*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Santa Josefina Bakhita*
LUNES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Entremos a la presencia del Señor dándole gracias.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entremos a la presencia del Señor dándole gracias.
Himno: DEJADO YA EL DESCANSO DE LA NOCHE
Dejado ya el descanso de la noche,
despierto en la alegría de tu amor,
concédeme tu luz que me ilumine
como ilumina el sol.
No sé lo que será del nuevo día
que entre luces y sombras viviré,
pero sé que, si tú vienes conmigo,
no fallará mi fe.
Tal vez me esperen horas de desierto
amargas y sedientas, mas yo sé
que, si vienes conmigo de camino,
jamás yo tendré sed.
Concédeme vivir esta jornada
en paz con mis hermanos y mi Dios,
al sentarnos los dos para la cena,
párteme el pan, Señor.
Recibe, Padre santo, nuestro ruego,
acoge por tu Hijo la oración
que fluye del Espíritu en el alma
que sabe de tu amor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
Salmo 5, 2-10. 12-13 - ORACIÓN DE LA MAÑANA DE UN JUSTO PERSEGUIDO
Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.
A ti te suplico, Señor;
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.
Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia.
Señor, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos;
alláname tu camino.
En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.
Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
Ant 2. Alabamos, Dios nuestro, tu nombre glorioso.
Cantico: SÓLO A DIOS HONOR Y GLORIA 1Cro 29, 10-13
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,
tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria,
tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.
Por eso, Dios nuestro,
nosotros te damos gracias,
alabando tu nombre glorioso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabamos, Dios nuestro, tu nombre glorioso.
Ant 3. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
Salmo 28 - MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LA TEMPESTAD.
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Dios de la gloria hace oír su trueno,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica,
la voz del Señor descuaja los cedros,
el Señor descuaja los cedros del Líbano.
Hace brincar al Líbano como a un novillo,
al Sarión como a una cría de búfalo.
La voz del Señor lanza llamas de fuego,
la voz del Señor sacude el desierto,
el Señor sacude el desierto de Cadés.
La voz del Señor retuerce los robles,
el Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El trono del Señor está encima de la tempestad,
el Señor se sienta como rey eterno.
El Señor da fuerza a su pueblo,
el Señor bendice a su pueblo con la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
LECTURA BREVE 2Ts 3, 10b-13
Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma. Porque nos hemos enterado que
hay entre vosotros algunos que viven desconcertados, sin trabajar nada, pero
metiéndose en todo. A éstos les mandamos y les exhortamos en el Señor
Jesucristo a que trabajen con sosiego para comer su propio pan. Vosotros,
hermanos, no os canséis de hacer el bien.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendito el Señor ahora y por siempre.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
V. Solo él hizo maravillas.
R. Ahora y por siempre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendito el Señor ahora y por siempre.
V. Enséñame
a cumplir tu voluntad.
R. Y a guardarla de todo corazón.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta a los Corintios 1, 18-31
LA NECEDAD DE LA CRUZ
Hermanos: El mensaje de la cruz es necedad para los qué están en vías de
perdición; pero para los que están en vías de salvación —para nosotros— es
fuerza de Dios. Dice la Escritura: «Destruiré la sabiduría de los sabios,
frustraré la sagacidad de los sagaces.» ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el
letrado? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en
necedad la sabiduría del mundo?
Y, como en la sabiduría de Dios el mundo no lo conoció por el camino de la
sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a
los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría.
Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos,
necedad para los gentiles; pero para los llamados a Cristo —judíos o griegos—:
fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los
hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Fijaos en vuestra asamblea: no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni
muchos poderosos, ni muchos nobles; todo lo contrario: lo necio del mundo lo ha
escogido Dios para confundir a los sabios. Y lo débil del mundo lo ha escogido
Dios para humillar el poder. Aún más: ha escogido la gente baja del mundo, lo
despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta; de modo que nadie
pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús,
en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia,
santificación y redención. Y así —como dice la Escritura— «el que se gloría,
que se gloríe en el Señor».
RESPONSORIO 1Co 2, 2; 1, 30. 22-23
R. Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a
Jesucristo, y éste crucificado; * al cual Dios ha
hecho para nosotros sabiduría.
V. Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría, pero
nosotros predicamos a Cristo crucificado.
R. Al cual Dios ha hecho para nosotros sabiduría.
SEGUNDA LECTURA
Del Breviloquio de san Buenaventura, obispo
(Prólogo: Opera omnia 5, 201-202)
DEL CONOCIMIENTO DE JESUCRISTO DIMANA LA COMPRENSIÓN DE TODA LA
SAGRADA ESCRITURA
El origen de la sagrada Escritura no hay que buscarlo en la investigación
humana, sino en la revelación divina, que procede del Creador de los astros, de
quien procede toda familia en los cielos y en la tierra, de quien por su Hijo
Jesucristo se derrama sobre nosotros el Espíritu Santo, y por el Espíritu
Santo, que reparte y distribuye a cada uno sus dones como quiere, se nos da la
fe, y por la fe habita Cristo en nuestros corazones. En esto consiste el
conocimiento de Jesucristo, conocimiento que es la fuente de la que dimana la
firmeza y la comprensión de toda la sagrada Escritura. Por esto es imposible
penetrar en el conocimiento de las Escrituras, si no se tiene previamente
infundida en sí la fe en Cristo, la cual es como la luz, la puerta y el
fundamento de toda la Escritura. En efecto, mientras vivimos en el destierro
lejos del Señor, la fe es el fundamento estable, la luz directora y la puerta
de entrada de toda iluminación sobrenatural; ella ha de ser la medida de la
sabiduría que se nos da de lo alto, para que nadie quiera saber más de lo que
es justo, sino que abriguemos sentimientos de justa moderación, cada uno en la
medida de la fe que Dios le ha dado.
La finalidad o fruto de la sagrada Escritura no es cosa de poca importancia,
pues tiene como objeto la plenitud de la felicidad eterna. Porque la Escritura
contiene palabras de vida eterna, puesto que se ha escrito no sólo para que
creamos, sino también para que alcancemos la vida eterna, aquella vida en la
cual veremos, amaremos y serán saciados todos nuestros deseos; y, una vez éstos
saciados, entonces conoceremos verdaderamente el amor de Cristo, que excede
todo conocimiento, y así quedaremos colmados hasta poseer toda la plenitud de
Dios. En esta plenitud, de que nos habla el apóstol, la sagrada Escritura se
esfuerza por introducirnos. Ésta es la finalidad, ésta es la intención que ha
de guiarnos al estudiar, enseñar y escuchar la sagrada Escritura.
Y, para llegar directamente a este resultado, a través del recto camino de las
Escrituras, hay que empezar por el principio, es decir, debemos acercarnos, sin
otro bagaje que la fe, al Creador de los astros, doblando las rodillas de
nuestro corazón, para que él, por su Hijo, en el Espíritu Santo, nos dé el
verdadero conocimiento de Jesucristo y, con el conocimiento, el amor, para que
así, conociéndolo y amándolo, fundamentados en la fe y arraigados en la
caridad, podamos conocer la anchura y la longitud, la altura y la profundidad
de la sagrada Escritura y, por este conocimiento, llegar al conocimiento pleno
y al amor extático de la santísima Trinidad; a ello tienden los anhelos de los
santos, en ello consiste la plenitud y la perfección de todo lo bueno y
verdadero.
RESPONSORIO Lc 24, 27. 25
R. Jesús, empezando por Moisés y continuando por todos los
profetas, * les fue explicando todos los pasajes de la Escritura que a
él se referían.
V. «¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de entendimiento para creer
todo lo que dijeron los profetas!»
R. Les fue explicando todos los pasajes de la Escritura que a él se
referían.
Lunes, 8 de febrero de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (6,53-56)*
53 Terminada la travesía, llegaron a
tierra en Genesaret y atracaron.
54 Apenas desembarcaron, le reconocieron en
seguida,
55 recorrieron toda aquella región y
comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que él estaba.
56 Y dondequiera que entraba, en pueblos,
ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que
tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
PRECES
Proclamemos la grandeza de Cristo, lleno de gracia y del Espíritu
Santo, y acudamos a él diciendo:
*Concédenos, Señor, tu Espíritu*.
Concédenos, Señor, un día lleno de paz, de alegría y de inocencia
para que, al llegar a la noche, podamos alabarte con gozo y limpios de pecado.
Que baje hoy a nosotros tu bondad
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Muéstranos tu rostro propicio y danos tu paz
para que durante todo el día sintamos cómo tu mano nos protege.
Mira con bondad a cuantos se han encomendado a nuestras oraciones
y enriquécelos con toda clase de bienes.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Terminemos nuestra oración con la plegaria que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Tu gracia, Señor, inspire nuestras obras, las sostenga y acompañe;
para que todo nuestro trabajo brote de ti, como de su fuente, y tienda a ti,
como a su fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Santa Josefina Bakhita*
No se conocen datos exactos sobre su vida, se dice que podría ser
del pueblo de Olgossa en Darfur, y que 1869 podría ser el año de su nacimiento.
Creció junto con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su
gemela.
La captura de su hermana por unos negreros que llegaron al pueblo
de Olgossa, marcó mucho en el resto de la vida de Bakhita, tanto así que más
adelante en su biografía escribiría: "Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto
lloramos todos".
En su biografía Bakhita cuenta su propia experiencia al
encontrarse con los buscadores de esclavos. "Cuando aproximadamente tenía
nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos
extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: 'Deja a la niña pequeña ir
al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te
alcanzaremos dentro de poco'. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que
tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.
Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en
el bosque, me percate que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando
uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me
amenazó diciéndome: 'Si gritas, morirás! Síguenos!'".
Los mismos secuestradores fueron quienes le pusieron Bakhita al
ver su especial carisma.
Luego de ser capturada, Bakhita fue llevada a la ciudad de El
Obeid, donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos.
Nunca consiguió escapar, a pesar de intentarlo varias veces. Con
quien más sufrió de humillaciones y torturas fue con su cuarto amo, cuando
tenía más o menos 13 años. Fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para
evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. "Sentía que iba a
morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal",
cuenta en su biografía.
El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita por
quinta vez en 1882, y fue así que por primera vez Bakhita era tratada bien.
"Esta vez fui realmente afortunada - escribe Bakhita - porque
el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni
humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a
sentirme en paz y tranquilidad".
En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la
llegada de tropas Mahdis. Bakhita se negó a dejar a su amo, y consiguió viajar
con él y su amigo Augusto Michieli, a Italia.
La esposa de Michieli los esperaba en Italia, y sabiendo la
llegado de varios esclavos, exigió uno, dándosele a Bakhita. Con su nueva
familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli.
En 1888 cuando la familia Michieli compró un hotel en Suakin y se
trasladaron para allá, Bakhita decidió quedarse en Italia.
Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las
Hermanas de la Caridad en Venecia, tras ser aconsejadas por las hermanas. Esta
congregación fue fundada en 1808 con el nombre de Instituto de las Hermanas de
la Caridad en Venecia, pero son más conocidas como Hermanas de Canossa.
Recién en el Instituto, Bakhita conoció al Dios de los cristianos
y fue así como supo que "Dios había permanecido en su corazón" y le
había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, "pero recién en ese
momento sabía quién era". Recibió el bautismo, primera comunión y
confirmación al mismo tiempo, el 9 de enero de 1890, por el Cardenal de
Venecia. En este momento, tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita
Afortunada.
"¡Aquí llego a convertirme en una de las hijas de
Dios!", fue lo que manifestó en el momento de ser bautizada, pues se dice
que no sabía cómo expresar su gozo. Ella misma cuenta en su biografía que
mientras estuvo en el Instituto conoció cada día más a Dios, "que me ha
traído hasta aquí de esta extraña forma".
La Señora de Michieli volvió de Sudán a llevarse a Bakhita y a su
hija, pero con un gran coraje, Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las
Hermanas de Canossa. La esclavitud era ilegal en Italia, por lo que la señora
de Michieli no pudo forzar a Bakhita, y es así que permaneció en el Instituto y
su vocación la llevó a convertirse en una de las Hermanas de la Orden el 7 de
diciembre de 1893, a los 38 años de edad.
Fue trasladada a Venecia en 1902, para trabajar limpiando,
cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos
sobrenaturales, pero obtuvo la reputación de ser santa. Siempre fue modesta y
humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones
diarias.
Algo que le costó demasiado trabajo fue escribir su autobiografía
en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a
contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se
convirtió en un gran personaje, viajando por todo Italia dando conferencias y
recolectando dinero para la orden.
La salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y
tuvo que postrarse a una silla de ruedas, la cual no le impidió seguir
viajando, aunque todo ese tiempo fue de dolor y enfermedad. Se dice que le
decía la enfermera: "¡Por favor, desatadme las cadenas… es
demasiado!". Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas
palabras: "Madonna! Madonna!"
Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así
el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días,
durante los cuales, cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían
calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus
hijos para que les otorgase la salvación. Su reputación como una santa se ha
consolidado. Josefina ha sido recordada y respetada como Nostra Madre Moretta,
en Schio.
Fue santificada por el pueblo, por lo que en 1959 la diócesis
local comenzó las investigaciones para encontrarla venerable. Todo salió muy
bien y fue así que el 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. Por
tanto, el proceso para declararla santa empezó con gran auge y el 17 de mayo de
1992 fue beatificada por Juan Pablo II y se declaró día oficial de culto el 8
de febrero.
En la ceremonia de beatificación, el Santo Padre reconoció el gran
hecho de que transmitiera el mensaje de reconciliación y misericordia.
Ella misma declaró un día: "Si volviese a encontrar a
aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus
manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y
religiosa".
S.S. Juan Pablo II la canonizó el 1 de octubre del 2000. Lo cual,
para los católicos africanos es un gran símbolo que era necesario, para que así
los cristianos y las mujeres africanas sean honradas por lo que sufrieron en
momentos de esclavitud.
Verdaderamente, Bakhita es la santa africana y la historia de su
vida es la historia de un continente, válida para los católicos, protestantes,
musulmanes o seguidores de cualquier otro tipo de religión tradicional. Su
espiritualidad y fuerza la han convertido en Nuestra Hermana Universal,
como la llamó el Papa.
Oración
Santa Josefina Bakhita, cuando niña, fuiste vendida como esclava
y tuviste que pasar indecibles dificultades y sufrimiento.
Una vez liberada de tu esclavitud física,
hallaste la verdadera redención en tu encuentro con Cristo y su Iglesia.
Oh, Santa Bakhita, ayuda a todos aquellos que
están atrapados en la esclavitud;
en nombre de ellos, intercede ante Dios
para que sean liberados de las cadenas de su cautiverio.
Que Dios libere a todo aquel que ha sido
esclavizado por el hombre.
Bríndales alivio a los que sobreviven la esclavitud
y permite que ellos Le vean como modelo de fe y esperanza.
Ayuda a todos los sobrevivientes para que
encuentren la sanación de sus heridas.
Te suplicamos orar e interceder por los que se
encuentran esclavizados entre nosotros.
Amen
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: LIBRA MIS OJOS DE LA MUERTE.
Libra mis ojos de la muerte;
dales la luz, que es su destino.
Yo, como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.
Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva,
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.
Haz que mi pie vaya ligero.
Da de tu pan y de tu vaso
al que te sigue, paso a paso,
por lo más duro del sendero.
Que yo comprenda, Señor mío,
al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.
Guarda mi fe del enemigo.
¡Tantos me dicen que estás muerto!
Y entre la sombra y el desierto
dame tu mano y ven conmigo. Amén
SALMODIA
Ant 1. El Señor se complace en los justos.
Salmo 10 - EL SEÑOR ESPERANZA DEL JUSTO
Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:
«escapa como un pájaro al monte,
porque los malvados tensan el arco,
ajustan las saetas a la cuerda,
para disparar en la sombra contra los buenos?
Cuando fallan los cimientos,
¿qué podrá hacer el justo?»
Pero el Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.
El Señor examina a inocentes y culpables,
y al que ama la violencia él lo detesta.
Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,
les tocará en suerte un viento huracanado.
Porque el Señor es justo y ama la justicia:
los buenos verán su rostro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor se complace en los justos.
Ant 2. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Salmo 14 - ¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Ant 3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
LECTURA BREVE Col 1, 9b-11
Llegad a la plenitud en el conocimiento de la voluntad de Dios, con toda
sabiduría e inteligencia espiritual. Así caminaréis según el Señor se merece y
le agradaréis enteramente, dando fruto en toda clase de obras buenas y
creciendo en el conocimiento de Dios. Fortalecidos en toda fortaleza, según el
poder de su gloria, podréis resistir y perseverar en todo con alegría.
RESPONSORIO BREVE
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Porque he pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sáname, porque he pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi
humillación.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi
humillación.
PRECES
Demos gracias a Dios, nuestro Padre, que recordando siempre su
santa alianza, no cesa de bendecirnos, y digámosle con ánimo confiado:
Favorece a tu pueblo, Señor.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.
Congrega en la unidad a todos los cristianos:
para que el mundo crea en Cristo, tu enviado.
Derrama tu gracia sobre nuestros familiares y amigos:
que encuentren en ti, Señor, su verdadera felicidad.
Muestra tu amor a los agonizantes:
que puedan contemplar tu salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ten piedad de los que han muerto
y acógelos en el descanso de Cristo.
Terminemos nuestra oración con las palabras que nos enseñó Cristo:
Padre nuestro...
ORACION
Nuestro humilde servicio, Señor, proclame tu grandeza, y ya que
por nuestra salvación te dignaste mirar la humillación de la Virgen María, te
rogamos nos enaltezcas llevándonos a la plenitud de la salvación. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.