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sábado, 17 de abril de 2021

LAS LECTURAS DEL DOMINGO 18 DE ABRIL 2021


 

*Lecturas de la 3ª Semana del Tiempo Pascua Ciclo B*

Lecturas del Domingo 3º de Pascua - Ciclo B

Domingo, 18 de abril de 2021

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (3,13-15.17-19):

En aquellos días, Pedro dijo a la gente: «El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.»

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 4,2.7.9

R/.
 Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor

Escúchame cuando te invoco,
Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración. R/.

Hay muchos que dicen:
«¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro
ha huido de nosotros?» R/.

En paz me acuesto
y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor,
me haces vivir tranquilo. R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2,1-5):

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.

Palabra de Dios

 

Lecturas del Domingo 3º de Pascua - Ciclo B

Domingo, 18 de abril de 2021

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (24,35-48)*

   35 Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.

   36 Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.»

   37 Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu.

   

   38 Pero él les dijo: « ¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón?

   39 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.»

   40 Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies.

   41 Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: « ¿Tenéis aquí algo de comer?»

   42 Ellos le ofrecieron parte de un pez asado.

   43 Lo tomó y comió delante de ellos.

   

   44 Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."»

   45 Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras,

   46 y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día

   47 y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.

   48 Vosotros sois testigos de estas cosas.


Palabra del Señor

 

(«Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo »). 

 

*Estos discípulos regresaban a su vida de ante, se sentían derrotado, sin esperanza. Con frecuencia me siento así, cuando algún plan o proyecto no se me da, cuando pido la salud mía o de un hijo o de un familiar cercano, y como le pido al Señor, que me conceda eso, que para mí es sumamente importante, regreso discutiendo y porque esto y porque lo otro, y en medio de mi discutir me lleno, de odio, de rabia y fluye en mi como un torrente de agua, la desesperanza, la angustia, y mis ojos se llenan de oscuridad y no veo al Señor y él está a mi lado, queriendo hablarme. Por eso es bueno el silencio porque es ahí donde el Señor aprovecha para hablarme*. 

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.