Musica Para el Alma

martes, 16 de marzo de 2021

GOTAS DE MISERICORDIA


 

EVANGELIO DE JUAN 5,17-30 CICLO B


 

Miércoles, 17 de marzo de 2021

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Juan (5,17-30)*

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».
Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.
Jesús tomó la palabra y les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro.
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.
En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán.
Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio.
Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».

Palabra del Señor


(
«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo»).

 

*Hoy siento una gran esperanza, puedo ver la pedagogía del Señor, para mostrarme la unidad de él y del Padre. Es impresionante como me hace saber que no debo hacer nada por mi cuenta, que ahí está el, y también ha puesto personas cercanas a mí con el don de su espíritu santo, para que les consulte, mis dificultades. Puede ser que por mis dificultades no pueda ver los planes del Señor. Y si hago lo que le gusta al padre, el Padre me amara, y hará obra en mí que me dejara asombrado. Y una obra será; el poder orar por las personas, que me cuesta hasta mencionar sus nombres. Y otra obra será, el poder perdonar*.  

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

EL ÁNGELUS


 El Ángelus

 

V/. El ángel del Señor anunció a María.

R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

Dios te salve, María…

 

V/. He aquí la esclava del Señor.

R/. Hágase en mí según tu palabra.

Dios te salve, María…

 

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.

R/. Y habitó entre nosotros.

Dios te salve, María…

 

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

 

Oración

 

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re­su­rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

 

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

 

*El que Desea y Quiere amar, con el corazón según El Señor: llegará a ser, Santo*

 

 

 

 

EL SANTO ROSARIO

.Misterios Gloriosos (MIERCOLES Y DOMINGOS)

.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…

.1º La Resurrección del Señor (MATEO  28,1-10)

.2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (HECHOS 1,3-11)

.3º La Venida del Espíritu Santo (HECHOS  2,1-13)

4º La Asunción de Nuestra Señora (De la Constitución Apostólica Deus del papa Pío XXII )

.5º La Coronación de Nuestra Señora, como Reina de cielo y tierra. (Constitución Dogmática Sobre la Iglesia. Lumen Gentium 59)

.

Oremos:

Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

Misterios Gozosos (LUNES Y SABADOS)

 

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…

.1º La Encarnación del Hijo de Dios. (Lc 1, 26-38)

 2º La Visitación de María a su prima Isabel. (Lc 1, 39-56)

 3º El Nacimiento del niño Dios.  (Lc 2, 1-20)

 4º Presentación del Niño en el Templo. (Lc 2,21-35)

 5º El niño perdido y hallado en el templo. (Lc 2,41-52)

 

.Oremos:  

Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

.Misterios Dolorosos (MARTES Y VIERNES)

 

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…

.1º La oración del huerto. (LUCAS  22,39-46)

.2º La Flagelación de nuestro Señor. (Jn 18,33-19,1)

.3º La Coronación de espinas. (MARCOS 15,16-20)

.4º Jesús con la Cruz a cuestas. (LUCAS  23,26-32)

.5º La Crucifixión y muerte. (MARCOS 15,22-39)

 

Oremos:

Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

 

.Misterios Luminosos (JUEVES)

.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…

.1º El Bautismo del Señor (MATEO  3, 13-17)  

.2º La Boda de Caná (JUAN  2,1-11)

.3º La Proclamación del Reino de Dios (MARCOS  1, 14-15)

.4º La Transfiguración (MATEO  17,1-5)

.5º La Institución de la Eucaristía (MATEO  26, 26-28)

.

Oremos:  

Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 

LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL MIÉRCOLES 17. SAN PATRICIO


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

*San Patricio*

 

Laudes - SAN PATRICIO, OBISPO 2021

 

Nacido en Gran Bretaña hacia el 385, muy joven fue llevado cautivo a Irlanda, y obligado a guardar ovejas. Recobrada la libertad, abrazó el estado clerical y fue consagrado obispo de Irlanda, desplegando extraordinarias dotes de evangelizador, y convirtiendo a la fe a numerosas gentes, entre las que organizó la Iglesia. Murió el año 461, en Down, llamado en su honor Downpatrik (Irlanda).

 

El siguiente es el formulario que corresponde a laudes de la liturgia de las horas para SAN PATRICIO, OBISPO el día de miércoles, 17 de marzo de 2021.

 

Invitatorio

 

V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

 

Antifona: Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo.

 

Invitación a la alabanza divina

 

Animaos los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy». (Hb 3,13)

 

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

(Se repite la antífona)

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

(Se repite la antífona)

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

(Se repite la antífona)

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

(Se repite la antífona)

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
“Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso.”»

(Se repite la antífona)

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

(Se repite la antífona)

 

Laudes

 

Himno

 

Este es el día del Señor.
Este es el tiempo de la misericordia.
Delante de tus ojos
ya no enrojeceremos
a causa del antiguo
pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo
el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde
de corazón sincero.
En medio de las gentes
nos guardas como un resto
para cantar tus obras
y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva
para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe,
según tu Primogénito.
Caerán los opresores
y exultarán los siervos;
los hijos del oprobio
serán tus herederos.
Señalarás entonces
el día del regreso
para los que comían
su pan en el destierro.
¡Exulten mis entrañas!
¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor que es justo
revoca sus decretos.
La salvación se anuncia
donde acechó el infierno,
porque el Señor habita
en medio de su pueblo.

 

Salmodia

 

Antífona 1: Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

 

Salmo 62, 2-9

El alma sedienta de Dios

 

Madruga por Dios todo el que rechaza las obras de las tinieblas.

 

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.

Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

 

Antífona 2: Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre.

 

Dn 3,57-88.56

Toda la creación alabe al Señor

 

Alabad al Señor, sus siervos todos. (Ap 19,5)

 

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor;
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

 

Antífona 3: La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo.

 

Salmo 149

Alegría de los santos

 

Los hijos de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, se alegran por su Rey, Cristo, el Señor. (Hesiquio)

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

 

Lectura Breve

Hb 13, 7-9a

Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e ¡mitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. No os dejéis arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas.

 

Responsorio Breve

 

V. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
V. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.
R. He colocado centinelas.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.

 

 

V. Oirás de mi boca una palabra.
R. Y les advertirás de mi parte.

 

Lecturas

 

Primera Lectura

 

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 1-13. 19-20

 

RECORDAD NUESTROS ESFUERZOS Y FATIGAS

 

Sabéis muy bien, hermanos, que vuestra visita no fue inútil.
A pesar de los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos, que ya conocéis, tuvimos valor –apoyados en nuestro Dios– para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos no para contentar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestras intenciones. Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada.


Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente; por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor. Recordad si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios.


Vosotros sois testigos, y Dios también, de lo leal, recto e irreprochable que fue nuestro proceder con vosotros, los creyentes; sabéis perfectamente que tratamos con cada uno de vosotros personalmente, como un padre, con sus hijos, animándoos con tono suave y enérgico a vivir como se merece Dios, que os ha llamado a su reino y gloria.


Esa es la razón por la que no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en nosotros, los creyentes.


Al fin y al cabo, ¿quién sino vosotros será nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestra honrosa corona ante nuestro Señor Jesús cuando venga? Sí, nuestra gloria y alegría sois vosotros.

 

Cf. Hch 20, 28; 1 Co 4, 2

 

R. Tened cuidado del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, * como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con la sangre de su Hijo.
V. En un administrador lo que se busca es que sea fiel.
R. Como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con la sangre de su Hijo.

 

Segunda Lectura

 

De la Confesión de san Patricio, obispo
(Caps. 14-16: PL 53, 808-809)

MUCHOS PUEBLOS RENACIERON A DIOS POR MÍ

 

Sin cesar doy gracias a Dios que me mantuvo fiel en el día de la prueba. Gracias a él puedo hoy ofrecer con toda confianza a Cristo, quien me liberó de todas mis tribulaciones, el sacrificio de mi propia alma como víctima viva, y puedo decir: ¿Quién soy yo, y cuál es la excelencia de mi vocación, Señor, que me has revestido de tanta gracia divina? Tú me has concedido exultar de gozo entre los gentiles y proclamar por todas partes tu nombre, lo mismo en la prosperidad que en la adversidad. Tú me has hecho comprender que cuanto me sucede, lo mismo bueno que malo, he de recibirlo con idéntica disposición, dando gracias a Dios que me otorgó esta fe inconmovible y que constantemente me escucha. Tú has concedido a este ignorante el poder realizar en estos tiempos esta obra tan piadosa y maravillosa, imitando a aquellos de los que el Señor predijo que anunciarían su Evangelio para que llegue a oídos de todos los pueblos. ¿De dónde me vino después este don tan grande y tan saludable: conocer y amar a Dios, perder a mi patria y a mis padres y llegar a esta gente de Irlanda, para predicarles el Evangelio, sufrir ultrajes de parte de los incrédulos, ser despreciado como extranjero, sufrir innumerables persecuciones hasta ser encarcelado y verme privado de mi condición de hombre libre, por el bien de los demás? Si Dios me juzga digno de ello, estoy dispuesto a dar mi vida gustoso y sin vacilar por su nombre, gastándola hasta la muerte. Mucho es lo que debo a Dios, que me concedió gracia tan grande de que muchos pueblos renacieron a Dios por mí. Y después les dio crecimiento y perfección. Y también porque pude ordenar en todos aquellos lugares a los ministros para el servicio del pueblo recién convertido; pueblo que Dios había llamado desde los confines de la tierra, como lo había prometido por los profetas: A ti vendrán los paganos, de los extremos del orbe, diciendo: «Qué engañoso es el legado de nuestros padres, qué vaciedad sin provecho.» Y también: Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.


Allí quiero esperar el cumplimiento de su promesa infalible, como afirma en el Evangelio: Vendrán de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob. Como lo afirma nuestra fe, los creyentes vendrán de todas partes del mundo.

 

Rm 15, 15-16; 1, 9

 

R. Me ha sido otorgada por Dios la gracia de ser ministro de Cristo Jesús para los gentiles, ejerciendo la sagrada tarea de anunciar la Buena Nueva de Dios, * a fin de que el ofrecimiento que se hace de los gentiles a Dios sea aceptado y santificado en el Espíritu Santo.
V. Sirvo a Dios con toda mi alma, anunciando el mensaje evangélico de su Hijo.
R. A fin de que el ofrecimiento que se hace de los gentiles a Dios sea aceptado y santificado en el Espíritu Santo.

 

 

Miércoles, 17 de marzo de 2021

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Juan (5,17-30)*

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».
Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.
Jesús tomó la palabra y les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro.
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.
En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán.
Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio.
Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».

Palabra del Señor

 

Canto Evangélico

 

Antifona: Id y sed los maestros de todas las naciones; bautizadlas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Benedictus Lc 1, 68-79

El Mesías y su precursor

 

+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

 

Preces

 

Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle diciendo:


*Apacienta a tu pueblo, Señor*.


Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores has revelado tu misericordia y tu amor, — haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.


Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo, — no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.


Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas, — haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa.


Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos, — haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.


Aquí se pueden añadir algunas intenciones libres.


Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

 

Padre Nuestro

 

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

 

Oración

 

Oremos:

 

Oh Dios, que elegiste a tu obispo san Patricio para que anunciara tu gloria a los pueblos de Irlanda, concede, por su intercesión y sus méritos, a cuantos se glorían de llamarse cristianos, la gracia de proclamar siempre tus maravillas delante de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

*San Patricio*

 

Por lo que el santo dice de sí mismo, se supone que era de origen romano-bretón. Su padre Calpurnio era diácono y oficial del ejército romano; su madre era familia de San Martín de Tours; su abuelo había sido sacerdote ya que en aquellos tiempos no se había impuesto aún la ley del celibato sacerdotal en todo Occidente.

 

Se afirma que fue alrededor del año 403, a la edad de 16 años, que cayó prisionero de piratas junto con otros jóvenes para ser vendido como esclavo a un pagano del norte de Irlanda llamado Milcho. Lo sirvió cuidando ovejas. Trató de huir varias veces sin éxito.

 

La Divina Providencia aprovechó este tiempo de esclavitud, de rudo trabajo y sufrimiento, para espiritualizarlo, preparándolo para el futuro, ya que el mismo dijo que hasta entonces "aún no conocía al verdadero Dios", queriendo decir que había vivido indiferente a los consejos y advertencias de la Iglesia.

 

Se cree que el lugar de su cautiverio fue en las costas de mayo, al borde del bosque de Fochlad (o Foclut). De ser así, el monte de Crochan Aigli, que fue escenario del famoso ayuno de San Patricio, también fue el lugar donde vivió los tristes años de su juventud.

 

Lo más importante es que para entonces, como él lo dice: "oraba de continuo durante las horas del día y fue así como el amor de Dios y el temor ante su grandeza, crecieron más dentro de mí, al tiempo que se afirmaba mi fe y mi espíritu se conmovía y se inquietaba, de suerte que me sentía impulsado a hacer hasta cien oraciones en el día y, por la noche otras tantas. Con este fin, permanecía solo en los bosques y en las montañas. Y si acaso me quedaba dormido, desde antes de que despuntara el alba me despertaba para orar, en tiempos de neviscas y de heladas, de niebla y de lluvias. Por entonces estaba contento, porque lejos de sentir en mi la tibieza que ahora suele embargarme, el espíritu hervía en mi interior".

 

Después de seis años en tierra de Irlanda y de haber rezado mucho a Dios para que le iluminara sobre su futuro, una noche soñó que una voz le mandaba salir huyendo y llegar hasta el mar, donde un barco lo iba a recibir. Huyendo, caminó más de 300 kilómetros para llegar a la costa. Encontró el barco, pero el capitán se negaba rotundamente a transportarlo. Sus reiteradas peticiones para que le dejasen viajar gratis fueron siempre rechazadas, hasta que al fin, después de mucho orar con fervor, el capitán accedió a llevarlo hasta Francia. La travesía fue aventurada y peligrosa. Después de tres días de tormenta en el mar, tocaron tierra en un lugar deshabitado de la costa, caminaron un mes sin encontrar a nadie y hasta las provisiones se agotaron. Patricio narra esa aventura diciendo:

 

"llegó el día en que el capitán de la nave, angustiado por nuestra situación, me instaba a pedir el auxilio del cielo. '¿Cómo es que nos sucede esto, cristiano? Dijiste que tu Dios era grande y todopoderoso, ¿por qué entonces no le diriges una plegaria por nosotros, que estamos amenazados de morir por hambre? Tal vez no volvamos a ver a un ser humano…' A aquellas súplicas yo respondí francamente: 'Poned toda vuestra confianza y volved vuestros corazones al Señor mi Dios, para quien nada es imposible, a fin de que en este día os envíe vuestro alimento en abundancia y también para los siguientes del viaje, hasta que estéis satisfechos puesto que Él tiene de sobra en todas partes'. Fue entonces cuando vimos cruzar por el camino una piara de cerdos; mis compañeros los persiguieron y mataron a muchos. Ahí nos quedamos dos noches y, cuando todos estuvieron bien satisfechos y hasta los perros que aún sobrevivían, quedaron hartos, reanudamos la caminata. Después de aquella comilona todos mostraban su agradecimiento a Dios y yo me convertí en un ser muy honorable a sus ojos. Desde aquel día tuvimos alimento en abundancia. "Finalmente llegaron a lugar habitado y así Patricio quedó a salvo a la edad de veintidós o veintitrés años y volvió a su casa. Con el tiempo, durante las vigilias de Patricio en los campos, se reanudaron las visiones y, a menudo, oía "las voces de los que moran más allá del bosque Foclut, más allá del mar del oeste y así gritaban todas al mismo tiempo, como si salieran de una sola boca, estas palabras: 'Clamamos a ti, oh joven lleno de virtudes, para que vengas entre nosotros nuevamente' ". "Eternas gracias deben dársele a Dios, agrega, porque al cabo de algunos años el Señor les concedió aquello por lo que clamaban".

 

No hay ninguna certeza respecto al orden de los acontecimientos que se produjeron desde entonces.

 

Los primeros biógrafos del santo dicen que Patricio pasó varios años en Francia antes de realizar su trabajo de evangelización en Irlanda. Existen pruebas firmes de que pasó unos tres años en la isla de Lérins, frente a Canes, y después se radicó en Auxerre durante quince años más. También hay sólidas evidencias de que tenía buenas relaciones personales con el obispo San Germán de Auxerre. Durante este tiempo le ordenaron sacerdote.

 

Algunos historiadores sostienen, que en esa época hizo un viaje a Roma y que, el Papa Celestino I fue quien le envió a Irlanda con una misión especial, ya que su primer enviado Paladio nunca logró cumplir porque a los doce meses de haber partido murió en el norte de Britania. Para realizar esa misión encomendada por el Pontífice, San Germán de Auxerre consagró obispo a Patricio.

 

Puesto que dependemos de datos confusos, legendarios y muchas veces contradictorios, de sus primeros biógrafos, es materialmente imposible obtener detalles del heroico trabajo en las tierras donde había estado cautivo. La tradición afirma que trabajó en el norte, en la región de Slemish, que dicen fue la misma donde Patricio cuidaba el ganado y oraba a Dios cuando era un joven esclavo. Una anécdota que antiguamente la tenía por auténtica en Irlanda relata que cuando el amo se enteró del regreso de Patricio convertido en venerado predicador, se puso tan furioso que prendió fuego a su propia casa, pereciendo en medio de las llamas.

 

Se afirma que, a su arribo a tierras irlandesas, San Patricio permaneció una temporada en Ulster, donde fundó el monasterio de Saúl y que con la energía que lo caracterizaba se propuso la tarea de conquistar el favor del "Gran Rey" Laoghaire, que vivía con su corte en Tara, de la región de Meath.

 

Utilizaba un lenguaje sencillo al evangelizar. Por ejemplo, para explicarles acerca de la Santísima Trinidad, les presentaba la hoja del trébol, diciéndoles que así como esas tres hojitas forman una sola verdadera hoja, así las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, forman un solo Dios verdadero. Todos lo escuchaban con gusto, porque el pueblo lo que deseaba era entender.

 

Vísperas - SAN PATRICIO, OBISPO 2021

 

Nacido en Gran Bretaña hacia el 385, muy joven fue llevado cautivo a Irlanda, y obligado a guardar ovejas. Recobrada la libertad, abrazó el estado clerical y fue consagrado obispo de Irlanda, desplegando extraordinarias dotes de evangelizador, y convirtiendo a la fe a numerosas gentes, entre las que organizó la Iglesia. Murió el año 461, en Down, llamado en su honor Downpatrik (Irlanda).

 

El siguiente es el formulario que corresponde a vísperas de la liturgia de las horas para SAN PATRICIO, OBISPO el día, miércoles, 17 de marzo de 2021.

 

Invitatorio

 

Vísperas

 

Invocación

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno

 

Te damos gracias, Señor,
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo
del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
"¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande;
su caridad, infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Contadle sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo,
el Dios que nos justifica!". Amén.

 

Salmodia

 

Antífona 1: Soy ministro del Evangelio por don de la gracia de Dios.

 

Salmo 14

¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?

 

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.

 

Antífona 2: Administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre.

 

Salmo 111

FELICIDAD DEL JUSTO

 

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.

 

Antífona 3: Mis ovejas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

 

Cántico Ap 15, 3-4

CANTO DE LOS VENCEDORES

 

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

 

Lectura Breve

1 Pe 5, 1-4

 

A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a descubrirse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios a vuestro cargo, gobernándolo, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere, no por sórdida ganancia, sino con generosidad, no como dominadores sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y, cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

 

Responsorio Breve

 

V. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.
V. El que entregó su vida por sus hermanos.
R. El que ora mucho por su pueblo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo.

 

Canto Evangélico

 

Antifona: Vendrán muchos del oriente y del occidente a sentarse a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el banquete del reino de los cielos.

 

Magnificat Lc 1, 46-55

Alegría del alma en el Señor

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

 

Preces

 

Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:


Salva a tu pueblo, Señor.


Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia, — haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.


Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles, — purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los santos.


Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien de sus hermanos, — llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.


Tú que fuiste la heredad de los santos pastores, — no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de ti.


Se pueden añadir algunas intenciones libres.


Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano, — salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.


Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración: Padre nuestro.

 

Padre Nuestro

 

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

 

Oración

 

Oh Dios, que elegiste a tu obispo san Patricio para que anunciara tu gloria a los pueblos de Irlanda, concede, por su intercesión y sus méritos, a cuantos se glorían de llamarse cristianos, la gracia de proclamar siempre tus maravillas delante de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.