Musica Para el Alma

sábado, 1 de julio de 2023

GOTAS DE MISERICORDIA


 

MATEO 10,37-42 CICLO A


 

*Lecturas del Domingo 13º del Tiempo Ordinario - Ciclo A*

Domingo, 2 de julio de 2023

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,37-42):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»

Palabra del Señor

 

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí)

*En efecto, es la misma y única nitidez la que hay en Cristo y en nuestras almas. Pero con la diferencia de que Cristo es la fuente de donde nace esta nitidez, y nosotros la tenemos derivada de esta fuente. Es Cristo quien nos comunica el adorable conocimiento de sí mismo, para que el hombre, tanto en lo interno como en lo externo, se ajuste y adapte, por la moderación y rectitud de su vida, a este conocimiento que proviene del Señor, dejándose guiar y mover por él. En esto consiste (a mi parecer) la perfección de la vida cristiana: en que, hechos partícipes del nombre de Cristo por nuestro apelativo de cristianos, pongamos de manifiesto, con nuestros sentimientos, con la oración y con nuestro género de vida, la virtualidad de este nombre*.

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL DOMINGO 2 DE JULIO 2023


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

 

 

*DOMINGO SEMANA I*

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO

V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Aleluya.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Aleluya.

Himno: ES VERDAD QUE LAS LUCES DEL ALBA

Es verdad que las luces del alba
del día de hoy
son más puras, radiantes y bellas,
por gracia de Dios.

Es verdad que yo siento en mi vida,
muy dentro de mí,
que la gracia de Dios es mi gracia,
que no merecí.

Es verdad que la gracia del Padre,
en Cristo Jesús,
es la gloria del hombre y del mundo
bañados en luz.

Es verdad que la Pascua de Cristo
es pascua por mí,
que su muerte y victoria me dieron
eterno vivir.

Viviré en alabanzas al Padre,
que al Hijo nos dio,
y que el santo Paráclito inflame
nuestra alma en amor. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Por ti madrugo, Dios mío, para contemplar tu fuerza y tu gloria. Aleluya.

SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Por ti madrugo, Dios mío, para contemplar tu fuerza y tu gloria. Aleluya.

Ant 2. En medio de las llamas, los tres jóvenes, unánimes, cantaban: «Bendito sea el Señor.» Aleluya.

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

No se dice Gloria al Padre.

Ant. En medio de las llamas, los tres jóvenes, unánimes, cantaban: «Bendito sea el Señor.» Aleluya.

Ant 3. Que el pueblo de Dios se alegre por su Rey. Aleluya.

Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Que el pueblo de Dios se alegre por su Rey. Aleluya.

LECTURA BREVE   Ap 7, 10. 12

¡La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero! La bendición, y la gloria, y la sabiduría, y la acción de gracias, y el honor, y el poder, y la fuerza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

V. Tú que estás sentado a la derecha del Padre.
R. Ten piedad de nosotros.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.


V. La palabra de Cristo habite con toda riqueza en vosotros.

R. Exhortándoos mutuamente con toda sabiduría.

 

 

PRIMERA LECTURA

 

Del primer libro de Samuel 5, 1--6, 5a. 10-12. 19--7, 1

 

EL ARCA DE DIOS ES DEVUELTA A ISRAEL

 

En aquellos días, los filisteos capturaron el arca de Dios y la llevaron desde Piedrayuda a Asdod. Cogieron el arca de Dios, la metieron en el templo de Dagón y la colocaron junto a Dagón.

 

A la mañana siguiente, se levantaron los asdodeos y encontraron a Dagón caído de bruces delante del arca del Señor; lo recogieron y lo colocaron en su sitio. A la mañana siguiente, se levantaron y encontraron a Dagón caído de bruces ante el arca del Señor, con la cabeza y las manos cortadas, encima del umbral; sólo le quedaba el tronco. Por eso se conserva hasta hoy esta costumbre en Asdod: los sacerdotes y los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral.

 

La mano del Señor descargó sobre los asdodeos, aterrorizándolos, e hirió con tumores a la gente de Asdod y su término. Al ver lo que sucedía, los asdodeos dijeron:

 

«No debe quedarse entre nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura con nosotros y con nuestro dios Dagón.»

 

Entonces, mandaron convocar en Asdod a los príncipes filisteos y les consultaron:

 

«¿Qué hacemos con el arca del Dios de Israel?»

 

Respondieron:

 

«Que se traslade a Gat.»

 

Llevaron a Gat el arca del Dios de Israel, pero, nada más llegar, la mano del Señor se abatió sobre el pueblo causando un pánico terrible, porque hirió con tumores a toda la población, a chicos y grandes. Entonces trasladaron el arca de Dios a Ecrón; pero, cuando llegó allí, protestaron los ecronitas:

 

«Nos han traído el arca de Dios para que nos mate a nosotros y a nuestras familias.»

 

Entonces, mandaron convocar a los príncipes filisteos y les dijeron:

 

«Devolved a su sitio el arca del Dios de Israel; si no, nos va a matar a nosotros con nuestras familias.»

 

Todo el pueblo tenía un pánico mortal, porque la mano de Dios había descargado allí con toda fuerza. A los que no morían, les salían tumores. Y el clamor del pueblo subía hasta el cielo. El arca del Señor estuvo en país filisteo siete meses. Los filisteos llamaron a los sacerdotes y adivinos y les consultaron:

 

«¿Qué hacemos con el arca del Señor? Indicadnos cómo la podemos mandar a su sitio.»

 

Respondieron:

 

«Si queréis devolver el arca del Dios de Israel, no la mandéis vacía, sino pagando una indemnización. Entonces, si os curáis, sabremos por qué su mano no nos dejaba en paz.»

 

Les preguntaron:

 

«¿Qué indemnización tenemos que pagarles?»

 

Respondieron:

 

«Cinco tumores de oro y cinco ratas de oro, uno por cada príncipe filisteo, porque la misma plaga la habéis sufrido vosotros y ellos. Haced unas imágenes de los tumores y de las ratas que han asolado el país, y así reconoceréis la gloria del Dios de Israel.»

 

Así lo hicieron. Cogieron dos vacas que estaban criando-y las uncieron al carro, dejando los terneros encerrados en el establo; colocaron en el carro el arca del Señor y la cesta con las ratas de oro y las imágenes de los tumores. Las vacas tiraron derechas hacia el camino de Casalsol; caminaban mugiendo, siempre por el mismo camino, sin desviarse a derecha o izquierda. Los príncipes filisteos fueron detrás, hasta el término de Casalsol.

 

Los hijos de Jeconías, aunque vieron el arca, no hicieron fiesta con los demás, y el Señor castigó a setenta hombres. El pueblo hizo duelo, porque el Señor los había herido con gran castigo; y los de Casalsol decían:

 

«¿Quién podrá resistir al Señor, a ese Dios santo? ¿Adónde podemos enviar el arca para deshacernos de ella?»

 

Y mandaron este recado a Villasotos:

 

«Los filisteos han devuelto el arca del Señor; bajad a recogerla.»

 

Los de Villasotos fueron, recogieron el arca y la llevaron a Loma, a casa de Abinadab; y consagraron a su hijo Eleazar para que guardase el arca.

 

RESPONSORIO    Sal 131, 8-9; Nm 10, 36

 

R. Levántate, Señor, ven a tu mansión, ven con el arca de tu poder: * que tus sacerdotes se vistan de gala, que tus fieles te aclamen.

V. Descansa, Señor, entre las multitudes de Israel.

R. Que tus sacerdotes se vistan de gala, que tus fieles te aclamen.

 

SEGUNDA LECTURA

 

De las Homilías del papa Pablo sexto.

(Homilía pronunciada en Manila el 29 de noviembre de 1970)

 

PREDICAMOS A CRISTO HASTA LOS CONFINES DE LA TIERRA

 

¡Ay de mí si no evangelizare! Para esto me ha enviado el mismo Cristo. Yo soy apóstol y testigo. Cuanto más lejana está la meta, cuanto más difícil es el mandato, con tanta mayor vehemencia el amor nos apremia. Debo predicar su nombre: Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios vivo; él es quien nos ha revelado al Dios invisible, él es el primogénito de toda creatura, y todo se mantiene en él. Él es también el maestro y redentor de los hombres; él nació, murió y resucitó por nosotros. Él es el centro de la historia y del universo; él nos conoce y nos ama, compañero y amigo de nuestra vida, hombre de dolor y de esperanza; él ciertamente vendrá de nuevo y será finalmente nuestro juez y también, como esperamos, nuestra plenitud de vida y nuestra felicidad.

 

Yo nunca me cansaría de hablar de él; él es la luz, la verdad, más aún, el camino, la verdad y la vida; él es el pan y la fuente de agua viva, que satisface nuestra hambre y nuestra sed; él es nuestro pastor, nuestro guía, nuestro ejemplo, nuestro consuelo, nuestro hermano. Él, como nosotros y más que nosotros, fue pequeño, pobre, humillado, sujeto al trabajo, oprimido, paciente. Por nosotros habló, obró milagros, instituyó el nuevo reino en el que los pobres son bienaventurados, en el que la paz es el principio de la convivencia, en el que los limpios de corazón y los que lloran son ensalzados y consolados, en el que los que tienen hambre de justicia son saciados, en el que los pecadores pueden alcanzar el perdón, en el que todos son hermanos.

 

Éste es Jesucristo, de quien ya habéis oído hablar, al cual muchos de vosotros ya pertenecéis, por vuestra condición de cristianos. A vosotros, pues, cristianos, os repito su nombre, a todos lo anuncio: Cristo Jesús es el principio y el fin, el alfa y la omega, el rey del nuevo mundo, la arcana y suprema razón de la historia humana y de nuestro destino; él es el mediador, a manera de puente, entre la tierra y el cielo; él es el Hijo del hombre por antonomasia, porque es el Hijo de Dios, eterno, infinito y el Hijo de María, bendita entre todas las mujeres, su madre según la carne; nuestra madre por la comunión con el Espíritu del cuerpo místico.

 

¡Jesucristo! Recordadlo: él es el objeto perenne de nuestra predicación; nuestro anhelo es que su nombre resuene hasta los confines de la tierra y por los siglos de los siglos.

 

RESPONSORIO    2Tm 1, 10; Jn 1, 16; Col 1, 16-17

 

R. Cristo Jesús, nuestro Salvador, ha aniquilado la muerte, y ha hecho brillar la vida y la inmortalidad por el Evangelio. * Y de su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia.

V. Todo fue creado por él y para él, él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.

R. Y de su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia.

 

 

*Lecturas del Domingo 13º del Tiempo Ordinario - Ciclo A*

Domingo, 2 de julio de 2023

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,37-42):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»

Palabra del Señor

 

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

*En efecto, es la misma y única nitidez la que hay en Cristo y en nuestras almas. Pero con la diferencia de que Cristo es la fuente de donde nace esta nitidez, y nosotros la tenemos derivada de esta fuente. Es Cristo quien nos comunica el adorable conocimiento de sí mismo, para que el hombre, tanto en lo interno como en lo externo, se ajuste y adapte, por la moderación y rectitud de su vida, a este conocimiento que proviene del Señor, dejándose guiar y mover por él. En esto consiste (a mi parecer) la perfección de la vida cristiana: en que, hechos partícipes del nombre de Cristo por nuestro apelativo de cristianos, pongamos de manifiesto, con nuestros sentimientos, con la oración y con nuestro género de vida, la virtualidad de este nombre*.

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 


Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 

PRECES

Glorifiquemos al Señor Jesús, luz que alumbra a todo hombre y sol de justicia que no conoce el ocaso, y digámosle:

Tú que eres nuestra vida y nuestra salvación, Señor, ten piedad.

Creador de la luz, de cuya bondad recibimos, con acción de gracias, las primicias de este día;
te pedimos que el recuerdo de tu santa resurrección sea nuestro gozo durante este domingo.

Que tu Espíritu Santo nos enseñe a cumplir tu voluntad,
y que tu sabiduría dirija hoy todas nuestras acciones.

Que al celebrar la eucaristía de este domingo tu palabra nos llene de gozo,
y que la participación en el banquete de tu amor haga crecer nuestra esperanza.

Que sepamos contemplar las maravillas que tu generosidad nos concede,
y vivamos durante todo el día en acción de gracias.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Digamos ahora todos juntos la oración que Cristo nos enseñó:

Padre nuestro...

ORACION

Oh Dios, protector de los que en ti esperan, sin ti nada es fuerte ni santo; aumenta los signos de tu misericordia sobre nosotros, para que, bajo tu dirección, de tal modo nos sirvamos de las cosas pasajeras que por ellas alcancemos con mayor plenitud las eternas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

 

 

 

II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: DIOS DE LA LUZ, PRESENCIA ARDIENTE.

Dios de la luz, presencia ardiente
sin meridiano ni frontera:
vuelves la noche mediodía,
ciegas al sol con tu derecha.

Como columna de la aurora,
iba en la noche tu grandeza;
te vio el desierto, y destellaron
luz de tu gloria las arenas.

Cerró la noche sobre Egipto
como cilicio de tinieblas;
para tu pueblo amanecías
bajo los techos de las tiendas.

Eres la luz, pero en tu rayo
lanzas el día o la tiniebla:
ciegas los ojos del soberbio,
curas al pobre su ceguera.

Cristo Jesús, tú que trajiste
fuego a la entraña de la tierra,
guarda encendida nuestra lámpara
hasta la aurora de tu vuelta. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Desde Sión extenderá el Señor el poder de su cetro, y reinará eternamente. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Desde Sión extenderá el Señor el poder de su cetro, y reinará eternamente. Aleluya.

Ant 2. En presencia del Señor se estremece la tierra. Aleluya.

Salmo 113 A - ISRAEL LIBRADO DE EGIPTO; LAS MARAVILLAS DEL ÉXODO.

Cuando Israel salió de Egipto,
los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario,
Israel fue su dominio.

El mar, al verlos, huyó,
el Jordán se echó atrás;
los montes saltaron como carneros;
las colinas, como corderos.

¿Qué te pasa, mar, que huyes,
y a ti, Jordán, que te echas atrás?
¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;
colinas, que saltáis como corderos?

En presencia del Señor se estremece la tierra,
en presencia del Dios de Jacob;
que transforma las peñas en estanques,
el pedernal en manantiales de agua.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. En presencia del Señor se estremece la tierra. Aleluya.

Ant 3. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.

Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap 19,1-2, 5-7

El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada estrofa.

Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(
R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(
R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(
R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(
R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.

LECTURA BREVE   2Co 1, 3-4

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
R. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

V. Digno de gloria y alabanza por los siglos.
R. En la bóveda del cielo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
El reino de los cielos es una perla fina: el que la encuentra vende todo lo que tiene y la compra.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El reino de los cielos es una perla fina: el que la encuentra vende todo lo que tiene y la compra.

PRECES

Adoremos a Cristo, Señor nuestro y cabeza de la Iglesia, y digámosle confiadamente:

Venga a nosotros tu reino, Señor.

Señor, amigo de los hombres, haz de tu Iglesia instrumento de concordia y unidad entre ellos
y signo de salvación para todos los pueblos.

Protege con tu brazo poderoso al Papa y a todos los obispos
y concédeles trabajar en unidad, amor y paz.

A los cristianos concédenos vivir íntimamente unidos a ti, nuestro Maestro,
y dar testimonio en nuestras vidas de la llegada de tu reino.

Concede, Señor, al mundo el don de la paz
y haz que en todos los pueblos reine la justicia y el bienestar.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Otorga, a los que han muerto, una resurrección gloriosa
y haz que los que aún vivimos en este mundo gocemos un día con ellos de la felicidad eterna.

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:

Padre nuestro...

ORACION

Oh Dios, protector de los que en ti esperan, sin ti nada es fuerte ni santo; aumenta los signos de tu misericordia sobre nosotros, para que, bajo tu dirección, de tal modo nos sirvamos de las cosas pasajeras que por ellas alcancemos con mayor plenitud las eternas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

LAS LECTURAS DEL DOMINGO 2 DE JULIO 2023

*Lecturas del Domingo 13º del Tiempo Ordinario - Ciclo A*

Domingo, 2 de julio de 2023

Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (4,8-11.14-16a):

Un día pasaba Eliseo por Sunam, y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y, siempre que pasaba por allí, iba a comer a su casa.
Ella dijo a su marido: «Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil, y así, cuando venga a visitarnos, se quedará aquí.»
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó.
Dijo a su criado Guejazi: «¿Qué podríamos hacer por ella?»
Guejazi comentó: «Qué sé yo. No tiene hijos, y su marido es viejo.»
Eliseo dijo: «Llámala.»
La llamó. Ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo: «El año que viene, por estas fechas, abrazarás a un hijo.»

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 88,2-3.16-17.18-19

R/.
 Cantaré eternamente
las misericordias del Señor


Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/.

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
camina, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R/.

Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey. R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (6,3-4.8-11):

Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

Palabra de Dios

 

*Lecturas del Domingo 13º del Tiempo Ordinario - Ciclo A*

Domingo, 2 de julio de 2023

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,37-42):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»

Palabra del Señor

 

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí)

*En efecto, es la misma y única nitidez la que hay en Cristo y en nuestras almas. Pero con la diferencia de que Cristo es la fuente de donde nace esta nitidez, y nosotros la tenemos derivada de esta fuente. Es Cristo quien nos comunica el adorable conocimiento de sí mismo, para que el hombre, tanto en lo interno como en lo externo, se ajuste y adapte, por la moderación y rectitud de su vida, a este conocimiento que proviene del Señor, dejándose guiar y mover por él. En esto consiste (a mi parecer) la perfección de la vida cristiana: en que, hechos partícipes del nombre de Cristo por nuestro apelativo de cristianos, pongamos de manifiesto, con nuestros sentimientos, con la oración y con nuestro género de vida, la virtualidad de este nombre*.

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.