Musica Para el Alma

sábado, 29 de octubre de 2016

ORACION



VISPERAS

DOMINGO DE LA SEMANA XXXI
De la Feria. Salterio III

30 de octubre 


II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: SANTA UNIDAD Y TRINIDAD BEATA.
Santa unidad y Trinidad beata:
con los destellos de tu brillo eterno,
infunde amor en nuestros corazones,
mientras se va alejando el sol de fuego.

Por la mañana te cantamos loas
y por la tarde te elevamos ruegos,
pidiéndote que estemos algún día
entre los que te alaban en el cielo.

Glorificado sean por los siglos
de los siglos el Padre y su Unigénito,
y que glorificado con entrambos
sea por tiempo igual el Paracleto. Amén
SALMODIA
Ant 1. Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha.» Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha.» Aleluya.

Ant 2. El Señor piadoso ha hecho maravillas memorables. Aleluya.
Salmo 110 - GRANDES SON LAS OBRAS DEL SEÑOR
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor piadoso ha hecho maravillas memorables. Aleluya.

Ant 3. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap 19,1-2, 5-7
El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada estrofa.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
LECTURA BREVE   1Pe 1, 3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
R. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

V. Digno de gloria y alabanza por los siglos.
R. En la bóveda del cielo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro Padre, que maravillosamente creó el mundo, lo redimió de forma más admirable aún y no cesa de conservarlo con amor, y digámosle:

Renueva, Señor, las maravillas de tu amor.

Señor, tú que en el universo, obra de tus manos, nos revelas tu poder,
haz que sepamos ver tu providencia en los acontecimientos del mundo.

Tú que por la victoria de tu Hijo en la cruz anunciaste la paz al mundo,
líbranos de todo desaliento y de todo temor.

A todos los que aman la justicia y trabajan por conseguirla,
concédeles que cooperen con sinceridad y concordia en la edificación de un mundo mejor.

Ayuda a los oprimidos, consuela a los afligidos, libra a los cautivos, da pan a los hambrientos
y fortalece a los débiles, para que en todos se manifieste el triunfo de la cruz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que al tercer día resucitaste a tu Hijo gloriosamente del sepulcro,
haz que nuestros hermanos difuntos lleguen también a la plenitud de la vida.

Concluyamos nuestra súplica con la oración que el mismo Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...

ORACION
Señor de poder y de misericordia, cuyo favor hace digno y agradable el servicio de tus fieles, concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

UNA LUZ PARA MI

De la Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano segundo
(Núm. 78)
NATURALEZA DE LA PAZ
La paz no consiste en una mera ausencia de guerra ni se reduce a asegurar el equilibrio de las distintas fuerzas contrarias ni nace del dominio despótico, sino que, con razón, se define como obra de la justicia. Ella es como el fruto de aquél orden que el Creador quiso establecer en la sociedad humana y que debe irse perfeccionando sin cesar por medio del esfuerzo de aquellos hombres que aspiran a implantar en el mundo una justicia cada vez más plena. En efecto, aunque fundamentalmente el bien común del género humano depende de la ley eterna, en sus exigencias concretas está, con todo, sometido a las continuas transformaciones ocasionadas por la evolución de los tiempos; la paz no es nunca algo adquirido de una vez para siempre, sino que es preciso irla construyendo y edificando cada día. Como además la voluntad humana es frágil y está herida por el pecado, el mantenimiento de la paz requiere que cada uno se esfuerce constantemente por dominar sus pasiones, y exige de la autoridad legítima una constante vigilancia.

Y todo esto es aún insuficiente. La paz de la que hablamos no puede obtenerse en este mundo si no se garantiza el bien de cada una de las personas y si los hombres no saben comunicarse entre sí espontáneamente y con confianza las riquezas de su espíritu y de su talento. La firme voluntad de respetar la dignidad de los otros hombres y pueblos y el solícito ejercicio de la fraternidad son algo absolutamente imprescindible para construir la verdadera paz. Por ello puede decirse que la paz es también fruto del amor, que supera los límites de lo que exige la simple justicia. La paz terrestre nace del amor al prójimo, y es como la imagen y el efecto de aquella paz de Cristo, que procede de Dios Padre. En efecto, el mismo Hijo encarnado, príncipe de la paz, ha reconciliado por su cruz a todos los hombres con Dios, reconstruyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo. Así ha dado muerte en su propia carne al odio y, después del triunfo de su resurrección, ha derramado su Espíritu de amor en el corazón de los hombres.

Por esta razón todos los cristianos quedan vivamente invitados a que, realizando la verdad en el amor, se unan a aquellos hombres que, como auténticos constructores de la paz, se esfuerzan por instaurarla y rehacerla. Movidos por este mismo espíritu, no podemos menos de alabar a quienes, renunciando a toda intervención violenta en la defensa de sus derechos, recurren a aquellos medios de defensa que están incluso al alcance de los más débiles, con tal de que esto pueda hacerse sin lesionar los derechos y los deberes de otras personas o de la misma comunidad

EVANGELIO

Evangelio: El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido (Lucas 19, 1-10)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,1-10):

Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad. Vivía en ella un hombre rico llamado Zaqueo, jefe de los que cobraban impuestos para Roma. Quería conocer a Jesús, pero no conseguía verle, porque había mucha gente y Zaqueo era de baja estatura. Así que, echando a correr, se adelantó, y para alcanzar a verle se subió a un árbol junto al cual tenía que pasar Jesús. 
Al llegar allí, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida porque hoy he de quedarme en tu casa.» 
Zaqueo bajó aprisa, y con alegría recibió a Jesús. Al ver esto comenzaron todos a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en casa de un pecador. 
Pero Zaqueo, levantándose entonces, dijo al Señor: «Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes; y si he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más.» Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.»

Palabra del Señor

SEGUNDA LECTURA

Segunda lectura: Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él (2 Tesalonicenses 1, 11-2, 2)

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,11–2,2):

Con este fin oramos siempre por vosotros, pidiendo a nuestro Dios que os tenga por dignos de haber sido llamados por él, y que cumpla con su poder todos vuestros buenos deseos y los trabajos que realizáis impulsados por la fe. De esta manera el nombre de nuestro señor Jesús será honrado por vuestra causa, y él os honrará conforme a la bondad de nuestro Dios y del señor Jesucristo. Ahora, hermanos, en cuanto al regreso de nuestro señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, os rogamos que no cambiéis fácilmente de manera de pensar ni os dejéis asustar por ningún mensaje espiritual, discurso o carta que recibáis, como si fuera nuestra, diciendo que el día del Señor ya ha llegado.

Palabra de Dios

SALMO

Salmo

Sal 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14

R/.
 Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; 
bendeciré tu nombre por siempre jamás. 
Día tras día, te bendeciré 
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R/.

El Señor es clemente y misericordioso, 
lento a la cólera y rico en piedad; 
el Señor es bueno con todos, 
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, 
que te bendigan tus fieles; 
que proclamen la gloria de tu reinado, 
que hablen de tus hazañas. R/.

El Señor es fiel a sus palabras, 
bondadoso en todas sus acciones. 
El Señor sostiene a los que van a caer, 
endereza a los que ya se doblan. R/.


GLORIA AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPIRITU SANTO

PRIMERA LECTURA

Domingo, 30 de octubre de 2016
Primera lectura: Te compadeces, Señor, de todos, porque amas a todos los seres (Sabiduría 11, 22-12,2)

Lectura del libro de la Sabiduría (11,22–12,2):

Tú de todos tienes compasión, porque lo puedes todo y no te fijas en los pecados de los hombres, para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado. ¿Cómo podrían existir los seres, si tú no lo hubieras querido? ¿Cómo podrían conservarse, si tú no lo ordenaras? Tú tienes compasión de todos, porque todos, Señor, te pertenecen y amas todo lo que tiene vida, porque en todos los seres está tu espíritu inmortal. Por eso, a los que pecan los corriges y reprendes poco a poco, y les haces reconocer sus faltas, para que apartándose del mal crean en ti, Señor.

Palabra de Dios

EL ROSARIO

EL SANTO ROSARIO
Misterios Gloriosos (MIERCOLES Y DOMINGOS)

.1º La Resurrección del Señor (MATEO  28,1-10)

.2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (HECHOS 1,3-11)

3º La Venida del Espíritu Santo (HECHOS  2,1-13)

4º La Asunción de Nuestra Señora (De la Constitución Apostólica Deus del papa Pío XXII )

5º La Coronación de Nuestra Señora, como Reina de cielo y tierra. (Constitución Dogmática Sobre la Iglesia. Lumen Gentium 59)

(Un Padre nuestro, diez Avemarías, Gloria y María madre de gracia, Madre de Misericordia.)

Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser,  SANTO

EL ÁNGELUS

El Ángelus

V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

Dios te salve, María…

V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.

Dios te salve, María…

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.

Dios te salve, María…

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re­su­rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amen.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.


El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO

DOMINGO 30 LAUDES

DOMINGO DE LA SEMANA XXXI
De la Feria. Salterio III

30 de octubre 


LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Aleluya. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Aleluya.
Himno: LAS SOMBRAS OSCURAS HUYEN.
Las sombras oscuras huyen,
ya va pasando la noche;
y el sol, con su luz de fuego,
nos disipa los temores.

Ya se apagan las estrellas
y se han encendido soles;
el rocío cae de los cielos
en el cáliz de las flores.

Las criaturas van vistiendo
sus galas y sus colores,
porque al nacer nuevo día
hacen nuevas las canciones.

¡Lucero, Cristo, del alba,
que paces entre esplendores,
apacienta nuestras vidas
ya sin sombras y sin noches!

¡Hermoso Cristo, el Cordero,
entre collados y montes! Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Salmo 92 - GLORIA DEL DIOS CREADOR
El Señor reina vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.

Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.

Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;

pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.

Ant 2. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

No se dice Gloria al Padre.

Ant. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.

Ant 3. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
Salmo 148 - ALABANZA DEL DIOS CREADOR
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.

Alabadlo todos sus ángeles,
alabadlo todos sus ejércitos.

Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.

Alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.

Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.

Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.

Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar.

Rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes.

Montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros.

Fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.

Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo.

Los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.

Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.

Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.

Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
LECTURA BREVE   Ez 37, 12b-14
Así dice el Señor. «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que yo soy el Señor: os infundiré mi espíritu y viviréis, os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo el Señor lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre.
R. Ten piedad de nosotros.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Zaqueo, muy contento, recibió a Jesús en su casa. A esta casa hoy ha llegado la salvación.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
Zaqueo, muy contento, recibió a Jesús en su casa. A esta casa hoy ha llegado la salvación.
PRECES
Invoquemos a Dios Padre que envió al Espíritu Santo, para que con su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle:

Ilumina, Señor, a tu pueblo.

Te bendecimos, Señor, luz nuestra,
porque a gloria de tu nombre nos has hecho llegar a este nuevo día.

Tú que por la resurrección de tu Hijo quisiste iluminar el mundo,
haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.

Tú que por el Espíritu de la verdad adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo,
envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti.

Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las tinieblas
y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...

ORACION
Señor de poder y de misericordia, cuyo favor hace digno y agradable el servicio de tus fieles, concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.