*Lecturas del Lunes de la 7ª
semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 20 de febrero de 2023
Primera lectura
Comienzo del libro del Eclesiástico (1,1-10):
Todas sabiduría viene del Señor
y está con él por siempre.
La arena de los mares, las gotas de la lluvia
y los días del mundo, ¿quién los contará?
La altura de los cielos, la anchura de la tierra
y la profundidad del abismo, ¿quién las escrutará?
¿Quién ha escrutado la sabiduría de Dios, que es anterior a todo?
Antes que todo fue creada la sabiduría,
y la inteligencia prudente desde la eternidad.
La fuente de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas
y sus canales son mandamientos eternos.
La raíz de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y sus recursos, ¿quién los conoció?
La ciencia de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y su mucha experiencia, ¿quién la conoció?
Uno es el Altísimo, creador todopoderoso.
Uno solo es sabio, temible en extremo:
el que está sentado en su trono.
El Señor mismo creó la sabiduría, la vio, la midió
y la derramó sobre todas sus obras.
Se la concedió a todos los vivientes
y se la regaló a quienes lo aman.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 92,1ab.1c-2.5
R/. El Señor reina, vestido de majestad
V/. El Señor reina, vestido de
majestad;
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.
V/. Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.
V/. Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/.
*Lecturas del Lunes de la 7ª
semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 20 de febrero de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos
(9,14-29)*
En aquel tiempo, Jesús y los tres
discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos,
vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. El les preguntó:
«¡De qué discutís?».
Uno de la gente le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y
cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se
queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os
tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se
revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
«Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para
acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
El les respondió:
«Esta especie solo puede salir con oración».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Todo
es posible al que tiene fe. Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: «Creo,
pero ayuda mi falta de fe»).
*Este
es una escena consoladora del Evangelio basada en la vida diaria: un niño que
sufre, un padre preocupado, una multitud asombrada, un pequeño grupo de
discípulos fieles, algunos de sus oponentes. La petición del padre tuvo una
forma de oración tentativa. “Si eres capaz de hacer cualquier cosa, ten piedad
de nosotros y ayúdanos”. Jesús
provocó un acto de fe y oración profunda del padre. “Yo creo, ayuda mi
incredulidad.” Entonces, Jesús curó al niño. Más tarde les enseñó a sus
discípulos privadamente que no hay otra forma de lidiar con algunas situaciones
que no sea la oración*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.