*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO SÁBADO DE LA SEMANA XI*
De la Solemnidad.
24 de junio
*EL NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA (SOLEMNIDAD)*.
San Juan Bautista, es el único santo que se conmemora el día de su nacimiento,
porque fue santificado en el vientre de su madre por la visita del Salvador. Su
nacimiento es motivo de inmensa alegría para la humanidad por el anuncio que
trae de la próxima Redención. El arcángel Gabriel anunció a Zacarías que su mujer
estéril, iba a concebir y agregó: «Le darás el nombre de Juan y será para ti
objeto de júbilo y alegría; muchos se regocijarán por su nacimiento puesto que
será grande delante del Señor». Al nacer, Zacarías proclamó el «Benedictus»,
que repetimos a diario en el oficio.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Cordero de Dios,
a quien Juan anunció lleno de alegría.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Cordero de Dios,
a quien Juan anunció lleno de alegría.
Himno: ¿QUÉ SERÁ ESTE NIÑO?
«¿Qué será este niño?», decía la gente
al ver a su padre mudo de estupor.
«¿Si será un profeta?, ¿si será un vidente?»
¡De una madre estéril nace el Precursor!
Antes de nacer, sintió su llegada,
al fuego del niño lo cantó Isabel,
y llamó a la Virgen: «Bienaventurada»,
porque ella era el arca donde estaba él.
El ya tan antiguo y nuevo Testamento
en él se soldaron como en piedra imán;
muchos se alegraron de su nacimiento:
fue ese mensajero que se llamó Juan.
Lo envió el Altísimo para abrir las vías
del que trae al mundo toda redención:
como el gran profeta, como el mismo Elías,
a la faz del Hijo de su corazón.
El no era la luz: vino a ser testigo
de la que ya habita claridad sin fin;
él no era el Señor: vino a ser su amigo,
su siervo, su apóstol y su paladín.
Cántanle los siglos, como Zacarías:
«Y tú serás, niño, quien marche ante él;
eres el heraldo que anuncia al Mesías,
eres la esperanza del nuevo Israel.»
El mundo se llena de gran regocijo,
Juan es el preludio de la salvación;
alabanza al Padre que nos dio tal Hijo,
la gloria al Espíritu que fraguó la acción. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Le pondrás el nombre de Juan y su nacimiento será motivo de
alegría para muchos.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Le pondrás el nombre de Juan y su
nacimiento será motivo de alegría para muchos.
Ant 2. Precederá al Señor en su venida con
el espíritu y el poder de Elías, preparando al Señor un pueblo bien dispuesto.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Precederá al Señor en su venida con
el espíritu y el poder de Elías, preparando al Señor un pueblo bien dispuesto.
Ant 3. A ti, niño, te llamarán profeta del
Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A ti, niño, te llamarán profeta del
Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.
LECTURA BREVE Ml 4, 5-6
Mirad, os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande
y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón
de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la
tierra.
RESPONSORIO BREVE
V. Será grande a los ojos del Señor y estará lleno del Espíritu
Santo.
R. Será grande a los ojos del Señor y estará lleno
del Espíritu Santo.
V. Precederá al Señor en su venida, preparándole
un pueblo bien dispuesto.
R. Y estará lleno del Espíritu Santo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Será grande a los ojos del Señor y estará lleno
del Espíritu Santo.
V. Éste
vino como testigo enviado a declarar en favor de la luz.
R. Para que por su medio todos abrazasen la fe.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Jeremías 1, 4-10. 17-19
LA VOCACIÓN DEL PROFETA
Recibí esta palabra del Señor:
«Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno
materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles.»
Yo repuse:
«¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.»
El Señor me contestó:
«No digas: "Soy un muchacho", que adonde yo te envíe irás, y lo que
yo te mande lo dirás. No les tengas miedo, yo estoy contigo para librarte
—oráculo del Señor—.»
El Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo:
«Mira: yo pongo mis palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y
reyes, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para edificar y
plantar. Pero tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No
les tengas miedo, que yo no te haré desmayar delante de ellos. Mira: Yo te
convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce,
frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los
sacerdotes y la gente del pueblo; lucharán contra ti, pero no podrán contigo,
porque yo estoy contigo para librarte —oráculo del Señor—.»
RESPONSORIO Jr 1, 5. 9. 10
R. Antes de
formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te
consagré: * te nombré profeta de los
gentiles.
V. Yo pongo mis palabras en tu boca, yo te
establezco sobre pueblos y reyes.
R. Te nombré profeta de los gentiles.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 293, 1-3: PL 38, 1327-1328)
LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO
La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo
sagrado, y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja; celebramos
el nacimiento de Juan y el de Cristo. Ello no deja de tener su significado, y,
si nuestras explicaciones no alcanzaran a estar a la altura de misterio tan
elevado, no hemos de perdonar esfuerzo para profundizarlo y sacar provecho de
él.
Juan nace de una anciana estéril; Cristo, de una jovencita virgen. El futuro
padre de Juan no cree el anuncio de su nacimiento y se queda mudo; la Virgen
cree el del nacimiento de Cristo y lo concibe por la fe. Esto es, en resumen,
lo que intentaremos penetrar y analizar; y, si el poco tiempo y las pocas
facultades de que disponemos no nos permiten llegar hasta las profundidades de
este misterio tan grande, mejor os adoctrinará aquel que habla en vuestro
interior, aun en ausencia nuestra, aquel que es el objeto de vuestros piadosos
pensamientos, aquel que habéis recibido en vuestro corazón y del cual habéis
sido hechos templo.
Juan viene a ser como la línea divisoria entre los dos Testamentos, el antiguo
y el nuevo. Así lo atestigua el mismo Señor, cuando dice: La ley y los profetas
llegan hasta Juan. Por tanto, él es como la personificación de lo antiguo y el
anuncio de lo nuevo. Porque personifica lo antiguo, nace de padres ancianos;
porque personifica lo nuevo, es declarado profeta en el seno de su madre. Aún
no ha nacido y, al venir la Virgen María, salta de gozo en las entrañas de su
madre. Con ello queda ya señalada su misión, aun antes de nacer; queda
demostrado de quién es precursor, antes de que él lo vea. Estas cosas
pertenecen al orden de lo divino y sobrepasan la capacidad de la humana
pequeñez. Finalmente, nace, se le impone el nombre, queda expedita la lengua de
su padre. Estos acontecimientos hay que entenderlos con toda la fuerza de su
significado.
Zacarías calla y pierde el habla hasta que nace Juan, el precursor del Señor, y
abre su boca. Este silencio de Zacarías significaba que, antes de la
predicación de Cristo, el sentido de las profecías estaba en cierto modo latente,
oculto, encerrado. Con el advenimiento de aquel a quien se referían estas
profecías, todo se hace claro. El hecho de que en el nacimiento de Juan se abre
la boca de Zacarías tiene el mismo significado que el rasgarse el velo al morir
Cristo en la cruz. Si Juan se hubiera anunciado a sí mismo, la boca de Zacarías
habría continuado muda. Si se desata su lengua es porque ha nacido aquel que es
la voz; en efecto, cuando Juan cumplía ya su misión de anunciar al Señor, le
dijeron: Dinos quién eres. Y él respondió: Yo soy la voz del que clama en el
desierto. Juan era la voz; pero el Señor era la Palabra que existía ya al
comienzo de las cosas. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna
desde el principio.
RESPONSORIO Lc 1, 76-77
R. A ti, niño,
te llamarán profeta del Altísimo, * porque
irás delante del Señor a preparar sus caminos.
V. Anunciando a su pueblo la salvación, el perdón
de sus pecados.
R. Porque irás delante del Señor a preparar sus
caminos.
*Lecturas del Sábado de la
11ª semana del Tiempo Ordinario*
Sábado, 24
de junio de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo
(6,24-34)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede estar al servicio de
dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se
dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al
dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a
comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale
más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros:
ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial
los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza
de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis
por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan.
Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos.
Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno,
Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis
agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a
vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo
que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su
justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el
mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Zacarías recuperó el uso de la lengua e, inspirado, dijo: «Bendito
sea el Señor, Dios de Israel.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Zacarías recuperó el uso de la
lengua e, inspirado, dijo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel.»
PRECES
Oremos a Cristo, el Señor, que envió a Juan a preparar sus caminos
delante de él, y digámosle:
Visítanos, Sol que naces de lo alto.
Tú que hiciste saltar de gozo a Juan cuando estaba en el vientre de su madre,
haz que siempre nos alegremos de que hayas venido al mundo.
Tú que nos mostraste el camino de la conversión por la palabra y por el ejemplo
del Bautista,
ilumina nuestros corazones, para que se conviertan a las enseñanzas de tu
reino.
Tú que quieres mostrarte a los hombres por la predicación de los hombres,
envía a todo el mundo profetas que anuncien tu Evangelio.
Tú que quisiste ser bautizado por Juan en el Jordán para llevar a término toda
justicia,
haz que trabajemos por la justicia de tu reino.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le
preparara a Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la
alegría espiritual y guíanos por el camino de la salvación y de la paz. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: HOY ROMPE LA CLAUSURA
Hoy rompe la clausura
del surco empedernido
el grano en él hundido
por nuestra mano dura;
y hoy da su flor primera
la rama sin pecado
del árbol mutilado
por nuestra mano fiera.
Hoy triunfa el buen Cordero
que, en esta tierra impía,
se dio con alegría
por el rebaño entero;
y hoy junta su extraviada
majada y la conduce
al sitio en que reluce
la luz resucitada.
Hoy surge, viva y fuerte,
segura y vencedora,
la Vida que hasta ahora
yacía en honda muerte;
y hoy alza del olvido
sin fondo y de la nada
al alma rescatada
y al mundo redimido. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Desead la paz a Jerusalén.
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desead la paz a Jerusalén.
Ant 2. Desde la aurora hasta la noche mi
alma aguarda al Señor.
Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde la aurora hasta la noche mi
alma aguarda al Señor.
Ant 3. Al nombre de Jesús toda rodilla se
doble en el cielo y en la tierra. Aleluya.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO
PASCUAL - Flp 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al nombre de Jesús toda rodilla se
doble en el cielo y en la tierra. Aleluya.
LECTURA BREVE 2Pe 1, 19-21
Tenemos confirmada la palabra profética, a la que
hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro,
hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en vuestro corazón.
Ante todo habéis de saber que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada; pues nunca fue proferida alguna por voluntad humana,
sino que, llevados del Espíritu Santo, hablaron los hombres de parte de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado
sea el nombre del Señor.
V. Su gloria se eleva sobre los cielos.
R. Alabado sea el nombre del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado
sea el nombre del Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. A todo aquel que me reconozca ante los hombres, lo reconoceré yo
también ante mi Padre.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A todo aquel que me reconozca ante
los hombres, lo reconoceré yo también ante mi Padre.
PRECES
Invoquemos a Cristo, alegría de cuantos se refugian en él, y
digámosle:
Míranos y escúchanos, Señor.
Testigo fiel y primogénito de entre los muertos, tú que nos purificaste con tu
sangre
no permitas que olvidemos nunca tus beneficios.
Haz que aquellos a quienes elegiste como ministros de tu Evangelio
sean siempre fieles y celosos dispensadores de los misterios del reino.
Rey de la paz, concede abundantemente tu Espíritu a los que gobiernan las
naciones
para que cuiden con interés de los pobres y postergados.
Sé ayuda para cuantos son víctimas de cualquier segregación por causa de su
raza, color, condición social, lengua o religión
y haz que todos reconozcan su dignidad y respeten sus derechos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A los que han muerto en tu amor dales también parte en tu felicidad
con María y con todos tus santos.
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACION
Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo
nombre, porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido
fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.