Lecturas del Lunes de la XXXIII
Semana del Tiempo Ordinario
17 Nov 2025
Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Macabeos
(1,10-15.41-43.54-57.62-64):
En aquellos días, brotó un vástago perverso:
Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco. Había estado en Roma como rehén, y
subió al trono el año ciento treinta y siete de la era seléucida.
Por entonces hubo unos israelitas apóstatas que convencieron a muchos: «¡Vamos
a hacer un pacto con las naciones vecinas, pues, desde que nos hemos aislado,
nos han venido muchas desgracias!»
Gustó la propuesta, y algunos del pueblo se decidieron a ir al rey. El rey los
autorizó a adoptar las costumbres paganas, y entonces, acomodándose a los usos
paganos, construyeron un gimnasio en Jerusalén; disimularon la circuncisión,
apostataron de la alianza santa, emparentaron con los paganos y se vendieron
para hacer el mal. El rey Antíoco decretó la unidad nacional para todos los
súbditos de su imperio, obligando a cada uno a abandonar su legislación particular.
Todas las naciones acataron la orden del rey, e incluso muchos israelitas
adoptaron la religión oficial: ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron
el Sábado. El día quince del mes de Casleu del año ciento cuarenta y cinco, el
rey mandó poner sobre el altar un ara sacrílega, y fueron poniendo aras por
todas las poblaciones judías del contorno; quemaban incienso ante las puertas
de las casas y en las plazas; los libros de la Ley que encontraban, los
rasgaban y echaban al fuego, al que le encontraban en casa un libro de la
alianza y al que vivía de acuerdo con la Ley, lo ajusticiaban, según el decreto
real. Pero hubo muchos israelitas que resistieron, haciendo el firme propósito
de no comer alimentos impuros; prefirieron la muerte antes que contaminarse con
aquellos alimentos y profanar la alianza santa. Y murieron. Una cólera terrible
se abatió sobre Israel.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 118,53.61.134.150.155.158
R/. Dame vida, Señor, para que
observe tus decretos
Sentí indignación ante los malvados,
que abandonan tu voluntad. R/.
Los lazos de los malvados me envuelven,
pero no olvido tu voluntad. R/.
Líbrame de la opresión de los hombres,
y guardaré tus decretos. R/.
Ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad. R/.
La justicia está lejos de los malvados
que no buscan tus leyes. R/.
Viendo a los renegados, sentía asco,
porque no guardan tus mandatos. R/.
Lecturas
del Lunes de la XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
17 Nov 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (18, 35-43)*
En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a
Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: «Pasa
Jesús Nazareno.»
Entonces gritó: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!»
Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más
fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?»
Él dijo: «Señor, que vea otra vez.»
Jesús le contestó: «Recobra la vista, tu fe te ha curado.»
En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo,
al ver esto, alababa a Dios.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«¿Qué quieres que te haga? Él
dijo: ¡Señor, que vea!).
*Me llama a la atención el deseo
del ciego, (Señor “Que vea”) y para entender este deseo, tengo que desear algo
que ahora no lo tengo, pero antes tenía; como dice un dicho; nadie sabe lo que
tiene, hasta que no lo pierde. Qué es lo que he perdido, tan importarte que, me
hace gritar “Jesús Hijo de David ten piedad de mí, y es algo que solo Jesús
hijo de David, tiene el poder de devolvérmelo. Jesús el maestro, me invita a
buscar dentro de mí, aquello que me hace falta para seguir buscando de él. Y
buscando cuidadosamente dentro de mí, pude encontrar que me falta algo que he
perdido y que me hace mucha falta; eso es el deseo de hacer la voluntad de
Dios, me hace mucha falta ese deseo. La buena noticia es que Jesús buen pastor,
me quiere ayudar y me pregunta ¿Qué quieres que haga por ti? Jesús el amigo fiel, espera mi respuesta*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
