Musica Para el Alma
domingo, 25 de agosto de 2024
MATEO 23,13--22 CICLO B
*Lecturas del Lunes de la XXI
Semana del Tiempo Ordinario*
26 Agosto 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (23,13-22)*
En aquel
tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas,
que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni
dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito y, cuando lo
conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros,
guías ciegos, que decís: «Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del
templo sí obliga»? ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra
el oro? O también: «Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está
en el altar sí obliga.» ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que
consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también por todo lo que está
sobre él; quien jura por el templo jura también por el que habita en él; y
quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está
sentado en él.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(¡Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los
cielos! Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren.)
*El Señor, con estas palabras, me invita a no
colocarme, en el lado de los que impiden que otros puedan avanzar hacia un
encuentro de amor, de sanación y de liberación, con Dios. Las personas no son
tontas y ellas observan, si estoy o no detrás de los caminos del Señor, porque si
siempre me estoy quejando de todo, si en mí forma de hablar hay soberbia,
lujuria, pereza, envidia, ira y violencia, entonces mi comportamiento está muy
distante con lo que es la voluntad del Señor, la voluntad del Señor es que sea:
misericordioso, que no juzgue, que no condene, que perdones y que ame sin
esperar nada a cambio. El Señor me llama a que no sea “Hipócrita”. El Señor
utiliza estas palabras, como una escoba, para barrer todo la basura y cosas
feas que se han acumulado en mi vida, para que sea totalmente libre, para amar
y para seguirlo a él de corazón*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 26
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO*
LUNES DE LA SEMANA XXI
*LAUDES*
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Entremos a la presencia del Señor dándole gracias.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole
gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la
tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus
manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en
Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a
prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto
mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: DEJADO YA EL DESCANSO DE LA NOCHE
Dejado ya el descanso de la noche,
despierto en la alegría de tu amor,
concédeme tu luz que me ilumine
como ilumina el sol.
No sé lo que será del nuevo día
que entre luces y sombras viviré,
pero sé que, si tú vienes conmigo,
no fallará mi fe.
Tal vez me esperen horas de desierto
amargas y sedientas, mas yo sé
que, si vienes conmigo de camino,
jamás yo tendré sed.
Concédeme vivir esta jornada
en paz con mis hermanos y mi Dios,
al sentarnos los dos para la cena,
párteme el pan, Señor.
Recibe, Padre santo, nuestro ruego,
acoge por tu Hijo la oración
que fluye del Espíritu en el alma
que sabe de tu amor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
Salmo 5 - ORACIÓN DE LA MAÑANA DE UN JUSTO PERSEGUIDO
Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.
A ti te suplico, Señor;
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu
presencia.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.
Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia.
Señor, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos;
alláname tu camino.
En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.
Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
Ant 2. Alabamos, Dios nuestro, tu nombre glorioso.
Cantico: SOLO A DIOS HONOR Y GLORIA 1Cro 29,10-13
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el
poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y
tierra,
tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria,
tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.
Por eso, Dios nuestro,
nosotros te damos gracias,
alabando tu nombre glorioso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabamos, Dios nuestro, tu nombre glorioso.
Ant 3. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
Salmo 28 - MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LA TEMPESTAD.
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio
sagrado.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Dios de la gloria hace oír su
trueno,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica,
la voz del Señor descuaja los cedros,
el Señor descuaja los cedros del
Líbano.
Hace brincar al Líbano como a un
novillo,
al Sarión como a una cría de búfalo.
La voz del Señor lanza llamas de fuego,
la voz del Señor sacude el desierto,
el Señor sacude el desierto de Cadés.
La voz del Señor retuerce los robles,
el Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El trono del Señor está encima de la
tempestad,
el Señor se sienta como rey eterno.
El Señor da fuerza a su pueblo,
el Señor bendice a su pueblo con la
paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
LECTURA BREVE 2Ts 3, 10b-13
Si alguno no quiere trabajar, que
tampoco coma. Porque nos hemos enterado que hay entre vosotros algunos que
viven desconcertados, sin trabajar nada, pero metiéndose en todo. A éstos les
mandamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo a que trabajen con sosiego
para comer su propio pan. Vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendito el Señor ahora y por
siempre.
R. Bendito el Señor ahora y por
siempre.
V. Solo él hizo maravillas.
R. Ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. Bendito el Señor ahora y por
siempre.
V. Enséñame a cumplir tu
voluntad.
R. Y a guardarla de todo corazón.
PRIMERA
LECTURA
De la carta a
Tito 2, 1-3, 2
EXHORTACIÓN A
LOS FIELES
Querido hermano: Tú enseña lo que es conforme a la sana doctrina.
Los ancianos, que sean moderados, dignos, discretos, íntegros y vigorosos en la
fe, en la caridad, en la constancia. Las ancianas, de igual modo, que observen
un porte religioso, como conviene a una profesión santa; que no se den a la
murmuración ni al mucho vino; que sean maestras de buenas costumbres, para
poder inspirar sentimientos de modestia a las más jóvenes. Así les enseñarán a
ser buenas esposas y buenas madres de familia, a ser discretas, honestas,
hacendosas, bondadosas, dóciles a sus maridos. Así no darán motivo para que se
hable mal del Evangelio de Dios.
Asimismo, a los jóvenes, anímalos a vivir con moderación en todas
las cosas. Y tú sé modelo por tus buenas obras, con desinterés e integridad en
la enseñanza, con gravedad, con genuina e incensurable doctrina, para que
nuestros adversarios se vean confundidos, al no tener nada malo que decir
contra nosotros.
Los esclavos, que vivan sometidos en todo a sus amos,
complaciéndoles sin contradecirles; y que no se den al robo; antes bien,
muéstrenles una hermosa y total fidelidad, para que en todo hagan honor a la
enseñanza evangélica de Dios, nuestro Salvador.
Porque Dios ha hecho aparecer a la vista de todos los hombres la
gracia que nos trae la salud; y nos enseña a vivir con sensatez, justicia y
religiosidad en esta vida, desechando la impiedad y las ambiciones del mundo, y
aguardando la feliz esperanza y la manifestación de la gloria del gran Dios y
Salvador nuestro, Jesucristo. Él se entregó a la muerte por nosotros, a fin de
redimirnos de toda iniquidad y reservarse para sí, como posesión propia, un
pueblo purificado y lleno de fervor por las buenas obras. Vete enseñando todo
esto, animando y reprendiendo con toda autoridad. Que nadie te desprecie.
Recuérdales que vivan sometidos a las autoridades y a los que
ejercen el poder: que los obedezcan y que estén prontos para toda obra buena.
Que no calumnien a nadie, que no sean pendencieros, sino condescendientes, y
que muestren una perfecta mansedumbre con todos los hombres.
RESPONSORIO
Tt 2, 12-13; cf. Ef 5, 15. 16
R. Desechando la impiedad y las ambiciones del mundo, vivamos con
sensatez, justicia y religiosidad en esta vida; * aguardando la feliz esperanza
y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
V. Miremos cómo nos portamos; no sea como necios, sino como
sabios, aprovechando bien la ocasión presente.
R. Aguardando la feliz esperanza y la manifestación de la gloria
del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
SEGUNDA LECTURA
Del
Comentario de santo Tomás de Aquino, presbítero, sobre el evangelio de san Juan
(Cap. 10,
lec. 3)
EL RESTO DE
ISRAEL ENCONTRARÁ ALIMENTO Y DESCANSO
Yo soy el buen pastor. Es evidente que el oficio de pastor compete
a Cristo, pues, de la misma manera que el rebaño es guiado y alimentado por el
pastor, así Cristo alimenta a los fieles espiritualmente y también con su
cuerpo y su sangre. Erais como ovejas descarriadas -dice el Apóstol-, pero
ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas.
Pero, ya que Cristo por una parte afirma que el pastor entra por
la puerta y en otro lugar dice que él es la puerta y aquí añade que él es el
pastor, debe concluirse de todo ello que Cristo entra por sí mismo. Y es cierto
que Cristo entra por sí mismo, pues él se manifiesta a sí mismo y por sí mismo
conoce al Padre. Nosotros, en cambio, entramos por él, pues es por él que
alcanzamos la felicidad.
Pero, fíjate bien: nadie que no sea él es puerta, porque nadie
sino él es luz verdadera, a no ser por participación: No era él -es decir,
Juan- la luz, sino testigo enviado a declarar en favor de la luz. De Cristo, en
cambio, se dice: Era la luz verdadera que ilumina a todos los hombres. Por ello
de nadie puede decirse que sea puerta; esta cualidad Cristo se la reservó para
sí; el oficio, en cambio, de pastor lo dio también a otros y quiso que lo
tuvieran sus miembros: por ello Pedro fue pastor y pastores fueron también los
otros apóstoles y son pastores todos los buenos obispos. Os daré -dice la
Escritura- pastores conforme a mi corazón. Pero aunque los prelados de la
Iglesia, que también son hijos, sean todos llamados pastores, sin embargo, el
Señor dice en singular: Yo soy el buen pastor; con ello quiere estimularlos a
la caridad, insinuándoles que nadie puede ser buen pastor si no llega a ser una
sola cosa con Cristo por la caridad y se convierte en miembro del verdadero
pastor.
El deber del buen pastor es la caridad; por eso dice: El buen
pastor da su vida por las ovejas. Conviene, pues, distinguir entre el buen
pastor y el mal pastor: el buen pastor es aquel que busca el bien de sus
ovejas, en cambio, el mal pastor es el que persigue su propio bien.
A los pastores que apacientan rebaños de ovejas no se les exige
exponer su propia vida a la muerte por el bien de su rebaño, pero, en cambio,
el pastor espiritual sí que debe renunciar a su vida corporal ante el peligro
de sus ovejas, porque la salvación espiritual del rebaño es de más precio que
la vida corporal del pastor. Es esto precisamente lo que afirma el Señor: El
buen pastor da su vida -la vida del cuerpo- por las ovejas, es decir, por las
que son suyas por razón de su autoridad y de su amor. Ambas cosas se requieren:
que las ovejas le pertenezcan y que las ame, pues lo primero sin lo segundo no
sería suficiente.
De este proceder Cristo nos dio ejemplo: Si Cristo dio su vida por
nosotros, también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.
RESPONSORIO
Ez 34, 12; Jn 10, 28
R. Buscaré mis ovejas, * y las sacaré de todos los lugares por
donde se dispersaron en un día de oscuridad y nubarrones.
V. Mis ovejas nunca jamás perecerán, ni nadie las arrebatará de
mis manos.
R. Y las sacaré de todos los lugares por donde se dispersaron en
un día de oscuridad y nubarrones.
*Lecturas del Lunes de la XXI
Semana del Tiempo Ordinario*
26 Agosto 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (23,13-22)*
En aquel
tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas,
que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni
dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito y, cuando lo
conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros,
guías ciegos, que decís: «Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del
templo sí obliga»? ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra
el oro? O también: «Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está
en el altar sí obliga.» ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que
consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también por todo lo que está
sobre él; quien jura por el templo jura también por el que habita en él; y
quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está
sentado en él.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su
pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de
nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos
odian;
ha realizado así la misericordia que
tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del
Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de
nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo
alto,
para iluminar a los que viven en
tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
PRECES
Proclamemos la grandeza de Cristo,
lleno de gracia y del Espíritu Santo, y acudamos a él diciendo:
Concédenos, Señor, tu Espíritu.
Concédenos, Señor, un día lleno de paz,
de alegría y de inocencia
para que, al llegar a la noche, podamos
alabarte con gozo y limpios de pecado.
Que baje hoy a nosotros tu bondad
y haga prósperas las obras de nuestras
manos.
Muéstranos tu rostro propicio y danos
tu paz
para que durante todo el día sintamos
cómo tu mano nos protege.
Mira con bondad a cuantos se han
encomendado a nuestras oraciones
y enriquécelos con toda clase de
bienes.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Terminemos nuestra oración con la
plegaria que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Tu gracia, Señor, inspire nuestras
obras, las sostenga y acompañe; para que todo nuestro trabajo brote de ti, como
de su fuente, y tienda a ti, como a su fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
Himno: LIBRA MIS OJOS DE LA MUERTE.
Libra mis ojos de la muerte;
dales la luz, que es su destino.
Yo, como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.
Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva,
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.
Haz que mi pie vaya ligero.
Da de tu pan y de tu vaso
al que te sigue, paso a paso,
por lo más duro del sendero.
Que yo comprenda, Señor mío,
al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.
Guarda mi fe del enemigo.
¡Tantos me dicen que estás muerto!
Y entre la sombra y el desierto
dame tu mano y ven conmigo. Amén
SALMODIA
Ant 1. El Señor se complace en los justos.
Salmo 10 - EL SEÑOR ESPERANZA DEL JUSTO
Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:
«escapa como un pájaro al monte,
porque los malvados tensan el arco,
ajustan las saetas a la cuerda,
para disparar en la sombra contra los
buenos?
Cuando fallan los cimientos,
¿qué podrá hacer el justo?»
Pero el Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.
El Señor examina a inocentes y
culpables,
y al que ama la violencia él lo
detesta.
Hará llover sobre los malvados ascuas y
azufre,
les tocará en suerte un viento
huracanado.
Porque el Señor es justo y ama la
justicia:
los buenos verán su rostro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor se complace en los justos.
Ant 2. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Salmo 14 - ¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu
tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Ant 3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de
Cristo
con toda clase de bienes espirituales y
celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de
Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y
prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su
voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por
Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a
Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
LECTURA BREVE Col 1, 9b-11
Llegad a la plenitud en el conocimiento
de la voluntad de Dios, con toda sabiduría e inteligencia espiritual. Así
caminaréis según el Señor se merece y le agradaréis enteramente, dando fruto en
toda clase de obras buenas y creciendo en el conocimiento de Dios. Fortalecidos
en toda fortaleza, según el poder de su gloria, podréis resistir y perseverar
en todo con alegría.
RESPONSORIO BREVE
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Porque he pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi
humillación.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi
salvador;
porque ha mirado la humillación de su
esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros
padres-
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclama mi alma la grandeza del
Señor, porque Dios ha mirado mi humillación.
PRECES
Demos gracias a Dios, nuestro Padre,
que recordando siempre su santa alianza, no cesa de bendecirnos, y digámosle
con ánimo confiado:
Favorece a tu pueblo, Señor.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.
Congrega en la unidad a todos los
cristianos:
para que el mundo crea en Cristo, tu
enviado.
Derrama tu gracia sobre nuestros
familiares y amigos:
que encuentren en ti, Señor, su
verdadera felicidad.
Muestra tu amor a los agonizantes:
que puedan contemplar tu salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Ten piedad de los que han muerto
y acógelos en el descanso de Cristo.
Terminemos nuestra oración con las
palabras que nos enseñó Cristo:
Padre nuestro...
ORACION
Nuestro humilde servicio, Señor,
proclame tu grandeza, y ya que por nuestra salvación te dignaste mirar la
humillación de la Virgen María, te rogamos nos enaltezcas llevándonos a la
plenitud de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de
todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.