*Lecturas del Lunes de la 27ª semana de Tiempo Ordinario*
Lunes, 4 de octubre de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (10,25-37)*
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para
ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma
y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.»
Él le dijo: «Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.»
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y quién
es mi prójimo?»
Jesús dijo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos
bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo
medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo,
dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel
sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de
viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le
vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia
cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos
denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes
de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se
portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?»
Él contestó: «El que practicó la misericordia con él.»
Díjole Jesús: «Anda, haz tú lo mismo.»
Palabra del Señor
(« ¿Quién
es mi prójimo? »).
*El
Señor está tratando de que pueda aprender algo, él está haciendo todo lo
posible de que lo descubra a él. Me está obligando a mirar allí donde muchas
veces me niego a mirar. Él quiere que mis ojos se fijen con atención, con
sinceridad y con amor; allí donde pienso que no hay nada que buscar, que no
tengo nada que aprender y que muchas veces rechazo. La buena noticia para mi es
que el Señor me da la oportunidad de ver muy claro, que siempre hay algo que
puedo aprender de esas personas que rechazo por la razón que sea, porque el
Señor a mí no me rechaza y también tengo cosas malas, defectos, mañas y vivo
así dentro de las personas. El Señor, de un modo especial me invita a descubrir
que el amor está en medio de aquellos que rechazo*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.