Lecturas
del Dedicación de la Basílica de Letrán
Lunes, 9 de noviembre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Juan (2,13-22):
13 Se acercaba la Pascua de los judíos
y Jesús subió a Jerusalén.
14 Y encontró en el Templo a los vendedores
de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos.
15 Haciendo un látigo con cuerdas, echó a
todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de
los cambistas y les volcó las mesas;
16 y dijo a los que vendían palomas: «Quitad
esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.»
17 Sus discípulos se acordaron de que estaba
escrito: = El celo por tu Casa me devorará. =
18 Los judíos entonces le replicaron
diciéndole: «Qué señal nos muestras para obrar así?»
19 Jesús les respondió: «Destruid este
Santuario y en tres días lo levantaré.»
20 Los judíos le contestaron: «Cuarenta y
seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar
en tres días?»
21 Pero él hablaba del Santuario de su
cuerpo.
22 Cuando resucitó, pues, de entre los
muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la
Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.
Palabra del Señor
(Pero él
hablaba del templo de su cuerpo).
*La Pascua es la fiesta más grande que existe sobra
la superficie de la tierra. El Señor se ve forzado en hacer un látigo, porque
muchas veces he tomado mi cuerpo para negocio por dinero, en prostitución,
fornicación, he estado sumergido en masturbación. Pero el Señor me ha golpeado
con el látigo de su palabra y la palabra del Señor a mi me están ayudado, me
estuvo bien el sufrir, porque así estoy aprendiendo a obedecer, he podido
experimentar victorias frente a esos enemigo de mi cuerpo, que buscan mi muerte.
Si hoy no meda vergüenza decir y cantar mi historia, de cómo era mi vida de pecado.
De algo estoy seguro que el amor del Señor ha sobre abundado. El Señor me
quiere ayudar a entender que mi cuerpo está diseñado para que El Amor y El
Espíritu Santo pueda habitar dentro mí. Yo le pido al Señor que nunca aparte su
mano de mi cabeza, y me enseñe hacer un administrador fiel y prudente, con selo
por el amor a su palabra*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.