Musica Para el Alma

sábado, 17 de abril de 2021

EVANGELIO DE LUCAS 24,35-48 CICLO B


 

Lecturas del Domingo 3º de Pascua - Ciclo B

Domingo, 18 de abril de 2021

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Lucas (24,35-48)*

   35 Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.

   36 Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.»

   37 Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu.

   

   38 Pero él les dijo: « ¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón?

   39 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.»

   40 Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies.

   41 Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: « ¿Tenéis aquí algo de comer?»

   42 Ellos le ofrecieron parte de un pez asado.

   43 Lo tomó y comió delante de ellos.

   

   44 Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."»

   45 Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras,

   46 y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día

   47 y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.

   48 Vosotros sois testigos de estas cosas.


Palabra del Señor

 

(«Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo »). 

 

*Estos discípulos regresaban a su vida de ante, se sentían derrotado, sin esperanza. Con frecuencia me siento así, cuando algún plan o proyecto no se me da, cuando pido la salud mía o de un hijo o de un familiar cercano, y como le pido al Señor, que me conceda eso, que para mí es sumamente importante, regreso discutiendo y porque esto y porque lo otro, y en medio de mi discutir me lleno, de odio, de rabia y fluye en mi como un torrente de agua, la desesperanza, la angustia, y mis ojos se llenan de oscuridad y no veo al Señor y él está a mi lado, queriendo hablarme. Por eso es bueno el silencio porque es ahí donde el Señor aprovecha para hablarme*. 

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.