*Lecturas
del Martes de la 14ª semana del Tiempo Ordinario ciclo B*
Martes, 6 de julio de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro del Génesis (32,22-32):
En aquellos días, todavía de noche se levantó Jacob, tomó a las dos mujeres,
las dos siervas y los once hijos y cruzó el vado de Yaboc; pasó con ellos el
torrente e hizo pasar sus posesiones. Y él quedó solo. Un hombre luchó con él
hasta la aurora; y, viendo que no le podía, le tocó la articulación del muslo y
se la dejó tiesa, mientras peleaba con él.
Dijo: «Suéltame, que llega la aurora.»
Respondió: «No te soltaré hasta que me bendigas.»
Y le preguntó: «¿Cómo te llamas?»
Contestó: «Jacob.»
Le replicó: «Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con
dioses y con hombres y has podido.»
Jacob, a su vez, preguntó: «Dime tu nombre.»
Respondió: «¿Por qué me preguntas mi nombre?»
Y le bendijo. Jacob llamó aquel lugar Penuel, diciendo: «He visto a Dios cara a
cara y he quedado vivo.»
Mientras atravesaba Penuel salía el sol, y él iba cojeando. Por eso los
israelitas, hasta hoy, no comen el tendón de la articulación del muslo, porque
Jacob fue herido en dicho tendón del muslo.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
16,1.2-3.6-7.8.15
R/. Yo con mi apelación
vengo a tu presencia, Señor
Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R/.
Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí. R/.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios,
a quien se refugia a tu derecha. R/.
Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R/.
*Lecturas
del Martes de la 14ª semana del Tiempo Ordinario ciclo B*
Martes, 6 de julio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (9,32-38)*
En aquel tiempo, presentaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al demonio, y el
mudo habló.
La gente decía admirada: «Nunca se ha visto en Israel cosa igual.»
En cambio, los fariseos decían: «Éste echa los demonios con el poder del jefe
de los demonios.»
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas,
anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las
dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban
extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: «Las mies es abundante, pero los trabajadores
son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»
Palabra del Señor
(Jesús
recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el
Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias)
*El Señor, siempre tiene una mirada de
amor y de consuelo, al necesitado, al abatido, al que se siente enfermo, al que
se siente triste y abandonado, al que no le encuentra sentido a la vida y su
corazón gime en su interior día y noche. El Señor me quiere sanar primero
a mí, porque él sabe cuánto me cuesta amar y hacer bien el bien, es por eso que,
me habla, me corrige, me educa y me enseña. Pero tengo que ser realista y
entender que el Señor no me puede sanar si mí consentimiento, y el necesita
saber si puede contar conmigo. Hay muchas personas que se sienten, solas,
abandonadas, desesperadas, y con muchas dificulta; y el desea saber si le puedo
entregar mi corazón, para el limpiarlo, sanarlo y para utilizarlo para el bien
de los demás, él me hace una invitación no me obliga*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.