*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO
ORDINARIO
MARTES DE LA SEMANA III
Del Propio de la fiesta.
25 de enero
*LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO. (FIESTA)*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de la conversión del Maestro de
los gentiles.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de la conversión del Maestro de
los gentiles.
Himno: CON PRESUNCIÓN DE BÉLICO SOLDADO.
Con presunción de bélico soldado,
galán sale feroz, Pablo, atrevido,
que, si ahora en la cuenta no ha caído,
caerá muy presto del primer estado.
¿Adónde, Pablo, de soberbia armado,
para quedar con una voz vencido?
Seguid las letras, ¿dónde vais perdido?,
que habéis de ser doctor del mayor grado.
Aunque valor vuestra persona encierra,
no es bien que nadie contra Dios presuma:
que dará con los ojos por la tierra.
La Iglesia espera vuestra docta suma:
mirad que no sois vos para la guerra,
dejad las armas y tomad la pluma. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sé en quien he puesto mi fe, y estoy seguro que es poderoso para
guardar hasta el último día lo que yo le he confiado.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sé en quien he puesto mi fe, y estoy seguro que es poderoso para
guardar hasta el último día lo que yo le he confiado.
Ant 2. Pablo, te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto
mi poder.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Pablo, te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto
mi poder.
Ant 3. La gracia de Dios no quedó infecunda en mí, sino que su gracia
permanece siempre en mí.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La gracia de Dios no quedó infecunda en mí, sino que su gracia
permanece siempre en mí.
LECTURA BREVE Hch 26, 16b-18
Me he dejado ver de ti para hacerte siervo mío y testigo de la visión en que me
has visto y de otras que te manifestaré. Yo te sacaré de todos los peligros que
te vengan de tu nación y de los gentiles. A éstos te envío ahora para que les
abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, del poder de Satanás
a Dios; para que por la fe en mí reciban el perdón de los pecados y su parte en
la herencia de los justos.
RESPONSORIO BREVE
V. Tú eres un instrumento escogido, apóstol san Pablo.
R. Tú eres un instrumento escogido, apóstol san Pablo.
V. Predicador de la verdad en todo el mundo.
R. Apóstol san Pablo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tú eres un instrumento escogido, apóstol san Pablo.
V. El Señor
es clemente y misericordioso.
R. Lento a la cólera y rico en piedad.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1,
11.24
DIOS ME REVELÓ A SU HIJO PARA QUE LO ANUNCIARA
Os hago saber, hermanos, que el Evangelio
anunciado por mí no es cosa humana; y no lo recibí de hombre alguno, sino por
revelación de Jesucristo.
Habéis oído hablar de cómo me portaba yo en otro tiempo en el judaísmo: cómo
perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios y la devastaba; cómo, en el
celo por el judaísmo, iba más allá que muchos compatriotas de mi edad y me
mostraba celoso partidario de las tradiciones paternas.
Pero, cuando aquel que me eligió desde el seno de mi madre me llamó por su
gracia y tuvo a bien revelarme a su Hijo para que lo anunciara a los gentiles,
en seguida, sin pedir consejo a hombre alguno y sin subir a Jerusalén para
hablar con los que eran apóstoles antes que yo, partí hacia Arabia, de donde
luego volví a Damasco. Tres años más tarde, subí a Jerusalén a visitar a Cefas,
y estuve con él quince días. No vi a ninguno otro de los apóstoles, fuera de
Santiago, el hermano del Señor. Por el Dios que me está viendo, que no miento
en lo que os escribo.
Después vine a las regiones de Siria y de Cilicia, pero las Iglesias de Judea,
que están en Cristo, no me conocían personalmente. Sólo oían decir: «El que
antaño nos perseguía ahora va anunciando la Buena Nueva de la fe, que en otro
tiempo quería destruir.» Y glorificaban a Dios, reconociendo su obra en mí.
RESPONSORIO Ga 1, 11-12; 2Co 11,
10. cf. 7
R. El Evangelio anunciado por mí no
es cosa humana; * y no lo recibí de hombre alguno, sino por revelación de
Jesucristo.
V. Por la verdad de Cristo que en mí reside: yo os he anunciado el
Evangelio de Dios.
R. Y no lo recibí de hombre alguno, sino por revelación de
Jesucristo.
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
(Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50. 477-480)
PABLO LO SUFRIÓ TODO POR AMOR A CRISTO
Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y cuánta
su capacidad de virtud lo podemos colegir sobre todo de la persona de Pablo.
Cada día se levantaba con una mayor elevación y fervor de espíritu y, frente a
los peligros que lo acechaban, era cada vez mayor su empuje, como lo atestiguan
sus propias palabras: Olvidando lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que
veo por delante; y, al presentir la inminencia de su muerte, invitaba a los
demás a compartir su gozo, diciendo: Alegraos y congratulaos conmigo; y, al
pensar en sus peligros y oprobios, se alegra también y dice, escribiendo a los
corintios: Vivo contento en medio de mis debilidades de los insultos y de las
persecuciones; incluso llama a estas cosas armas de justicia, significando con
ello que le sirven de gran provecho.
Y así, en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de
las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo
sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve
victorioso de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo:
Gracias sean dadas a Dios, que en todo tiempo nos lleva en el cortejo triunfal
de Cristo. Imbuido de estos sentimientos, se lanzaba a las contradicciones e
injurias, que le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que
nosotros empleamos en la consecución de los honores, deseando la muerte más que
nosotros deseamos la vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo
mucho más que otros apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él
temía era ofender a Dios; lo demás le tenía sin cuidado. Por esto mismo, lo
único que deseaba era agradar siempre a Dios.
Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con
esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente
asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el
último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte sin él,
de los más encumbrados y honorables.
Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este
amor: para él, su privación significaba el infierno, el único sufrimiento, el
suplicio infinito e intolerable.
Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de
los ángeles, los bienes presentes y futuros, el reino, las promesas, el
conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las
cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.
Las realidades presentes las despreciaba como hierba ya podrida. A los mismos
gobernantes y al pueblo enfurecido contra él les daba el mismo valor que a un
insignificante mosquito.
Consideraba como un juego de niños la muerte y la más variada clase de
tormentos y suplicios, con tal de poder sufrir algo por Cristo.
RESPONSORIO 1Tm 1, 13-14; 1Co
15, 9
R. Fui acogido por Dios con toda
misericordia, porque obré por ignorancia en el tiempo de mi incredulidad. * Y
en verdad que sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, juntamente con la
fe y la caridad de Cristo Jesús.
V. Soy indigno del nombre de apóstol, pues perseguí a la Iglesia de
Dios.
R. Y en verdad que sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor,
juntamente con la fe y la caridad de Cristo Jesús.
*Conversión de San Pablo*
Martes, 25 de enero de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (16,15-18)*
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «ld al mundo entero y
proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará;
el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán
estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán
serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño.
Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Celebremos la conversión del apóstol san Pablo, que de perseguidor
pasó a ser un instrumento escogido.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Celebremos la conversión del apóstol san Pablo, que de perseguidor
pasó a ser un instrumento escogido.
PRECES
Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por
medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y
aclamémosle diciendo:
El coro de los apóstoles te alaba, Señor.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de
tu cuerpo y de tu sangre:
en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has preparado la mesa
de tu palabra:
por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia:
por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo
y la penitencia:
por ellos nos purificas de todas nuestras culpas.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra del
apóstol san Pablo, haz que quienes recordamos hoy su conversión, imitando sus
ejemplos, anunciemos el Evangelio al mundo y seamos así testigos de tu verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: TAN CERCA, SAULO, DE NOSOTROS
Tan cerca, Saulo, de nosotros,
de nuestras mordeduras,
de nuestros viejos odios
y de nuestras ternuras.
Cerca de nuestras ansias,
lejos de nuestros pasos,
de nuestras veleidades
y de nuestros fracasos.
Dinos que Cristo en cruz
es todo: pena y gozo,
tu enseñanza y tu gloria,
tu lucha y tu reposo.
Que al corazón que a toda
decisión está listo,
todo es estiércol, todo,
para ganar a Cristo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí
la fuerza de Cristo.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí
la fuerza de Cristo.
Ant 2. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien dio el crecimiento.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien dio el crecimiento.
Ant 3. Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia; líbreme Dios
de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia; líbreme Dios
de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA BREVE 1Co 15, 9-10
Yo soy el menor de los apóstoles, indigno del
nombre de apóstol, pues perseguí a la Iglesia de Dios. Mas, por la gracia de
Dios, soy lo que soy; y la gracia que él me concedió no quedó infecunda en mí.
He trabajado con más afán que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios
que está conmigo.
RESPONSORIO BREVE
V. Te doy gracias, Señor, de todo corazón.
R. Te doy gracias, Señor, de todo corazón.
V. Tañeré en honor de tu nombre entre las naciones.
R. De todo corazón.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te doy gracias, Señor, de todo corazón.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Apóstol san Pablo, predicador de la verdad y maestro de los
gentiles, intercede por nosotros ante Dios que te eligió.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Apóstol san Pablo, predicador de la verdad y maestro de los
gentiles, intercede por nosotros ante Dios que te eligió.
PRECES
Hermanos: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al
Padre por su pueblo santo, diciendo:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Padre santo, que quisiste que tu Hijo resucitado de entre los muertos se
manifestara en primer lugar a los apóstoles,
haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del
mundo.
Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los
pobres,
haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.
Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus
frutos con alegría.
Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,
concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.
Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra del
apóstol san Pablo, haz que quienes recordamos hoy su conversión, imitando sus
ejemplos, anunciemos el Evangelio al mundo y seamos así testigos de tu verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.