*Lecturas
del Sagrado Corazón de Jesús*
Viernes, 11 de junio de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro del Deuteronomio (7,6-11):
En aquellos días, Moisés habló al pueblo, diciendo: «Tú eres un pueblo santo
para el Señor, tu Dios: él te eligió para que fueras, entre todos los pueblos
de la tierra, el pueblo de su propiedad. Si el Señor se enamoró de vosotros y
os eligió, no fue por ser vosotros más numerosos que los demás, pues sois el
pueblo más pequeño, sino que, por puro amor vuestro, por mantener el juramento
que había hecho a vuestros padres, os sacó de Egipto con mano fuerte y os
rescató de la esclavitud, del dominio del Faraón, rey de Egipto. Así sabrás que
el Señor, tu Dios, es Dios: el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor con
los que lo aman y guardan sus preceptos, por mil generaciones. Pero paga en su
persona a quien lo aborrece, acabando con él. No se hace esperar, paga a quien
lo aborrece, en su persona. Pon por obra estos preceptos y los mandatos y
decretos que te mando hoy.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal
102,1-2.3-4.6-7.8.10
R/. La misericordia del
Señor dura siempre,
para los que cumplen sus mandatos
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Segunda
lectura
Lectura de
la primera carta del apóstol san Juan (4,7-16):
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido
de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es
amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al
mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el
amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos
envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados. Queridos,
si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en
nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que
permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y
nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para
ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos
tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor
permanece en Dios, y Dios en él.
Palabra de Dios
*Lecturas del Sagrado Corazón de Jesús*
Viernes, 11 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-30)*
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y
tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has
revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo
ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce
al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí
todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro
descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor
*Yo te
bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas
a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños*
*Qué
difícil es entender la ternura y el amor del Señor. El Señor me pide que me
aparte de la sabiduría y la inteligencia que me ofrece este mundo; para que
pueda llegar allá, más allá de los límites y desde ahí comenzar a descender a
mis antiguos principio para lo que fui creado, dejarme amar y amar. Los niños
pequeños cuando sienten el olor de su madre abren los brazos sin miedo y se
dejan amar, esos brazos son su felicidad, sus todo. El Señor me invita hacer
pequeño frente a su palabra, para poder entrar en su Sagrado Corazón*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.