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martes, 14 de octubre de 2025

LAS LECTURAS DEL MIERCOLES 15 DE OCTUBRE 2025


 

Lecturas de Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia

15 Oct 2025

Primera Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (2,1-11):

 

Tú, el que seas, que te eriges en juez, no tienes disculpa; al dar sentencia contra el otro te condenas tú mismo, porque tú, el juez, te portas igual. Todos admitimos que Dios condena con derecho a los que obran mal, a los que obran de esa manera. Y tú, que juzgas a los que hacen eso, mientras tú haces lo mismo, ¿te figuras que vas a escapar de la sentencia de Dios? ¿O es que desprecias el tesoro de su bondad, tolerancia y paciencia, al no reconocer que esa bondad es para empujarte a la conversión? Con la dureza de tu corazón impenitente te estás almacenando castigos para el día del castigo, cuando se revelará el justo juicio de Dios, pagando a cada uno según sus obras. A los que han perseverado en hacer el bien, porque buscaban contemplar su gloria y superar la muerte, les dará vida eterna; a los porfiados que se rebelan contra la verdad y se rinden a la injusticia, les dará un castigo implacable. Pena y angustia tocarán a todo malhechor, primero al judío, pero también al griego; en cambio, gloria, honor y paz a todo el que obre. el bien, primero al judío, pero también al griego; porque Dios no tiene favoritismos

 

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 61,2-3.6-7.9

 

R/. Tú, Señor, pagas a cada uno según sus obras

 

Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R/.

 

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré. R/.

 

Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio. R/.

 

Lecturas de Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia

15 Oct 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,42-46)*

 

En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!»
Un maestro de la Ley intervino y le dijo: «Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.»
Jesús replicó: «¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!»

 

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(«¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!»)

*Estas palabras de Jesús, no son para herir a estas personas, son palabras para amonestarlo, para que puedan despertar del sueño, porque están soñando que ellos son buenas personas y los demás tienen que esforzarse más que ellos. También esta lectura es para despertarme a mí, que estoy muy cómodo exigiéndoles a los de más, como tienen que ser, como tienen que comportarse y como tienen que hacer las cosas; ellos son los que están mal no yo. Jesús mi maestro, también me habla con claridad y no con medias tintas. Toda esta lección es para que pueda aprender y entender que lo que quiero que me hagan los demás, también ellos esperan de mi eso mismo. El Señor me invita a no exigir, sino que mi corazón también esté dispuesto, no solo a lo más fácil, también a lo difícil, no solo a lo sabroso, también a lo desabrido, no solo a lo que me gusta, también a lo que no me gusta, no solo al descanso, también al trabajo. No estoy llamado a ser juez, yo tengo una misión que es a hacer la voluntad del Padre: amar y servir

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.