiere enseñarme como debo tener mi casa
limpia y organizada para recibirle; y que él pueda estar a gusto junto a
mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MARTES 4 SAN FRANCISCO DE ASIS
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*SAN FRANCISCO DE ASÍS. (MEMORIA)*
Nació en Asís el año 1182; después de una juventud frívola, se
convirtió, renunció a los bienes paternos y se entregó de lleno a Dios. Abrazó
la pobreza y vivió una vida evangélica, predicando a todos el amor de Dios. Dio
a sus seguidores unas sabias normas, que luego fueron aprobadas por la Santa
Sede. Inició también una nueva orden de monjas y un grupo de penitentes que
vivían en el mundo, así como la predicación entre los infieles. Murió el año
1226.
TIEMPO ORDINARIO
MARTES
DE LA SEMANA III
De la Feria. Salterio III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Himno: GRACIAS, SEÑOR POR EL DÍA
Gracias, Señor, por el día,
por tu mensaje de amor
que nos das en cada flor;
por esta luz de alegría,
te doy las gracias, Señor.
Gracias, Señor, por la espina
que encontraré en el sendero,
donde marcho pregonero
de tu esperanza divina;
gracias, por ser compañero.
Gracias, Señor, porque dejas
que abrase tu amor mi ser,
porque haces aparecer
tus flores a mis abejas,
tan sedientas de beber.
Gracias por este camino,
donde caigo y me levanto,
donde te entrego mi canto
mientras marcho peregrino,
Señor, a tu monte santo.
Gracias, Señor, por la luz
que ilumina mi existir;
por este dulce dormir
que me devuelve a tu cruz.
¡Gracias, Señor, por vivir! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu
pueblo.
Salmo 84 - NUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, has sido bueno con tu
tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Ant 2. Mi alma te ansía de noche, Señor;
mi espíritu madruga por ti.
Cántico: HIMNO DESPUÉS DE LA VICTORIA SOBRE EL ENEMIGO Is 26, 1-4.
7-9. 12
Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:
La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.
Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor;
mi espíritu madruga por ti.
Ant 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
LECTURA BREVE 1Jn 4, 14-15
Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para
ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en él y él en Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Voy a escuchar lo que dice el Señor.
R. Dios anuncia la paz a su pueblo.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Ben Sirá
3, 1-18
DEBERES DE LOS HIJOS PARA
CON SUS PADRES
Hijos míos, escuchad a vuestro padre, obrad como os digo, y os salvaréis. Dios
hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre
sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su
madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y,
cuando rece, será escuchado; el que respeta a su madre tendrá larga vida, al
que honra a su madre el Señor lo escucha; el que teme al Señor honra a los
padres y sirve a sus padres como a señores.
Hijo mío, en palabra y obra honra a tu padre, y vendrán sobre ti toda clase de
bendiciones; la bendición del padre hace echar raíces, la maldición de la madre
arranca lo plantado. No busques honra en la humillación de tu padre, porque no
sacarás honra de ella; la honra de un hombre es la honra de su padre, y la
deshonra de la madre es vergüenza de los hijos.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas;
aunque haya perdido la cabeza, ten indulgencia, no lo abochornes mientras
vivas. El servicio hecho al padre no se olvidará, será tenido en cuenta para
pagar tus pecados; el día del peligro el Señor se acordará de ti y deshará tus
pecados como el calor disuelve la escarcha. Quien desprecia a su padre es un
blasfemo, quien insulta a su madre irrita a su Creador.
RESPONSORIO
Lc 2, 51. 52
R. Jesús bajó a Nazaret con sus
padres, * y vivía sumiso a ellos.
V. Fue progresando en perfección
intelectual y física, y en gracia ante Dios y ante los hombres.
R. Y vivía sumiso a ellos.
SEGUNDA LECTURA
De las Cartas
de san Francisco de Asís, dirigidas a todos los fieles
(Opúsculos,
edición Quaracchi [Florencia], 1949, 87-94)
DEBEMOS SER
SENCILLOS, HUMILDES Y PUROS
La venida al mundo del Verbo del Padre, tan digno, tan santo y tan
glorioso, fue anunciada por el Padre altísimo, por boca de su santo arcángel
Gabriel, a la santa y gloriosa Virgen María, de cuyo seno recibió una auténtica
naturaleza humana, frágil como la nuestra. Él, siendo rico sobre toda
ponderación, quiso elegir la pobreza, junto con su santísima madre. Y, al
acercarse su pasión, celebró la Pascua con sus discípulos. Luego oró al Padre,
diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mi este cáliz.
Sin embargo, sometió su voluntad a la del Padre. Y la voluntad del
Padre fue que su Hijo bendito y glorioso, a quien entregó por nosotros y que
nació por nosotros, se ofreciese a sí mismo como sacrificio y víctima en el ara
de la cruz, con su propia sangre, no por sí mismo, por quien han sido hechas
todas las cosas, sino por nuestros pecados, dejándonos un ejemplo para que
sigamos sus huellas. Y quiere que todos nos salvemos por él y lo recibamos con
puro corazón y cuerpo casto.
¡Qué dichosos y benditos son los que aman al Señor y cumplen lo
que dice el mismo Señor en el Evangelio: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón y con toda tu alma y a tu prójimo como a ti mismo! Amemos, pues, a Dios
y adoremoslo con puro corazón y con mente pura, ya que él nos hace saber cuál
es su mayor deseo, cuando dice: Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad. Porque todos los que lo adoran deben adorarlo en espíritu
y en verdad. Y dirijámosle, día y noche, nuestra alabanza y oración, diciendo:
Padre nuestro, que estás en el cielo; porque debemos orar siempre y no
desfallecer jamás.
Procuremos, además, dar frutos de verdadero arrepentimiento. Y
amemos al prójimo como a nosotros mismos. Tengamos caridad y humildad y demos
limosna, ya que ésta lava las almas de la inmundicia del pecado. En efecto, los
hombres pierden todo lo que dejan en este mundo; tan sólo se llevan consigo el
premio de su caridad y las limosnas que practicaron, por las cuales recibirán
del Señor la recompensa y una digna remuneración.
No debemos ser sabios y prudentes según la carne, sino más bien
sencillos, humildes y puros. Nunca debemos desear estar por encima de los
demás, sino, al contrarío, debemos, a ejemplo del Señor, vivir como servidores
y sumisos a toda humana creatura, movidos por el amor de Dios. El Espíritu del
Señor reposará sobre los que así obren y perseveren hasta el fin, y los
convertirá en el lugar de su estancia y su morada, y serán hijos del Padre
celestial, cuyas obras imitan; ellos son los esposos, los hermanos y las madres
de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO
Mt 5, 3-4. 6
R. Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de
los cielos . * Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
V. Dichosos los que tienen hambre y sed de ser justos, porque
ellos quedarán saciados.
R. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
*Lecturas del Martes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 4 de octubre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,
38-42)*
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió
en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del
Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el
servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me
haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas
cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la
quitarán.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había
predicho por boca de sus santos profetas.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nos ha suscitado el Señor una
fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.
PRECES
Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la
nueva alianza, y digámosle suplicantes:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.
Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el
comienzo de este día,
y haz que no deje nunca de glorificarte.
Que nunca, Señor, quedemos confundidos
los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.
Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra,
ya que sin ti nada podemos hacer.
Acuérdate de los pobres y desvalidos;
que este día que comienza les traiga solaz y alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al
Padre que a todos llegue el reino de su Hijo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo
lo creado; haz que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos
nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: COMO EL NIÑO QUE NO SABE DORMIRSE
Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos, al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura
sabiendo que eres tú quien nos aguarda.
Tú endulzarás mi última amargura,
tú aliviarás el último cansancio,
tú cuidarás los sueños de la noche,
tú borrarás las huellas de mi llanto.
Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor rodea a su pueblo.
Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor rodea a su pueblo.
Ant 2. Si no volvéis a ser como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN LOS BRAZOS DE DIOS
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si no volvéis a ser como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA BREVE Rm 12, 9-12
Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto
a caridad fraterna, amaos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua
estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo,
sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres;
estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador.
PRECES
Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo:
Escúchanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu
Hijo;
haz que por él crezcamos en todo conocimiento.
En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan;
dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y
obrar.
Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti
procede,
haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.
Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas,
da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que nos has prometido la resurrección en el último día,
no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre
común:
Padre nuestro...
ORACION
Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y
descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda seremos salvados ahora
y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 4 DE OCTUBRE 2022
*Lecturas del Martes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 4 de octubre de 2022
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol Pablo a los Gálatas
(1,13-24):
Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía
a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos
de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis
antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me
llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara
a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a
ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a
Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y
me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a
Santiago, el pariente del Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que os
escribo. Fui después a Siria y a Cilicia. Las Iglesias cristianas de Judea no
me conocían personalmente; sólo habían oído decir que el antiguo perseguidor
predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, y alababan a Dios por causa
mía.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 138
R/. Guíame, Señor, por el camino eterno
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras. R/.
Conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
*Lecturas del Martes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 4 de octubre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,
38-42)*
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió
en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del
Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el
servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me
haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas
cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la
quitarán.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(En
aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en
su casa).
*Me hago una pregunta ¿se sentirá a gusto el Señor
en mi casa? Pienso que el Señor ya se enteró que paso mucho tiempo afanándome,
por cosas que no tienen nada que ver con él. Él quiere que elija la parte que
no mesera quitada, esa partes es, escuchar su palabra, porque su palabra me une
al Padre y a él. Y atreves de la escucha de la palabra puedo ser liberado
de todas esclavitudes. El Señor, quiere enseñarme como debo tener mi casa
limpia y organizada para recibirle; y que él pueda estar a gusto junto a
mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LUCAS 10,25-37 CICLO C
*Lecturas del Lunes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 3
de octubre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(10,25-37)*
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo
a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma
y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.»
Él le dijo: «Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.»
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y quién
es mi prójimo?»
Jesús dijo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos
bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo
medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo,
dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel
sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de
viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le
vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia
cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos
denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes
de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se
portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?»
Él contestó: «El que practicó la misericordia con él.»
Díjole Jesús: «Anda, haz tú lo mismo.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(« ¿Quién
es mi prójimo? »).
*El Señor quiere que mis ojos se fijen con atención,
con sinceridad y con amor; allí donde pienso que no hay nada que buscar, que no
tengo nada que aprender y que muchas veces rechazo. La buena noticia para mi es
que, el Señor me da la oportunidad de ver, que siempre hay algo que puedo
aprender, de esas personas que rechazo, por la razón que sea, porque el Señor a
mí no me rechaza; y tengo cosas malas, defectos, mañas y vivo así dentro de las
personas. El Señor, de un modo especial me invita a descubrir que también el
amor está en medio de aquellas personas que rechazo*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 3
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
LUNES
DE LA SEMANA III
De la Feria. Salterio III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Entremos a la presencia del Señor
dándole gracias.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entremos a la presencia del Señor
dándole gracias.
Himno: ERES LA LUZ Y SIEMBRAS CLARIDADES
Eres la luz y siembras claridades;
abres los anchos cielos que sostienen,
como un pilar, los brazos de tu Padre.
Arrebatada en rojos torbellinos,
el alba apaga estrellas lejanísimas;
la tierra se estremece de rocío.
Mientras la noche cede y se disuelve,
la estrella matinal, signo de Cristo,
levanta el nuevo día y lo establece.
Eres la luz total, Día del Día,
el Uno en todo, el Trino todo en Uno:
¡gloria a tu misteriosa teofanía! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
Salmo 83 - AÑORANZA DEL TEMPLO
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
se alegran por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:
cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de altura en altura
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Un solo día en tu casa
vale más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosos los que viven en tu casa,
Señor.
Ant 2. Venid, subamos al monte del Señor.
Cántico: EL MONTE DE LA CASA DEL SEÑOR EN LA CIMA DE LOS MONTES Is
2, 2-5
Al final de los días estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán : «Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob:
Él nos instruirá en sus caminos,
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la Ley,
de Jerusalén la palabra del Señor.»
Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven;
caminemos a la luz del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, subamos al monte del Señor.
Ant 3. Cantad al Señor, bendecid su
nombre.
Salmo 95 - EL SEÑOR, REY Y JUEZ DEL MUNDO.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.»
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cantad al Señor, bendecid su
nombre.
LECTURA BREVE St 2, 12-13
Hablad y actuad como quienes han de ser juzgados por una ley de libertad. Pues
habrá un juicio sin misericordia para quien no practicó misericordia; pero la
misericordia triunfa sobre el juicio.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendito el Señor ahora y por siempre.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
V. Solo él hizo maravillas.
R. Ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
V. Escucha, pueblo mío, que
voy a hablarte.
R. Yo, el Señor, tu Dios.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Ben Sirá 2, 1-23
PACIENCIA EN LA TENTACIÓN
Hijo mío, cuando te acerques
al temor de Dios, prepárate para las pruebas; mantén el corazón firme, sé
valiente, no te asustes en el momento de la prueba; pégate a él, no lo
abandones, y al final serás enaltecido. Acepta cuanto te suceda, aguanta
enfermedad y pobreza: porque el oro se acrisola en el fuego, y el hombre que
Dios ama, en el horno de la pobreza. Confía en Dios, que él te ayudará; espera
en él, y te allanará el camino.
Los que teméis al Señor,
esperad en su misericordia, y no os apartéis, para no caer; los que teméis al
Señor, confiad en él, que no retendrá vuestro salario hasta mañana; los que
teméis al Señor, esperad bienes, gozo perpetuo y salvación. Fijaos en las
generaciones pretéritas: ¿quién confió en el Señor, y quedó defraudado?, ¿quién
esperó en él, y quedó abandonado?, ¿quién gritó a él, y no fue escuchado?
Porque el Señor es clemente y misericordioso, perdona el pecado y salva del
peligro.
Ay del corazón cobarde, de
las manos inertes; ay del hombre que va por dos caminos; ay del corazón que no
confía, porque no alcanzará protección; ay de los que abandonáis la esperanza,
¿qué haréis cuando venga a tomar cuentas el Señor?
Los que temen al Señor no
desobedecen sus palabras; los que lo aman siguen sus caminos. Los que temen
ofenderlo buscan lo que es de su agrado; los que lo aman cumplen la ley; los
que temen al Señor disponen el corazón y se humillan delante de él.
Entreguémonos en manos de Dios y no en manos de hombre, pues como es su grandeza
así es su misericordia.
RESPONSORIO
Cf. Sir 2, 10. 11; Sal 33, 6
R. Los que teméis al Señor,
confiad en él, y vuestros corazones se llenarán de luz; fijaos en las
generaciones pretéritas: * ¿quién confió en el Señor, y quedó defraudado?
V. Contempladlo y quedaréis
radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
R. ¿Quién confió en el
Señor, y quedó defraudado?
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado de san Ambrosio, obispo, Sobre Caín y Abel
(Libro 1, 9, 34. 38-39: CSEL 32, 369. 371-372)
HAY QUE ORAR ESPECIALMENTE POR TODO EL CUERPO DE LA IGLESIA
Ofrece a Dios un sacrificio
de alabanza, cumple tus votos al Altísimo. Alabar a Dios es lo mismo que hacer
votos y cumplirlos. Por eso se nos dio a todos como modelo aquel samaritano
que, al verse curado de la lepra juntamente con los otros nueve leprosos que
obedecieron la palabra del Señor, volvió de nuevo al encuentro de Cristo y fue
el único que glorificó a Dios, dándole gracias. De él dijo Jesús: No ha vuelto
ninguno a dar gloria a Dios, sino este extranjero. Levántate -le dijo- y vete;
tu fe te ha salvado.
Con esto el Señor Jesús en
su enseñanza divina te mostró, por una parte, la bondad de Dios Padre y, por
otra, te insinuó la conveniencia de orar con intensidad y frecuencia: te mostró
la bondad del Padre haciéndote ver cómo se complace en darnos sus bienes para
que con ello aprendas a pedir bienes al que es el mismo bien; te mostró la
conveniencia de orar con intensidad y frecuencia no para que tú repitas sin
cesar y mecánicamente fórmulas de oración, sino para que adquieras el espíritu
de orar asiduamente. Porque con frecuencia las largas oraciones van acompañadas
de vanagloria y la oración continuamente interrumpida tiene como compañera la
desidia.
Luego te amonesta también el
Señor a que pongas el máximo interés en perdonar a los demás cuando tú pides
perdón de tus propias culpas; con ello tu oración se hace recomendable por tus
obras. El Apóstol afirma, además, que se ha de orar alejando primero las
controversias y la ira, para que así la oración se vea acompañada de la paz del
espíritu y no se entremezcle con sentimientos ajenos a la plegaria. Además,
también se nos enseña que conviene orar en todas partes: así lo afirma el
Salvador cuando dice, hablando de la oración: Entra en tu aposento.
Pero, entiéndelo bien, no se
trata de un aposento rodeado de paredes, en el cual tu cuerpo se encuentra como
encerrado, sino más bien de aquella habitación que hay en tu mismo interior, en
la cual habitan tus pensamientos y moran tus deseos. Este aposento para la
oración va contigo a todas partes, y en todo lugar donde te encuentres continúa
siendo un lugar secreto, cuyo solo y único árbitro es Dios.
Se te dice también que has
de orar especialmente por el pueblo de Dios, es decir, por todo el cuerpo, por
todos los miembros de tu madre la Iglesia, que viene a ser como un sacramento
del amor mutuo. Si sólo ruegas por ti, también tú serás el único que suplica
por ti. Y si todos ruegan solamente por sí mismos, la gracia que obtendrá el
pecador será, sin duda, menor que la que obtendría del conjunto de los que
interceden si éstos fueran muchos. Pero, si todos ruegan por todos, habrá que
decir también que todos ruegan por cada uno.
Concluyamos, por tanto,
diciendo que, si oras solamente por ti, serás, como ya hemos dicho, el único
intercesor en favor tuyo. En cambio, si tú oras por todos, también la oración
de todos te aprovechará a ti, pues tú formas también parte del todo. De esta
manera obtendrás una gran recompensa, pues la oración de cada miembro del pueblo
se enriquecerá con la oración de todos los demás miembros. En lo cual no existe
ninguna arrogancia, sino una mayor humildad y un fruto más abundante.
RESPONSORIO
Sal 60, 2-3. 6
R. Dios mío, escucha mi
clamor, atiende a mi súplica; * te invoco desde el confín de la tierra.
V. Porque tú, ¡oh Dios!,
escucharás mis deseos y me darás la heredad de los que veneran tu nombre.
R. Te invoco desde el confín
de la tierra.
*Lecturas del Lunes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 3
de octubre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(10,25-37)*
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para
ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma
y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.»
Él le dijo: «Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.»
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y quién
es mi prójimo?»
Jesús dijo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos
bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo
medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo,
dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel
sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de
viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le
vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia
cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos
denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes
de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se
portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?»
Él contestó: «El que practicó la misericordia con él.»
Díjole Jesús: «Anda, haz tú lo mismo.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
PRECES
Invoquemos a Dios, que puso en el mundo a los hombres para que
trabajasen concordes para su gloria, y digámosle:
Haz, Señor, que te glorifiquemos.
Te bendecimos, Señor, creador del universo, porque has conservado nuestra vida
hasta el día de hoy;
Haz que en toda nuestra jornada te alabemos y te bendigamos.
Míranos benigno, Señor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana;
haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra.
Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos,
y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos.
A nosotros y a todos los que hoy entrarán en contacto con nosotros,
concédenos el gozo y la paz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos
confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, rey de cielos y tierra, dirige y santifica en este día
nuestros cuerpos y nuestros corazones, nuestros sentidos, palabras y acciones,
según tu ley y tus mandatos; para que, con tu auxilio, podamos ofrecerte hoy en
todas nuestras actividades un sacrificio de alabanza grato a tus ojos. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: LANGUIDECE, SEÑOR, LA LUZ DEL DÍA.
Languidece, Señor, la luz del día
que alumbra la tarea de los hombres;
mantén, Señor, mi lámpara encendida,
claridad de mis días y mis noches.
Confío en ti, Señor, alcázar mío,
me guíen en la noche tus estrellas,
alejas con su luz mis enemigos,
yo sé que mientras duermo no me dejas.
Dichosos los que viven en tu casa
gozando de tu amor ya para siempre,
dichosos los que llevan la esperanza
de llegar a tu casa para verte.
Que sea de tu Día luz y prenda
este día en el trabajo ya vivido,
recibe amablemente mi tarea,
protégeme en la noche del camino.
Acoge, Padre nuestro, la alabanza
de nuestro sacrificio vespertino,
que todo de tu amor es don y gracia
en el Hijo Señor y el Santo Espíritu. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.
Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestros ojos están fijos en el
Señor, esperando su misericordia.
Ant 2. Nuestro auxilio es el nombre del
Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestro auxilio es el nombre del
Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Ant 3. Dios nos ha destinado en la persona
de Cristo a ser sus hijos.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios nos ha destinado en la persona
de Cristo a ser sus hijos.
LECTURA BREVE St 4, 11-13a
No habléis mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano, o juzga
a un hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si juzgas a la ley no
eres cumplidor de la ley, sino su juez. Uno es el legislador y juez: el que
puede salvar o perder. Pero tú, ¿quién eres para juzgar al prójimo?
RESPONSORIO BREVE
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Porque he pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi
humillación.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclama mi alma la grandeza del
Señor, porque Dios ha mirado mi humillación.
PRECES
Cristo quiere que todos los hombres alcancen la salvación.
Digámosle, pues, confiadamente:
Atrae, Señor, a todos hacia ti.
Te bendecimos, Señor, porque nos has redimido con tu preciosa sangre de la
esclavitud del pecado;
haz que participemos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Ayuda con tu gracia a nuestro obispo N. y
a todos los obispos de la Iglesia,
para que con gozo y fervor sirvan a tu pueblo.
Que todos los que consagran su vida a la investigación de la verdad logren
encontrarla
y que, habiéndola encontrado, se esfuercen por difundirla entre sus hermanos.
Atiende, Señor, a los huérfanos, a las viudas y a los que viven abandonados;
ayúdalos en sus necesidades para que experimenten tu solicitud hacia ellos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusalén
celestial,
allí donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, serás todo en todos.
Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, tú que con razón eres llamado luz indeficiente, ilumina
nuestro espíritu en esta hora vespertina, y dígnate perdonar benignamente
nuestras faltas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.