*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Germán de París*
28 de Mayo
VIERNES 28 SEMANA IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. El Señor es bueno, bendecid su nombre.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es bueno, bendecid su nombre.
Himno: POR EL DOLOR CREYENTE QUE BROTA DEL PECADO.
Por el dolor creyente que brota del pecado,
por no haberte querido de todo corazón,
por haberte, Dios mío, tantas veces negado,
con súplicas te pido, de rodillas, perdón.
Por haberte perdido, por no haberte encontrado,
porque es como un desierto nevado mi oración;
porque es como una hiedra sobre el árbol cortado
el recuerdo que brota cargado de ilusión,
Porque es como la hiedra, déjame que te abrace,
primero amargamente, lleno de flor después,
y que a ti, viejo tronco, poco a poco me enlace,
y que mi vieja sombra se derrame a tus pies. Amén
SALMODIA
Ant 1. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con
Espíritu firme.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con
Espíritu firme.
Ant 2. Alégrate, Jerusalén, porque en ti serán congregados todos los
pueblos.
Cántico: ACCIÓN DE GRACIAS POR LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO - Tb 13,
10-15. 17-19
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén,
la ciudad del Santo;
por las obras de tus hijos te azotará,
pero de nuevo se compadecerá
de los hijos de los justos.
Confiesa dignamente al Señor
y bendice al Rey de los siglos,
para que de nuevo sea en ti
edificado su tabernáculo con alegría,
para que alegre en ti a los cautivos
y muestre en ti su amor hacia los desdichados,
por todas las generaciones y generaciones.
Brillarás cual luz de lámpara
y todos los confines de la tierra vendrán a ti.
Pueblos numerosos vendrán de lejos
al nombre del Señor, nuestro Dios,
trayendo ofrendas en sus manos,
ofrendas para el rey del cielo.
Las generaciones de las generaciones
exultarán en ti.
Y benditos para siempre todos los que te aman.
Alégrate y salta de gozo por los hijos de los justos,
que serán congregados,
y al Señor de los justos bendecirán.
Dichosos los que te aman;
en tu paz se alegrarán.
Dichosos cuantos se entristecieron por tus azotes,
pues en ti se alegrarán
contemplando toda tu gloria,
y se regocijarán para siempre.
Bendice, alma mía, a Dios, rey grande,
porque Jerusalén con zafiros y esmeraldas
será reedificada,
con piedras preciosas sus muros
y con oro puro sus torres y sus almenas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alégrate, Jerusalén, porque en ti serán congregados todos los
pueblos.
Ant 3. Sión, alaba a tu Dios, que envía su mensaje a la tierra.
Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sión, alaba a tu Dios, que envía su mensaje a la tierra.
LECTURA BREVE Ga 2, 19b-20
Estoy crucificado con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en
mi. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me
amó hasta entregarse por mí.
RESPONSORIO BREVE
V. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
R. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
V. Desde el cielo me enviará la salvación.
R. El Dios que hace tanto por mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí.
V. Hijo mío,
haz caso de mi sabiduría.
R. Presta oído a mi inteligencia.
PRIMERA LECTURA
Comienza la carta del apóstol Santiago 1, 1-18
SI ESTÁIS SOMETIDOS A TENTACIONES DIVERSAS, CONSIDERADLO COMO UNA
ALEGRÍA
Santiago, esclavo de Dios y de Jesucristo, el Señor. A las doce tribus que
viven en la diáspora: ¡Salud! Hermanos míos, si estáis sometidos a tentaciones
diversas, consideradlo como una alegría, sabiendo que la prueba de vuestra fe
produce constancia. Pero haced que la constancia dé un resultado perfecto, para
que seáis perfectos e íntegros, sin defectos en nada.
Si alguno de vosotros está a falta de sabiduría, que la pida a Dios, que da a
todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará. Pero pida con fe, sin
vacilar; porque quien vacila es semejante al flujo y reflujo del mar, que el
viento agita y lleva de una parte a otra. Éste no espere recibir cosa alguna
del Señor. Es un indeciso y un inconstante en todo su proceder.
El hermano de humilde condición gloríese de su dignidad; el rico, por el
contrario, gloríese de su humillación, porque pasará como flor de heno. Salió
el sol con su ardor, secóse el heno, y cayó la flor, desapareciendo su belleza.
Así también se marchitará el rico en sus empresas.
Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque, una vez aquilatado, recibirá
la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que lo aman. Nadie, cuando
es tentado, diga: «Soy tentado por Dios.» Porque Dios ni puede ser tentado por
el mal ni tienta a nadie. Cada uno es tentado por su propia concupiscencia que
lo atrae y lo seduce; una vez que la concupiscencia ha concebido, da a luz el
pecado; y el pecado, llegado a su madurez, engendra la muerte.
Hermanos carísimos, basta ya de seguir en el engaño. Toda dádiva preciosa y
todo don excelente provienen de lo alto, descienden del Creador de los astros.
En él no se da cambio ni sombra alguna de eclipse. Porque así lo ha querido,
nos ha engendrado por su mensaje de la verdad, para que seamos como primicias
de sus creaturas.
RESPONSORIO St 1, 12; 2Tm 4, 7-8
R. Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque, una vez
aquilatado, recibirá la corona de la vida * que
el Señor ha prometido a los que lo aman.
V. He combatido hasta el fin en noble combate, he llegado al término
de la carrera, he guardado intacta la fe; de ahora en adelante sólo me espera
la corona de la glorificación.
R. Que el Señor ha prometido a los que lo aman.
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado de san Ambrosio, obispo, Sobre los misterios.
(Núms. 43. 47-49: SC 25 bis, 178-180. 182)
INSTRUCCIÓN DE LOS RECIÉN BAUTIZADOS SOBRE LA EUCARISTÍA
Los recién bautizados, enriquecidos con tales distintivos, se dirigen al altar
de Cristo, diciendo: Me acercaré al altar de Dios, al Dios que alegra mi
juventud. En efecto, despojados ya de todo resto de sus antiguos errores,
renovada su juventud como un águila, se apresuran a participar del convite
celestial. Llegan, pues, y al ver preparado el sagrado altar, exclaman:
Preparas una mesa ante mí. A ellos se aplican aquellas palabras del salmista:
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me
conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. Y más adelante: Aunque
camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu
cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me
unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
Es ciertamente admirable el hecho de que Dios hiciera llover el maná para los
padres y los alimentase cada día con aquel manjar celestial, del que dice el
salmo: El hombre comió pan de ángeles. Pero los que comieron aquel pan murieron
todos en el desierto; en cambio, el alimento que tú recibes, este pan vivo que
ha bajado del cielo, comunica el sostén de la vida eterna, y todo el que coma
de él no morirá para siempre, porque es el cuerpo de Cristo.
Considera, pues, ahora qué es más excelente, si aquel pan de ángeles o la carne
de Cristo, que es el cuerpo de vida. Aquel maná caía del cielo, éste está por
encima del cielo; aquél era del cielo, éste del Señor de los cielos; aquél se
corrompía si se guardaba para el día siguiente, éste no sólo es ajeno a toda
corrupción, sino que comunica la incorrupción a todos los que lo comen con
reverencia. A ellos les manó agua de la roca, a ti sangre del mismo Cristo; a
ellos el agua los sació momentáneamente, a ti la sangre que mana de Cristo te
lava para siempre. Los judíos bebieron y volvieron a tener sed, pero tú, si
bebes, ya no puedes volver a sentir sed, porque aquello era la sombra, esto la
realidad.
Si te admira aquello que no era más que una sombra, mucho más debe admirarte la
realidad. Escucha cómo no era más que una sombra lo que acontecía con los
padres: Bebían —dice el Apóstol— de la roca que los seguía, y la roca era
Cristo; pero Dios no se agradó de la mayor parte de ellos, pues fueron
postrados en el desierto. Todas estas cosas acontecían en figura para nosotros.
Los dones que tú posees son mucho más excelentes, porque la luz es más que la
sombra, la realidad más que la figura, el cuerpo del Creador más que el maná
del cielo.
RESPONSORIO 1Co 10, 1-2. 11. 3-4
R. Nuestros padres estuvieron todos bajo la nube, y todos atravesaron
el mar; * todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar;
todas estas cosas les acontecían en figura.
V. Todos comieron el mismo manjar espiritual, y todos bebieron de la
misma espiritual bebida.
R. Todas estas cosas les acontecían en figura.
*Lecturas
de la 8ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Viernes, 28 de mayo de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (11,11-26)*
Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una
higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no
encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos.
Entonces le dijo: «Nunca jamás coma nadie de ti.» Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban
allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían
palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.
Y los instruía, diciendo: «¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de
oración para todos los pueblos" Vosotros, en cambio, la habéis convertido
en cueva de bandidos.»
Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo,
porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de
acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana siguiente,
al pasar, vieron la higuera seca de raíz.
Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: «Maestro, mira, la higuera que
maldijiste se ha secado.»
Jesús contestó: «Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte:
"Quítate de ahí y tírate al mar", no con dudas, sino con fe en que
sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis
en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis. Y cuando os
pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro
Padre del cielo os perdone vuestras culpas.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el
sol que nace de lo alto.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el
sol que nace de lo alto.
PRECES
Confiados en Dios, que cuida con solicitud de todos los que ha
creado y redimido con la sangre de su Hijo, invoquémosle diciendo:
Escucha, Señor, y ten piedad.
Dios misericordioso, asegura nuestros pasos en el camino de la verdadera
santidad,
y haz que busquemos siempre cuanto hay de verdadero, noble y justo.
No nos abandones para siempre, por amor de tu nombre
no olvides tu alianza con nosotros.
Con alma contrita y espíritu humillado te seamos aceptos,
porque no hay confusión para los que en ti confían.
Tú que has querido que participáramos en la misión profética de Cristo,
haz que proclamemos ante el mundo tus maravillas.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijámonos al Padre, con las mismas palabras que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor, tu gracia abundante, para que nos ayude a
seguir el camino de tus mandatos, y así gocemos de tu consuelo en esta vida y
alcancemos la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Germán de París*
Nació en el año 496 cerca de Autun,
Saône-et-Loire. Falleció en Paris el 28 de Mayo de 576. Estudió en Avalon y
también en Luzy guiado por su primo Scapilion, quien era sacerdote.
A la edad de 34 años fue ordenado sacerdote por San Agripino de
Autun, siendo nombrado Abad de Saint-Symphorien. Su virtud característica fue
el amor por los pobres, manifestándose tan fuertemente su entrega por los
demás, que sus monjes se rebelaron, temiendo que regalara todo lo que tenían.
Debido a que estaba en Paris en el año 555, cuando el Obispo
Eusebio murió, Childebert lo retuvo, y con el consentimiento unánime del clero
y del pueblo, fue consagrado a la sede vacante. Bajo su influencia, el rey,
quien se había entregado a la vida mundana, se convirtió y desde entonces llevó
una vida Cristiana.
En su nuevo cargo, el Obispo continuó la práctica de las virtudes
y las austeridades de su vida monástica, y trabajó fuertemente para disminuir
los males causados por las incesantes guerras y la vida licenciosa de los
nobles. Asistió al tercero y cuarto Concilios de Paris en los años 557 y 573
respectivamente, y también al segundo Concilio de Tours en 566. Convenció al
rey que erradicara las prácticas paganas que aún existían en Gaul, y también
para que prohibiera los excesos que se llevaban a cabo en la mayoría de las
celebraciones Cristianas.
Poco después de año 540, Childebert sitió Zaragoza mientras estaba
en guerra con España. Los habitantes del lugar se habían puesto bajo la
protección de San Vicente Mártir. Cuando Childebert se enteró de esto, perdonó
a la ciudad, y como muestra de gratitud, el obispo le obsequió la estola del
santo.
Cuando regresó a Paris, el rey ordenó construir un templo en los
suburbios en honor del mártir, para guardar ahí la reliquia. Por ése tiempo,
Childebert cayó peligrosamente enfermo en su palacio de Celles, pero fue sanado
milagrosamente por el Obispo Germain, según se atestigua en la carta de
patentes del rey, presentando como regalo a la Iglesia de Paris las tierras de
Celles, como gratitud por el favor recibido.
El templo de San Vicente fue terminado en el año 588, siendo
consagrado a San Vicente por el Obispo Germain, el 23 de Diciembre de dicho
año, mismo día en que Childebert falleció. Cerca de éste templo se construyó un
monasterio.
Sus abades tenían jurisdicción espiritual y temporal en los
suburbios de San Germain hasta aproximadamente el año 1670. El templo fue
frecuentemente saqueado e incendiado por los Normandos en el siglo IX. Fue
reconstruido en 1014 y consagrado por el Papa Alejandro III en 1163.
Childebert fue sucedido en el trono por Clotaire, quien tuvo un
corto reinado. A su muerte ocurrida en el año 561, la monarquía se dividió
entre sus cuatro hijos, siendo Charibert nombrado rey de Paris. Charibert era
una persona viciosa y despiadada, y el Obispo Germain se vió obligado a
excomulgarlo en 568 por su inmoralidad. Charibert falleció en 570.
El Obispo se encontró con grandes dificultades debido a que en ese
tiempo los hermanos de Charibert se disputaban sus propiedades. Trabajó
fuertemente para establecer la paz, pero con poco éxito. Sigebert y Chilperic,
instigados por sus esposas, Brunehaut y la infame asesina Fredegunde, se
enfrascaron en una guerra intestina, y al ser vencido Chilperic, Paris cayó en
las manos de Sigebert.
El Obispo Germain escribió una carta a Brunehaut (carta que a la
fecha se conserva) pidiéndole que usara su influencia para prevenir mas
guerras. Sin embargo, Sigebert era obstinado y a pesar de la advertencia de
Germain se preparó para atacar a Chilperic en Tournai, donde se había
escondido, pero Fredegunde lo mandó asesinar en el camino a Vitri en 575.
Germain mismo falleció al siguiente año antes de que se
restableciera la paz. Sus restos fueron sepultados en la capilla de San
Symphorien en el vestíbulo del templo de San Vicente, pero en 754 sus reliquias
fueron solemnemente reubicadas en el edificio principal del templo, en
presencia de Pepin y de su hijo Carlomagno, que entonces era un niño de siete
años.
Desde ese momento, el templo se convirtió en el templo de San
Germain-des-Prés. Además de la carta mencionada anteriormente, también se
conserva un tratado de la antigua liturgia Gala, atribuida a Germain, que fue
publicada por Martene en su “ThesauruisNovusAnecdotorum”. La festividad de San
Germain se celebra el 28 de Mayo.
*VÍSPERAS*
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ERES LA LUZ Y SIEMBRAS CLARIDADES.
Eres la luz y siembras claridades,
eres amor y siembras armonía
desde tu eternidad de eternidades.
Por tu roja frescura de alegría,
la tierra se estremece de rocío,
Hijo eterno del Padre y de María.
En el cielo del hombre, oscuro y frío,
eres la luz total, fuego del fuego,
que aplaca las pasiones y el hastío.
Entro en tus esplendores, Cristo, ciego;
mientras corre la vida paso a paso,
pongo mis horas grises en tu brazo,
y a ti, Señor, mi corazón entrego. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Día tras día te bendeciré, Señor, y explicaré tus proezas.
Salmo 144 I - HIMNO A LA GRANDEZA DE DIOS.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus creaturas.
Que todas tus creaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;
explicando tus proezas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Día tras día te bendeciré, Señor, y explicaré tus proezas.
Ant 2. Los ojos de todos te están aguardando, Señor, tú estás cerca de
los que te invocan.
Salmo 144 II
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.
Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los ojos de todos te están aguardando, Señor, tú estás cerca de
los que te invocan.
Ant 3. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
LECTURA BREVE Rm 8, 1-2
No hay ya condenación alguna para los que están en Cristo Jesús, porque la ley
del espíritu de vida en Cristo Jesús me libró de la ley del pecado y de la
muerte.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios.
R. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios.
V. Muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu.
R. Para llevarnos a Dios.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo murió por nuestros pecados, para llevarnos a Dios.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Acuérdate, Señor, de tu misericordia como lo habías prometido a
nuestros padres.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Acuérdate, Señor, de tu misericordia como lo habías prometido a
nuestros padres.
PRECES
Invoquemos a Cristo, en quien confían los que conocen su nombre,
diciendo:
Confirma, Señor, lo que has realizado en nosotros.
Señor Jesucristo, consuelo de los humildes,
dígnate sostener con tu gracia nuestra fragilidad, siempre inclinada al pecado.
Que los que por nuestra debilidad estamos inclinados al mal,
por tu misericordia obtengamos el perdón.
Señor, a quien ofende el pecado y aplaca la penitencia,
aparta de nosotros el castigo merecido por nuestros pecados.
Tú que perdonaste a la mujer arrepentida y cargaste sobre los hombros la oveja
descarriada,
no apartes de nosotros tu misericordia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que por nosotros aceptaste el suplicio de la cruz,
abre las puertas del cielo a todos los difuntos que en ti confiaron.
Siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, digamos al Padre celestial:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que tu Hijo sufriese por
la salvación de todos, haz que, inflamados en tu amor, sepamos ofrecernos a ti
como víctima viva. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.