*Lecturas del Viernes de la 19ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 13 de agosto de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro de Josué (24,1-13):
En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los
ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se
presentaron ante el Señor.
Josué habló al pueblo: «Así dice el Señor, Dios de Israel: "Al otro lado
del río Éufrates vivieron antaño vuestros padres, Teraj, padre de Abrahán y de
Najor, sirviendo a otros dioses. Tomé a Abrahán, vuestro padre, del otro lado
del río, lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia
dándole a Isaac. A Isaac le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la
montaña de Seír, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. Envié a
Moisés y Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, y después os
saqué de allí. Saqué de Egipto a vuestros padres; y llegasteis al mar. Los
egipcios persiguieron a vuestros padres con caballería y carros hasta el mar
Rojo. Pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre vosotros y los
egipcios; después desplomó sobre ellos el mar, anegándolos. Vuestros ojos
vieron lo que hice en Egipto. Después vivisteis en el desierto muchos años. Os
llevé al país de los amorreos, que vivían en Transjordania; os atacaron, y os
los entregué. Tomasteis posesión de sus tierras, y yo los exterminé ante
vosotros. Entonces Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; mandó
llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijera; pero yo no quise oír a
Balaán, que no tuvo más remedio que bendeciros, y os libré de sus manos.
Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó os atacaron: los
amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos; pero yo
os los entregué; sembré el pánico ante vosotros, y expulsasteis a los dos reyes
amorreos, no con tu espada ni con tu arco. Y os di una tierra por la que no
habíais sudado, ciudades que no habíais construido, y en las que ahora vivís,
viñedos y olivares que no habíais plantado, y de los que ahora coméis."»
Palabra de Dios
Salmo
Sal
135,1-3.16-18.21-22.24
R./ Porque es eterna su
misericordia
Dad gracias al Señor porque es bueno. R/.
Dad gracias al Dios de los dioses. R/.
Dad gracias al Señor de los señores. R/.
Guió por el desierto a su pueblo. R/.
Él hirió a reyes famosos. R/.
Dio muerte a reyes poderosos. R/.
Les dio su tierra en heredad. R/.
En heredad a Israel, su siervo. R/.
Y nos libró de nuestros opresores. R/.
*Lecturas del Viernes de la 19ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 13 de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (19,3-12)*
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para
ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó
hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su
madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que
ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe
el hombre.»
Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y
divorciarse?»
Él les contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de
vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno
se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete
adulterio.»
Los discípulos le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer,
no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don.
Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los
hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que
pueda con esto, que lo haga.»
Palabra del Señor
(Lo que Dios unió no lo separe el hombre).
*El divorcio es cuando se llega a un punto de no
aceptación de uno de los dos ya sea el hombre o la mujer. Las tinieblas existen
cuando no hay luz. Cuando me ha faltado la luz, veo en mi oscuridad, que la
otra persona es una montaña de problema. Y eso mayormente sucede cuando caigo
en la tentación de comparar, a una persona con otras personas y si estoy
comparando es porque mis ojos ya se están fijando en alguien. El Señor desde el
principio me ha dado el don del discernimiento, para saber distinguir lo bueno
de lo malo. Amar no es un sentimiento, amar no es sentir mariposista en la
barriga, amar es una decisión, amar es hacer el bien, sin esperar nada a
cambio*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.