Musica Para el Alma

jueves, 28 de septiembre de 2017

JUAN 1, 47-51 LO QUE ME DICE EL EVANGELIO

Lo que me dice: El Santo Evangelio:
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Viernes, 29 de septiembre de 2017. Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael (Juan 1, 47-51).   *San Miguel: este nombre significa, (quien como DIOS) O (Nadie es como DIOS) Se puede encontrar en la biblia en el cap. 12 de Daniel. San Gabriel significa: (DIOS es mi protector). Y aparece en la biblia en bario libro, pero en la misión mas especial en el Evangelio de (Lucas 1, 19). San Rafael: su nombre significa (Medicina de DIOS) Y aparece en la biblia  en el libro de Tobías. Desde la antigüedad el Señor me está mostrando esto tres nombre para que sean el centro de mi vida (Miguel, Gabriel y Rafael) (Nadie es como DIOS, DIOS es mi Protector, Medicina de DIOS)*.


*El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO*

EVANGELIO

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Viernes, 29 de septiembre de 2017

Evangelio

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Lectura del santo evangelio según san Juan (1,47-51):

En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: « ¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó: « ¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor

SALMO

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Viernes, 29 de septiembre de 2017

Salmo

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Sal 137,1-2a.2b-3.4-5.7c-8

R/.
 Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande. R/.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

PRIMERA LECTURA

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Viernes, 29 de septiembre de 2017

Primera lectura

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Lectura de la profecía de Daniel (7,9-10.13-14):

Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Palabra de Dios

ORACION ANTES DE IR A LA CAMA

VIERNES DE LA SEMANA XXV
29 de septiembre 


COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA 

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.

Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
Salmo 87 - ORACIÓN DE UN HOMBRE GRAVEMENTE ENFERMO
Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor.

Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido.

Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano.

Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas.

Has alejado de mí a mis conocidos,
me has hecho repugnante para ellos:
encerrado, no puedo salir,
y los ojos se me nublan de pesar.

Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla
o tu justicia en el país del olvido?

Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas
y me escondes tu rostro?

Desde niño fui desgraciado y enfermo,
me doblo bajo el peso de tus terrores,
pasó sobre mí tu incendio,
tus espantos me han consumido:

me rodean como las aguas todo el día,
me envuelven todos a una;
alejaste de mí amigos y compañeros:
mi compañía son las tinieblas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
LECTURA BREVE   Jr 14, 9
Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,

ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.

Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.

Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.

ORACION PARA INICIAR LA NOCHE

VIERNES DE LA SEMANA XXV
Del Propio de la fiesta.

29 de septiembre

SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL GABRIEL Y RAFAEL (FIESTA). 

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ENVÍA CRISTO A TU VALIENTE JEFE.
Envía Cristo a tu valiente jefe,
al ángel de la paz, a san Miguel,
y crecerá tu pueblo, con su ayuda,
próspero y fiel.

Visite siempre nuestro sacro templo
el ángel fuerte, el singular Gabriel,
y arroje fuera al enemigo antiguo,
falso luzbel.

Envía al ángel que a tu pueblo sana;
manda, oh Cristo, del cielo a Rafael,
que acompañe a tu pueblo peregrino,
nuevo Israel.

Nos asistan tus ángeles gloriosos,
Cristo, gloria del coro angelical,
y con ellos cantemos al Dios trino
himno triunfal. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Ensalzaste tu majestad sobre los cielos, oh Rey de los ángeles.
Salmo 8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:

rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.

Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ensalzaste tu majestad sobre los cielos, oh Rey de los ángeles.

Ant 2. Delante de los ángeles tañeré para ti, Dios mío.
Salmo 137 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DE UN REY
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre;

por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.

El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.

Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu izquierda contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.

El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Delante de los ángeles tañeré para ti, Dios mío.

Ant 3. Vi en medio, donde estaba el trono, un Cordero en pie y como degollado; y oí un coro de muchos ángeles alrededor del trono.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Vi en medio, donde estaba el trono, un Cordero en pie y como degollado; y oí un coro de muchos ángeles alrededor del trono.
LECTURA BREVE   Ap 1, 4b-5
Gracia y paz a vosotros de parte de aquel que es, que era y que será; de parte de los siete espíritus que están ante su trono; y de parte de Jesucristo, el testigo veraz, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra, aquel que nos ama y que nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre.
RESPONSORIO BREVE
V. El humo del incienso subió a la presencia de Dios.
R. El humo del incienso subió a la presencia de Dios.

V. De mano del ángel.
R. A la presencia de Dios.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El humo del incienso subió a la presencia de Dios.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El ángel Gabriel dijo a María: «Concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús.»
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
El ángel Gabriel dijo a María: «Concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús.»
PRECES
Oremos al Señor, pidiéndole que nos haga siempre prontos a la voz de su palabra, como los ángeles, y supliquémosle, diciendo:

Escúchanos, Señor.

Para que, por mano de los ángeles, suban nuestras oraciones hasta ti como aroma de perfume.

Para que, por mano de los ángeles, sean llevadas nuestras ofrendas a tu presencia hasta el altar del cielo.

Para que, con el ejército celestial de los ángeles, demos gloria a Dios en el cielo y anunciemos en la tierra la paz a los hombres.

Para que, al fin de nuestra vida, nos reciban los ángeles y nos lleven a la patria del paraíso.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Para que el arcángel san Miguel conduzca a todos los difuntos al lugar de la luz y de la paz.

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:
Padre nuestro...

ORACION
Señor Dios todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

ORACION DE MEDIA TARDE

VIERNES DE LA SEMANA XXV
Del Propio de la fiesta. Salterio I

29 de septiembre

SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL GABRIEL Y RAFAEL (FIESTA).
HORA NONA

INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: FUNDAMENTO DE TODO LO QUE EXISTE
Fundamento de todo lo que existe,
de tu pueblo elegido eterna roca,
de los tiempos Señor, que prometiste
dar tu vigor al que con fe te invoca.

Mira al hombre que es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte
para amarte y servirte en esta vida
y gozarte después de santa muerte.

Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa
en este atardecer que se avecina,
serena claridad y dulce brisa
será tu amor que todo lo domina. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El ángel Rafael fue enviado a Tobías y a Sara para curarlos.

Salmo 118, 25-32
Mi alma está pegada al polvo:
reanímame con tus palabras;
te expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséñame tus leyes;
instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas.

Mi alma llora de tristeza,
consuélame con tus promesas;
apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu voluntad;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos.

Me apegué a tus preceptos,
Señor, no me defraudes;
correré por el camino de tus mandatos
cuando me ensanches el corazón.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 25 - ORACIÓN CONFIADA DEL INOCENTE

Hazme justicia, Señor, que camino en la inocencia;
confiando en el Señor no me he desviado.

Examíname, Señor, ponme a prueba,
sondea mis entrañas y mi corazón,
porque tengo ante los ojos tu bondad,
y camino en tu verdad.

No me siento con gente falsa,
no me junto con mentirosos;
detesto las bandas de malhechores,
no tomo asiento con los impíos.

Lavo en la inocencia mis manos,
y rodeo tu altar, Señor,
proclamando tu alabanza,
enumerando tus maravillas.

Señor, yo amo la belleza de tu casa,
el lugar donde reside tu gloria.

No arrebates mi alma con los pecadores,
ni mi vida con los sanguinarios,
que en su izquierda llevan infamias,
y su derecha está llena de sobornos.

Yo, en cambio, camino en la integridad;
sálvame, ten misericordia de mí.
Mi pie se mantiene en el camino llano;
en la asamblea bendeciré al Señor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 27, 1-3. 6-9 - SÚPLICA Y ACCIÓN DE GRACIAS

A ti, Señor, te invoco;
Roca mía, no seas sordo a mi voz;
que, si no me escuchas, seré igual
que los que bajan a la fosa.

Escucha mi voz suplicante
cuando te pido auxilio,
cuando alzo las manos
hacia tu santuario.

No me arrebates con los malvados
ni con los malhechores,
que hablan de paz con el prójimo,
pero llevan la maldad en el corazón.

Bendito el Señor, que escuchó
mi voz suplicante;
el Señor es mi fuerza y mi escudo:
en él confía mi corazón;
me socorrió, y mi corazón se alegra
y le canta agradecido.

El Señor es fuerza para su pueblo,
apoyo y salvación para su Ungido.
Salva a tu pueblo y bendice tu heredad,
sé su pastor y guíalos siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El ángel Rafael fue enviado a Tobías y a Sara para curarlos.

LECTURA BREVE   Tb 12, 15. 18. 20
Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están al servicio de Dios. Mi presencia entre vosotros no se ha debido a mí, sino a la voluntad de Dios. A él debéis bendecir y cantar todos los días. Yo subo ahora al que me envió. Vosotros bendecid a Dios y narrad todas sus maravillas.

V. A sus ángeles ha dado órdenes el Señor.
R. Para que te guarden en tus caminos.


ORACIÓN

OREMOS,
Señor Dios todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu rostro. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

LECTURAS LARGAS

PRIMERA LECTURA
Del libro del Apocalipsis 12, 1-17
COMBATE DE MIGUEL CON EL DRAGÓN
Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz. Apareció otra señal en el cielo: una gran Serpiente roja, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. La Serpiente se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.

La Mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro, y su Hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. la Mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada mil doscientos sesenta días.

Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con la Serpiente. También la Serpiente y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Fue arrojada la gran Serpiente, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojada a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con ella.

Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo:

«Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos lo vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas. ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.»

Cuando la Serpiente vio que había sido arrojada a la tierra, persiguió a la Mujer que había dado a luz al Hijo varón. Pero se le dieron a la Mujer las dos alas del águila grande para volar al desierto, a su lugar, lejos de la Serpiente, donde tiene que ser alimentada un tiempo, algunos tiempos y medio tiempo.

Entonces la Serpiente vomitó de su boca detrás de la Mujer como un río de agua, para arrastrarla con su corriente. Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer; abrió la tierra su boca y tragó al río vomitado de la boca de la Serpiente. Entonces, despechada la Serpiente contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.
RESPONSORIO    Ap 8, 1; cf. 12, 7. 10
R. Se hizo un silencio en el cielo, mientras combatía el arcángel Miguel con la Serpiente, y se oyó una voz que decía: * «¡Victoria, honor y poder al Dios omnipotente!»
V. Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo.
R. ¡Victoria, honor y poder al Dios omnipotente!
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Gregorio Magno, papa, sobre los Evangelios
(Homilía 34, 8-9: PL 76, 1250-1251)
El NOMBRE DE «ÁNGEL» DESIGNA LA FUNCIÓN, NO EL SER
Hay que saber que el nombre de «ángel» designa la función, no el ser, del que lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles.

Por esto a la Virgen María no le fue enviado un ángel cualquiera, sino el arcángel Gabriel, ya que un mensaje de tal trascendencia requería que fuese transmitido por un ángel de la máxima categoría.

Por la misma razón se les atribuyen también nombres personales, que designan cuál es su actuación propia. Porque en aquella ciudad santa, allí donde la visión del Dios omnipotente da un conocimiento perfecto de todo, no son necesarios estos nombres propios para conocer a las personas, pero sí lo son para nosotros, ya que a través de estos nombres conocemos cuál es la misión específica para la cual nos son enviados. Y, así, «Miguel» significa: «¿Quién como Dios?», «Gabriel» significa: «Fortaleza de Dios» y «Rafael» significa: «Medicina de Dios».

Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiera un poder especial, es enviado Miguel, dando a entender por su actuación y por su nombre que nadie puede hacer lo que sólo Dios puede hacer. De ahí que aquel antiguo enemigo, que por su soberbia pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos, por encima de los astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos es mostrado luchando contra el arcángel Miguel, cuando al fin del mundo será desposeído de su poder y destinado al extremo suplicio, como nos lo presenta Juan: Se entabló una batalla con el arcángel Miguel.

A María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa: «Fortaleza de Dios», porque venía a anunciar a aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de reducir a los Principados y Potestades. Era, pues, natural que aquel que es la fortaleza de Dios anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y héroe en las batallas.

«Rafael» significa, como dijimos: «Medicina de Dios»; este nombre le viene del hecho de haber curado a Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de las tinieblas de su ceguera. Si, pues, había sido enviado a curar, con razón es llamado «Medicina de Dios».
RESPONSORIO    Ap 8, 3. 4; Dn 7, 10
R. El ángel se puso en pie junto al altar, con un incensario de oro. Y se le dio gran cantidad de incienso; * Y el humo del incienso subió a la presencia de Dios, de mano del ángel.
V. Miles de millares le servían, miríadas de miríadas estaban en pie delante de él.
R. y el humo del incienso subió a la presencia de Dios, de mano del ángel.

Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.

Postrados ante ti, los ángeles te adoran
y cantan sin cesar:

Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.

A ti la Iglesia santa,
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:

Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
santo Espíritu de amor y de consuelo.

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.

Tú, para salvar al hombre,
tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.

Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.

Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.

Tú vendrás algún día,
como juez universal.

Muéstrate, pues, amigo y defensor
de los hombres que salvaste.

Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
con tus santos y elegidos.

La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.

Sé su pastor,
y guíalos por siempre.

Día tras día te bendeciremos
y alabaremos tu nombre por siempre jamás.

Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

A ti, Señor, me acojo,
no quede yo nunca defraudado. 


ORACIÓN.
OREMOS,
Señor Dios todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

VIERNES 29 ORACION PARA INICIAR EL DIA


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VIERNES DE LA SEMANA XXV
Del Propio de la fiesta.

29 de septiembre

SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL GABRIEL Y RAFAEL (FIESTA). 

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Venid, adoremos al Señor, delante de los ángeles. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid, adoremos al Señor, delante de los ángeles.
Himno: EN LA HORA EN QUE CRISTO RESUCITA.
En la hora en que Cristo resucita,
clama Miguel, el poderoso príncipe:
«¿Quién como tú, mi Dios, Jesús humilde?
Al pecado de los hombres descendiste
y hoy el Padre te signa y te bendice.»

En la hora en que Cristo resucita,
Dice Gabriel, el que anunció a María:
«¡Exulta, Iglesia, virgen afligida,
el santo vencedor es tu Mesías!
Nadie podrá dar muerte a tu alegría.»

En la hora en que Cristo resucita,
Proclama Rafael, el peregrino:
«¡Glorificad conmigo a aquel que dijo:
Yo soy la luz del mundo y el camino!
¡Bendecidle, que el viaje está cumplido!»

En la hora en que Cristo resucita,
se ha tendido la escala misteriosa
y el coro de los ángeles le adora:
«¡Somos, Señor, los siervos de tu gloria,
cielo y tierra cantemos tu victoria!» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Alabemos al Señor, a quien alaban también los ángeles, a quien los querubines y serafines aclaman, diciendo: «Santo, santo, santo.»
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Alabemos al Señor, a quien alaban también los ángeles, a quien los querubines y serafines aclaman, diciendo: «Santo, santo, santo.»

Ant 2. Ángeles del Señor, bendecid al Señor eternamente.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

No se dice Gloria al Padre.

Ant. Ángeles del Señor, bendecid al Señor eternamente.

Ant 3. En el cielo, Señor, todos los ángeles te proclaman santo, y dicen a una voz: «Oh Dios, tú mereces alabanza.»
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. En el cielo, Señor, todos los ángeles te proclaman santo, y dicen a una voz: «Oh Dios, tú mereces alabanza.»
LECTURA BREVE   Gn 28, 12-13a
Vio Jacob en sueños una escalinata apoyada en la tierra y cuya cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y vio al Señor que estaba de pie sobre ella y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac.»
RESPONSORIO BREVE
V. El ángel se puso en pie junto al altar.
R. El ángel se puso en pie junto al altar.

V. Con un incensario de oro en sus manos.
R. Junto al altar.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El ángel se puso en pie junto al altar.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Os lo digo con toda verdad: «Habéis de ver el cielo abierto y a los ángeles de Dios, subiendo y bajando en servicio del Hijo del hombre.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
Os lo digo con toda verdad: «Habéis de ver el cielo abierto y a los ángeles de Dios, subiendo y bajando en servicio del Hijo del hombre.»
PRECES
Adoremos, hermanos, al Señor, a quien proclaman los ángeles a una voz, y digámosle con gozo:

Bendecid al Señor, todos sus ángeles.

Tú, Señor, que has dado órdenes a tus ángeles para que nos guarden en nuestros caminos,
condúcenos hoy por tus sendas y no permitas que caigamos en el pecado.

Haz que te busquemos a ti en todo lo que hagamos
y seamos así semejantes a los ángeles que están viendo siempre tu rostro.

Concédenos, Señor, la pureza del alma y la castidad del cuerpo,
para que seamos como tus ángeles en el cielo.

Manda, Señor, en ayuda de tu pueblo al gran arcángel Miguel,
para que nos sintamos protegidos en nuestras luchas contra Satanás y sus ángeles.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:
Padre nuestro...

ORACION
Señor Dios todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.