Musica Para el Alma

domingo, 25 de febrero de 2018

ORACION ANTES DE IR A LA CAMA

LUNES DE LA SEMANA II
26 de febrero 


COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
EXAMEN DE CONCIENCIA 

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: TÚ, A QUIEN HE BUSCADO, SEÑOR
Tú, a quien he buscado, Señor,
en este día,
a quien he escuchado,
dame el reposo de esta noche.

Tú, a quien he cantado, Señor,
en este día,
a quien he orado,
dame el reposo de esta noche.

Tú, a quien yo he negado, Señor,
en este día,
a quien he amado,
dame el reposo de esta noche. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.
Salmo 85 - ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES.
Inclina tu oído, Señor; escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.

Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;

porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.

En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.

Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»

Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.

Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu grande piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.

Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí.

Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.
LECTURA BREVE   1Ts 5, 9-10
Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.

ORACION DE LA NOCHE

LUNES DE LA SEMANA II
Propio del Tiempo. Salterio II

26 de febrero 


VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: ÉSTA ES LA HORA PARA EL BUEN AMIGO.
Ésta es la hora para el buen amigo,
llena de intimidad y confidencia,
y en la que, al examinar nuestra conciencia,
igual que siente el rey, siente el mendigo.

Hora en que el corazón encuentra abrigo
para lograr alivio a su dolencia
y, al evocar la edad de la inocencia,
logra en el llanto bálsamo y castigo.

Hora en que arrullas, Cristo, nuestra vida
con tu amor y caricia inmensamente
y que a humildad y a llanto nos convida.

Hora en que un ángel roza nuestra frente
y en que el alma, como cierva herida,
sacia su sed en la escondida fuente. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.
Salmo 44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.

Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.

Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.

Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.

A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.

Ant 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Salmo 44 II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.

Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.

«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»

Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Llega el esposo, salid a recibirlo.

Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE   Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»

V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. «No juzguéis y no seréis juzgados; con la medida con que midais se os medirá a vosotros», dice el Señór.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
«No juzguéis y no seréis juzgados; con la medida con que midais se os medirá a vosotros», dice el Señór.
PRECES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que por la palabra de su Hijo prometió escuchar la oración de los que se reúnen en su nombre, y, confiados en esta promesa, supliquémosle, diciendo:

Escucha a tu pueblo, Señor.

Señor, tú que en la montaña del Sinaí diste a conocer tu ley por medio de Moisés y la perfeccionaste luego por Cristo,
haz que todos los hombres descubran que tienen esta ley inscrita en el corazón y que la deben guardar para hacer efectiva la alianza que has hecho con ellos.

Concede a los superiores fraternal solicitud hacia los que les han sido confiados,
y a los súbditos espíritu de obediente colaboración.

Fortalece el espíritu y el corazón de los misioneros
y suscita en todas partes colaboradores de su obra.

Que los niños crezcan en gracia y en edad,
y que los jóvenes se abran con sinceridad a tu amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Acuérdate de nuestros hermanos que ya duermen el sueño de la paz
y dales parte en la vida eterna.

Digamos a nuestro Padre, juntamente con Jesús, la oración que él nos enseñó:
Padre nuestro...

ORACION
Señor, tu que para nuestro progreso espiritual nos mandas dominar nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a huir también de todo pecado y a entregarnos, con amor filial, al cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

ORACION DE LA TARDE

LUNES DE LA SEMANA II
Propio del Tiempo. Salterio II

26 de febrero
HORA NONA

INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: CADA TARDE SE NOS VAN LOS DÍAS
Cada tarde se nos van los días,
y cada tarde el tiempo pasa;
se acaba nuestra vida cada tarde
y miramos la muerte más cercana.

Déjame todavía gozar el milagro
de tu luz, de tu sol, de tus albas;
déjame gozar el milagro de sentirme vivo
y de nacer para ti cada mañana.

Déjame, Señor, gozar de tu milagro
al llegar una vez más la tarde mansa,
porque tú eres el Dios de nuestras horas,
el Dios oculto de nuestra esperanza. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.

Salmo 118, 41-48
Señor, que me alcance tu favor,
tu salvación según tu promesa:
así responderé a los que me injurian,
que confío en tu palabra;
no quites de mi boca las palabras sinceras,
porque yo espero en tus mandamientos.

Cumpliré sin cesar tu voluntad,
por siempre jamás;
andaré por un camino ancho,
buscando tus decretos;
comentaré tus preceptos ante los reyes,
y no me avergonzaré.

Serán mi delicia tus mandatos,
que tanto amo;
levantaré mis manos hacia ti
recitando tus mandatos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 39, 2-14. 17-18 I - ACCIÓN DE GRACIAS Y PETICIÓN DE AUXILIO

Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;

me levantó de la fosa fatal,
de la charca fangosa;
afianzó mis pies sobre roca,
y aseguró mis pasos;

me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios.
Muchos, al verlo, quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.

Dichoso el hombre que ha puesto
su confianza en el Señor,
y no acude a los idólatras,
que se extravían con engaños.

¡Cuántas maravillas has hecho,
Señor, Dios mío,
cuántos planes en favor nuestro!
Nadie se te puede comparar:
intento proclamarlas, decirlas,
pero superan todo número.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy
-como está escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad.»

Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 39 II

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.

No me he guardado en el pecho tu defensa,
he proclamado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.

Tú, Señor, no me niegues tu clemencia,
que tu misericordia y tu lealtad me guarden siempre,
porque me cercan desgracias sin cuento.

Se me echan encima mis culpas,
y no puedo huir;
son más que los cabellos de mi cabeza,
y me falta el valor.

Señor, dígnate librarme;
Señor, date prisa en socorrerme.

Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
digan siempre: «Grande es el Señor»,
los que desean tu salvación.

Yo soy pobre y desdichado,
pero el Señor cuida de mí;
tú eres mi auxilio y mi liberación:
Dios mío, no tardes.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.

LECTURA BREVE   Is 58, 6a. 7
El ayuno que yo quiero es éste: Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne.

V. Mi sacrificio es un espíritu contrito.
R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.


ORACIÓN

OREMOS,
Señor, tu que para nuestro progreso espiritual nos mandas dominar nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a huir también de todo pecado y a entregarnos, con amor filial, al cumplimiento de tus mandatos. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

EL ROSARIO

EL SANTO ROSARIO
.
Misterios Gozosos (LUNES Y SABADOS)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.
1º La Encarnación del Hijo de Dios. (Lc 1, 26-38)

2º La Visitación de María a su prima Isabel. (Lc 1, 39-56)

 3º El Nacimiento del niño Dios.  (Lc 2, 1-20)

4º Presentación del Niño en el Templo. (Lc 2,21-35)

5º El niño perdido y hallado en el templo. (Lc 2,41-52)
.
Oremos:  
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
.

El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser,  SANTO

LUCAS 6, 36-38 LO QUE ME DICE EL EVANGELIO

Lo que me dice: El Santo Evangelio:
.
Lunes, 26 de febrero de 2018  (Lucas 6, 36-38). (No juzguéis).  *La misión de esta lectura es introducir un pequeño rayo de luz, dentro de mi razón. NO juzgar no quiere decir que yo no tengo discernimiento sobre lo que está bien o lo que está mal. El Señor lo que quiere corregir en mí es que yo no siga tomando el papel de  ser juez sobre las personas. Que deje esa mala práctica de estar juzgando a las personas. El Señor me está reclamado su puesto, y al mismo tiempo me está entregando una gran oportunidad de sanar dentro de mi aquella parte de mi vida que está gravemente enferma por estar juzgando a los demás. El Señor me quiere sanar de esa terrible enfermedad de estar juzgando a las personas, porque no soy yo el que tiene que definir el futuro y el destino de las personas. Porque yo juzgo por la apariencia, por la forma de vestir, si tiene tatuaje, si tiene un estilo de cabellos un poco extraño, muchas veces por el color de la piel, por la forma de hablar haciendo gestos con las manos. El Señor me dice que no juzgue porque yo no conozco lo que hay en el corazón de las personas, no conozco sus sentimientos, ni su forma de pensar*.  
 
*El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO*

EVANGELIO

Lunes, 26 de febrero de 2018
Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,36-38):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra del Señor

SALMO

Lunes, 26 de febrero de 2018
Salmo
Sal 78,8.9.11.13

R/.
 Señor, no nos trates
como merecen nuestros pecados


V/. No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R/.

V/. Socórrenos, Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R/.

V/. Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. R/.

V/. Nosotros, pueblo, ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
cantaremos tus alabanzas de generación en generación. R/.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 

PRIMERA LECTURA

Lunes, 26 de febrero de 2018
Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel (9,4b-10):

¡AY, mi Señor, Dios grande y terrible, que guarda la alianza y es leal con los que lo aman y cumplen sus mandamientos!
Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
Tú, mi Señor, tienes razón y a nosotros nos abruma la vergüenza, tal como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todos los países por donde los dispersaste a causa de los delitos que cometieron contra ti.
Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti.
Pero, mi Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él. No obedecimos la voz del Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por medio de sus siervos, los profetas.

Palabra de Dios

LECTURAS LARGAS

PRIMERA LECTURA
Del libro del Éxodo 14, 10-31
PASO DEL MAR ROJO
En aquellos días, cuando se acercaba el Faraón al campamento de Fehirot, los hijos de Israel levantaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de ellos; el temor los invadió y clamaron al Señor. Dijeron a Moisés:

«¿No había suficientes sepulcros en Egipto para que nos trajeras a morir en el desierto? ¿Para qué nos has sacado de Egipto? ¿No te lo decíamos allá claramente: "Déjanos en paz y serviremos a los egipcios; más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto"?»

Moisés respondió al pueblo:

«No tengáis miedo; estad firmes y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy: esos egipcios que estáis viendo hoy no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros sin que vosotros tengáis que preocuparos.» El Señor dijo a Moisés:

«¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Tú alza tu cayado y extiende tu mano sobre el mar y se abrirá en dos, de modo que los israelitas puedan atravesarlo como por tierra firme.

Yo haré que el Faraón se empeñe en entrar detrás de vosotros y mostraré mi gloria derrotando al Faraón y a su ejército, a sus carros y jinetes; para que sepa Egipto que yo soy el Señor, cuando muestre mi gloria derrotando al Faraón con sus carros y jinetes.» El ángel de Dios que caminaba delante de las huestes de Israel se levantó y pasó a su retaguardia; la columna de nubes que estaba delante de ellos se puso detrás, colocándose entre el campamento egipcio y el campamento israelí; la nube se oscureció y la noche quedó tenebrosa, de modo que los egipcios no pudieron acercarse a los hijos de Israel en toda la noche.

Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este que secó el mar y las aguas se dividieron en dos. Los hijos de Israel entraron por el mar como por tierra firme, y las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución y entraron detrás de ellos por el mar, con los caballos del Faraón, sus carros y sus guerreros.

A la vigilia matutina, volvió Dios la mirada desde la columna de fuego y humo hacia el ejército egipcio y sembró en él el pánico. Hizo que las ruedas de los carros se trabasen unas con otras, de modo que sólo muy penosamente avanzaban. Los egipcios exclamaron entonces:

«Huyamos de Israel, porque el Señor combate por él contra Egipto.» Pero Dios dijo a Moisés:

«Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas se reunirán sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.» y Moisés extendió su mano sobre el mar, y, al despuntar el día, el mar recobró su estado ordinario y los egipcios en fuga se vieron frente a las aguas, y así arrojó Dios a los egipcios en medio del mar, pues las aguas, al reunirse, cubrieron carros, jinetes y todo el ejército del Faraón que había entrado en el mar en seguimiento de Israel, y no escapó ni uno solo. Pero los hijos de Israel caminaban sobre tierra seca por en medio del mar. Las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.

Aquel día libró Dios a Israel de los egipcios, cuyos cadáveres vio Israel en las orillas del mar. Israel vio la mano potente que mostró Dios contra Egipto, y el pueblo temió al Señor, y creyó en él y en Moisés su siervo.
RESPONSORIO    Ex 15, 1. 2. 3
R. Cantaré al Señor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar; * mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
V. El Señor es un guerrero, su nombre es «El Señor».
R. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
SEGUNDA LECTURA
De las Catequesis de san Juan Crisóstomo, obispo
(Catequesis 3, 24-27: SC 50, 165-167)
MOISÉS y CRISTO
Los judíos vieron maravillas; también tú las verás, y más grandes y sorprendentes que cuando los judíos salieron de Egipto. Tú no viste sumergirse al Faraón con su ejército, pero has visto al diablo con todo su poder cubierto por las olas. Los judíos atravesaron el mar Rojo; tú has atravesado el dominio de la muerte. Ellos fueron liberados de Egipto; tú has sido liberado de los demonios. Los judíos escaparon de la esclavitud en país extranjero; tú has escapado de la esclavitud, mucho más triste, del pecado.

¿Quieres aún más pruebas de que has sido honrado con dones mayores? Los judíos, entonces, no pudieron contemplar el rostro glorificado de Moisés, a pesar de que era consiervo y congénere suyo; tú, en cambio, has contemplado la gloria del rostro de Cristo. Y el apóstol Pablo afirma: Todos nosotros reflejamos como en un espejo en nuestro rostro descubierto la gloria del Señor.

Ellos tenían entonces a Cristo que los seguía; pero, de un modo mucho más real, nos sigue ahora a nosotros. Pues entonces el Señor los acompañaba en atención a Moisés, pero ahora os acompaña no sólo en atención a Moisés, sino por vuestra obediencia. Ellos, al salir de Egipto, encontraron el desierto; tú, al salir de este mundo, encontrarás el cielo. Ellos tuvieron como guía e ilustre caudillo a Moisés; pero nosotros tenemos como guía y caudillo al otro Moisés, que es Dios mismo.

¿Cuál fue la nota distintiva del primer Moisés? Moisés -dice la Escritura- era el hombre más humilde del mundo. Esta característica se la podemos atribuir, sin temor a equivocarnos, a nuestro Moisés, ya que en él moraba íntima y consubstancialmente el Espíritu suavísimo. Entonces, Moisés, alzando las manos al cielo, hacía caer el maná, pan de ángeles; nuestro Moisés alza las manos al cielo y nos proporciona el alimento eterno. Aquél golpeó la roca e hizo salir torrentes de agua; éste toca la mesa, golpea la mesa espiritual y hace manar las fuentes del Espíritu. Por esto la mesa está situada en medio, cual una fuente, para que los rebaños acudan a la fuente desde todo lugar y beban de sus aguas salvadoras.

Disponiendo, pues, de una fuente tal, de una mesa abastecida con tal abundancia de alimentos de toda clase, de tanta abundancia de bienes espirituales, acerquémonos con un corazón sincero y una conciencia pura, para que alcancemos gracia y misericordia en el tiempo oportuno: la gracia y la misericordia del Hijo único, nuestro Señor y salvador Jesucristo, por el cual y con el cual sea la gloria, el honor y el poder al Padre y al Espíritu dador de vida, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO    Hb 11, 24-27a
R. Por la fe Moisés, siendo ya adulto, rehusó ser llamado hijo de una hija del Faraón, y prefirió sufrir males con el pueblo de Dios a disfrutar de las ventajas pasajeras del pecado; * pues tenía la mirada puesta en la recompensa.
V. Tuvo por mayor riqueza el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, y así, por la fe, abandonó Egipto.
R. Pues tenía la mirada puesta en la recompensa.

ORACIÓN.
OREMOS,
Señor, tu que para nuestro progreso espiritual nos mandas dominar nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a huir también de todo pecado y a entregarnos, con amor filial, al cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

LUNES 26 ORACION PARA INICIAR EL DIA

LUNES DE LA SEMANA II
Propio del Tiempo. Salterio II

26 de febrero 


LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.» 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Himno: CUÁNTAS VECES, SEÑOR, ME HABÉIS LLAMADO
¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!

Seguí mil veces vuestro pie sagrado,
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas atrevido,
al mismo precio que me habéis comprado.

Besos de paz os di para ofenderos,
pero si fugitivos de su dueño
yerran cuando los hallan los esclavos,

hoy que vuelvo con lágrimas a veros,
clavadme vos a vos en vuestro leño
y tendréisme seguro con tres clavos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR EL TEMPLO
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;

tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?

Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»

Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»

Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.

Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.

De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?

Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Ant 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Sir. 36, 1-7. 13-16
Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.

Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.

Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.

Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.

Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.

Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.

Ant 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.

Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
LECTURA BREVE   Ex 19, 4-6a
Vosotros habéis visto cómo os saqué sobre alas de águila y os traje hacia mí; ahora pues, si queréis obedecerme y guardar mi alianza, seréis mi especial propiedad entre todos los pueblos, pues mía es toda la tierra. Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.

V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. «Sed misericordiosos, como es misericordioso vuestro Padre», dice el Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
«Sed misericordiosos, como es misericordioso vuestro Padre», dice el Señor.
PRECES
Alabemos a Dios, nuestro Padre, que nos concede ofrecerle el sacrificio de alabanza cuaresmal, y supliquémosle, diciendo:

Ilumínanos, Señor, con tu palabra.

Dios todopoderoso y compasivo, concédenos el espíritu de oración y de penitencia,
y danos un verdadero deseo de amarte a ti y a nuestros hermanos.

Concédenos ser constructores de tu reino, para que todas las cosas tengan a Cristo por cabeza
y abunde la justicia y la paz en toda la tierra.

Haz que sepamos descubrir la bondad y hermosura de tu creación,
para que su belleza se haga alabanza en nuestros labios.

Perdónanos por haber ignorado la presencia de Cristo en los pobres, los sencillos y los marginados,
y por no haber atendido a tu Hijo en estos hermanos nuestros.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Impulsados por el Espíritu que nos hace clamar: «¡Padre!», invoquemos a nuestro Dios:
Padre nuestro...

ORACION
Señor, tu que para nuestro progreso espiritual nos mandas dominar nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a huir también de todo pecado y a entregarnos, con amor filial, al cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.