*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Santa Eulalia, Mártir*
12 de Febrero
VIERNES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y
mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Dad
gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad
gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Himno: EDIFICASTE UNA TORRE
Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.
Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.
Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas.
Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y esta herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.
¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pise,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y
holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR
ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aceptarás
los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Ant 2. Con
el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE
CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25
Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen
nunca jamás.
Así dice el Señor, creador del cielo
- él es Dios -,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro.»
No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío.»
Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
- No hay otro Dios fuera de mí -.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder.»
A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con
el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Ant 3. Entrad
en la presencia del Señor con aclamaciones.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL
TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad
en la presencia del Señor con aclamaciones.
LECTURA BREVE Ef 4, 29-32
No salga de vuestra boca palabra desedificante, sino la que sirva para la
necesaria edificación, comunicando la gracia a los oyentes. Y no provoquéis más
al santo Espíritu de Dios, con el cual fuisteis marcados para el día de la
redención. Desterrad de entre vosotros todo exacerbamiento, animosidad, ira,
pendencia, insulto y toda clase de maldad. Sed, por el contrario, bondadosos y
compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha
perdonado en Cristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En
la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Indícame
el camino que he de seguir.
R. Hazme
escuchar tu gracia.
V. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En
la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Hijo mío,
conserva mis palabras.
R. Conserva mis mandatos y vivirás.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta a los Corintios 5, 1-13
JUICIO CONTRA LA INMORALIDAD
Hermanos: De hecho, se oye decir que entre vosotros reina la lujuria; pero una
lujuria tal, que ni siquiera entre los gentiles; porque llega al extremo de
tener uno por mujer a su madrastra. Y vosotros, tan hinchados de orgullo, ¿cómo
no lo deplorasteis, para hacer que desapareciese quien tal hizo?
Pues bien, yo, ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, he dado ya mi
sentencia, como si me encontrase ahí, contra el autor de esa mala acción. En el
nombre de Jesús, Señor nuestro, congregados en asamblea vosotros y mi espíritu,
con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, he determinado que sea entregado
ese tal a Satanás, para su ruina material, a fin de que su espíritu sea salvo
en el día de Jesús, el Señor.
No es vuestra jactancia de buena ley. ¿No sabéis que un poco de levadura
fermenta toda la masa? Tirad fuera la levadura vieja para que seáis una masa
nueva, ya que ahora sois panes ázimos, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha
sido inmolado. Así, pues, celebremos nuestra fiesta no con la vieja levadura ni
con levadura de malicia y perversidad, sino con los panes ázimos de pureza y
verdad.
Os escribí en una carta que no tuvierais trato alguno con los deshonestos. No
me refería en general a los deshonestos de este mundo, ni a los avaros, ni a
los ladrones, ni a los idólatras; para eso tendríais que escapar de este mundo.
Os escribí que no tuvierais trato alguno con el que, llevando el nombre de
hermano, fuese deshonesto, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o
ladrón. Con estos tales, ¡ni comer! Porque, ¿cómo va a tocarme a mí juzgar a
los de fuera de la Iglesia? ¿No juzgáis vosotros a los de dentro? Dios juzgará
a los de fuera. Arrojad al perverso de en medio de vosotros.
RESPONSORIO 1Co 5, 7. 8; Rm 4, 25
R. Tirad fuera la levadura vieja para que seáis una masa nueva, pues
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. * Así,
pues, celebremos nuestra fiesta con el cuerpo del Señor.
V. Fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitado para
nuestra justificación.
R. Así, pues, celebremos nuestra fiesta con el cuerpo del Señor.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san León Magno, papa
(Sermón 7 En la Natividad del Señor, 2. 6: PL 54, 217-218. 220-221)
RECONOCE LA DIGNIDAD DE TU NATURALEZA
Al nacer nuestro Señor Jesucristo como hombre verdadero, sin dejar por un
momento de ser Dios verdadero, realizó en sí mismo el comienzo de la nueva
creación y, con su nuevo origen, dio al género humano un principio de vida
espiritual. ¿Qué mente será capaz de comprender este misterio, qué lengua será
capaz de explicar semejante don? La iniquidad es transformada en inocencia, la
antigua condición humana queda renovada; los que eran enemigos y estaban
alejados de Dios se convierten en hijos adoptivos y herederos suyos.
Despierta, oh hombre, y reconoce la dignidad de tu naturaleza. Recuerda que
fuiste hecho a imagen de Dios; esta imagen, que fue destruida en Adán, ha sido
restaurada en Cristo. Haz uso como conviene de las creaturas visibles, como
usas de la tierra, del mar, del cielo, del aire, de las fuentes y de los ríos;
y todo lo que hay en ellas de hermoso y digno de admiración conviértelo en
motivo de alabanza y gloria del Creador.
Deja que tus sentidos corporales se impregnen de esta luz corporal y abraza,
con todo el afecto de tu mente, aquella luz verdadera que viniendo a este mundo
ilumina a todo hombre, y de la cual dice el salmista: Contempladlo y quedaréis
radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si somos templos de Dios y el
Espíritu de Dios habita en nosotros, es mucho más lo que cada fiel lleva en su
interior que todas las maravillas que contemplamos en el cielo.
Con estas palabras, amadísimos hermanos, no queremos induciros o persuadiros a
que despreciéis las obras de Dios, o que penséis que las cosas buenas que ha
hecho el Dios bueno significan un obstáculo para vuestra fe; lo que pretendemos
es que uséis de un modo racional y moderado de todas las creaturas y de toda la
belleza de este mundo, pues, como dice el Apóstol, lo que se ve es transitorio;
lo que no se ve es eterno.
Por consiguiente, puesto que hemos nacido para las cosas presentes y renacido
para las futuras, no nos entreguemos de lleno a los bienes temporales, sino
tendamos, como a nuestra meta, a los eternos; y, para que podamos mirar más de
cerca el objeto de nuestra esperanza, pensemos qué es lo que la gracia divina
ha obrado en nosotros. Oigamos las palabras del Apóstol: Habéis muerto y
vuestra vida está oculta con Cristo en Dios; cuando se manifieste Cristo, que
es vuestra vida, os manifestaréis también vosotros con él, revestidos de
gloria, el cual vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de
los siglos. Amén.
RESPONSORIO Sal 143, 9; 117, 28
R. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, * tocaré
para ti el arpa de diez cuerdas.
V. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.
R. Tocaré para ti el arpa de diez cuerdas.
Viernes, 12 de febrero de 2021
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Marcos (7,31 37):
31 Se marchó de la región de Tiro y
vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.
32 Le presentan un sordo que, además,
hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él.
33 El, apartándole de la gente, a solas, le
metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.
34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un
gemido, y le dijo: = «Effatá», que quiere decir: «¡Abrete!»
35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se
soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.
36 Jesús les mandó que a nadie se lo
contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban.
37 Y se maravillaban sobremanera y decían
«Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su
pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El
Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Adoremos a Cristo, que salvó al mundo
con su cruz, y supliquémosle diciendo:
Señor, ten misericordia de nosotros.
Señor Jesucristo, cuya claridad es nuestro sol y nuestro día,
haz que, desde el amanecer, desaparezca de nosotros todo sentimiento malo.
Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos, palabras y obras,
a fin de que nuestro día sea agradable ante tus ojos.
Aparta de nuestros pecados tu vista,
y borra en nosotros toda culpa.
Por tu cruz y tu resurrección,
llénanos del gozo del Espíritu Santo.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Ya que somos hijos de Dios, oremos a nuestro Padre como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, que has iluminado
las tinieblas de nuestra ignorancia con la luz de tu palabra: acrecienta en
nosotros la fe que tú mismo nos has dado; que ninguna tentación pueda nunca
destruir el ardor de la fe y de la caridad que tu gracia ha encendido en
nuestro Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
*Santa Eulalia, Mártir*
12 de Febrero
Eulalia significa: "la que habla bien" Eu = bien, Lal =
hablar.
Santa Eulalia es una de las santas más famosas de España. Los
datos acerca de su vida y de su muerte los encontramos en un himno que en honor
de ella se escribe el poeta Prudencio en el siglo cuarto. Y allí se cuenta lo
siguiente:
Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció el decreto del
emperador Diocleciano prohibiendo a los cristianos dar culto a Jesucristo, y
mandándoles que debían adorar a los falsos ídolos de los paganos. La niña sintió
un gran disgusto por estas leyes tan injustas y se propuso protestar entre los
delegados del gobierno.
Viendo la mamá que la jovencita podía correr algún peligro de
muerte si se atrevía a protestar contra la persecución de los gobernantes, se
la llevó a vivir al campo, pero ella se vino de allá y llegó a la ciudad de
Mérida.
Eulalia se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó
valientemente diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían
al verdadero Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los
cristianos.
Daciano intentó al principio ofrecer regalos y hacer promesas de
ayudas a la niña para que cambiara de opinión, pero al ver que ella seguía
fuertemente convencida de sus ideas cristianas, le mostró todos los
instrumentos de tortura con los cuales le podían hacer padecer horriblemente si
no obedecía a la ley del emperador que mandaba adorar ídolos y prohibía adorar
a Jesucristo. Y le dijo: "De todos estos sufrimientos te vas a librar si
le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito de incienso en los
altares de ellos". La jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el
incienso y le dijo valientemente: "Al sólo Dios del cielo adoro; a El
únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más".
Entonces el juez pagano mandó que la destrozaran golpeándola con
varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La
hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la jovencita murió quemada y ahogada
por el humo.
Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una
blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron
huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura
inocente. La nieve cubrió el cadáver y el suelo de los alrededores, hasta que
varios días después llegaron unos cristianos y le dieron honrosa sepultura al
cuerpo de la joven mártir. Allí en el sitio de su sepultura se levantó un
templo de honor de Santa Eulalia, y dice el poeta que él mismo vio que a ese
templo llegaban muchos peregrinos a orar ante los restos de tan valiente joven
y a conseguir por medio de ella muy notables favores de Dios.
El culto de Santa Eulalia se hizo tan popular que hasta el gran
San Agustín hizo sermones en honor de esta joven santa. Y en la muy antigua
lista de mártires de la Iglesia Católica, llamada "Martirologio
romano", hay esta frase: "el 12 de febrero, se conmemora a Santa
Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Jesucristo".
Joven mártir Eulalia: a tu protección encomendamos tantas
personitas jóvenes que en este tiempo tienen que enfrentarse, no y a los
perseguidores que matan a quienes se niegan a ofrecer sacrificios a los ídolos,
sino que tienen que oponerse a quienes quieren que dediquen su vida a la
sensualidad, a las drogas, a los vicios, a las malas amistades y al pecado, que
son monstruos mucho peores que los ídolos, y son perseguidores más crueles que
los que mataban el cuerpo, porque lo que ellos matan es la vida del alma. Santa
Eulalia: te recomendamos a nuestra juventud que vive en medio de tantos
peligros y que corre cada día el riesgo de ser infiel a Cristo. Que de tan
grandes peligros nos libre siempre el Señor.
Dijo Jesús: Quien sacrifica su vida por mi, la ganará para la vida
eterna.
Señor Jesús,
que has suscitado en tu iglesia,
para ejemplo y admiración de todos tus hijos
a la Bienaventurada Virgen y Mártir Santa Eulalia,
como modelo de constancia en la fe,
en la pureza y en la generosidad
hasta el testimonio del Martirio,
para que con su ejemplo,
aprendamos a luchar constantemente
en nuestra vida.
Te suplicamos, Señor,
que por su intercesión Gloriosa,
merezcamos la gracia
para vencer en el esfuerzo de cada día,
y poder así cantar tus alabanzas
eternamente en el cielo.
Te lo pedimos a Ti,
que con el Espíritu Santo vives y reinas,
por los siglos de los siglos.
Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi
auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CALOR DE DIOS EN
SANGRE REDENTORA.
Calor de Dios en sangre redentora,
y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.
Conózcate, oh Cristo, en esta hora
de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.
Conózcame en tu vía dolorosa
y conozca, Señor, en los fulgores
de tus siete palabras, mi caída;
que en esta cruz pujante y misteriosa
pongo, sobre el amor de mis amores,
el amor entrañable de mi vida. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sáname, Señor, porque
he pecado contra ti.
Salmo 40 - ORACIÓN DE UN
ENFERMO.
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»
Mis enemigos me desean lo peor;
«A ver si se muere y se acaba su apellido.»
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»
Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sáname, Señor, porque he pecado
contra ti.
Ant 2. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Salmo 45 - DIOS, REFUGIO
Y FORTALEZA DE SU PUEBLO
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS
VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE Rm 15, 1-3
Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos
a nosotros mismos. Cada uno cuide de complacer al prójimo para su bien, para su
edificación; que Cristo no buscó su propia complacencia, según está escrito:
«sobre mí cayeron los ultrajes de quienes te ultrajaron».
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo nos ama y nos ha
absuelto por la virtud de su sangre.R. Cristo nos ama y nos ha
absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros reino y
sacerdotes para el Dios y Padre suyo.R. Por la virtud de su
sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.R. Cristo nos ama y nos ha absuelto
por la virtud de su sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor nos auxilia a
nosotros, sus siervos, acordándose de su misericordia.
Cántico de María. ALEGRÍA
DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor nos auxilia a nosotros,
sus siervos, acordándose de su misericordia.
PRECES
Bendigamos a Dios que
escucha con amor la oración de los humildes y a los hambrientos los colma de
bienes; digámosle confiados:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Señor, Padre lleno de amor, te pedimos por todos los miembros de la iglesia que
sufren:
acuérdate que por ellos, Cristo, cabeza de la iglesia, ofreció en la cruz el
verdadero sacrificio vespertino.
Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas, sé la ayuda de
las viudas y de los huérfanos,
y haz que todos nos preocupemos de los que sufren.
Concede a tus hijos la fuerza necesaria
para resistir las tentaciones del Maligno.
Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de nuestra muerte:
que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Conduce a los difuntos a la luz donde tu habitas
para que puedan contemplarte eternamente.
Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor, que
los que hemos sido aleccionados con los ejemplos de la pasión de tu Hijo
estemos siempre dispuestos a cargar con su yugo llevadero y con su carga
ligera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.