*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
LUNES DE LA SEMANA XXXIII
Del Común de santas mujeres: para los santos que se distinguieron por el
ejercicio de las obras de misericordia. Salterio I
17 de noviembre
*SANTA ISABEL DE HUNGRÍA. (MEMORIA)*.
Era hija de Andrés, rey de Hungría, y nació el año 1207; siendo aún niña, fue
dada en matrimonio a Luis, Landgrave de Turingia, del que tuvo tres hijos.
Vivía entregada a la meditación de las cosas celestiales y, después de la
muerte de su esposo, abrazó la pobreza y erigió un hospital en el que ella
misma servía a los enfermos. Murió en Marburgo el año 1231.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos
al Dios admirable en sus santos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos
al Dios admirable en sus santos.
Himno: FINÍSIMO FUE EL LINO CON QUE ELLA.
Finísimo fue el lino con que ella
fue tejiendo, a lo largo de su vida,
esa historia de amor que la hace bella
a los ojos de Dios y bendecida.
Supo trenzar con tino los amores
del cielo y de la tierra, y santamente
hizo altar del telar de sus labores,
oración desgranada lentamente.
Flor virgen, florecida en amor santo,
llenó el hogar de paz y joven vida,
su dulce fortaleza fue su encanto,
la fuerza de su amor la fe vivida.
Una escuela de fe fue su regazo,
todos fueron dichosos a su vera,
su muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su vida será eterna primavera. Amén.
SALMODIA
Ant 1. A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
Salmo 5, 2-10. 12-13 - ORACIÓN DE LA MAÑANA DE UN JUSTO PERSEGUIDO
Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.
A ti te suplico, Señor;
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.
Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia.
Señor, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos;
alláname tu camino.
En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.
Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A ti te suplico, Señor; por la
mañana escucharás mi voz.
Ant 2. Alabamos, Dios nuestro, tu nombre
glorioso.
Cantico: SÓLO A DIOS HONOR Y GLORIA 1Cro 29, 10-13
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,
tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria,
tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.
Por eso, Dios nuestro,
nosotros te damos gracias,
alabando tu nombre glorioso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabamos, Dios nuestro, tu nombre
glorioso.
Ant 3. Postraos ante el Señor en el atrio
sagrado.
Salmo 28 - MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LA TEMPESTAD.
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Dios de la gloria hace oír su trueno,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica,
la voz del Señor descuaja los cedros,
el Señor descuaja los cedros del Líbano.
Hace brincar al Líbano como a un novillo,
al Sarión como a una cría de búfalo.
La voz del Señor lanza llamas de fuego,
la voz del Señor sacude el desierto,
el Señor sacude el desierto de Cadés.
La voz del Señor retuerce los robles,
el Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El trono del Señor está encima de la tempestad,
el Señor se sienta como rey eterno.
El Señor da fuerza a su pueblo,
el Señor bendice a su pueblo con la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Postraos ante el Señor en el atrio
sagrado.
LECTURA BREVE Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como
hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo
perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios la socorre al despuntar la aurora.
R. Dios la socorre al despuntar la aurora.
V. Teniendo a Dios en medio no vacila.
R. Al despuntar la aurora.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios la socorre al despuntar la aurora.
V. Enséñame
a cumplir tu voluntad.
R. Y a guardarla de todo corazón.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Ezequiel 17, 3-15. 19-24
ORÁCULO SOBRE LA RUINA Y LA RESTAURACIÓN
Esto dice el Señor:
«El águila gigante, de gigantescas alas, de gran envergadura, de plumaje
tupido, de color abigarrado, voló al Líbano; cogió el cogollo del cedro,
arrancó su pimpollo cimero y se lo llevó a un país de mercaderes, plantándolo
en una ciudad de traficantes. Después cogió simiente de la tierra y la echó en
terreno sembradío. La sembró ribereña, junto a aguas abundantes, para que
germinara y se hiciera vid aparrada, achaparrada, para que orientara hacia ella
los sarmientos, y le sometiera las raíces. Y se hizo vid, echó pámpanos y se
puso frondosa.
Vino después otra águila gigante, de gigantescas alas y de espeso plumaje, y
entonces nuestra vid, aunque estaba plantada en buen terreno, junto a aguas
abundantes, sesgó sus raíces hacia ella y orientó hacia ella sus sarmientos,
para recibir más riego que en el bancal donde estaba plantada, y así echar
ramas y dar fruto y hacerse vid espléndida.
Di: Esto dice el Señor: "¿Le saldrá bien? ¿O la desceparán y se malogrará
su fruto y se marchitarán sus renuevos? No hará falta un brazo robusto ni mucha
gente para desceparla. Mirad, ya está plantada: ¿prosperará tal vez? ¿O se
agostará cuando la azote el viento solano, en el bancal donde germinó se
agostará?"»
Me vino esta palabra del Señor:
«Dile a la Casa Rebelde: "¿No entendéis lo que esto significa?" Di:
Mirad, el rey de Babilonia fue a Jerusalén y, cogiendo a su rey y a sus
príncipes, se los llevó a Babilonia. Tomando a uno de linaje real, hizo con él
un pacto y le comprometió con juramento, llevándose a los nobles del país, para
que fuera un reino humilde que no se ensoberbeciera y observara fielmente el
pacto. Pero se rebeló contra él y envió mensajeros a Egipto pidiendo caballos y
tropas numerosas. ¿Tendrá éxito? ¿Escapará con vida el que hizo esto? El que
violó el pacto, ¿escapará con vida?
Por tanto, así dice el Señor: "Juro por mi vida que lo castigaré por haber
menospreciado mi juramento y por haber violado mi pacto. Tenderé mi red sobre
él, y lo cazaré en mi trampa; lo llevaré a Babilonia para juzgarlo allí, por
haberme traicionado. Todas sus huestes caerán a espada y los supervivientes se
dispersarán a todos los vientos, y sabréis que yo, el Señor, he hablado."»
Esto dice el Señor: «Cogeré una guía del cogollo del cedro alto y encumbrado;
del vástago cimero arrancaré un esqueje y yo lo plantaré en un monte elevado y
señero, lo plantaré en el monte encumbrado de Israel. Echará ramas, se pondrá
frondoso y llegará a ser un cedro magnífico; anidarán en él todos los pájaros,
a la sombra de su ramaje anidarán todas las aves. Y sabrán todos los árboles
del campo que yo, el Señor, humillo al árbol elevado y elevo al árbol humilde,
seco el árbol verde y reverdezco el árbol seco.»
RESPONSORIO Ez 17, 22. 23. 24; Lc 14, 11
R. Lo plantaré en el monte encumbrado de Israel.
Echará ramas, se pondrá frondoso y llegará a ser un cedro magnífico. * Yo,
el Señor, humillo al árbol elevado y elevo al árbol humilde.
V. Porque todo aquel que se exalta será humillado,
y el que se humilla será exaltado.
R. Yo, el Señor, humillo al árbol elevado y elevo
al árbol humilde.
SEGUNDA LECTURA
De una Carta escrita por Conrado de Marburgo, director espiritual
de santa Isabel
(Al Sumo pontífice, año 1232: A. Wyss, «Hessisches Urkundenbuch» 1, Leipzig
1879, 31-35)
ISABEL RECONOCIÓ Y AMÓ A CRISTO EN LA PERSONA DE LOS POBRES
Pronto Isabel comenzó a destacar por sus virtudes, y, así como durante toda su
vida había sido consuelo de los pobres, comenzó luego a ser plenamente remedio
de los hambrientos. Mandó construir un hospital cerca de uno de sus castillos y
acogió en él gran cantidad de enfermos e inválidos; a todos los que allí
acudían en demanda de limosna les otorgaba ampliamente el beneficio de su
caridad, y no sólo allí, sino también en todos los lugares sujetos a la
jurisdicción de su marido, llegando a agotar de tal modo todas las rentas provenientes
de los cuatro principados de éste, que se vio obligada finalmente a vender en
favor de los pobres todas las joyas y vestidos lujosos.
Tenía la costumbre de visitar personalmente a todos sus enfermos, dos veces al
día, por la mañana y por la tarde, curando también personalmente a los más
repugnantes, a los cuales daba de comer, les hacia la cama, los cargaba sobre
sí y ejercía con ellos muchos otros deberes de humanidad; y su esposo, de grata
memoria, no veía con malos ojos todas estas cosas. Finalmente, al morir su
esposo, ella, aspirando a la máxima perfección, me pidió con lágrimas
abundantes que le permitiese ir a mendigar de puerta en puerta.
En el mismo día del Viernes santo, mientras estaban denudados los altares,
puestas las manos sobre el altar de una capilla de su ciudad, en la que había
establecido frailes menores, estando presentes algunas personas, renunció a su
propia voluntad, a todas las pompas del mundo y a todas las cosas que el
Salvador, en el Evangelio, aconsejó abandonar. Después de esto, viendo que
podía ser absorbida por la agitación del mundo y por lá gloria mundana de aquel
territorio en el que, en vida de su marido, había vivido rodeada de boato, me
siguió hasta Marburgo, aun en contra de mi voluntad; allí, en la ciudad, hizo edificar
un hospital, en el que dio acogida a enfermos e inválidos, sentando a su mesa a
los más míseros y despreciados.
Afirmo ante Dios que raramente he visto una mujer que a una actividad tan
intensa juntara una vida tan contemplativa, ya que algunos religiosos y
religiosas vieron más de una vez como, al volver de la intimidad de la oración,
su rostro resplandecía de un modo admirable y de sus ojos salían como unos
rayos de sol.
Antes de su muerte la oí en confesión, y, al preguntarle cómo había de disponer
de sus bienes y de su ajuar, respondió que hacía ya mucho tiempo que pertenecía
a los pobres todo lo que figuraba como suyo, y me pidió que se lo repartiera
todo, a excepción de la pobre túnica que vestía y con la que quería ser
sepultada. Recibió luego el cuerpo del Señor y después estuvo hablando, hasta
la tarde, de las cosas buenas que había oído en la predicación; finalmente,
habiendo encomendado a Dios con gran devoción a todos los que la asistían,
expiró como quien se duerme plácidamente.
RESPONSORIO Jdt 15, 11; Hch 10, 4
R. Actuaste con valor, y tu corazón tuvo fortaleza
porque amaste la castidad: * por
eso serás por siempre bendita.
V. Tus oraciones y tus obras de caridad han subido
hasta Dios como el sacrificio del memorial.
R. Por eso serás por siempre bendita.
Lecturas del Lunes de la XXXIII
Semana del Tiempo Ordinario
17
Nov 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (18, 35-43)*
En
aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al
borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: «Pasa
Jesús Nazareno.»
Entonces gritó: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!»
Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más
fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?»
Él dijo: «Señor, que vea otra vez.»
Jesús le contestó: «Recobra la vista, tu fe te ha curado.»
En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo,
al ver esto, alababa a Dios.
Palabra
del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os
améis unos a otros.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La señal por la que conocerán que
sois discípulos míos será que os améis unos a otros.
PRECES
Unidos, hermanos, a las mujeres santas, aclamemos a Jesús, nuestro
Salvador, y supliquémosle diciendo:
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesús, que perdonaste a la mujer pecadora sus muchos pecados porque tenía
mucho amor,
perdónanos también a nosotros porque hemos pecado mucho.
Señor Jesús, que fuiste asistido en tu misión evangélica por mujeres piadosas,
haz que también nosotros seamos fieles en nuestra misión apostólica.
Señor Jesús, a quien María escuchaba y Marta servía,
concédenos servirte siempre con fe y amor.
Señor Jesús, que llamaste hermano, hermana y madre a todos los que cumplen tu
voluntad,
haz que todos nosotros la cumplamos siempre de palabra y de obra.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de
reconocer y venerar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, que
sirvamos siempre a los necesitados y afligidos con una incansable caridad. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: UN AMOR CASTO Y PURO
Un amor casto y puro
calladamente:
más grande que la vida
y que la muerte.
Dulce su casa,
y su marido en ella
se contemplaba.
Era su amor de madre
como una rosa:
pétalos de fragancia
y espinas rojas.
Y era su seno
un arrullo de lirios
y de silencios.
Olor a roja viña
y a tierna hogaza:
y su mano prudente
acariciaba.
Sus dedos limpios
iban tejiendo lana
para sus hijos.
Y Dios desde su cielo
se sonreía,
por la casta frescura
de fuente limpia.
Amor callado
que vestía al Cordero
de rojo y blanco. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor se complace en los justos.
Salmo 10 - EL SEÑOR ESPERANZA DEL JUSTO
Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:
«escapa como un pájaro al monte,
porque los malvados tensan el arco,
ajustan las saetas a la cuerda,
para disparar en la sombra contra los buenos?
Cuando fallan los cimientos,
¿qué podrá hacer el justo?»
Pero el Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.
El Señor examina a inocentes y culpables,
y al que ama la violencia él lo detesta.
Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,
les tocará en suerte un viento huracanado.
Porque el Señor es justo y ama la justicia:
los buenos verán su rostro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor se complace en los justos.
Ant 2. Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Salmo 14 - ¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosos los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Ant 3. Dios nos ha destinado en la persona
de Cristo a ser sus hijos.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios nos ha destinado en la persona
de Cristo a ser sus hijos.
LECTURA BREVE Rm 8, 28-30
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha
llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a
ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A
los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que
justificó, los glorificó.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios la eligió y la predestinó.
R. Dios la eligió y la predestinó.
V. La hizo morar en su templo santo.
R. Y la predestinó.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios la eligió y la predestinó.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Os aseguro que lo que hicisteis con uno de estos mis humildes
hermanos, conmigo lo hicisteis. Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os aseguro que lo que hicisteis con
uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
PRECES
Supliquemos a Dios en bien de su Iglesia por intercesión de las
santas mujeres y digámosle:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Por intercesión de las santas mártires, que con la fuerza del espíritu
superaron la muerte del cuerpo,
concede, Señor, a tu Iglesia ser fuerte en la tentación.
Por intercesión de las santas esposas, que por medio del matrimonio crecieron
en tu amor,
concede, Señor, a tu Iglesia la fecundidad apostólica.
Por intercesión de las santas viudas, que por la hospitalidad y la oración
superaron la soledad,
concede, Señor, a tu Iglesia ser para el mundo signo manifiesto de tu amor a
los hombres.
Por intercesión de las santas madres, que engendraron sus hijos no sólo para la
vida del mundo, sino también para la salvación eterna,
concede, Señor, a tu Iglesia engendrar para tu reino a todos los pueblos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por intercesión de todas las mujeres santas, que han sido ya admitidas a
contemplar la belleza de tu rostro,
concede, Señor, a los difuntos de la Iglesia gozar también de la luz eterna de
tu presencia.
Fieles a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de
reconocer y venerar a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, que
sirvamos siempre a los necesitados y afligidos con una incansable caridad. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
