*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Beata María del Divino
Corazón de Jesús*
8 de Junio
MARTES SEMANA II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.
Himno: TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR
Te damos gracias, Señor,
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo
del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
«¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande!
¡Su caridad infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Cantemos sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo
el Dios que nos justifica!». Amén.
SALMODIA
Ant 1. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Salmo 42 - DESEO DEL TEMPLO
Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.
Tú eres mi Dios y protector,
¿por qué me rechazas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Señor, Dios mío.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Ant 2. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Cántico: ANGUSTIA DE UN MORIBUNDO Y ALEGRÍA DE LA CURACIÓN Is 38,
10-14. 17-20
Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.»
Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.
Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.»
Día y noche me estás acabando,
sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos como un león,
día y noche me estas acabando.
Estoy piando como una golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo se consumen:
¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
Me has curado, me has hecho revivir,
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados.
El abismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Los vivos, los vivos son quienes te alaban:
como yo ahora.
El Padre enseña a sus hijos tu fidelidad.
Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días en la casa del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Ant 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
Salmo 64 - SOLEMNE ACCIÓN DE GRACIAS.
¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,
y a ti se te cumplen los votos,
porque tú escuchas las súplicas.
A ti acude todo mortal
a causa de sus culpas;
nuestros delitos nos abruman,
pero tú los perdonas.
Dichoso el que tú eliges y acercas
para que viva en tus atrios:
que nos saciemos de los bienes de tu casa,
de los dones sagrados de tu templo.
Con portentos de justicia nos respondes,
Dios, salvador nuestro;
tú, esperanza del confín de la tierra
y del océano remoto;
Tú que afianzas los montes con tu fuerza,
ceñido de poder;
tú que reprimes el estruendo del mar,
el estruendo de las olas
y el tumulto de los pueblos.
Los habitantes del extremo del orbe
se sobrecogen ante tus signos,
y a las puertas de la aurora y del ocaso
las llenas de júbilo.
Tú cuidas de la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales;
riegas los surcos, igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes;
coronas el año con tus bienes,
las rodadas de tu carro rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría;
las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
LECTURA BREVE 1Ts 5, 4-5
No viváis, hermanos, en tinieblas para que el día del Señor no os sorprenda
como ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la
noche ni de las tinieblas.
RESPONSORIO BREVE
V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
R. Espero en tu palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
Primera Lectura
Del libro de Josué 2, 1-24
POR LA FE, RAJAB LA MERETRIZ ACOGIÓ PACÍFICAMENTE A LOS EXPLORADORES
Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sittim dos espías con
esta orden: «Id y explorad el país y Jericó.» Fueron y entraron en casa de una
prostituta, llamada Rajab, y durmieron allí. Se le dijo al rey de Jericó: «Mira
que unos hombres israelitas han entrado aquí por la noche para explorar el
país.» Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab: «Haz salir a los hombres
que han entrado donde ti —que han entrado a tu casa— porque han venido para
explorar todo el país.» Pero la mujer tomó a los dos hombres y los escondió.
Luego respondió: «Es verdad que esos hombres han venido a mi casa, pero yo no
sabía de dónde eran. Cuando se iba a cerrar la puerta por la noche, esos
hombres salieron y no sé adónde han ido. Perseguidles aprisa, que los
alcanzaréis.» Pero ella los había hecho subir al terrado y los había escondido
entre unos haces de lino que tenía amontonados en el terrado. Salieron algunos
hombres en su persecución camino del Jordán, hacia los vados, y se cerró la
puerta en cuanto los perseguidores salieron tras ellos.
Todavía ellos no se habían acostado cuando Rajab subió al terrado, donde ellos
y les dijo:«Ya sé que Yahveh os ha dado la tierra, que nos habéis aterrorizado
y que todos los habitantes de esta región han temblado ante vosotros: porque
nos hemos enterado de cómo Yahveh secó las aguas del mar de Suf delante de
vosotros a vuestra salida de Egipto, y lo que habéis hecho con los dos reyes
amorreos del otro lado del Jordán, Sijón y Og, a quienes consagrasteis al
anatema. Al oírlo, ha desfallecido nuestro corazón y no se encuentra ya nadie
con aliento en vuestra presencia, porque Yahveh vuestro Dios, es Dios arriba en
los cielos y abajo en la tierra. Juradme, pues, ahora por Yahveh, ya que os he tratado
con bondad, que vosotros también trataréis con bondad a la casa de mi padre, y dadme
una señal segura; que respetaréis la vida de mi padre y de mi madre, de mis hermanos
y hermanas, y de todos los suyos, y que libraréis nuestras vidas de la muerte.»
Los hombres le respondieron: «Muramos nosotros en vez de vosotros, con tal de
que no divulguéis nuestro asunto. Cuando Yahveh nos haya entregado la tierra,
te trataremos a ti con bondad y lealtad.»
Ella los descolgó con una cuerda por la ventana, pues su casa estaba en la
pared de la muralla y vivía en la misma muralla. Les dijo: «Id hacia la
montaña, para que no os encuentren los que os persiguen. Estad escondidos allí
tres días hasta que vuelvan los perseguidores: después podéis seguir vuestro
camino.» Los hombres le respondieron:«Nosotros quedaremos libres de ese
juramento que nos has exigido. Cuando estemos entrando en el país, atarás este
cordón de hilo escarlata a la ventana por la que nos has descolgado, y reunirás
junto a ti en casa a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia
de tu padre. Si alguno sale fuera de las puertas de tu casa, caiga su sangre
sobre su cabeza. Nosotros seremos inocentes. Pero la sangre de todos los que
estén contigo en casa, caiga sobre nuestras cabezas, si alguien pone su mano
sobre ellos. Mas si divulgas nuestro asunto, quedaremos libres del juramento
que nos has exigido.» Ella respondió: «Sea según vuestras palabras.» Y los hizo
marchar; ellos se fueron, y ella ató el cordón escarlata a la ventana.
Marcharon ellos y se metieron en el monte. Se quedaron allí tres días, hasta
que regresaron los perseguidores. Estos los habían buscado por todo el camino,
pero no los encontraron. Entonces los dos hombres volvieron a bajar del monte,
pasaron el río y fueron donde Josué, hijo de Nun, a quien contaron todo lo que
les había ocurrido. Dijeron a Josué: «Cierto que Yahveh ha puesto en nuestras
manos todo el país; todos los habitantes del país tiemblan ya ante nosotros.»
Responsorio St 2, 24-26; Hb 11, 31
R. El hombre es justificado por las obras, no sólo por la fe. ¿Acaso
no fue Rajab justificada por las obras, al acoger a los mensajeros y hacerlos
salir por otro camino? * Así como el cuerpo sin
espíritu está muerto, así también la fe está muerta sin las obras.
V. Por la fe, no pereció con los incrédulos Rajab la meretriz,
por haber acogido amistosamente a los exploradores del pueblo de Dios.
R. Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la
fe está muerta sin las obras.
Segunda Lectura
De la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a los
Romanos
(Caps. 6,1-9, 3: Funk 1, 219-223)
MI AMOR ESTÁ CRUCIFICADO
De nada me servirían los placeres terrenales ni los reinos de este
mundo. Prefiero morir en Cristo Jesús que reinar en los confines de la tierra.
Todo mi deseo y mi voluntad están puestos en aquel que por nosotros murió y
resucitó. Se acerca ya el momento de mi nacimiento a la vida nueva. Por favor,
hermanos, no me privéis de esta vida, no queráis que muera; si lo que yo anhelo
es pertenecer a Dios, no me entreguéis al mundo ni me seduzcáis con las cosas
materiales; dejad que pueda contemplar la luz pura; entonces seré hombre en
pleno sentido. Permitid que imite la pasión de mi Dios. El que tenga a Dios en
sí entenderá lo que quiero decir y se compadecerá de mí, sabiendo cuál es el deseo
que me apremia.
El príncipe de este mundo me quiere arrebatar y pretende arruinar mi deseo, que
tiende hacia Dios. Que nadie de vosotros, los aquí presentes, lo ayude; poneos
más bien de mi parte, esto es, de parte de Dios. No queráis a un mismo tiempo
tener a Jesucristo en la boca y los deseos mundanos en el corazón. Que no
habite la envidia entre vosotros.
Ni me hagáis caso sí, cuando esté aquí, os suplicare en sentido contrario;
haced más bien caso de lo que ahora os escribo. Porque os escribo en vida, pero
deseando morir. Mi amor está crucificado y ya no queda en mí el fuego de los deseos
terrenos; únicamente siento en mi interior la voz de una agua viva que me habla
y me dice: "Ven al Padre". No encuentro ya deleite en el alimento
material ni en los placeres de este mundo. Lo que deseo es el pan de Dios, que
es la carne de Jesucristo, de la descendencia de David, y labebida de su
sangre, que es la caridad incorruptible.
No quiero ya vivir más la vida terrena. Y este deseo será realidad si vosotros
lo queréis.
Os pido que lo queráis, y así vosotros hallaréis también benevolencia. En dos
palabras resumo mi súplica: hacedme caso. Jesucristo os hará ver que digo la
verdad, él, que es la boca que no engaña, por la que el Padre ha hablado verdaderamente.
Rogad por mí, para que llegue a la meta. Os he escrito no con criterios humanos,
sino conforme a la mente de Dios. Si sufro el martirio, es señal de que me
queréis bien; de lo contrario, es que me habéis aborrecido.
Acordaos en vuestras oraciones de la Iglesia de Siria, que, privada ahora de
mí, no tiene otro pastor que el mismo Dios. Sólo Jesucristo y vuestro amor
harán para con ella el oficio de obispo. Yo me avergüenzo de pertenecer al número
de los obispos; no soy digno de ello, ya que soy el último de todos y un
abortivo. Sin embargo, llegaré a ser algo si llego a la posesión de Dios, por
su misericordia.
Os saluda mi espíritu y la caridad de las Iglesias que me han acogido en el
nombre de Jesucristo, y no como a un transeúnte. En efecto, incluso las
Iglesias que no entraban en mi itinerario corporal acudían a mí en cada una de
las ciudades por las que pasaba.
Responsorio Col 1, 24. 29
R. Ahora me alegro de los padecimientos que he sufrido por
vosotros, * y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la
Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne
mortal.
V. Con este fin me esfuerzo y lucho, contando con la eficacia
de Cristo, que actúa poderosamente en mí.
R. Y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es laIglesia,
las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne mortal.
*Lecturas
de la 10ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Martes, 8 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,13-18)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la
tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que
para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No
se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende
una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero
y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para
que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el
cielo.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
PRECES
Bendigamos a nuestro Salvador, que con su resurrección ha
iluminado el mundo, y digámosle suplicantes:
Haz, Señor, que caminemos por tu senda.
Señor Jesús, al consagrar nuestra oración matinal en memoria de tu santa
resurrección,
te pedimos que la esperanza de participar de tu gloria ilumine todo nuestro
día.
Te ofrecemos, Señor, los deseos y proyectos de nuestra jornada:
dígnate aceptarlos y bendecirlos como primicia de nuestro día.
Concédenos crecer hoy en tu amor,
a fin de que todo concurra para nuestro bien y el de nuestros hermanos.
Haz, Señor, que el ejemplo de nuestra vida resplandezca como una luz ante los
hombres,
para que todos den gloria al Padre que está en los cielos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al
Padre que su reino llegue a nosotros:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Jesucristo, luz verdadera que alumbras a todo hombre y le
muestras el camino de la salvación: concédenos la abundancia de tu gracia para
que preparemos, delante de ti, sendas de justicia y de paz. Tú que vives y
reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Beata María del Divino Corazón de Jesús*
María Anna Johanna DrostezuVischering, beata María del Divino
Corazón de Jesús, nació el 8 de septiembre de 1863, en Münster, Alemania, junto
a su hermano mellizo Max, el día de la Fiesta de la Natividad de la Virgen
María. Sus padres fueron el conde de Erbdrosten, Clemente Heidenreich Franz
DrostezuVischering, y la condesa de Galen, Helena von Galen, miembros de una
familia católica perteneciente a la nobleza germana, que se distinguió por su
fidelidad a la Iglesia durante la persecución del Kulturkampf (combate cultural),
conflicto político-jurídico generado por el gobierno alemán contra la Iglesia
católica y los católicos defensores de las libertades confesionales.
María fue bautizada inmediatamente después de nacer, porque se
encontraba muy débil. De alguna manera, este hecho fue un anuncio de cierta
precocidad espiritual. Su primera infancia la pasó en el Castillo de Darfeld,
al lado de su familia. Ya en esos años mostraba una piedad especial al Sagrado
Corazón de Jesús; piedad que crecería en la oración y la convencería, años
después, de que la devoción al Corazón de Cristo siempre va unida a la devoción
al Santísimo Sacramento: "Nunca
pude separar la devoción al Corazón de Jesús de la devoción al Santísimo
Sacramento, y nunca seré capaz de explicar cómo y cuánto el Sagrado Corazón de
Jesús se dignó favorecerme en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía".
El 25 de abril de 1875 recibió, junto a su hermano mellizo Max, la
Primera Comunión. María esperaba que Dios se manifestara: "Esperé en ese día la gracia de
la vocación religiosa, pero fue en vano...". Y es que Dios
tiene sus tiempos: el 8 de julio del mismo año, sólo después de haber hecho la
Confirmación, María empezó a considerar una mayor entrega al Señor.
Sin duda, ella había iniciado ya un itinerario espiritual, que
tuvo, en 1878, un momento determinante. Después de escuchar un sermón sobre el
pasaje bíblico de San Lucas entorno al mandamiento: "Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma" (Mc 12:30), María tuvo una
inspiración: "En
ese momento pensé: ¡Tengo que llegar a ser religiosa! Hubiera preferido que mis
oídos no lo hubieran escuchado, pero es imposible resistirse a la voz de
Dios".
En la primavera de 1879, durante su primera experiencia de vida
religiosa, en el Internado de las Hermanas del Sagrado Corazón en Riedenburg,
llegó a la siguiente conclusión: "[...]
Empecé a entender que sin espíritu de sacrificio el amor al Corazón de Jesús es
sólo una ilusión".
Ya con 20 años, en 1883, sor María relata que oyó en su interior
la voz de Cristo que le dijo: "Tú
serás la esposa de Mi Corazón". El 5 de agosto de ese mismo
año, mientras celebraba las Bodas de Plata del matrimonio de sus padres, María
expresó su deseo definitivo de convertirse en religiosa.
Años más tarde, en 1888, en una visita junto a su madre al
Hospital de Darfeld, tuvo un primer contacto con las Hermanas del Buen Pastor y
su carisma. El 21 de noviembre de ese año, ingresó al convento del Buen Pastor
en Münster, respondiendo a una inspiración del Sagrado Corazón: "De repente, estando en la
iglesia parroquial de Darfeld, preparándome para la confesión, mientras
esperaba mi turno, me vino, como un relámpago, este pensamiento: “Debes entrar
en el Buen Pastor”, y fue para mí tan claro y preciso que desde aquel momento
no tuve ya ninguna duda". María decidió entonces entrar en el
noviciado del Convento del Buen Pastor de Münster.
Después de haber recibido el hábito blanco de la Congregación de
Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, adoptó el nombre de María del
Divino Corazón.
Sor María del Divino Corazón pasó sólo cinco años en Münster, pues
la obediencia la llamó a una misión especial en Portugal, a donde fue enviada
como asistente de la Madre Superiora del Convento del Buen Pastor,
perteneciente a su congregación, en Lisboa. Hacia 1894, fue trasladada al
Convento de las Hermanas del Buen Pastor de Oporto, para cumplir el cargo de Superiora.
Entre 1897 y 1898, la Madre María del Divino Corazón tuvo una
serie de locuciones interiores que la impulsaron a escribirle al Papa León XIII
para pedirle la consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús. El
Papa León XIII accedió a dicha petición.
María del Divino Corazón murió en Oporto el 8 de junio de 1899,
después de haber sufrido una parálisis durante sus últimos tres años de
vida.
Su cuerpo se encuentra incorrupto y actualmente está expuesto para
la veneración pública en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Ermesinde,
Portugal, cerca del Convento de las Hermanas del Buen Pastor de esa localidad.
Algunas de sus reliquias pueden venerarse en el Convento de las Hermanas del
Buen Pastor de Oporto y en la Capilla de los Confidentes de Jesús, en el
Santuario Nacional de Cristo Rey en Almada, en Lisboa.
En 1964, la Madre María del Divino Corazón recibió oficialmente el
título de Venerable por la Congregación para la Causa de los Santos.
El 1 de noviembre de 1975, Solemnidad de Todos los Santos, fue
beatificada por el Papa Paulo VI, al cumplirse el tercer centenario de las
revelaciones del Corazón de Jesús a santa Margarita María Alacoque, al lado de
la cual ella se distingue como apóstol de la misericordia del Corazón de Cristo.
MARTES SEMANA II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: MENTES CANSADAS.
Mentes cansadas,
manos encallecidas,
labriegos al fin de la jornada,
jornaleros de tu viña,
venimos, Padre,
atardecidos de cansancio,
agradecidos por la lucha,
a recibir tu denario.
Llenos de polvo,
el alma hecha girones,
romeros al filo de la tarde,
peregrinos de tus montes,
venimos, Padre,
heridos por los desengaños,
contentos por servir a tu mesa,
a recibir tu denario.
Hartos de todo,
llenos de nada,
sedientos al brocal de tus pozos
y hambrientos de tu casa,
venimos, Padre,
el corazón entre tus brazos,
la frente humilde de delitos,
a recibir tu denario. Amén.
SALMODIA
Ant 1. No podéis servir a Dios y al dinero.
Salmo 48 I - VANIDAD DE LAS RIQUEZAS
Oíd esto, todas las naciones,
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres;
mi boca hablará sabiamente,
y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio
y propondré mi problema al son de la cítara.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y me acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse
ni dar a Dios un rescate?
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa.
Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.
El sepulcro es su morada perpetua
y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a países.
El hombre no perdura en la opulencia,
sino que perece como los animales.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No podéis servir a Dios y al dinero.
Ant 2. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.
Salmo 48 II
Éste es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura
y el abismo es su casa.
Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo.
No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se felicitaba:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz.
El hombre rico e inconsciente
es como un animal que perece.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.
Ant 3. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
LECTURA BREVE Rm 3, 23-25a
Todos pecaron y se hallan privados de la gloria de Dios; son justificados
gratuitamente, mediante la gracia de Cristo, en virtud de la redención
realizada en él, a quien Dios ha propuesto como instrumento de propiciación.
RESPONSORIO BREVE
V. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
V. De alegría perpetua a tu derecha.
R. En tu presencia, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y
tu nombre es santo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y
tu nombre es santo.
PRECES
Alabemos a Cristo, pastor y obispo de nuestras vidas, que vela
siempre con amor por su pueblo, y digámosle suplicantes:
Protege, Señor, a tu pueblo.
Pastor eterno, protege a nuestro obispo N.
y a todos los pastores de la Iglesia.
Mira con bondad a los que sufren persecución
y líbralos de todas sus angustias.
Compadécete de los pobres y necesitados
y da pan a los hambrientos.
Ilumina a los que tienen la misión de gobernar a los pueblos
y dales sabiduría y prudencia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
No olvides, Señor, a los difuntos redimidos por tu sangre
y admítelos en el festín de las bodas eternas.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre
común:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, Señor del día y de la noche,
humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero sol de justicia,
ilumine siempre nuestras vidas para que así merezcamos gozar un día de aquella
luz en la que tú habitas eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.