Musica Para el Alma
martes, 13 de septiembre de 2022
JUAN 3,13-17 CICLO C
*Lecturas de la Exaltación
de la Santa Cruz*
Miércoles,
14 de septiembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(3,13-17)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a
Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del
hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que
ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida
eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca
ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no
mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve
por él.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Lo
mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado
el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna).
*Si mi corazón tiene deseo del Señor, mi alma puede
estar sometida a la esclavitud, a la depresión, al miedo o al vicio, y el
espíritu del Señor encontrará un lugar, para entrar y toca mi alma; y estaré
naciendo para una vida nueva, capas de bendecir, en los momentos difíciles.
Contemplar esta Cruz en los momentos más difíciles es poder decir ¡Oh dulce
amor de Jesús clavado en La Cruz por tus llagas, por tu costado aviento, por tu
sangre derramada por tierra, rompe mis cadenas, curas mis heridas y dame el Don
de la Humildad!*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MIERCOLES 14
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA
XXIV
De Propio de la fiesta.
14 de septiembre
*EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ (FIESTA)*.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, Rey y Señor, que por
nosotros fue exaltado en la cruz, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, Rey y Señor, que por
nosotros fue exaltado en la cruz, venid, adorémosle.
Himno: BRILLE LA CRUZ DEL VERBO, LUMINOSA.
Brille la cruz del Verbo, luminosa,
brille como la carne sacratísima
de aquel Jesús nacido de la Virgen
que en la gloria del Padre vive y brilla.
Gemía Adán doliente y conturbado,
lágrimas Eva junto a Adán vertía;
brillen sus rostros por la cruz gloriosa,
cruz que se enciende cuando el Verbo expira.
¡Salve, cruz de los montes y caminos,
junto al enfermo suave medicina,
regio trono de Cristo en las familias,
cruz de nuestra fe, salve cruz bendita!
Reine el Señor crucificado,
levantando la cruz donde moría;
nuestros enfermos ojos buscan luz,
nuestros labios el río de la vida.
Te adoramos, oh cruz que fabricamos
pecadores con manos deicidas;
te adoramos, ornato del Señor,
sacramento de nuestra eterna dicha. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Subió al árbol santo de la cruz, destruyó el poderío de la muerte,
se revistió de poder, resucitó al tercer día.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Subió al árbol santo de la cruz,
destruyó el poderío de la muerte, se revistió de poder, resucitó al tercer día.
Ant 2. ¡Cómo brilla la cruz santa! De ella
colgó el cuerpo del Señor y desde ella derramó Cristo aquella sangre que ha
sanado nuestras heridas.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. ¡Cómo brilla la cruz santa! De ella
colgó el cuerpo del Señor y desde ella derramó Cristo aquella sangre que ha
sanado nuestras heridas.
Ant 3. Resplandece la cruz santa: por ella
el mundo ha obtenido la salvación; la cruz vence, la cruz reina, la cruz aleja
todo pecado. Aleluya.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Resplandece la cruz santa: por ella
el mundo ha obtenido la salvación; la cruz vence, la cruz reina, la cruz aleja
todo pecado. Aleluya.
LECTURA BREVE Hb 2, 9b-10
Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte. Así,
por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. Pues como
quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas, llevar un gran
número de hijos a la gloria, convenía ciertamente que perfeccionase por medio
del sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.
RESPONSORIO BREVE
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
V. Porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
R. Y te bendecimos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
V. Así
como Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto.
R. Así deberá ser levantado en alto el Hijo del
hombre.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2, 19—3, 7. 13-14;
6, 14-16
LA GLORIA DE LA CRUZ
Hermanos: Yo, Pablo, en virtud de la misma ley he muerto a la ley, a fin de
vivir para Dios. Estoy crucificado con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es
Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el
Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí. No tengo por inútil esta
gracia de Dios: Si la justificación nos viniera por la ley, entonces deberíamos
concluir que Cristo murió inútilmente.
¡Oh, insensatos gálatas! ¿Quién os fascinó, después que ante vuestros ojos
presentamos a Jesucristo muerto en la cruz? Sólo quiero que me digáis una cosa:
¿Cómo habéis recibido el Espíritu, en virtud de las obras de la ley o por
vuestra sumisión a la fe? ¿Tan insensatos sois, que, habiendo comenzado por
espíritu, termináis ahora en carne? ¿Habrá sido en vano para vosotros el haber
experimentado tan grandes dones? Pues ¡de veras que habría sido en vano! El que
os da el Espíritu y obra prodigios entre vosotros ¿lo hace porque observáis la
ley o por vuestra aceptación de la fe?
Así se dice: «Abraham creyó a Dios y Dios estimó su fe como justificación.»
Entended, pues, que los hijos de Abraham son sólo aquellos que viven según la
fe.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, haciéndose maldición por
nosotros. Así lo dice la Escritura: «Maldito sea aquel que cuelga del madero.»
De ese modo la bendición de Abraham alcanza a todas las naciones por Cristo
Jesús, para que recibamos por la fe el Espíritu prometido por Dios.
En cuanto a mí, líbreme Dios de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo; por él el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Lo que
vale no es estar o no estar circuncidado, sino la nueva creatura que surge.
Paz y misericordia para todos los que se ajusten a esta norma, y también para
el Israel de Dios.
RESPONSORIO Cf. Ga 6, 14; Hb 2, 9
R. Líbrenos Dios de gloriarnos si no es en la cruz
de nuestro Señor Jesucristo, en quien está nuestra salvación, vida y
resurrección; * por él hemos sido salvados y
liberados.
V. Él fue coronado de gloria y de honor por haber
padecido la muerte.
R. Por él hemos sido salvados y liberados.
SEGUNDA LECTURA
De las Disertaciones de san Andrés de Creta, obispo
(Disertación 10, Sobre la Exaltación de la santa cruz: PG 97, 1018-1019.
1022-1023)
LA CRUZ ES LA GLORIA Y EXALTACIÓN DE CRISTO
Por la cruz, cuya fiesta celebramos, fueron expulsadas las tinieblas y devuelta
la luz. Celebramos hoy la fiesta de la cruz, y junto con el Crucificado nos
elevamos hacia lo alto, para, dejando abajo la tierra y el pecado, gozar de los
bienes celestiales; tal y tan grande es la posesión de la cruz. Quien posee la
cruz posee un tesoro. Y, al decir un tesoro, quiero significar con esta
expresión a aquel que es, de nombre y de hecho, el más excelente de todos los
bienes, en el cual, por el cual y para el cual culmina nuestra salvación y se
nos restituye a nuestro estado de justicia original.
Porque, sin la cruz, Cristo no hubiera sido crucificado. Sin la cruz, aquel que
es la vida no hubiera sido clavado en el leño. Si no hubiese sido clavado, las
fuentes de la inmortalidad no hubiesen manado de su costado la sangre y el agua
que purifican el mundo, no hubiese sido rasgado el documento en que constaba la
deuda contraída por nuestros pecados, no hubiéramos sido declarados libres, no
disfrutaríamos del árbol de la vida, el paraíso continuaría cerrado. Sin la
cruz, no hubiera sido derrotada la muerte, ni despojado el lugar de los
muertos.
Por esto la cruz es cosa grande y preciosa. Grande, porque ella es el origen de
innumerables bienes, tanto más numerosos, cuanto que los milagros y
sufrimientos de Cristo juegan un papel decisivo en su obra de salvación.
Preciosa, porque la cruz significa a la vez el sufrimiento y el trofeo del
mismo Dios: el sufrimiento, porque en ella sufrió una muerte voluntaria; el
trofeo, porque en ella quedó herido de muerte el demonio y, con él, fue vencida
la muerte. En la cruz fueron demolidas las puertas de la región de los muertos,
y la cruz se convirtió en salvación universal para todo el mundo.
La cruz es llamada también gloria y exaltación de Cristo. Ella es el cáliz
rebosante de que nos habla el salmo, y la culminación de todos los tormentos
que padeció Cristo por nosotros. El mismo Cristo nos enseña que la cruz es su
gloria, cuando dice: Ya ha entrado el Hijo del hombre en su gloria, y Dios ha
recibido su glorificación por él, y Dios a su vez lo revestirá de su misma
gloria. Y también: Glorifícame tú, Padre, con la gloria que tenía junto a ti
antes que el mundo existiese. Y asimismo dice: «Padre, glorifica tu nombre.» Y,
de improviso, se dejaron oír del cielo estas palabras: «Lo he glorificado y lo
glorificaré de nuevo», palabras que se referían a la gloria que había de
conseguir en la cruz.
También nos enseña Cristo que la cruz es su exaltación, cuando dice: Yo, cuando
sea levantado en alto, atraeré a mí a todos los hombres. Está claro, pues, que
la cruz es la gloria y exaltación de Cristo.
RESPONSORIO
R. ¡Oh cruz admirable, en cuyas ramas estuvo
suspendido el tesoro y la redención de los cautivos! * Por
ti el mundo fue redimido con la sangre de su Señor.
V. ¡Salve, oh cruz, que fuiste consagrada por el
cuerpo de Cristo, y estuviste adornada con sus sagrados miembros como con
piedras preciosas!
R. Por ti el mundo fue redimido con la sangre de
su Señor.
*Lecturas del Exaltación de
la Santa Cruz*
Miércoles,
14 de septiembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(3,13-17)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a
Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del
hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que
ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida
eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca
ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no
mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve
por él.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y
glorificamos; por el madero ha venido la alegría al mundo entero.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa
resurrección alabamos y glorificamos; por el madero ha venido la alegría al
mundo entero.
PRECES
Oremos a nuestro Redentor, que por su cruz nos ha salvado, y
digámosle confiados:
Por tu cruz, sálvanos, Señor.
Hijo de Dios, que por el símbolo de la serpiente de bronce sanaste al pueblo de
Israel,
protégenos hoy de las heridas del pecado.
Hijo del hombre, que fuiste elevado en la cruz, como la serpiente fue elevada
por Moisés en el desierto,
elévanos hasta la gloria de tu reino.
Hijo unigénito del Padre, que has sido enviado al mundo para que todo el que
crea en ti no perezca,
concede la vida eterna a los que buscan tu rostro.
Hijo amado del Padre, que has sido enviado al mundo no para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvado por ti,
concede el don de la fe a todos nuestros familiares y amigos, para que obtengan
la salvación.
Hijo eterno del Padre, que viniste a prender fuego a la tierra para que el
mundo entero ardiera,
haz que vivamos de acuerdo con la verdad y lleguemos a la luz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Pidamos ahora al Padre que venga al mundo su reino:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por
medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer
en la tierra la fuerza misteriosa de la cruz de Cristo, que podamos alcanzar en
el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: LAS BANDERAS REALES SE ADELANTAN.
Las banderas reales se adelantan
y la cruz misteriosa en ellas brilla:
la cruz en que la vida sufrió muerte
y en que, sufriendo muerte, nos dio vida.
Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo
que, al ser herido por la lanza dura,
derramó sangre y agua en abundancia
para lavar con ellas nuestras culpas.
En ella se cumplió perfectamente
lo que David profetizó en su verso,
cuando dijo a los pueblos de la tierra:
«Nuestro Dios reinará desde un madero.»
¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,
árbol ornado con la regia púrpura,
y destinado a que su tronco digno
sintiera el roce de la carne pura!
¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,
en que estuvo colgado nuestro precio,
fuiste balanza para el cuerpo santo
que arrebató su presa a los infiernos.
A ti, que eres la única esperanza,
te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos
que acrecientes la gracia de los justos
y borres los delitos de los malos.
Recibe, oh Trinidad, fuente salubre,
la alabanza de todos los espíritus,
y tú que con tu cruz nos das triunfo,
añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¡Oh gran obra de amor! Cuando en el árbol murió la Vida, con su
muerte destruyó la misma muerte.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Oh gran obra de amor! Cuando en el
árbol murió la Vida, con su muerte destruyó la misma muerte.
Ant 2. Adoramos, Señor, tu cruz y
recordamos tu gloriosa muerte; compadécete de nosotros, tú que por nosotros
padeciste.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoramos, Señor, tu cruz y
recordamos tu gloriosa muerte; compadécete de nosotros, tú que por nosotros
padeciste.
Ant 3. Te adoramos, oh Cristo, y te
bendecimos, porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te adoramos, oh Cristo, y te
bendecimos, porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
LECTURA BREVE 1Co 1, 23-24
Nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad
para los gentiles; pero para los llamados a Cristo —judíos o griegos—: fuerza
de Dios y sabiduría de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Oh cruz gloriosa, en ti triunfó el Rey de los ángeles.
R. Oh cruz gloriosa, en ti triunfó el Rey de los
ángeles.
V. Con su sangre lavó nuestras heridas.
R. En ti triunfó el Rey de los ángeles.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Oh cruz gloriosa, en ti triunfó el Rey de los
ángeles.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh cruz victoriosa, signo admirable, ayúdanos a alcanzar el triunfo
eterno.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh cruz victoriosa, signo
admirable, ayúdanos a alcanzar el triunfo eterno.
PRECES
Oremos a nuestro Redentor, que por su cruz nos ha salvado, y
digámosle confiados:
Por tu cruz, Señor, llévanos a tu reino.
Oh Cristo, que te anonadaste a ti mismo, tomando la condición de esclavo y
pasando por uno de tantos,
haz que la Iglesia imite siempre tu humildad.
Cristo Señor, que te rebajaste hasta someterte incluso a la muerte y una muerte
de cruz,
haz que te sigamos por el camino de la obediencia y de la paciencia.
Cristo Señor, que fuiste levantado por Dios y recibiste el
«Nombre-sobre-todo-nombre»,
concede a todos tus fieles perseverar hasta el fin.
Cristo Jesús, ante cuyo nombre se dobla toda rodilla en el cielo, en la tierra
y en el abismo,
haz que todos los hombres te adoren y vivan en tu paz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Cristo Jesús, a quien toda lengua proclamará: Señor, para gloria de Dios Padre,
recibe a nuestros hermanos difuntos en el reino de la eterna felicidad.
Terminemos nuestra oración con las palabras que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por
medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer
en la tierra la fuerza misteriosa de la cruz de Cristo, que podamos alcanzar en
el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MIERCOLES 14 DE SEPTIEMBRE 2022
*Lecturas de la Exaltación
de la Santa Cruz*
Miércoles, 14 de septiembre de 2022
Primera lectura
Lectura del libro de los Números (21,4b-9):
En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y
contra Moisés: «¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No
tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo.»
El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y
murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que
aparte de nosotros las serpientes.»
Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: «Haz una serpiente
venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos
al mirarla.»
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una
serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 77,1-2.34-35.36-37.38
R/. No olvidéis las acciones del Señor
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza,
inclina el oído a las palabras de mi boca:
que voy a abrir mi boca a las sentencias,
para que broten los enigmas del pasado. R/.
Cuando los hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban para volverse hacia Dios;
se acordaban de que Dios era su roca,
el Dios Altísimo su redentor. R/.
Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza. R/.
Él, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor. R/.
Puede sustituirse por la siguiente
lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando
por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta
someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó
sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre
de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda
lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios
*Lecturas de la Exaltación
de la Santa Cruz*
Miércoles,
14 de septiembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(3,13-17)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a
Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del
hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que
ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida
eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca
ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no
mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve
por él.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Lo
mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado
el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna).
*Si mi corazón tiene deseo del Señor, mi alma puede
estar sometida a la esclavitud, a la depresión, al miedo o al vicio, y el
espíritu del Señor encontrará un lugar, para entrar y toca mi alma; y estaré
naciendo para una vida nueva, capas de bendecir, en los momentos difíciles.
Contemplar esta Cruz en los momentos más difíciles es poder decir ¡Oh dulce
amor de Jesús clavado en La Cruz por tus llagas, por tu costado aviento, por tu
sangre derramada por tierra, rompe mis cadenas, curas mis heridas y dame el Don
de la Humildad!*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.