Musica Para el Alma
sábado, 25 de enero de 2025
LUCAS 1,1-4;4,14-21 CICLO C
Lecturas del III Domingo del
Tiempo Ordinario
26 Ene 2025
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):
Ilustre
Teófilo:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos
que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmiteron los que fueron
desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he
resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo
diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas
que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama
se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo
alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre
los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del
profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la
sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Palabra
de Dios
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
*Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a
proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista*
*Esta lectura es para
mí, una manifestación del amor del Señor, al más alto nivel para todos
los necesitados, los que están cargados de problemas, los que
sienten que ya no tienen esperanza. El Señor tiene una misión, y es llevar
la luz a cada rincón de cada vida, el Señor, sabe que estoy rodeado de
oscuridad que no me dejan ver. Por eso me llena de mucha alegría está
palabra, "Me ha enviado a evangelizar a los
pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista" El Señor, sale
con la luz de Su Palabra a manifestarse en las tinieblas de mi vida. Qué bueno
es el Señor, porque él se acerca a dónde están todas mis pobrezas, para
iluminarme con la luz de su Palabra*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAUDES Y VISPERAS DEL DOMINGO 26
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO
ORDINARIO LIBRO III. SEMANA 3*
TIEMPO ORDINARIO
DOMINGO SEMANA III
De la Feria. Salterio III
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos
vítores a la Roca que nos salva. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos
vítores a la Roca que nos salva. Aleluya.
Himno: LAS SOMBRAS OSCURAS HUYEN.
Las sombras oscuras huyen,
ya va pasando la noche;
y el sol, con su luz de fuego,
nos disipa los temores.
Ya se apagan las estrellas
y se han encendido soles;
el rocío cae de los cielos
en el cáliz de las flores.
Las criaturas van vistiendo
sus galas y sus colores,
porque al nacer nuevo día
hacen nuevas las canciones.
¡Lucero, Cristo, del alba,
que paces entre esplendores,
apacienta nuestras vidas
ya sin sombras y sin noches!
¡Hermoso Cristo, el Cordero,
entre collados y montes! Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Salmo 92 - GLORIA DEL DIOS CREADOR
El Señor reina vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es admirable en el cielo.
Aleluya.
Ant 2. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado
por los siglos. Aleluya.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Tú, Señor, eres alabado y ensalzado
por los siglos. Aleluya.
Ant 3. Alabad al Señor en el cielo.
Aleluya.
Salmo 148 - ALABANZA DEL DIOS CREADOR
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles,
alabadlo todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar.
Rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes.
Montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros.
Fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo.
Los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor en el cielo.
Aleluya.
LECTURA BREVE Ez 37, 12b-14
Así dice el Señor. «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de
vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando
abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis
que yo soy el Señor: os infundiré mi espíritu y viviréis, os colocaré en
vuestra tierra y sabréis que yo el Señor lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de
nosotros.
V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de
nosotros.
V. Hijo
mío, haz caso a mis palabras.
R. presta oído a mis consejos.
PRIMERA
LECTURA AÑO (I)
De la carta a los Romanos 8, 1-17
NO VIVIMOS LA VIDA SEGÚN LA CARNE, SINO SEGÚN EL ESPÍRITU
Hermanos: No hay ya condenación alguna para los que están en Cristo Jesús,
porque la ley del espíritu de vida en Cristo Jesús me libró de la ley del
pecado y de la muerte. Lo que no podía llevar a cabo la ley de Moisés, porque
le restaba fuerzas la vida según la carne, lo realizó Dios así: Envió a su
propio Hijo, sometido a una existencia semejante a la de la carne de pecado, y
lo envió como sacrificio propiciatorio por el pecado. Así dictó sentencia de
condenación contra el pecado, que ejercía su poder en la vida según la carne.
De este modo la exigencia y el fin de la ley tuvieron cumplimiento en nosotros,
que no vivimos la vida puramente natural, según la carne, sino la vida
sobrenatural, según el espíritu.
En efecto, los que llevan una vida puramente natural, según la carne, ponen su
corazón en las cosas de la carne; los que viven la vida según el espíritu lo
ponen en las cosas del espíritu. Las tendencias de la carne llevan hacia la
muerte, en cambio, las del espíritu llevan a la vida y a la paz. Porque las
tendencias de la vida según la carne son enemigas de Dios y no se someten ni
pueden someterse a la ley de Dios. Y los que llevan una vida puramente natural,
según la carne, no pueden agradar a Dios.
Pero vosotros ya no estáis en la vida según la carne, sino en la vida según el
espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el
Espíritu de Cristo no es de Dios. Pero si Cristo está en vosotros, aunque
vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la
justificación.
Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en
vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará
también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en
vosotros.
Así, pues, hermanos, no tenemos deuda alguna con la vida según la carne, para
que vivamos según sus principios. Sí vivís según ellos, moriréis; pero, si
hacéis morir por el espíritu las malas pasiones del cuerpo, viviréis.
Porque todos cuantos se dejan guiar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
Que no habéis recibido espíritu de esclavitud, para recaer otra vez en el
temor, sino que habéis recibido espíritu de adopción filial, por el que
clamamos: «¡Padre!» Este mismo Espíritu se une a nosotros para testificar que
somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también somos herederos: herederos de
Dios y coherederos de Cristo, si es que padecemos juntamente con Cristo, para
ser glorificados juntamente con él.
RESPONSORIO Cf. Rm 8, 3. 4; Is 53, 11
R. Dios envió a su propio Hijo, sometido a una
existencia semejante a la de la carne de pecado; así dictó sentencia de
condenación contra el pecado, que ejercía su poder en la vida según la
carne; * de este modo la exigencia de la ley tuvo cumplimiento en
nosotros.
V. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó
sobre sí los crímenes de ellos.
R. De este modo la exigencia de la ley tuvo
cumplimiento en nosotros.
SEGUNDA LECTURA
De la Constitución
Sacrosánctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, del Concilio Vaticano
segundo.
(Núms. 7-8. 106)
CRISTO ESTÁ PRESENTE EN
SU IGLESIA
Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica.
Está presente en el sacrificio de la misa, tanto en la persona del ministro,
ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se
ofreció en la cruz, como sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está
presente con su fuerza en los sacramentos, de modo que cuando alguien bautiza
es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la
Iglesia la sagrada Escritura es él quien habla. Está presente, por último,
cuando la Iglesia suplica y canta salmos, pues él mismo prometió: Donde dos o
tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
En verdad, en esta obra tan grande, por la que Dios es perfectamente
glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su
amadísima esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por él tributa culto al
Padre eterno.
Con razón, pues, se considera a la liturgia como el ejercicio del sacerdocio de
Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y realizan, cada uno a su
manera, la santificación del hombre; y así el cuerpo místico de Jesucristo, es
decir, la cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro.
En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y
de su cuerpo, que es la Iglesia, es la acción sagrada por excelencia, cuya
eficacia no es igualada, con el mismo título y en el mismo grado, por ninguna
otra acción de la Iglesia.
En la liturgia terrena participamos, pregustándola, de aquella liturgia
celestial que se celebra en la ciudad santa de Jerusalén, hacia la cual nos
dirigimos como peregrinos, y donde Cristo, ministro del santuario y de la
verdadera Tienda de Reunión, está sentado a la diestra de Dios; con todos los
coros celestiales, cantamos en la liturgia el himno de la gloria del Señor;
veneramos la memoria de los santos, esperando ser admitidos en su asamblea;
esperamos que venga como salvador Cristo Jesús, el Señor, hasta que se
manifieste él, que es nuestra vida, y nos manifestemos también nosotros con él,
revestidos de gloria.
La Iglesia, por una tradición apostólica que se remonta al mismo día de la
resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día
que es llamado con razón día del Señor o domingo. En este día, los fieles deben
reunirse a fin de que, escuchando la palabra de Dios y participando en la
eucaristía, celebren el memorial de la pasión, resurrección y gloria del Señor
Jesús, y den gracias a Dios que, por la resurrección de Jesucristo de entre los
muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva. Por esto, el
domingo es la fiesta primordial, que debe inculcarse a la piedad de los fieles,
de modo que sea también día de alegría y de liberación del trabajo. No deben
anteponérsele otras solemnidades, a no ser que sean realmente de suma
importancia, puesto que el domingo es el fundamento y el núcleo de todo el año
litúrgico.
RESPONSORIO S. Agustín,
Comentario Sal 85, 1
R. Cristo ora por nosotros, como
sacerdote nuestro; ora en nosotros, como cabeza nuestra; recibe nuestra
oración, como nuestro Dios. * Reconozcamos nuestra propia voz en él y su propia
voz en nosotros.
V. Cuando hablamos con Dios en la
oración, el Hijo está unido a nosotros.
R. Reconozcamos nuestra propia voz en
él y su propia voz en nosotros.
Lecturas del III
Domingo del Tiempo Ordinario
26 Ene 2025
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):
Ilustre
Teófilo:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos
que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmiteron los que fueron
desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he
resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo
diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las
enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama
se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo
alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su
costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el
rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba
escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la
sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Palabra
de Dios
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
PRECES
Invoquemos a Dios Padre que envió al Espíritu Santo, para que con
su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle:
*Ilumina,
Señor, a tu pueblo*.
Te bendecimos, Señor, luz nuestra,
porque a gloria de tu nombre nos has hecho llegar a este nuevo día.
Tú que por la resurrección de tu Hijo quisiste iluminar el mundo,
haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.
Tú que por el Espíritu de la verdad adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo,
envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti.
Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las
tinieblas
y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan
extraviados, para que puedan volver al camino recto, concede a todos los
cristianos que se aparten de todo lo que sea indigno de ese nombre que llevan,
y que cumplan lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: SANTA UNIDAD Y TRINIDAD BEATA.
Santa unidad y Trinidad beata:
con los destellos de tu brillo eterno,
infunde amor en nuestros corazones,
mientras se va alejando el sol de fuego.
Por la mañana te cantamos loas
y por la tarde te elevamos ruegos,
pidiéndote que estemos algún día
entre los que te alaban en el cielo.
Glorificado sean por los siglos
de los siglos el Padre y su Unigénito,
y que glorificado con entrambos
sea por tiempo igual el Paracleto. Amén
SALMODIA
Ant 1. Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha.» Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha.» Aleluya.
Ant 2. El Señor piadoso ha hecho
maravillas memorables. Aleluya.
Salmo 110 - GRANDES SON LAS OBRAS DEL SEÑOR
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor piadoso ha hecho
maravillas memorables. Aleluya.
Ant 3. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño
de todo. Aleluya.
Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap 19,1-2, 5-7
El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados
cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente
decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada estrofa.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño
de todo. Aleluya.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran
misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha
hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible,
pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os
custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento
final.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
R. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
V. Digno de gloria y alabanza por los siglos.
R. En la bóveda del cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. A los malvados les dará una muerte afrentosa, y arrendará su viña
a otros viñadores que le entreguen los frutos a su tiempo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A los malvados les dará una muerte
afrentosa, y arrendará su viña a otros viñadores que le entreguen los frutos a
su tiempo.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro Padre, que maravillosamente creó el
mundo, lo redimió de forma más admirable aún y no cesa de conservarlo con amor,
y digámosle:
Renueva, Señor, las maravillas de tu amor.
Señor, tú que en el universo, obra de tus manos, nos revelas tu poder,
haz que sepamos ver tu providencia en los acontecimientos del mundo.
Tú que por la victoria de tu Hijo en la cruz anunciaste la paz al mundo,
líbranos de todo desaliento y de todo temor.
A todos los que aman la justicia y trabajan por conseguirla,
concédeles que cooperen con sinceridad y concordia en la edificación de un
mundo mejor.
Ayuda a los oprimidos, consuela a los afligidos, libra a los cautivos, da pan a
los hambrientos
y fortalece a los débiles, para que en todos se manifieste el triunfo de la
cruz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que al tercer día resucitaste a tu Hijo gloriosamente del sepulcro,
haz que nuestros hermanos difuntos lleguen también a la plenitud de la vida.
Concluyamos nuestra súplica con la oración que el mismo Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que con la magnificencia de tu amor
sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre
nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud
y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL DOMINGO 26 DE ENERO 2025
Lecturas del III Domingo del
Tiempo Ordinario
26 Ene 2025
Primera Lectura
Lectura
del libro de Nehemias (8,2-4a.5-6.8-10):
En
aquellos días, el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo el
libro de la ley ante la comunidad: hombres, mujeres y cuantos tenían uso de
razón. Leyó el libro en la plaza que está delante de la Puerta del Agua, desde
la mañana hasta el mediodía, ante los hombres, las mujeres y los que tenían uso
de razón. Todo el pueblo escuchaba con atención la lectura de la ley.
El escriba Esdras se puso en pie sobre una tribuna de madera levantada para la
ocasión.
Esdras abrió el libro en presencia de todo el pueblo, de modo que toda la
multitud podía verlo; al abrirlo, el pueblo entero se puso de pie. Esdras
bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo respondió con las manos
levantadas:
«Amén, amén».
Luego se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas leyeron el libro de la ley de Dios con claridad y explicando su
sentido, de modo que entendieran la lectura.
Entonces, el gobernador Nehemias, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas
que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea:
«Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios: No estéis tristes ni lloréis»
(y es que todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley).
Y añadieron:
«Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no
tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el
gozo en el Señor es vuestra fortaleza».
Palabra
de Dios
Salmo
Sal
18,8.9.10.15
R/. Tus palabras, Señor, son
espíritu y vida.
V/.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
V/.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
V/.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
V/.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.
Segunda Lectura
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,12-30):
Hermanos:
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del
cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados
en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un
solo Espíritu.
Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro sino muchos.
Si el pie dijera: «No soy mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por
eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo
parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo
entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería?
Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso.
Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo.
El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a
los pies: «No os necesito». Más aún, los miembros que parecen más débiles son
más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los
menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes
no lo necesitan.
Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que
menos valían.
Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se
preocupan unos de otros.
Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado,
todos se felicitan.
Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en
el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los
milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de
lenguas.
¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen
todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos
las interpretan?
Palabra
de Dios
Lecturas del III Domingo del
Tiempo Ordinario
26 Ene 2025
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):
Ilustre
Teófilo:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos
que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmiteron los que fueron
desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he
resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo
diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas
que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama
se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo
alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre
los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del
profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la
sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Palabra
de Dios
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
*Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a
proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista*
*Esta lectura es para
mí, una manifestación del amor del Señor, al más alto nivel para todos
los necesitados, los que están cargados de problemas, los que
sienten que ya no tienen esperanza. El Señor tiene una misión, y es llevar
la luz a cada rincón de cada vida, el Señor, sabe que estoy rodeado de
oscuridad que no me dejan ver. Por eso me llena de mucha alegría está
palabra, "Me ha enviado a evangelizar a los
pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista" El Señor, sale
con la luz de Su Palabra a manifestarse en las tinieblas de mi vida. Qué bueno
es el Señor, porque él se acerca a dónde están todas mis pobrezas, para
iluminarme con la luz de su Palabra*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.