*Lecturas del Jueves de la
34ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 24 de noviembre de 2022
Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis
(18,1-2.21-23;19,1-3.9a):
Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo con gran autoridad, y la tierra se
deslumbró con su resplandor. Y gritó con fuerte voz:
«Cayó, cayó la gran Babilonia. Y se ha convertido en morada de demonios, en
guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y
abominable.
Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la
precipitó al mar diciendo:
«Así, con este ímpetu será precipitada Babilonia, la gran ciudad, y no quedará
rastro de ella. No se escuchará más en ti la voz de citaristas ni músicos, de
flautas y trompetas. No habrá más en ti artífices de ningún arte; y ya no se
escuchará en ti el ruido del molino; ni brillará más en ti luz de lámpara; ni
se escuchará más en ti la voz del novio y de la novia, porque tus mercaderes
eran los magnates de la tierra y con tus brujerías embaucaste a todas las
naciones».
Después de esto oí en el cielo como el vocerío de una gran muchedumbre, que
decía:
«Aleluya La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus
juicios son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que
corrompía la tierra con sus fornicaciones, y ha vengado en ella la sangre de
sus siervos».
Y por segunda vez dijeron:
«¡Aleluya!».
Y el humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.
Y me dijo:
«Escribe: “Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero”».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 99,2.3.4.5
R/. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.
V/. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.
V/. Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
V/. Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.
V/. El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R/.
*Lecturas del Jueves de la
34ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 24
de noviembre de 2022
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas
(21,20-28):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca
su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio
de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en
ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está
escrito.
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y
“Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los
tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de
las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los
hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo,
pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra
liberación».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza;
se acerca vuestra liberación).
*El Señor utiliza tres palabras
para ayudarme: huir, alejarme y no entrar. Si actúo contrario a ellas lo que
recibiré serán días largo de angustia, sentir que todo se derrumba, que todo
está perdido. Por eso estás tres palabras, que el Señor me regala no es por
casualidad. Que huya del pecado, que me aleje del pecado y que no entre en el
pecado. Si obedezco al Señor, no habrá miedo en mí, y tendré mi cabeza,
levantada a la esperanza, al amor, a la misericordia, y esperando el gran día
de mi liberación*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.