*Lecturas del Viernes de la 2ª semana de Cuaresma*
Viernes, 18 de marzo de 2022
Primera
lectura
Lectura del
libro del Génesis (37,3-4.12-13a.17b-28):
ISRAEL amaba a José más que a todos los otros hijos, porque le había nacido en
la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo
prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo.
Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a
José:
«Tus hermanos deben de estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a
mandar donde están ellos».
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos
y, antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros:
«Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos
que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños».
Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo:
«No le quitemos la vida».
Y añadió:
«No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no
pongáis las manos en él».
Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre.
Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le
quitaron la túnica, la túnica con mangas que llevaba puesta, lo cogieron y lo
echaron en un pozo. El pozo estaba vacío, sin agua.
Luego se sentaron a comer y, al levantar la vista, vieron una caravana de
ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a
Egipto. Judá propuso a sus hermanos:
«¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a
venderlo a los ismaelitas y no pongamos nuestras manos en él, que al fin es
hermano nuestro y carne nuestra».
Los hermanos aceptaron.
Al pasar unos mercaderes madianitas, tiraron de su hermano; y, sacando a José
del pozo, lo vendieron a unos ismaelitas por veinte monedas de plata. Estos se
llevaron a José a Egipto.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
104,16-17.18-19.20-21
R/. Recordad las
maravillas que hizo el Señor
V/. Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo. R/.
V/. Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó. R/.
V/. El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones. R/.
*Lecturas del Viernes de la 2ª semana de Cuaresma*
Viernes, 18 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (21,33-43.45-46)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola:
“Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cayó en ella
un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
Llegado el tiempo de los frutos, envió a sus criados a los labradores para
percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los
criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo
mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo
matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?”».
Le contestan:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros
labradores que le entreguen los frutos a su tiempo».
Y Jesús les dice:
«¿No habéis leído nunca en la Escritura:
“La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente”?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un
pueblo que produzca sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que
hablaba de ellos.
Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por
profeta.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros
corazones antes que mis palabras*
(Llegado el tiempo de los frutos)
*El Señor considera que es el tiempo, de devolver,
los frutos, los bienes, las gracias y las bendiciones, que he recibido de él.
Mi vida él la está preparando para que produzcan los frutos, de justicia, de
amor y de misericordia. Es bueno que entienda que está vida que tengo no es
mía, no me pertenece, que no tengo el derecho ni de atentar en contra de mi
propia vida, ni de otras personas, que no importa por la situación que esté
atravesando. Que este es el mejor tiempo para
entregar los frutos que el Señor, ha puesto dentro de mí: el amor, la paciencia,
la honestidad, el servicio, y de inspirar a otros el deseo de vivir*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.