Musica Para el Alma
lunes, 3 de junio de 2024
MARCOS 12,18-27 CICLO B
*Lecturas miércoles 05 de junio 2024, de la IX Semana del Tiempo Ordinario, ciclo B*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Marcos (12,18-27)*
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay
resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: «Si a uno se
le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, cásese con la viuda y dé
descendencia a su hermano.» Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó
y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos;
lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será
mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»
Jesús les respondió: «Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni
el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán;
serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no
habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo
Dios: «Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob»? No es
Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.»
Palabra de Dios
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Estáis
equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios)
*Dios,
dijo Jesús, es un Dios de los vivos, no de los muertos. Si estamos con Dios en
todo, nuestra manera de vivir, será totalmente diferente, al de las personas
que no tienen tiempo para Dios. A través de hacer la voluntad de Dios, le
estamos dando muerte a la vida antigua, para entrar y seguir viviendo en una
vida nueva, el amor a Dios nos ira transformando en personas nuevas. Las
personas que están confiadas en sus fuerzas, en sus leyes y en sus costumbres,
normalmente se bloquean para no escuchar una palabra de Dios que les invita a
dejar todo y a seguirlo a él. Nosotros los que hemos aceptado al Señor, hacemos
preguntas equivocadas, escuchamos cosas que no debemos escuchar, hacemos cosas
que no debemos de hacer, caemos en ocasiones, pero sabemos y estamos seguro
de que el Señor, está con nosotros como un héroe valeroso*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MIERCOLES 5
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO
ORDINARIO*
MIÉRCOLES DE LA SEMANA IX
Del Común de un mártir. Salterio I
5 de junio
*SAN BONIFACIO, obispo y mártir. (MEMORIA)*
Nació en Inglaterra hacia el año 673; después de haber vivido como monje en el
monasterio de Exeter, el año 719 partió para Alemania, donde predicó la fe
cristiana, obteniendo excelentes resultados. Fue ordenado obispo y gobernó la
Iglesia de Maguncia. Con la ayuda de varios colaboradores, fundó o restauró
diversas Iglesias en Baviera, Turingia y Franconia. También convocó concilios y
promulgó leyes. El año 754, mientras evangelizaba a los frisones, fue asesinado
por unos paganos. Su cuerpo recibió sepultura en el monasterio de Fulda.
*LAUDES*
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los mártires.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de
los mártires.
Himno: PALABRA DEL SEÑOR YA RUBRICADA
Palabra del Señor ya rubricada
es la vida del mártir ofrecida
como prueba fiel de que la espada
no puede ya truncar la fe vivida.
Fuente de fe y de luz es su memoria,
coraje para el justo en la batalla
del bien, de la verdad, siempre victoria
que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla.
Martirio es el dolor de cada día,
si en Cristo y con amor es aceptado,
fuego lento de amor que, en la alegría
de servir al Señor, es consumado.
Concédenos, oh Padre, sin medida,
y tú, Señor Jesús crucificado,
el fuego del Espíritu de vida
para vivir el don que nos has dado. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es
invencible.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt
16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es
invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de
júbilo.
Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
El nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
El nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de
júbilo.
LECTURA BREVE 2Co 1, 3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y
Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder
nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con
que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto que los
sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa
nuestro consuelo.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor es mi fuerza y mi energía.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.
V. Él es mi salvación.
R. Y mi energía.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.
V. Todos
quedaban maravillados.
R. De las palabras que salían de la boca de Dios.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los Gálatas 3, 15-4, 7
EL OFICIO DE LA LEY
Hermanos, voy a proponeros un ejemplo tomado de la vida humana: nadie anula ni
modifica un testamento que esté en regla, a pesar de ser una cosa puramente
humana. A Abraham y a su descendencia se hicieron las promesas de parte de
Dios. No dice la Escritura «a los descendientes», como si se tratase de muchos,
sino, en singular, «a tu descendencia». Y ésta es Cristo.
Y, ahora, a lo que iba: El testamento, formalizado ya con anterioridad por
Dios, no puede ser anulado, hasta invalidar la promesa, por una ley que vino
cuatrocientos treinta años más tarde. Si la herencia divina hubiese dependido
de la ley, ya no dependería de la promesa. Ahora bien, Dios la concedió a
Abraham como un don gratuito, mediante una promesa.
Entonces, ¿cuál fue el fin de la ley mosaica? Fue puesta por Dios junto a las
promesas por razón de las transgresiones, hasta que viniese la descendencia a
quien se habían hecho las promesas; fue promulgada por ministerio de ángeles y por
intervención de un mediador. Pero, cuando solamente hay una persona, no hay
lugar para mediador alguno; y, en el caso de la promesa, sólo hubo uno: Dios.
Así, pues, ¿va la ley contra las promesas de Dios? De ningún nodo. Si se
hubiese promulgado una ley capaz de darnos la vida, realmente la justificación
habría provenido de la ley.
Pero la Escritura ha declarado que todos los hombres son culpables de pecado,
para que así la promesa se concediese a los creyentes, por su fe en Jesucristo.
Antes de venir la economía de la fe, estábamos encerrados bajo la custodia de
la ley, en espera de la fe que había de revelarse. De este modo la ley fue
nuestro ayo para llevarnos a Cristo, a fin de ser justificados por la fe. Pero,
una vez llegada la era de la fe, no estamos más bajo la potestad del ayo, pues
ya sois todos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
En efecto, todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido
de Cristo. Ya no hay distinción entre judío y gentil, ni entre libre y esclavo,
ni entre hombre y mujer: todos sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo
sois por lo mismo descendencia de Abraham, herederos según la promesa.
Pongo también otra comparación: El heredero, mientras es menor de edad, con ser
dueño de todo, no se distingue en nada del esclavo: está bajo tutores y
administradores hasta el tiempo prefijado por su padre. De igual modo:
Nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos esclavizados por los
«elementos del mundo».
Pero, cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer,
nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que
recibiéramos el ser hijos por adopción. Y la prueba de que sois hijos es que
Dios ha enviado a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Padre!»
Por consiguiente, ya no eres esclavo, sino hijo; y, si eres hijo, también eres
heredero por voluntad de Dios.
RESPONSORIO Ga 3, 27. 28; cf. Ef 4, 24
R. Todos los que habéis sido bautizados en Cristo
os habéis revestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judío y gentil: * todos
sois uno en Cristo Jesús.
V. Vestíos de la nueva condición humana, creada a
imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.
R. Todos sois uno en Cristo Jesús.
SEGUNDA LECTURA
De las Cartas de san Bonifacio, obispo y mártir
(Carta 78; MGH, Epistolae 3, 352. 354)
PASTOR SOLÍCITO, QUE VELA SOBRE EL REBAÑO DE CRISTO
La Iglesia, que como una gran nave surca los mares de este mundo, y que es
azotada por las olas de las diversas pruebas de esta vida, no ha de ser abandonada
a sí misma, sino gobernada.
De ello nos dan ejemplo nuestros primeros padres Clemente y Cornelio y muchos
otros en la ciudad de Roma, Cipriano en Cartago, Atanasio en Alejandría, los
cuales, bajo el reinado de los emperadores paganos, gobernaban la nave de
Cristo, su amada esposa, que es la Iglesia, con sus enseñanzas, con su
protección, con sus trabajos y sufrimientos hasta derramar su sangre.
Al pensar en éstos y otros semejantes, me estremezco y me asalta el temor y el
terror, me cubre el espanto por mis pecados, y de buena gana abandonaría el
gobierno de la Iglesia que me ha sido confiado, si para ello encontrara apoyo
en el ejemplo de los Padres o en la sagrada Escritura.
Mas, puesto que las cosas son así y la verdad puede ser impugnada, pero no vencida
ni engañada, nuestra mente fatigada se refugia en aquellas palabras de Salomón:
Confía en el Señor con toda el alma, no te fíes de tu propia inteligencia; en
todos tus caminos piensa en él, y él allanará tus sendas. Y en otro lugar:
Torre fortísima es el nombre del Señor, en él espera el justo y es socorrido.
Mantengámonos en la justicia y preparemos nuestras almas para la prueba;
sepamos aguantar hasta el tiempo que Dios quiera y digámosle: Señor, tú has
sido nuestro refugio de generación en generación.
Tengamos confianza en él, que es quien nos ha impuesto esta carga. Lo que no
podamos llevar por nosotros mismos, llevémoslo con la fuerza de aquel que es
todopoderoso y que ha dicho: Mi yugo es suave y mi carga ligera. Mantengámonos
firmes en la lucha en el día del Señor, ya que han venido sobre nosotros días
de angustia y aflicción. Muramos, si así lo quiere Dios, por las santas leyes
de nuestros padres, para que merezcamos como ellos conseguir la herencia
eterna.
No seamos perros mudos, no seamos centinelas silenciosos, no seamos mercenarios
que huyen del lobo, sino pastores solícitos que vigilan sobre el rebaño de
Cristo, anunciando el designio de Dios a los grandes y a los pequeños, a los
ricos y a los pobres, a los hombres de toda condición y de toda edad, en la
medida en que Dios nos dé fuerzas, a tiempo y a destiempo, tal como lo escribió
san Gregorio en su libro a los pastores de la Iglesia.
RESPONSORIO 1Ts 2, 8; Ga 4, 19
R. Queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios,
sino incluso nuestro propio ser, * porque
habíais llegado a sernos muy queridos.
V. ¡Hijos míos!, por quienes sufro de nuevo
dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros.
R. Porque habíais llegado a sernos muy queridos.
*Lecturas miércoles 05 de junio 2024, de la IX Semana del Tiempo Ordinario, ciclo
B*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Marcos (12,18-27)*
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay
resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: «Si a uno se
le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, cásese con la viuda y dé
descendencia a su hermano.» Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó
y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo
mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será
mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»
Jesús les respondió: «Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni
el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán;
serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no
habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo
Dios: «Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob»? No es
Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.»
Palabra de Dios
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la
vida eterna.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El que se aborrece a sí mismo en
este mundo se guardará para la vida eterna.
PRECES
Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al
recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios,
aclamémosle diciendo:
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida
como testimonio de la fe,
concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.
Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar
su sangre,
concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe.
Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron tus
pasos,
concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.
Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre
del Cordero,
concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, que la intercesión de tu mártir san Bonifacio nos ayude a
mantener con firmeza y a proclamar con nuestras obras aquella misma fe que él
predicó con su palabra y testimonió con su sangre. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: OH DIOS, QUE ERES EL PREMIO
Oh Dios, que eres el premio, la corona
y la suerte de todos tus soldados,
líbranos de los lazos de las culpas
por este mártir a quien hoy cantamos.
El conoció la hiel que está escondida
en la miel de los goces de este suelo,
y, por no haber cedido a sus encantos,
está gozando los del cielo eterno.
Él afrontó con ánimo seguro
lo que sufrió con varonil coraje,
y consiguió los celestiales dones
al derramar por ti su noble sangre.
Oh piadosísimo Señor de todo,
te suplicamos con humilde ruego
que, en el día del triunfo de este mártir,
perdones los pecados de tus siervos.
Gloria eterna al divino Jesucristo,
que nació de una Virgen impecable,
y gloria eterna al Santo Paracleto,
y gloria eterna al sempiterno Padre. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Salmo 26 I - CONFIANZA ANTE EL PELIGRO
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
Ant 2. Tu rostro buscaré Señor, no me
escondas tu rostro.
Salmo 26 II
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu rostro buscaré Señor, no me
escondas tu rostro.
Ant 3. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE 1Pe 4, 13-14
Queridos hermanos: Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo,
para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por
el nombre de Cristo, dichosos vosotros: porque el Espíritu de la gloria, el
Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
RESPONSORIO BREVE
V. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.
R. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has
dado respiro.
V. Nos refinaste como refinan la plata.
R. Pero nos has dado respiro.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has
dado respiro.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Los santos tienen su morada en el reino de Dios, y allí han
encontrado descanso eterno.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los santos tienen su morada en el
reino de Dios, y allí han encontrado descanso eterno.
PRECES
En esta hora en la que el Señor, cenando con sus discípulos,
presentó al Padre su propia vida que luego entregó en la cruz, aclamemos al Rey
de los mártires, diciendo:
Te glorificamos, Señor.
Te damos gracias, Señor, principio, ejemplo y rey de los mártires,
porque nos amaste hasta el extremo.
Te damos gracias, Señor, porque no cesas de llamar a los pecadores arrepentidos
y les das parte en los premios de tu reino.
Te damos gracias, Señor, porque hoy hemos ofrecido, como sacrificio para el
perdón de los pecados,
la sangre de la alianza nueva y eterna.
Te damos gracias, Señor,
porque con tu gracia nos has dado perseverar en la fe durante el día que ahora
termina.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Te damos gracias, Señor,
porque has asociado a nuestros hermanos difuntos a tu muerte.
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, que la intercesión de tu mártir san Bonifacio nos ayude a
mantener con firmeza y a proclamar con nuestras obras aquella misma fe que él
predicó con su palabra y testimonió con su sangre. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MIERCOLES 5 DE JUNIO 2024
*Lecturas miércoles 05 de junio
2024, de la IX Semana del Tiempo
Ordinario, ciclo B*
Primera Lectura
Lectura
de la segunda carta del san Pablo a Timoteo (1,1-3.6-12):
Pablo,
apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de
vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia,
misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias
a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo
siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de día. Por esta razón
te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las
manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de
energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro
Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio,
según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por
nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su
gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al
aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la
vida inmortal, por medio del Evangelio. De este Evangelio me han nombrado
heraldo, apóstol y maestro, y ésta es la razón de mi penosa situación presente;
pero no me siento derrotado, pues sé de quién me he fiado y estoy firmemente
persuadido de que tiene poder para asegurar hasta el último día el encargo que
me dio.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 122
R/. A ti, Señor, levanto mis ojos
A ti
levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores. R/.
Como
están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia. R/.
*Lecturas miércoles 05 de junio 2024, de la IX Semana del Tiempo Ordinario, ciclo B*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Marcos (12,18-27)*
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay
resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: «Si a uno se
le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, cásese con la viuda y dé
descendencia a su hermano.» Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó
y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos;
lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será
mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»
Jesús les respondió: «Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni
el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán;
serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no
habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo
Dios: «Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob»? No es
Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.»
Palabra de Dios
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Estáis
equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios)
*Dios,
dijo Jesús, es un Dios de los vivos, no de los muertos. Si estamos con Dios en
todo, nuestra manera de vivir, será totalmente diferente, al de las personas
que no tienen tiempo para Dios. A través de hacer la voluntad de Dios, le
estamos dando muerte a la vida antigua, para entrar y seguir viviendo en una
vida nueva, el amor a Dios nos ira transformando en personas nuevas. Las
personas que están confiadas en sus fuerzas, en sus leyes y en sus costumbres,
normalmente se bloquean para no escuchar una palabra de Dios que les invita a
dejar todo y a seguirlo a él. Nosotros los que hemos aceptado al Señor, hacemos
preguntas equivocadas, escuchamos cosas que no debemos escuchar, hacemos cosas
que no debemos de hacer, caemos en ocasiones, pero sabemos y estamos seguro
de que el Señor, está con nosotros como un héroe valeroso*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
MARCOS 12,13-17 CICLO B
*Lecturas del Martes 04 de junio
2024, de la IX Semana del Tiempo
Ordinario ciclo B*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Marcos (12,13-17)*
En
aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para
cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres
sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente
sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto
al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?»
Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: «¿Por qué intentáis cogerme? Traedme
un denario, que lo vea.»
Se lo trajeron. Y él les preguntó: «¿De quién es esta cara y esta inscripción?»
Le contestaron: «Del César.»
Les replicó: «Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a
Dios.»
Se quedaron admirados.
Palabra de Dios
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Maestro,
sabemos que eres sincero)
*Ellos saben que Jesús es Sincero, pero Jesús que lo ve todo y lo sabe todo,
les descubre y sabe que ellos no lo son sincero. La palabra ser sincero, me
llama a la atención porque hay personas que desean que pueda ser sincero y que
en mi corazón, en mi boca y en mi vida no exista la mentira. El Señor que me ve
y me conoce mis pensamientos, sabe que en ocasiones saludo a una persona y le
pregunto ¿Cómo está? Espero que estés bien, Y si el Señor, sabe que en ese
mismo instante, mi deseo es que este mal y que la esté pasando mal, si esa
persona supiera lo que está pasando por mi mente en ese instante, se alejaría
de mí, porque no estoy siendo sincero con esa persona, porque le tengo
resentimiento dentro de mí. Me alegro con esta palabra, porque el Señor, viene
a iluminar muchos lugares dentro de mí que están a oscura que todavía
no ha recibido un solo rayo de luz de La Palabra del Señor*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MARTES 4
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*MARTES
SEMANA I*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Himno: AL CANTO DE LOS GALLOS.
Al canto de los gallos
viene la aurora;
los temores se alejan
como las sombras.
¡Dios, Padre nuestro,
en tu nombre dormimos
y amanecemos!
Como luz nos visitas,
Rey de los hombres,
como amor que vigila
siempre de noche;
cuando el que duerme
bajo el signo del sueño
prueba la muerte.
Del sueño del pecado
nos resucitas,
y es señal de tu gracia
la luz amiga.
¡Dios que nos velas!,
tú nos sacas por gracia
de las tinieblas.
Gloria al Padre y al Hijo,
gloria al Espíritu,
al que es paz, luz y vida,
al Uno y Trino;
gloria a su nombre
y al misterio divino
que nos lo esconde. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del
Señor.
Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
El la fundó sobre los mares,
El la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El hombre de manos inocentes y puro
corazón subirá al monte del Señor.
Ant 2. Ensalzad con vuestras obras al rey
de los siglos.
Cántico: ESPERANZA DE ISRAEL EN BABILONIA Tb 13, 1-10
Bendito sea Dios, que vive eternamente,
y cuyo reino dura por los siglos:
él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano.
Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro Padre por todos los siglos.
Él nos azota por nuestros delitos,
pero se compadecerá de nuevo,
y os congregará de entre todas las naciones
por donde estáis dispersados.
Si volvéis a él de todo corazón
y con toda el alma,
siendo sinceros con él,
él volverá a vosotros
y no os ocultará su rostro.
Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos.
Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.
Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizá os mostrará benevolencia
y tendrá compasión.
Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzad con vuestras obras al rey
de los siglos.
Ant 3. El Señor merece la alabanza de los
buenos.
Salmo 32 - HIMNO AL PODER Y A LA PROVIDENCIA DE DIOS
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando vuestra música con aclamaciones:
que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales,
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.
Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió;
él lo mandó, y surgió.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.
No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo,
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor merece la alabanza de los
buenos.
LECTURA BREVE Rm 13, 11b. 12-13a
Ya es hora que despertéis del sueño. La noche va pasando, el día está encima;
desnudémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos de las armas de
la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. El Señor hace caminar a los humildes con rectitud.
R. Enseña su camino a los humildes.
PRIMERA
LECTURA
De la carta a los Gálatas 2, 11-3, 14
EL JUSTO VIVE POR LA FE
Hermanos: Cuando Cefas fue a Antioquía, yo me opuse a él en su misma cara,
porque era digno de reprensión. En efecto, antes que viniesen algunos de parte
de Santiago, comía con los gentiles convertidos; pero, en cuanto llegaron
aquéllos, se retraía y apartaba, por temor a aquéllos, judíos circuncisos. Y lo
siguieron en su simulación los demás judíos convertidos, tanto que hasta
Bernabé se dejó arrastrar por su simulación.
Pero, cuando vi que no caminaban rectamente, conforme a la verdad del
Evangelio, dije a Cefas delante de todos: «Tú, siendo judío, has acomodado tu
vida a la de los gentiles convertidos; ¿cómo quieres ahora obligar a éstos a
que se atengan a las prácticas judías?»
Nosotros somos judíos de nacimiento, no pecadores venidos de la gentilidad. Y,
sabiendo que el hombre no se justifica por cumplir la ley, sino por creer en
Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para ser
justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley. Por las obras de
la ley no se justificará nadie.
Mas, si buscando ser justificados en Cristo, nos salen con que aun así seguimos
en el pecado, ¿será que Cristo está al servicio del pecado? ¡De ninguna manera!
Si vuelvo a edificar lo que una vez destruí, yo mismo me declaro transgresor.
En virtud de la misma ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Estoy
crucificado con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y,
mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta
entregarse por mí. No tengo por inútil esta gracia de Dios: Si la justificación
nos viniera por la ley, entonces deberíamos concluir que Cristo murió
inútilmente.
RESPONSORIO Ga 2, 16. 21
R. El hombre no se justifica por cumplir la ley, sino por creer en Cristo
Jesús. * Nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe
en Cristo y no por las obras de la ley.
V. Pues si la justificación nos viniera por la ley, entonces deberíamos
concluir que Cristo murió inútilmente.
R. Nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe
en Cristo y no por las obras de la ley.
SEGUNDA
LECTURA
De las instrucciones de san Doroteo, abad
(Instrucción
7, Sobre la acusación de sí mismo, 2-3: PG 88, 1699)
LA FALSA PAZ DE ESPÍRITU
El que se acusa a sí mismo acepta con alegría toda clase de molestias, daños,
ultrajes, ignominias y otra aflicción cualquiera que haya de soportar, pues se
considera merecedor de todo ello, y en modo alguno pierde la paz. Nada hay más
apacible que un hombre de ese temple.
Pero quizá alguien me objetará: "Si un hermano me aflige, y
yo, examinándome a mí mismo, no encuentro que le haya dado ocasión alguna, ¿por
qué tengo que acusarme?"
En realidad, el que se examina con diligencia y con temor de
Dios nunca se hallará del todo inocente, y se dará cuenta de que ha dado alguna
ocasión, ya sea de obra, de palabra o con el pensamiento. Y, si en nada de esto
se halla culpable, seguro que en otro tiempo habrá sido motivo de aflicción
para aquel hermano, por la misma o por diferente causa; o quizá habrá causado
molestia a algún otro hermano. Por esto, sufre ahora en justa compensación, o
también por otros pecados que haya podido cometer en muchas otras ocasiones.
Otro preguntará por qué deba acusarse si, estando sentado con
toda paz y tranquilidad, viene un hermano y lo molesta con alguna palabra
desagradable o ignominiosa y, sintiéndose incapaz de aguantarla, cree que tiene
razón en alterarse y enfadarse con su hermano; porque, si éste no hubiese
venido a molestarlo, él no hubiera pecado.
Este modo de pensar es, en verdad, ridículo y carente de toda
razón. En efecto, no es que al decirle aquella palabra haya puesto en él la
pasión de la ira, sino que más bien ha puesto al descubierto la pasión de que
se hallaba aquejado; con ello, le ha proporcionado ocasión de enmendarse, si
quiere. Este tal es semejante a un trigo nítido y brillante que, al ser roto,
pone al descubierto la suciedad que contenía.
Así también el que está sentado en paz y tranquilidad, según
cree, esconde, sin embargo, en su interior una pasión que él no ve. Viene el
hermano, le dice alguna palabra molesta y, al momento, aquél echa fuera todo el
pus y la suciedad escondidos en su interior. Por lo cual, si quiere alcanzar
misericordia, mire de enmendarse, purifíquese, procure perfeccionarse, y verá
que, más que atribuirle una injuria, lo que tenía que haber hecho era dar
gracias a aquel hermano, ya que le ha sido motivo de tan gran provecho. Y, en
lo sucesivo, estas pruebas no le causarán tanta aflicción, sino que, cuanto más
se vaya perfeccionando, más leves le parecerán. Pues el alma, cuanto más avanza
en la perfección, tanto más fuerte y valerosa se vuelve en orden a soportar las
penalidades que le puedan sobrevenir.
Responsorio Jb 9, 2. 14; 15, 15
R. Sé muy bien que el hombre no puede tener razón contra Dios. *
¿Quién soy yo para replicarle y rebuscar argumentos contra él?
V. Ni aun a sus ángeles los encuentra totalmente fieles, y ni el
cielo es enteramente puro a sus ojos.
R. ¿Quién soy yo para replicarle y rebuscar argumentos contra
él?
*Lecturas del Martes 04 de junio
2024, de la IX Semana del Tiempo
Ordinario ciclo B*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Marcos (12,13-17)*
En
aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para
cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres
sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente
sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto
al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?»
Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: «¿Por qué intentáis cogerme? Traedme
un denario, que lo vea.»
Se lo trajeron. Y él les preguntó: «¿De quién es esta cara y esta inscripción?»
Le contestaron: «Del César.»
Les replicó: «Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a
Dios.»
Se quedaron admirados.
Palabra de Dios
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había
predicho por boca de sus santos profetas.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nos ha suscitado el Señor una
fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.
PRECES
Ya que hemos sido llamados a participar de una vocación celestial,
bendigamos por ello a Jesús, el pontífice de nuestra fe, y supliquémosle
diciendo:
Escúchanos, Señor.
Señor Jesús, que por el bautismo has hecho de nosotros un sacerdocio real,
haz que nuestra vida sea un continuo sacrificio de alabanza.
Ayúdanos, Señor, a guardar tus mandatos
para que por la fuerza del Espíritu Santo nosotros permanezcamos en ti y tú en
nosotros.
Danos tu sabiduría eterna
para que permanezca con nosotros y con nosotros trabaje.
Concédenos ser la alegría de cuantos nos rodean
y fuente de esperanza para los decaídos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Como hijos que somos de Dios, dirijámonos a nuestro Padre con la oración que
Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestra oración matutina y con la luz de tu misericordia
alumbra la oscuridad de nuestro corazón: para que, habiendo sido iluminados por
tu claridad, no andemos nunca tras las obras de las tinieblas. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
MARTES SEMANA
I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: NOS DIJERON DE NOCHE.
Nos dijeron de noche
que estabas muerto,
y la fe estuvo en vela
junto a tu cuerpo;
La noche entera,
la pasamos queriendo
mover la piedra.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
No supieron contarlo
los centinelas,
nadie supo la hora
ni la manera;
antes del día,
se cubrieron de gloria
tus cinco heridas.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
Si los cinco sentidos
buscan el sueño,
que la fe tenga el suyo
vivo y despierto;
la fe velando,
para verte de noche
resucitando.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor da la victoria a su Ungido.
Salmo 19 - ORACIÓN POR LA VICTORIA DEL REY.
Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
que te envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sión;
que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.
Que podamos celebrar tu victoria
y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;
que el Señor te conceda todo lo que pides.
Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.
Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro.
Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.
Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor da la victoria a su
Ungido.
Ant 2. Al son de instrumentos cantaremos
tu poder.
Salmo 20, 2-8. 14 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY.
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.
Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.
Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al son de instrumentos cantaremos
tu poder.
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA BREVE 1Jn 3, 1a. 2
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo
somos! Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado
lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él,
porque lo veremos tal cual es.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador.
PRECES
Alabemos a Cristo, que mora en medio de nosotros, su pueblo
adquirido, y supliquémosle diciendo:
Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor.
Dueño y Señor de los pueblos, acude en ayuda de todas las naciones y de los que
las gobiernan:
que todos los hombres sean fieles a tu voluntad y trabajen por el bien y la
paz.
Tú que al subir al cielo llevaste contigo una gran multitud de cautivos,
devuelve la libertad de los hijos de Dios a nuestros hermanos que sufren
esclavitud en el cuerpo o en el espíritu.
Concede, Señor, a los jóvenes la realización de sus esperanzas
y que sepan responder a tus llamadas en el transcurso de su vida.
Que los niños imiten tu ejemplo
y crezcan siempre en sabiduría y en gracia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge a los difuntos en tu reino,
donde también nosotros esperamos reinar un día contigo.
Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Te damos gracias, Señor Dios todopoderoso, porque has permitido
que lleguemos a esta noche; te pedimos aceptes con agrado el alzar de nuestras
manos como ofrenda de la tarde. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.